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Lunes, 1 de Junio 2020.

Me encontraba bastante nerviosa y ansiosa, desde que salió aquella noticia la presión de la prensa incremento exponencialmente y con ello los fans disgustados con respecto a la gran blasfemia que habían lanzado los medios.

Desde ese día el jefe no se ha comunicado conmigo y aunque eso podía ser una buena señal, algo dentro de mí sabía que algo se avecinaba y tenía que tener la espalda cubierta si no queria que algo me perjudicará.

Massimo también se ha visto tenso y preocupado respecto al mismo tema, porque si bien no lo afecta ni directa e indirectamente, sabía que se preocupaba por quienes lo rodeaban.

Lya se ha mantenido al margen con ello pues sabe del tema pero no comenta nada al respecto, incluso siendo presionada también por el chisme pero el decir así sea la mínima cosa puede perjudicar la imagen de la disquera, porque como bien se sabe la realidad esta distorsionada por los medios y sí todo llegase a colapsar todos caeriamos con el imperio de Rrecords.

Suena como la caida de una mafia...

Pero para que mentir, si la realidad que viven los afectados de aquel rumor es otra y que por llamar la atención toda una industria podía salir perjudicada.

Luka y yo no nos hemos visto desde que apareció eso en las noticias, debíamos mantener un perfil bajo si queriamos que todo esto se solucionará.

Inclusive las cuentas que habíamos creado en aquella aplicación donde nos conocimos ya las cerramos para evitar que alguien diera con ellas y las sacaran a la luz.

- Y siguen apareciendo... - comentó el rubio mostrandome un video de su teléfono el cual se titulaba: "Teorias de la relacion de Luka Couffaine. ¿Interés o Talento?". Suspire y le di un buen sorbo a mi café. No me estaba ayudando para nada.

- Lo único bueno de todo esto es que Luka esta en boca de todos y su popularidad incrementa, aúnque no sea de la buena manera. - rió nervioso.

- No entiendo como existen personas al tanto de la vida de los demás, ¿no tiene nada que hacer con su vida? - cuestione de manera retórica.

- ¿Cómo está Luka con todo esto? - cuestionó con preocupación el rubio.

- No hemos hablado de esto, pero pienso ir a verlo cuando salga del trabajo y supongo que debe estar abatido... - respondí pensando en el de puntas azules. Sentía un vacío enorme en el estomago solo con imaginar como debe de sentirse.

- ¡Esto es demasiado agobiante! - exclamó con fastidió. Suspire con pesar. Quería llorar, no terminaba de salir de un problema para entrar en otro...

- ¿Quién es? - cuestione al escuchar la puerta de mi oficina sonar.

Inmediatamente la voz de la otra persona me indicó ser la nueva asistente del señor Rodríguez, la habían contratado una semana después de haberme ascendido.

- ¿Qué sucede Helena? - le cuestione a la mujer que hace sugundos le había autorizado la entrada.

- El señor Rodríguez le autoriza retirarse temprano del trabajo si lo desea... Si me disculpa, me retiro... - asenti y ella salió de mi oficina. Suspire nuevamente.

- Ve a visitarlo ahora y llevate mi auto hoy, así los paparazzi no te seguirán... - dijo aúnque parecio más una orden, de una buena forma.

Se levanto de donde estaba sentado, rodeo mi asiento, se posiciono detrás de mí y masajeo mis hombros.

- No puedo estar más agradecida contigo. - me levante de mi asiento y lo rodee con mis brazos brindandole un abrazo, el lo correspondió sin dudar y planto un pequeño beso en mi cabeza.

- Todo estará bien... - alentó y solo asenti.

[...]

- Ayer fueron a la casa de mi madre, otra vez... pensaba que estaría ahí y las bombardiaron de preguntas y Juleka en un intento de acharlos de casa... la golpearon. - rufunfuño entre dientes con rabia.

Desearía decirle lo mismo que Massimo me habia dicho a mi, pero no tenia la certeza de que sería asi, esto debe tener un fin pero no sé si será hoy o mañana, ahora Luka se derrumba delante de mí y yo no tengo una solución a sus problemas, no consigo las palabras adecuadas y siento que cualquier cosa lo arruinaria y aunque podía ser una columna de concreto, el más mínimo temblor me derrumba y me haría polvo.

No sé como he podido permanecer tanto tiempo de pié, tal vez el amor que le tengo es más fuerte que la ansiedad con la que vivo día a día o quizás es el hecho de que me he mentalizado ser fuerte porque se que él en estos momentos le cuesta hacerlo.

- Esto terminará algun día, debe hacerlo y estoy contigo, no estarás solo en esto Luka. Te amo. - solté sin más y lo aferre a mí.

Sentí como se acomodaba en mis brazos y esta vez era él quien me aferraba a el con sus grandes brazos, paso una de sus manos detras de mi nuca y me beso.

A diferencia de otras veces, el beso se sentia desesperado, necesitado. El me necesitaba y yo a el. Nos necesitabamos y lo demostrabamos.

- Te amo y eres lo único que necesito ahora, porque eres lo que me da paz... Eres mi calma... - susurro al juntar nuestras frentes y luego volvimos a fundirnos en un nuevo beso.

Deslice mis manos desde su torso hasta su nuca, donde mis dedos se entretuvieron con su cabello regalandole suaves caricias, sentí como sus brazos apricionaron mi cintura apegandome más a él, sintiéndolo cada vez más contra mi.

A pesar de que era alta, el comenzaba a enderezarce dejándome en puntillas, esta vez no traía tacones. Él atrapo mis caderas entre sus manos y me levanto haciendo que enrollara sus piernas en su cadera. Acariciaba mi cadera dándole algunas veces leves apretones que me hacían jadear.

De un momento a otro sentí algo presionar contra mi entrepiernas y un gemido salio de mi boca ocasionando que diera un pequeño salto.

- Luka, yo... - susurre apenada con las mejillas incendiadas. Sentí como acariciaba mi pierna haciendome temblar, era una sensación increíble.

- Lo siento linda... no quiero molestarte. - me interrumpio desviando la mirada. Coloco sus manos en mis rodillas y con sutileza trato de bajarme, pero aprete mis piernas evitando que lo hiciera. El me observó interrogante y yo solo asenti.

Sus brazos me apricionaron mientras me besaba con ferocidad y a la vez el deseo se hacia presente, sonreí en medio del beso gracias a la reacción que habia obtenido de su parte.

Bajo sus besos a mi cuello llegando a mi clavícula provocandome un gran escalofrío, sus manos bajaron a mis glúteos y los apretó haciendome jadear. La presión en mi entrepiernas cada vez era mayor.

Y cada vez se sentía mejor.

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