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Han sido, días realmente difíciles. Adaptarse a tener la cuna en el cuarto junto a la niña, ha sido lo más fácil del mundo, a pesar de todas las quejas que había recibido por parte de Alone al principio, si incluso se estaba volviendo mas permisivo y dejaba que el perro se acostara también ahí mientras esperaba que se diera el momento adecuado para introducir a Athanasia a la habitación, lo cual era una tarea mucho más complicada, porque aunque ya estaba la cuna con ellos, debía de ser paciente y esperar a que Alone se sintiera seguro de querer saber o verla durmiendo cerca de ellos. Era de solo de ser paciente, esperar, primero que nada, que Alone, quien no estaba realmente feliz con la idea de tener tan ostentosa cuna de su lado, aunque siendo sincero, el jamás estuvo realmente de acuerdo con su idea, lo sabía, pero al final tampoco le dio tanta importancia, porque el sentía, tenía esa sensación de que tener a la rubia con ellos, más cerca, sería un bien mayor para los tres. Para el de cabello negro que aparentemente hacia lo posible por tenerla, pero aún no parecía animarse a hacerlo de una forma más cercana, y a la rubia, cuyo estado ausente era algo que aun permanecía a pesar de tener ya un tiempo desde que llego a la superficie, su tranquilidad era desconcertante, así como su falta de reacción a muchas cosas o a alimentarse correctamente, comía entre lo suficiente o muy poco, dependiendo del día.

Lo que obviamente no se esperaba, era la especie de choque emocional que vendría a continuación.

Athanasia no había llorado mucho desde que la encontré, en el inframundo le avisaron que lo había echo solo cuando el hambre era extrema, mayormente, se quedaba tranquila en su cuna, como si no existiera. Lo mismo había pasado en su estadía en el castillo, tan tranquila como si aun fuera el alma durmiente que encontró Alone y el mismo mantuvo en los Elíseos.

Bueno, todo eso termino cuando paso mas de diez minutos en brazos de Alone y se puso a llorar. Lo que se convirtió, posteriormente, en los minutos mas largos de sus vidas mientras intentaban calmar a la rubia que no paraba de llorar en brazos de la madre que en su momento la había rechazado, hasta que al final, tras descubrir la parte del pecho y el contacto fuera más directo, finalmente parecía calmarse.

Los días posteriores a la situación, al menos con Athanasia, lo hacían sonreír a cada momento que pasaba con ella. Había pasado de ser una bebé sin reacción alguna, a moverse enérgicamente en su cuna, balbucear cuanta cosa quisiera y a pedir comida mas regularmente, algo que agradecía mucho, ya que la sentía demasiado delicada, aunque en un principio había pensado que eso se debía a lo que Alone de seguro le había heredado, con eso de que el también era muy delgado. Menos mal que, después de llorar en brazos de Alone, finalmente parecía comprender que estaba "viva."

El problema, por supuesto, llego después pocos días después.

Aun no le queda totalmente claro en que momento todo se había destruido, cual castillo de naipes con una pequeña brisa de aire, lo única que si era seguro, era que Alone finalmente parecía estar superando una etapa después de que se hubieran peleado una vez más, como venían haciendo día tras día de no llegar a ciertos acuerdos debido a, su falta de confianza en las palabras de Alone y la constante incomprensión de lo que quería o necesitaba cada uno. Pero por el momento, después de ¿arreglarlo? Casi todo, era mucho mejor si no se ponía a indagar en esas cosas hasta que el de cabello negro realmente se encontrara bien, mínimo, no lo había sacado de la habitación tras traerle un aperitivo de carne y simplemente habían pasado a mantenerse acostados en la cama y charlar un poco para dejar algunos detalles, sencillos, totalmente claros entre los dos.

