26
Viernes, 5 de Julio 2020.
- ______... - susurro Massimo con un semblante triste. Yo solo le sonreí, todo estaba bien y si no lo estaba, lo estaría. Lo malo no dura toda la vida.
- ¿Todo está listo para mañana? - cuestione al rubio mientras le enviaba un correo a Daniel pues Luka se presentaria hoy en la noche en un programa de televisión.
- Eh... ¡Sí, si!... ¿Segura estás bien? - cuestionó y solo puse los ojos en blanco para luego asentir.
Sólo escuché como se lanzó en uno de los asientos que tenía en frente de mi escritorio. Si lo rompe, le lanzare mi taza de café a la cabeza. Unos sonidos extraños se hicieron presentes en la oficina haciendome levantar la vista rápidamente.
¿Qué demonios?.
- Creo que deberias de dejar de balbucear, o si no esto se convertira en centro de ritos demoníacos. - sugerí desconcertada, nada de lo que salía de la boca del rubio parecía coherente.
- ¿Cómo puedes estar tan tranquila? Explícame. ¡A penas fue ayer! - exclamó incrédulo girando en el asiento. Suspire.
- ¿Qué quieres que haga al respecto? No voy a estar llorando todo el día. Además tengo cosas más importantes que hacer para estar pensando en lo rota que me siento. - trate de relajarme y deje mis manos, que hace unos segundos inconsientemente había empezado a tronarme los dedos.
Él se mantuvo en silencio, sabía que me observaba pero yo tenía la vista fija en un punto inexistente de mi ordenador. Quería evitar pensar en lo mal que me sentía y hasta ahora iba bien, pero claro no todo es color rosa.
- Disculpa... mi comportamiento, sólo... no quiero pensar más en eso, no quiero pensar más en él. - susurre e inmediatamente sentí arder mis ojos.
- No, disculpame tu a mi... se que no te gusta hablar de tus sentimientos y de lo que te sucede e igual insistí, se que hablaras conmigo cuando te sientas cómoda. Aún tienes que soltar tu sola... ¿no es así? - le sonreí y asenti.
Me levante de mi asiento y me lance abrazarlo, hace tiempo no lo hacía y más sintiendome así. El rodeo mi cuerpo con sus brazos y me dio un beso en la coronilla, sin duda alguna mi amistad con el rubio era valiosa y no me había equivocado al escogerlo como amigo.
- Conseguirás a alguien mejor... Tal vez consigas un sugar daddy y así me mantienes. - susurró esto último pero fue en vano pues escuche claramente lo que dijo.
- ¿Qué demonios acabas de decir, Massimo? - parpadee incrédula a la estupidez que había escuchado.
- Las probabilidades de que consigas uno son muy altas... y más cuando estás presentes en las juntas de la disquera... Los socios y amigos ancianos del Jefe si que tienen dine... - interrumpi sus murmullos.
- Estoy escuchandote, ¿Lo sabes? - cuestione tratando de no enfocar mi mente en la imagen de un montos de señores acosandome.
¿Qué hacía eso pasando por mi cabeza?
- Sí. - contesto con inocencia. Yo suspire rendida y negué. Las locuras de la cabeza de Massimo eran infinitas.
[...]
- ¡Me alegra encontrarte aquí! - habló una voz a mis espaldas, deje de recoger mis cosas y me fije quien me hablaba y para mi mala suerte Kagami estaba dentro de mi oficina, y yo que quería irme tranquila a casa.
- Se toca primero antes de entrar. - indiqué y cerre mi cartera dejándola en el escritorio para ponerle atención a la japonesa quien me veía con inferioridad.
- Eso no importa. Sabes, me alegra el hecho de que por fin Luka haya recapacitado y haya venido hacia mí. - habló fanfarroneando restando importancia a mis palabras.
- Me alegro por ti, por lo menos tus intentos no fueron en vano. Conseguiste lo que querias. Felicidades. - ironice.
- Cayó redondito ante mí, de verás. No era para ti, linda... Lo siento tanto. - hizo una mueca de tristeza y yo solo levante una ceja expectante. ¿Qué queria conseguir?.
Unos pasos se hicieron presentes en el pasillo y mientras la japonesa los ignoraba, yo estaba atenta a quien pertenecían esas pisadas. La persona se detuvo antes de llegar a mi puerta y observe la sombra que hacía su silueta en el suelo, retrocedió pero permaneció ahí.
- Nosotros nunca tuvimos más que una relación de trabajo, además tener pareja no es algo indispensable en mi vida como lo es en la tuya. ¿No es así, Kagami? Luka no es necesario en mi vida, como lo es en la tuya. Así que sí querías restregarme en la cara que ustedes dos salían debiste de buscar a alguien a quien de verdad le importará, su reacción hubiera sido completamente distinta a la mía. - respondi, mis palabras la molestaban.
Su cuerpo estaba tenso y su rostro enrojecia. Estaba furiosa. Tomé mis cosas y me dispuse a salir.
- Así que por favor te agradecería que salieras de mi oficina. No tengo tiempo que perder. Luka, Kagami. - los observe al dalir, me despedí y me fui de ahí.
[...]
- ______, ¿Podrías ayudarme a bajar estás cajas?... por favor. - cuestionó la pelinegra mientras dejaba una caja sobre otra más grande, y alrededor de ella habían un par de cajas más.
- Claro... - respondí, tomé dos cajas pequeñas entre mis brazos y ella tomo otras dos, nos dirigimos al ascensor en un ambiente silencioso.
Al llegar abajo donde al parecer Nathaniel la esperaba, dejamos las cajas.
- ¿Cómo estás? - me saludo el pelirrojo con un abrazo.
