16
Entre nuevamente a la habitacion de mis padres y ya mi progenitor se encontraba dormido, suspire y deje la taza de té que había ido a buscar en la cocina junto a las medicinas que había comprado antes de venir en la mesa que estaba de su lado de la cama.
Por suerte solo era fiebre y algo de congestión, pero siempre hay que estar atentos porque por mas pequeño que sea algo se puede convertir en algo gigantesco.
Salí del lugar observando los pasillos lleno de recuerdos, muchos retratos y fotografías de mí y la familia estaban en las paredes, desde que nací hasta que me fui de casa para hacer mi vida.
Salí al gran patio donde se encontraba mi madre serena y sería como siempre, al verme salir sonrio pero luego su rostro se fruncio al escuchar unos ladridos.
Voltee hacia donde provenían y vi a Sparkie correr hasta a mi tumbandome en el suelo, era el San Bernardo más fuerte que conocía.
- Desde la última vez que viniste no lo veía tan alegre y alborotado. - mencionó mi madre mientras que yo a duras penas conseguía levantarme para nuevamente ser derribada por el gran animal.
Trataba de hablar pero las palabras no me salían de tanta risa que me provocaba el ser peludo, restregaba su cabeza en mi y luego me lamia. Asqueroso pero lindo.
- ¡Sparkie basta! - exclame entre risas.
El se alejó de mí y se sento aún lado viéndome con la lengua afuera, tome asiento en uno de los sofas del gran lugar y el corrió para apoyar su cabeza en mis piernas para acariciarlo.
- Si pudiera llevarlo a casa lo haría, pero el departamento es muy pequeño para un perro como él.
- Puedes comprar una casa más grande, eso es lo de menos. Además te serviría en un futuro cuando tengas a tu esposo e hijos. - explicó sorviendo su café.
- Vivo yo sola mamá, sería demasiado espacio para mí además de que no es necesario ahora, sabes que en mis planes no esta casarme y mucho menos tener hijos. - expliqué y la observe dejar su café bruscamente en la mesa.
- ¡Aúnque sea un nieto me darás! Eres la única que puede darnos descendencia, además eso mismo decía yo y mira, te tuve a ti. - dijo con simpleza despues de haber gritado.
Yo solo la observe con reproche y solo levanto sus hombros indiferente.
- Hablando de parejas hija, ¿para cuándo me das un yerno? - cuestionó repentinamente.
Era increible la tan directa y a la vez indirecta forma de cambiar el tema de mi madre, parpadee incrédula y solo pude carraspear.
- Sería el colmo que no tuvieras pareja a esta edad aún. Considero que soy la madre menos preocupada porqué su hija en la adolescencia se escapara con algun jovencito, eso no me pasó. El único estrés que tenía era pensar que tendrías materias reprobadas y ¡Eso tampoco pasó!. Es una bendición y una maldición. ¡Yo tambien quería vivir esas experiencias! - fingió llanto la mujer que me dio la vida. Yo solo pude reir a su comportamiento, sabía que se estaba burlando de mí.
- Tu creaste esté "monstruo" mamá. - carcajee llevandome una mirada asesina de su parte.
- Además si estoy saliendo con un chico...
- ¡Hasta que por fin Dios escuchó mis súplicas! - exagero por demás mientras levantaba sus brazos al cielo.
Sparkie la observo de manera extraña y se escondio detrás de mí asiento.
- ¿Y qué tienes qué contarme de él?
- Mucho. Tendremos una cita esta noche. - solté y escuche como gritaba, podría jurar que esta señora no era mi madre.
[...]
- ¡No te vas a poner eso, ni que fueras a ir al trabajo! - exclamó disgustada la mayor, mi madre se había dispuesto ayudarme en la ardía tarea de arreglarme.
Estaba completamente en contra de que me colocara una camisa blanca y un pantalón recto tallo alto rojo, decía que eso era muy "empresarial", que yo iba a una cita, no a una reunión del trabajo.
Rebusco entre mis cosas y sacó un vestido de terciopelo rojo de tiras ajustado al cuerpo que llegaba hasta las rodillas , entrecruzado en la cintura y con una abertura desde la cadera hasta el final de él, no sabría describirlo con exactitud porqué es extraño y a pesar de ello, hermoso.
Después de arrojarme "cariñosamente" el vestido al rostro, escarbo en los tantos pares de tacones que tenía para luego también arrojarmelos.
- Hoy estás más cariñosa que de costumbre... mamá. - comenté con ironía ganandome una mirada que probablemente me indicaba que no la hiciera arrepentirse de haberme dado a luz.
Que sutil resulto ser mi madre.
- Deja tus absurdas quejas y vistete, aún falta maquillarte y peinarte así que muevete porque no tengo toda la noche. - exigió sutilmente la mujer que me dio la vida. Yo solo reí y prosegui hacer lo que me ordenó.
Después de un par de minutos entre vestirme, jalones de cabello y lastimar mis ojos con la brocha por moverme más que pez fuera del agua, termine de alistarme. Mi madre me ayudo a recojer el desastre que habíamos formado, tomó sus cosas y la acompañe a su auto que estaba frente al edificio.
