Epílogo

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Clap, Clap primera palabra
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La mansión Sakamaki había amanecido con un lindo día, Yui hace unos días que compartía hay más feliz sus días junto a su esposo Ayato, ya que en la familia se había integrado uno más, si, un pequeño pelirrojo de ojos rosados se encontraba en brazos de la pareja.

-Ore-sama está tan orgullo de nuestro guapo hijo -comenta acariciando la mejilla del pequeño bebé de casi un año.

El pequeño Taiki, eligieron ese nombre siendo conscientes que aquel significase "grandes esperanzas" y claro que lo fue, en el parto de la bienvenida del pelirrojo niño.

Ayato lo recordaba como si fuera ayer, perdiéndose en aquella mirada de su hijo, mientras jugaba con él, siendo observado feliz por Yui.

... Ese día había sido turbio, parecido al día de la tensión de la presencia de Kurai y Karl el primer día, algo parecía anunciar malas noticias por lo que tuvo que ser transformada en vampiresa ya que su corazón parecía no funcionar perfectamente al estar con las contracciones. Era como un dolor revivido para él, ya que por alguna razón ese problema le recordaba que aquel corazón era de esa extraña que tanto quiso y odió, el tiempo parecía estar acompañado con la venida del nuevo integrante con los rayos y truenos en el cielo chispeando aquella noche de junio, tanto que como un trueno cayó al suelo iluminando toda la casa, el llanto su hijo resonó por todo el lugar.

Era como si se hubiera presentado una gran esperanza tras él, en el momento el gran ore-sama alardeaba por la gran entrada que había hecho su príncipe. Sin embargo, desde ese momento Raito actuaba por los primeros meses extraño.

Ninguno de los hermanos Sakamaki le dio importancia hasta el momento de que de repente Karl llegó y se llevó para rectificar a Raito por su mal comportamiento, algunos daban a comprender que la muerte de Kurai le había vuelto loco, ya no era el mismo. Ya no lo trataba como hermano. Por lo cual esa persona se lo llevó para rectificar el hecho.

Después de un tiempo supieron que había encontrado para su novia y propia familia, nadie quiso ir por desinterés. Tampoco fueron obligados.

-Ayato...

-Ayato-kun...

-mi ore-sama, ¿Estás bien?

Fue allí cuando regresó de aquellos recuerdos, para luego abrazar a su hijo, haciéndolo reír, mientras observaba de vuelta en Yui.

-Así mismo, mi Hime-sama. -la atrajo hacia él, abrazándola por la cintura para dejar un dulce beso en la frente.

Ayato estaba feliz por la familia que ahora poseía, cada uno de sus hermanos fueron teniendo sus novias sacrificadas que al final cada una los iba eligiendo. Cada uno con su opuesto y pareja que con los completaba para bien

-Estoy feliz de estar contigo, parece que las cosas al fin están yendo bien. ¿No es así mi pequeño bebé? -dijo pellizcando la rubia a su hijito en la nariz, haciendo carcajear.

-¡Ma...má!

Pronunció pausadamente, observándola como si fuera su gema más hermosa. Mientras jugaba con los cabellos de su padre.

-¿Y yo que, mi principe? -se muestra indignado Ore-sama.

Haciendo carcajear más aún a su esposa e hijo, mientras torpemente el pequeño despega la mirada de su madre hacia su padre. Para saborear algo entre sus labios babosos.

-¡Odepa... pa!(orepapa)

Siendo allí como todos los hermanos que estaban medio perdidos con sus prometidas y esposas, se permitieron reír burlones ante tales palabras.

-¡Ese es mi sobrino! -exclamó Hurunie, la esposa de Subaru. Que poseía una mirada ambarina con la melena negra pero recortado hasta los hombros.

-Ja, orepapa le quedaría si fuese calvo -se burla Shu, mientras disfrutaba de las caricias en la cabeza de su esposa Maru, una joven de cabellos blanco con estilo de punk y ahora tranquila pero con apariencia totalmente distinta a lo que transmitía.

-¡C-cayense par d-de idiotas! -Gruñó el pelirrojo totalmente sonrojado- Chichinashi dile algo a nuestro hijo, te lo ordena Ore-sama -se queja.

-Cariño, di papá, ¿si?

El pequeño niño ahora parecía tener una mirada burlona digna de su padre, quien trago saliva ansioso por escuchar lo que deseaba.

