V
Balanceo la cuna con un pie, recargado en su asiento mientras miraba a la nada infinita con los brazos cruzados, disfrutando del silencio de la habitación mientras la rubia dentro de la cuna descansaba, haciendo un gorgojeo raro cuando parecía respirar por la boca o algo así.
Suspiro, antes de cerrar sus propios ojos, estaba cansado. No de cuidar de Athanasia, ella era un bebe realmente tranquilo cuando estaba presente, llego incluso cuando estaba siendo alimentada para ser dormida por la musa, aferrada con una mano a la ropa de la dama mientras con la otra parecía querer sostener el pesado biberón, incluso parecía más feliz de lo normal mientras su pequeña espalda era golpeada para que sacara los gases, o algo así le habían contado que era la razón por la cual hacían eso. Al final, había terminado acomodándose en la silla al lado de la cuna mientras ella era puesta ahí, medio dormida, antes de caer profundamente en un apacible sueño.
Y él tenía que estar ahí, buscando una posición cómoda en la silla porque le daba demasiada pereza traer algún sillón a la habitación, ni siquiera ordenarle a algún sirviente traer uno, porque sería hacer ruido y despertar al bebe, pero no podía moverse, porque aunque Alone no tuviera una forma de saber si paso o no el tiempo con ella, sabía que en algún momento iba a salir en alguna conversación/discusión entre ellos y entonces, entonces no se lo iba a quitar de encima de gritos y regaños.
Al final tampoco es como si le molestara mucho estar ahí, estar cerca de ella era agradable y tampoco es como si tuviera que hacer muchas cosas, la mayoría de su trabajo lo realizo antes de discutir con Alone sobre que él bebe lo necesitaba, algo que no era verdad ya que ella parecía estar bien antes de que llegara y de todas formas, pensaba realizar lo poco que quedaba cuando estuviera seguro de que ella ya estaba dormida, aprovechando estos minutos para intentar recordar que hora seria en la superficie, intentando percibir si el histérico de cabello negro ya se había acostado a dormir o aún era demasiado temprano para que lo hiciera.
Aunque con la falta de sueño que tenía, cualquier hora era buena para que ya estuviera en cama.
•──•─•──•✦•──•─•──•
—Baje un poco más el brazo.
—¿Así está bien?
—Si, eso es correcto, ahora sostenga con fuerza, pero no con demasiada.
—Creo, creo que lo entiendo.
Siguió las indicaciones lo mejor posible, permitiendo que la musa se acercara para corregir la posición de sus brazos y la cobija que había atravesado por la mitad de su cuerpo y hombro, para que él bebe no sintiera el frio de su sapuri, aunque poco parecía importarle a Athanasia, quien de vez en cuando se movía emocionada por la forma en que la estaba cargando o de que, al fin, alguien la estaba cargando.
—Si necesito algo te mandare a llamar.
—Está bien mi señor, tenga cuidado.
Salió de la habitación con Athanasia en brazos, con su pequeña cabeza bien acomodada en su hombro, una botella de leche en una mano por si se llegaba a necesitar, y la musa caminando unos cuantos pasos atrás, antes de que sus camiones se separan cuando tuvo que dirigirse al pequeño e incómodo despacho que había utilizaba normalmente para encargarse de las cosas escritas que, en otra habitación, seria o muy incómodo o demasiado interrumpido. Eso sin contar, que obviamente había documentos de los que no quería que Alone se enterara.
—¿Que vamos a hacer, Athanasia?
—Guu.
—Tengo que irme y tú te vas a quedar...
Se ayudo de sus pies para que la silla giratoria se moviera lentamente de derecha a izquierda, con la botella llena de leche en el escritorio, usando su, ahora, mano libre, para tomar los pocos documentos que tenía en el escritorio y empezar a leerlos.
—Pero cuando lo haga, Alone empezara a quejarse de nuevo...
—...Gua.
—Mmm.
Firmo algunos papeles antes de anotar otras cosas en una hoja en blanco, acomodando las cosas en distintas columnas según a quien eran dirigidas, haciendo malabares entre sostener a Athanasia, que se movía de vez en cuando, como en encontrar el momento justo para detenerse un instante y firmar sin que su mano se moviera, tanto, así como arreglárselas para hacer todo con la mano izquierda, que aunque no era muy bueno con esa mano, mínimo todo era legible y presentable.
—No tengo muchas ideas.
Hizo círculos en la hoja donde había practicado su firma antes de arruinar algún documento importante, sonriendo antes de escuchar como Athanasia finalmente se quejaba, o porque la posición ya la había cansado, tenía hambre o simplemente porque había dejado de moverse.
—Vamos a aprovechar, para darte de comer como dicen que se da... Y preparar todo.
Acerco más la botella de leche, antes de acomodar a la pequeña, jalando la cobija en el proceso para que no sintiera el frio del metal, recordando las indicaciones recibidas y rememorando la forma en que las mujeres solían sostenerla para hacer eso.
Lo que hacen los tiempos de necesidad, aprender cosas que no sabia si iba a necesitar aprender en algún momento.
—¿Estas a gusto?
Miro al bebe como si realmente esperara a que ella le contestara, sosteniendo el biberón no muy lejos de ella, del cual sus ojos ya no se despegaron y dejo de prestarle alguna clase de atención al dios menor que era y a la vez no era su padre, un caso tan curioso en el que nadie quería desperdiciar su tiempo para buscarle lógica.
Era como discutir sobre si Oneiros era hijo de Pasitea o alguien más, un tema en el que nadie quería meterse.
—Bien, tomare eso como un sí.
Pocos minutos después, en que el biberón quedo a la mitad, termino cediéndole el bebe a la musa que, calculando las horas, había ido al despacho para hacerse cargo de hacer repetir al bebe y regresarlo a la cuna, retirándose en silencio con la pequeña rubia ya con los ojos casi cerrados, tan tranquila como en aquellas ocasiones en los campos Elíseos.
—Neilo.
Llamo a la musa antes de que se retirara por completo, haciendo que se girara antes de salir por completo de la pequeña habitación.
—¿Sí?
—No hay nada de ella lavándose, ¿verdad? Todo está en el cuarto.
—En efecto, no hemos movido nada.
—Perfecto.
Se la iba a llevar consigo al castillo, no tenía por qué pensárselo mucho, ¿Y que importaba si Alone se molestaba? Con ella en el castillo, ya no tenia que ir y venir.
Era le mejor idea que podía haber tenido.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top