- Recuerda contarme todo con lujo de detalles, ese jovencito puede ser mi futuro yerno así que espero no lo arruines con tu poca experiencia en las citas. - dijo cruzandose de brazos mientras me observaba con una medía sonrisa dibujada en su rostro.
- ¿Tan poca fe me tienes? - cuestione falsamente ofendida, mi teléfono sonó y vi un mensaje de Luka.
Voy en camino.
7:54pm
Aquí te espero.
Visto.
- Si y es mucho. - respondió con burla adentrándose en el vehículo, bajo el vidrio y me observo con cariño.
- Me alegra mucho que por fin te des una oportunidad de salir con alguien, ¡porqué te sobraban pretendientes! - exclamó con gracia mientras golpeaba el volante.
- Para el disgusto de papá... - carcajee recordando cuando de pequeña me alejaba de los niños que decían que era muy linda.
- ¡Se ponía como loco si alguien se acercaba a su princesita sin su aprobación! - río después de esto, iba hablar pero el sonido de unos pasos acercándose robaron mi atención.
- Buenas noches, espero no interrumpir... - hablo el de puntas azules acercándose tímidamente, el observo primero a mi madre sin saber que es mi madre y luego a mí.
Se veía sumamente atractivo, no por algo había conseguido tantos seguidores y fans en tan poco tiempo además de su increíble talento claro está, desde que la promoción de la nueva canción salió.
Llevaba puesto un suerte negro cuello alto, pantalos rectos semi ajustados y una saco negro con detalles rojos, desvíe la mirada a mi madre quien lo observaba entendiendo que el era mí cita y regalandole una mirada bastante picaresca.
- Sabía que debías ponerte ese vestido y tú tanta pelea para no vestirlo. Soy la mejor madre del mundo, espero un buen regalo el día de las madres. - habló inesperadamente la mujer.
- Buenas noches Luka... ella es mi mamá. - dije soltando esto último a regañadientes observando a mi madre quien le sonreía al músico más que complacida. Conociendola debía de estarse imaginando la boda y a los nietos que tendría si tuviera hijos con Luka.
En conclusión como seria mi vida con él a mi lado.
Si hubiera considerado todo esto antes tal vez sí hubiera aceptado salir con aquellos pretendientes, tal vez me hubiera ahorrado este incómodo momento...
- Paris Evans, un placer Luka. Mi hija me ha hablado mucho de ti. - dijo estrechando su mano a través de la ventanilla abierta. El músico me observo con picardía a la vez que atendía al gesto de mi madre.
- No sabía que ______ le había hablado de mi, sabiendo lo reservada que es... - habló con burla haciendo reir a mi madre.
- A mi me sorprendio bastante a decir verdad... - dijo mirándome maliciosamente.
Me sorprende como miente esta mujer.
- Pero bueno, no los retraso más. Disfruten su cita, y ______... - finalmente se dispuso a mover la palanca del auto.
- ¿Qué mamá? - solte con fastidió esperando algún comentario extraño de su parte, el oji azul solo veía con diversión la escena.
- Quiero que mis futuros nietos sean de él. ¡Adios, disfruten mucho su cita! - finalizó marchándose de una vez dejándome completamente avergonzada.
Solo pude tapar mi rostro con vergüenza, mis mejillas ardían de lo sonrojada que estaba, después de que partiera un silencio se instaló entre el músico y yo que a decir verdad no quería romper, solo pensaba en la tonteria que había dicho mi madre, si hablaba probablemente saldria una estúpidez referente a eso y no quería aumentar el penoso momento.
Después de unos segundos escuché una risa que en el mismo instante que destapaba mi rostro se convirtió en carcajada. Observe al pelinegro aún sonrojada.
- Te ves adorablemente graciosa. - sonrió seguidamente de eso, se acerco a mí, rodeo mi cintura con uno de sus brazos y beso mi mejilla.
- ¿Adorablemente graciosa? - cuestione con una leve risa tratando de controlar los nervios que florecian cada segundo en mi estómago.
- Como un gatito haciendo algo gracioso, aúnque en ti es el hecho de verte avergonzada por un comentario de tu madre. - explicó con su brillante sonrisa.
- ¡Pero Luka, ¿cómo se le ocurre decir sandeces?! - exclame observandolo apenada.
- No creo que sean sandeces... - habló mirandome de reojo.
- ¿Qué demo... ¡Luka! - exclame volviendo a sentir mis mejillas calientes debido al mensaje oculto en sus palabras. Él pensó lo que dijo mi madre.
- No es un mal plan sí lo piensas bien, además se que estás pensando "es nuestra primera cita, ¿cómo puedes pensar en eso?", pero sí lo piensas bien las relaciones a largo plazo surgen después de la primera cita. - habló dejando un pequeño beso en la comisura de mis labios.
- Eso nisiquiera esta comprobado. - dije entre risas.
- ¿Y si lo comprobamos nosotros mismos? - habló acariciendo mis mejillas con cariño.
En definitiva este hombre es una dulzura.
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