-¡ORE-PAPÁ! PAPAPA...

Fue allí cuando Ayato tan solo suspiro resignado ahora ya no parecía decir papa calva. Sino que una combinación de Ore-sama y papá.

-Ja, en sus caras.

Dijo mientras ignoraba a todos sus hermanos que parecían seguir con la palabra del momento.

Mientras que en otro lado, las cosas se desarrollaban igual de felices, pero más distintas.




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Taiki, y su gran esperanza.
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Karlheinz al ver que justamente el día del nacimiento de su nieto heredero del gran poder que Kurai había dado para el Reinado del Rey vampiro, se desarrollaba bastante intenso, hace unas horas Ruki, Kou y Yuma habían llegado ante el pidiendo ayuda, Azusa se había salido con el mal temporal fuera y temían que algo malo le pasara a su hermano menor.

Pero era Raito quien caminaba ya desde hace una hora bastante inquieto, mirando la ventana, esperando que algo apareciera para alegrarlo. Lo presentía en la garganta, en su ser.

-¡No puedo más!

Grita frustrado aquel día oscuro de junio, teletrasportandose fuera de casa, observando justo al mismo tiempo que Azusa una escena que les heló la sangre a ambos. Una cachorrita cocker spaniel, más bien una cría, y una chica de cabello lavanda estaban heridas y en posición fetal en medio un trueno que había caído e iluminado sus ojos.

Una sensación de preocupación y susto les inundó, mientras se acercaban a ayudar a esa chica que sin duda sabían y algo les gritaba que era ella. Después de 10 años de su muerte. Ambos no la habían olvidado.

Tanto Raito y Azusa se fueron rápidamente a alzar a ambas criaturas, la cachorra parecía estar preocupada por su dueña pero también estaba algo desnutrida, mientras que la joven de cabellos lavanda perdía sangre demasiado para el gusto de ambos vampiros les llamaba como si los volviera locos pero al me mismo tiempo los dañaba como lava ardiente ver aquella escena siendo testigos.

-¡¿R-ruki!?

-¡¿Padre!?

Ambos exclamaron al unísono muy preocupados al llegar a la mansión de Tougo Sakamaki, que estaba reunidos con sus otros hijos, pensando y planeando como encontrarlos.

-¡Azusa-nii donde estabas?

Exclamó preocupado Kou, pero al oler sangre que parecía estar muriendo. Se tapó la nariz asqueado por tal aroma.

-¿Que diablos es aquel olor? -se quejó Yuma ante el olor nauseabundo que llegaba con ellos.

-Parece estar bastante herida... Iré a por lo necesario. -se volvió a ir Ruki.

Mientras que Karlheinz se encontraba en un estado de parálisis al ver la cachorra que le traía recuerdos, pero al acariciarla la cabeza. Jadeó sorprendido al ver que esta cachorra tan solo gimió ante la chica con aquellos ojos cafés suplicando que ayudara a su ama. Esa no era su cachorrita.

-ugh... -se quejó la joven, tosiendo sangre.

Azusa y Raito ya se encontraban muy preocupados.

-¡Apura esas piernas Ruki/mestizo!

Logrando que el joven Mukami mayor se acercara con enojo ante la inquietud de ambos, intentando calmar el sangrado. Pero notaba que el pulso de la chica parecida a Kurai iba bajando velozmente.

-No creo poder salvarla, ha perdido mucha sangre.

-Y es tarde para llamar al doctor -dice serio Karl.

-No...

-¡No permitiré que la perdamos de nuevo!

Ambos se negaron ante la idea, la colocaron con cuidado en el sofá, importando le poco y nada la reacción asqueada de los hermanos Mukami y padre. Azusa había tomado la mano izquierda de la joven, y Raito la derecha, siendo así que ambos la mordieron al mismo tiempo, tanto en las muñecas como en cada lado del cuello de la joven.

Produciendo quejidos por parte de ella, pero ambos observaban esperanzados de que aquello funcionarán, estaban desesperados. Y tan solo después de escuchar una llamada intensa en aquel silencio.

Que toda la familia que vivía en aquella mansión del Rey vampiro, se había quedado en silencio al ser testigos de como el corazón de la melena lavanda dejaba de latir, no poder escuchar el corazón de ella llenaba de inquietud el salón principal.