- Bien, no me quejó. Veo que Jade se quedará contigo... Cuidala, por favor... - pedí cuando note que no estaba con nosotros, ella era mi mejor amiga y a pesar de las circunstancias siempre iba a preocuparme por ella.
Ahora que lo pienso, sone como una madre que está dejando a su pequeña hija con una niñera.
- Tranquila, estará en buenas manos... Le afecto bastante que la echaras de tu casa, aunque te entiendo. Yo hubiera hecho lo mismo, sólo espero que mejore. - comento tratando de reconfortarme.
- Créeme que yo también lo espero y ayudala a que lo haga, tal vez a ti si te escuche. - dije y sonreí a medias, lo escuché reir levemente.
- Créeme que después de esto mejorará, piensa que arruinó su amistad por sus tonterias. No creo que haya mejor motivación. Te adora bastante. - comento suavemente.
- Y yo a ella. Las puertas de mi casa siempre estarán abiertas para ella si necesita mi ayuda, pero es hora de que madure y hasta que no mejore su comportamiento no volvera a vivir conmigo. - expliqué repitiendo esas palabras que habia dicho en un momento anterior.
Nos mantuvimos en silencio al escuchar pasos acercarse, luego el estruendoso sonido de una caja golpear el suelo me hizo sobre saltar. Seguramente algo se debió de haber roto porque no sono nada lindo.
- Creo que Miss Peggy se rompió... - habló al aire mientras veía la caja en el suelo. Miss Peggy (Si, como los Muppets) era su alcancia de porcelana, esta a diferencia de otras tenía un agujero para sacar todo el dinero, no era necesario romperla pero como veran Miss Peggy ha caído.
- Bueno, nos vemos luego ______. - se despidió el pelirrojo mientras tomaba la caja, solo le sonreí, él la guardo en el maletero del auto y entro al puesto de piloto. Dejándonos a Jade y a mi solas.
- Creo que ya me voy. - dijo la pelinegra y solo asenti, ella mostro una mueca triste y se dispuso a subirse al auto.
- Jade... Te amo y cuídate, ¿Sí? Comportate y no le des problemas a Nathaniel. - ella asintió despues de darme un abrazo que gustosa correspondi y finalmente subió al auto y se marcho.
Suspire y a pasos lentos regrese a mi departamento, entre a la habitación de Jade y pense en lo vacía que estaba sin todas sus cosas regadas, ahora solo quedaba lo que había en un principio. Una cama, dos mesas de noche, una peinadora y él armario. Suspire y sali de ahí cerrando la habitación con llave como antes lo hacía.
Puse hacer un paquete de palomitas de maíz en el microondas mientras iba a cambiarme. Me quede en ropa interior y me puse mi bata de dormir. Escuche desde mi habitación el sonido del microondas pitar indicandome que ya estaban listas.
Tome un bol y las eche ahí dentro, luego me sente en el sofa dispuesta a ver algo interesante mientras comía palomitas de maíz como si fuese un cerdo desesperado.
"Los mayas se equivoca..."
"La que no podía ama..."
"¡Hola amiguitos, yo soy Micky..."
Cambié una y otra vez los programas que aparecían en mi pantalla, no había nada que llamara mi atención aúnque podría buscar el canal donde transmitían el programa donde Luka aparecería. Creo que sí...
- Muy bien sabemos que confirmaste tu relación con la esgrimista Kagami Tsuguri, pero muchos de la audiencia y el público que nos ve en casa quieren saber que tipo de relación tuvieron tu y ______ Evans, la vicepresidenta de Rrecords, disquera con la cual firmaste... Así que, cuéntanos... - Me lo veía venir. Responde sin titubear, Luka.
- Nosotros nunca salimos o estuvimos juntos, solo fueron rumores. - respondió breve.
- Si no tuvieron nada, como explicas esto... No creo que en una relación de trabajo hayan besos de por medio... - dijo rapidamente despues de que en la pantalla que estaba detrás de ellos apareciera una foto de nosotros dos basándonos. Era la foto que los paparazzi habían tomado cuando salimos del café.
Luka permanecía en silencio, la evidencia lo habia tomado desprevenido y sinceramente a mi también, yo tampoco supiera que responder, o al menos no de forma inmediata. Y a pesar de que entendía la posición en la que se encontraba queria saber que respondería por mal o bien que me sentará su respuesta.
- Solo fue un beso, nosotros nunca tuvimos algo más que una relación de trabajo. - dijo y pude notar la inferencia en su voz....
¿Cuándo hubo algo más? - dijo indiferente y solo lo observe con sorpresa, baje mis brazos a los lados y aprete mis puños con fuerza...
Un nudo en mi garganta se presento.
- Ese beso no significo nada porque realmente nunca sentimos algo más por el otro. - Tal vez tu no hayas sentido nada...
- Viéndolo de ese modo, me atrevo a decir que fue un... ¿Experimento? digo, si ninguno sentía algo por el otro seguramente era para probar eso... ¿no? - cuestionó.
- Podría decirse que sí... después de un tiempo llegó Kagami a mi vida y me di cuenta de que era la indicada, por la cual verdaderamente mi corazón late... - sonrió.
Y me derrumbe nuevamente...
Apague el televisor con la tristeza abrumando mi cuerpo. Las lágrimas caían una tras otras por mis mejillas, no se detenían y mientras más pasaba, más se incrementaban. El corazón me dolía demasiado y sus palabras atormentaban mi mente.
Apague la luz de mi habitación y me recoste tratando de detener mis lágrimas, pero estás no se detuvieron hasta que por fin cerre los ojos entregando mi cuerpo a Morfeo para que me acunara esta noche...
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