Ahora, simplemente se mantenía acostado, con el menor entre sus brazos y asegurándose que siguiera dormido, antes de sentir que su propio sueño iba llegando poco a poco, uno al que no quería ir debido a la extraña conexión que había formado con Alone, la necesidad de mantenerlo en un sueño seguro, desde hace un tiempo, se había vuelto un pequeño placer culposo, el cerrar los ojos, y entrar directamente a un sueño que no le pertenecía.

Abrir los ojos en un lugar totalmente diferente, debido a la extravagancia del castillo, todo dentro de aquella casa se veía mas pequeño de lo que acostumbraba ver al despertar, el closet no está lleno, como debería, pero no ocupa dos habitaciones como en la realidad, es una constante que se mantiene junto a varias cosas más, como la casa, o la leve sensación de opulencia, pero era algo que el subconsciente de Alone no podía descartar nunca, era su sueño después de todo, y en su sueño, todo era como el deseaba, como su subconsciente deseaba, aun si él había amañado muchas cosas para que fuera lo suficientemente realista o que al despertar no recordara nada mas que una leve y agradable sensación

Es el quien se queda con la amargura al despertar, levantándose de la cama al sentir que ya estuvo flotando el tiempo suficiente, era una constante que debía recordar, no debía dejarse seducir y creer que todo aquello era real, su peor error seria

Aunque eso es lo que quiere, cuando baja por las escaleras del rustico y hogareño hogar, la agradable sensación que aun no logra identificar por completo se extiende por toda la casa, una que le hace sonreír cuando llega a la cocina y ve a un "Alone" terminando de preparar el desayuno, con una sonrisa mientras presta atención a una entretenida Athanasia, sentada en lo que parecía ser una silla especial para ella, donde su botella de leche se mantenía frente sus ojos mientras sus pequeñas manos hacen un esfuerzo por jalarla y llevarla a su boca, mientras el rubio solo ríe en lo que va y viene de la cocina, a la vez que el columpio para bebes balancea constantemente, en un ir y venir al que Athanasia normalmente sucumbe al momento de dormir.

—Buenos días. —se hace notar frente a la fantasía, mirando el cabello dorado un momento antes de que los ojos azules se encuentren directamente, ese momento donde algo se estruja en su pecho mientras el aire le hace falta por un instante.

—Buenos días, ¿descansaste?

—Si, aunque debí de haberme despertado por Athanasia para que tu durmieras un poco más.

—Oh, no te preocupes por eso, de hecho, fue ...., quien me despertó, Athy lo hizo después.

Sus labios tiemblan antes de perder de vista los ojos azules, momento que aprovecha para sentarse y ocupar el asiento que le corresponde, antes de que su compañero finalmente termine lo que está haciendo y también se acomode en la silla, mirando el columpio un momento, acomodando algo que el jamás seria capaz de ver y posteriormente acomodar la botella para que Athanasia finalmente pudiera ser capaz de comer en su sillita.

—....... ya comió, no habrá que preocuparnos por él, se durmió casi al instante de ponerlo en el columpio.

—Te dije que el columpio sería una buena inversión.

—Se veía desde la caja que lo seria.

Bebe un sorbo del café invisible para pasar el mal trago, sin sentir la taza en su mano o cerca de sus labios, manteniendo siempre presente que todo lo que lo rodeaba era falso, mientras el columpio se sigue meciendo, con una sabana envuelta en el aire, jamás podrá ver que hay ahí o escuchar el nombre que se supone que tiene de nacimiento, hasta que la mente de Alone sea realmente capaz de crear una imagen soñada de lo que podría haber sido aquel hijo, pero por ahora, solo hay aire ante sus ojos y un espacio vacío cuando habla, algo de lo que nunca podrá encariñarse o sentir algo en específico, al final, todo solo era un sueño, una fantasía que no habían sido capaces de alcanzar, solo porque llego demasiado tarde.

Uno que debía de seguir bloqueando para que Alone despertara sin mas remordimientos por la mañana. Uno que prefería ser el único capaz de recordar, por más bien o mal que pudiera crear.

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