-¿Si?

La voz que Karlheinz se escuchó respondiendo la intensa llamada, escuchándose una voz educada tras ella.

-Ya nació tu nieto, y con una gran entrada, viejo. El heredero Taiki que tanto deseaste llegó -dijo Shu adormilado.

Tras aquella noticia, el Rey vampiro sonrío con nostalgia, para luego decir a los presentes.

-Ya sois tíos, Yui y Ayato ya son padres, se llama Taiki.

-Uhm... Curioso, ¿porque le habrán puesto "grandes esperanzas"? -se preguntó curioso en voz alta Kou.

Aunque justo cuando Ruki iba a decir que ya se había muerto. Una luz los cegó menos a los que habían mordido a la joven, observando atentamente como aquellas mordidas se volvían en tatuajes extraños y de color rojo con lavanda suave, mientras que la cachorra empezaba a remover se en el sillón, como si estuviera recuperaba, acercándose a su ama. Una vez cecca, ella lamió la mejilla de la chica haciendo reírse levemente.

Siendo que aquella risa había producido un estremecer conocido en los presentes. Esa risa lo conocían de una sola persona y esa era.

-Kurai....

La joven iba despertando pero empezando por soltar algunos estornudos levantándose de golpe del sillón, aun sentada pero con alergia en la nariz.

-¿Porque... Hay tanto polvo, vampirito? Que acaso no limpias este lugar. -se quejó la joven recién despierta, acariciando su monte de la nariz para calmar los estornudos.

-La salvamos....

Tanto Raito como Azusa suspiraron de alegría, sin embargo cuando la mirada de ambos se conectaron con la de ella sintieron un cosquilleo mágico que parecía como si ya nada los conectara al mundo, todos los hilos que los mantenidas fijos y con vida habían sido desconectados del Rey vampiro, de los Mukami, de los Sakamaki para ser conectados a ella.

Igualmente ella tan sonrió an sentir esa confección especial.

-Los extrañé mucho, chicos.

Ambos se arrojaron a abrazarla, la última conexión de magia percibida en ella había sido usada por dos vampiros que tan sólo podían amar a un persona y esa únicamente a ellos dos.

Porque desde el inicio, Raito realmente había sido el primer beso de Kurai, y Azusa había sido con el que primero tuvo el lazo de amor incondicional.

Creando así un lazo sobrenatural e imposible de separar. Un amor incapaz de ser destruido por la misma muerte.

Porque si, la tez pálida ahora era por ser vampiresa, sus ojos eran heterocromaticos ahora del lado izquierdo era lavanda y del derecho rojizo claro. Signo de la mordida del vampiro completo.

-Bienvenida querida, siempre tan especial con tus entradas.

-Uhm, y tu siempre tan bromista. ¿Que acaso vosotros par de maleducados no me saludarse?

Preguntó indignada y divertida a la vez a Ruki, Kou y Yuma que parecían no creer lo que sus ojos estaban viendo.

-Grandes esperanzas llegaron...

Dijo Ruki estupefacto.

-P-pero.... ¿Cómo es posible? Ella es vampiresa... Dios... Ya no es Mpet-chan.

-Maldita cerda, ¿cuánto te dejaste los pelos en ella? ... -se burlo Yuma apuntando a la cachorra a su lado.

Raito y Azusa se encontraban admirandola como unos completos tontos enamorados, mientras que la pelilavanda se quedaba observando a la cachorra quien una vez que ambos vampiros la dejaron de abrazar se arrojo a ella.

-Aish... Mi pequeña bola de pelos, mi pequeña eien. -la abrazo divertida, a su cachorrita pequeña, ni sobre 30 centímetros poseía de altura.

-¿Eien?

-Bien, ahora también ya me perdí Kurai. -se sintió confuso el pelicastaño de ojos jade.

-No era... ¿Acaso... Tu nombre... Kurai... Eien..? -pregunta confundido Azusa.

Logrando que la sonrisa se convierta en una carcajada divertida, estaba muy sorprendida y encantada con sus amores.

-Awww, estáis tan tiernos. Así es, solo que Kurai era solo mi apodo de animaga, y ella es parte de mi. Aunque es extraño que no estemos conectadas. -frunció el ceño, pero la cachorrita tan solo parecía ser una normal y corriente, mordiendo y babeando los dedos de la peli lavanda.

