II

La visita a Hécate no arroja mucha luz sobre el asunto que le importa, a pesar de que permanece sentado frente a ella varias horas para intentar que sus dudas sean resueltas, con la pequeña Athanasia durmiendo cómodamente en un cesto tejido de ultimo minuto por las ninfas, envuelta en tela blanca de un quitón, la única prenda que se les ocurrió usar para envolverla ya que no tenían algo de su tamaño a la mano.

Al final, su visita se había tratado únicamente de escuchar a Hécate hablando sin parar sobre la cantidad insana e imposible de amarres y hechizos que tenia encima, pero que no parecían afectarle tanto, debido a su condición de dios y la cantidad de Karma que tenia acumulado con los siglos de existencia, así que simplemente permaneció ahí, sentado lo mas quieto posible mientras la diosa iba de un lado a otro, machacando algunas plantas y buscando más en las estanterías que tenía por ahí.

—Se ensañaron mucho contigo... Aunque, esto debería de ser suficiente.

—¿Suficiente para qué?

—Para deshacer lo que te hizo.

Siguió quieto en su lugar, aguardando pacientemente mientras dejaba a Hécate trabajar en lo que hacía, observando atentamente el momento en que termino de preparar las plantas y puso el mortero frente a su cuerpo, antes de prenderles fuego para que un humo espeso y blanco comenzara a llenar la cueva donde se encontraban, notando como la nube blanca parecía dirigirse directamente hacia él, a pesar de que no había una gran corriente de aire que hiciera que aquello fuera tan posible.

—¿Te sientes mejor?

—No lo-... Si, creo que sí.

Mintió, rodando los ojos para buscar con su mirada a la pequeña rubia que aún seguía durmiendo, sin responder a lo que estaba ocurriendo en aquel momento, al parecer, iba a tener el sueño muy profundo o su pronta y extraña nueva existencia era tan cansada, que podría necesitar un buen tiempo para asimilar su nueva existencia.

—Es todo. —hablo de repente la diosa de cabello negro, antes de tomar asiento frente a su invitado, a quien ya podía ver mejor a través del humo.

—¿Es todo? —repitió, sin entender en lo mas mínimo—. Pero no has respondido mi duda.

—¿Tenias una duda?

Era difícil tener un silencio incomodo con otra deidad, sobre todo cuando no sabía que hacer o decir exactamente, para evitar despertar su innecesaria ira y que lo sacaran a patadas de ahí, así que con cierto cuidado, arrastra la pequeña canasta donde Athanasia se removió ligeramente ante el movimiento.

—Bueno... Yo... Quería hablar un poco más.

—Entonces toma tú té y hablemos.

Miro a la diosa un momento, antes de dirigir su mirada hacia la taza donde el fuego se había evaporado y ahora había una extraña bebida que no podía reconocer de ningún lado, lo que le hizo tragar saliva, con algo de duda sobre si debía de beber eso o no.

Pero tras intercambiar miradas con la estoica Hécate, supo que no tenía muchas más opciones si quería quedarse un poco más ahí e intentar resolver la duda que poco a poco iba olvidando.

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Se sintió atacado cuando todas las ninfas lo miraron de repente, sentadas cerca del pequeño circulo de flores donde el alma de la nueva ninfa había estado descansando cuando no supo que hacer con ella, así que, derrotado, una vez más, se sentó junto a las damas para dejar la canasta a un lado, con cuidado de no aplastar las flores que habían sido la cama de la rubia.

—¿Qué dijo la diosa Hécate?

—¿Ella sabe que paso?

—¿Nos la podemos quedar?

—¿Nos traerá cosas para ella?

Vio el rostro ilusionado de las ninfas, expectantes a que sus dudas fueran resultas mientras lo miraban con emoción, intimidándolo lentamente cuando las ultimas dos preguntas se repitieron varias veces en su mente, intentando no mostrar tanta emoción ante las jóvenes que de seguro estaban esperando que lo último se cumpliera para pedir no solo cosas para él bebe.

Demonios, si iban a quedarse con ella.

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Sintió su espalda tronar mientras subía los escalones del castillo, sin iluminación alguna que lo acompañe debido a que era demasiado tarde y no veía necesidad alguna de avisar de su presencia los sirvientes, lo único que quería hacer era llegar, quitarse el saco lleno de flores y simplemente tirarse en la cama que no le pertenecía pero que casi podría ser de él también, tomando en cuenta que, solo porque sus cosas no entraban en ninguna parte, esa era también su habitación.

Se dejo caer contra el colchón sin fijarse mucho en la persona que ya dormía en la cama, murmurando maldiciones contra la almohada antes de empezar a acomodarse, sin siquiera mover el cobertor para cubrirse, únicamente arrastrándose sobre la cama para abrazar el cuerpo ligeramente mas pequeño y delgado que ya desde hace rato parecía haberse quedado dormido, aunque ahora con la cantidad de movimiento que hizo, lo había terminado medio despertando.

Al igual que cierta bola de pelos con la que no le gustaba compartir cama, razón que le hizo gruñir mientras enterraba su rostro en el cabello negro.

—¿Oneiros?

Paso el brazo por su cintura, intentando jalarlo antes de sentir como un par de dientes se clavaban en su brazo sin mucha fuerza, Cerberos en su forma pequeña también parecía estar adormilado, pero eso no significaba que su posesividad le iba a permitir quedarse el solo con Alone.

—¿Qué de dije del perro en la cama?

—Eso te pasa por no venir más temprano, ¿Dónde estabas?

Afloja el agarre en la cintura de Alone, gruñendo cuando los colmillos se retiraron y apareció un quejido de felicidad, antes de sentir a la bola de pelos acomodarse bajo su brazo y lo mas posiblemente cerca de Alone.

Maldita bola de pelos, odiaba tener que compartir su tiempo en la cama con Alone.

—Duérmete, estoy cansado.

Intento dejar de pensar en eso, elevando ligeramente su cosmos para intentar darle tranquilidad a Alone, esa que le quito cuando se lanzó sin pensárselo mucho en la cama.

—Está bien...

Respiro profundo contra la cabeza de Alone, intentando deshacerse del aroma de humo que aun lo rodeaba y las flores con la que las ninfas, emocionadas por saber que iban a hacerse cargo de Athanasia ya que él no podía ni quería llevársela consigo, le lanzaron a la cabeza en señal de felicidad.

Mañana iba a fingir demencia, era innecesario tocar el tema con Alone.

Totalmente innecesario.

...

Bueno, tal vez podría intentar preguntar sobre la insana cantidad de amarres y hechizos que Hécate le detecto...

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