-Oe! ~ no muerdas a mi novia.

-Si... No la muerdas... Espera... ¿Novia?... Cuando se lo... Pediste? -preguntó confuso Azusa, matándolo con la mirada.

Logrando que la peli lavanda se levantara al mismo par que dejaba a la cachorrita en el sofá. Haciendo un gesto para que se quedase allí.

Sin duda alguna la mirada de Kurai con la altura que había tomado al convertirse en vampiresa había intimidado también a Azusa y Raito.

-Cierto, ¿cuando me lo pidieron? -preguntó cruzándose de brazos burlona.

Logrando que Azusa tragara saliva, sonrojandose. Y Raito pues le estaba haciendo competencia a Ayato con su cabello menstruación.

-eh... Etto... ¿Yo...? Nfu~ no me molestes tonta ¬\\\\\¬

-Cuando se decidan en pedir las cosas como seres educados me hablaran, ahora necesito mimar a mi vampirito favorito -se acercó a Karlheinz demasiado rápido para su sorpresa. -uau~

-Ja, mi Kurai, la inmortalidad te sienta bien. También me alegra que no me olvidases -la abrazó en confianza, mientras la peli lavanda también lo abrazaba relajándose, feliz de que no haya cambiado mucho en su ausencia.

-! Grrrr, sueltala es nuestra!

Ambos vampiros empezaron a inquietarse ante ese abrazo que gracias a que Kurai les daba la espalda no veían como este le sacaba burlonamente a sus hijos la lengua.

-Aunque no te observe no quiere decir que no te vea Karl.

Karl se estremeció al sentir un fresco recorrer su espalda, al encontrar la mirada conocida en la cachorrita observándolo con una oreja levantada.

-Tks... Lo olvidaba.

-Jajaja, no seas celoso. Tu sabias bien que nuestro cariño no es de pareja, sino de padre e hija, o aveces de madre a hijo. -se burla Kurai del vampiro.

Que la suelta, para luego ir a abrazar a Ruki, kou y Yuma.

-También te extrañamos, esos tres casi se volvieron locos sin ti -admitió chismoso Kou.

Logrando así que una batalla de miradas se viera por parte de Karl, Azusa y Raito.









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El gran momento, la boda.
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Aquella tarde noche las cosas estaban ajetreada, el compromiso hace unas semanas se había dado, después de que Raito y Azusa se pusieran las pilas a no sólo pedirle que fuese su novia, sino que se casara con ambos, logrando que Kou pegara el grito al cielo emocionado. Tanto que Yuma lo tuvo que dejar inconsciente.

Actualmente, en aquel abril de tarde, Ruki y Kou estaban teniendo un pequeño lío, no contaban con que Kurai no deseara ponerse tacones.

—¡No me podré esas cosas del demonio! Por ningún modo de mataré por ellas —gritó enojada.

Arrojando los tacones de aguja hacia Kou que por pelos no lo esquiva, agarrandolos con suma delicadeza, agradeciendo que no se rompiera.

—wuaf wuaf grr...

La pequeña Eien estaba gruñendo a los vampiros que desafiaban a su dueña, pero en un momento a otro Ruki y Kou trabajaron en su equipo, haciéndola chillar a la prometida.

Alertando a los novios, quienes enseguida fueron en su ayuda, pero detenidos por Yuma, que en seguido se tensó al ver como Kou arrojaba fuera a la cachorrita cocker spaniel.

—¡Que diablos?

Ambos por primera vez estaban nerviosos de que le pudieran estar haciendo a su novia.

—Yuma, sueltame....

—¡Maldito que les están haciendo! ¿BRU ESTAS Bien?

Ambos querían pasar pero Yuma no les permitía.

—No pueden pasar, es de mala suerte ver a la novia con su vestido. —Gruñó alejandolos

Pero fue Karl quien los alejó por completo dejándolos en el altar, para luego después de dos horas ver a la radiante novia, venir con el Rey vampiro. Parecía tan hermosa y exótica para ambos prometidos. Se les hacía agua la boca, nunca pudieron creer que no verla un día entero los hiciera extrañarla demasiado.

Una vez que la vieron con aquel vestido que tapaba de los demás sus senos copa f, pero a la vez los realzaba, los hacía temblar, justamente porque mostraba sus piernas ya que el vestido tenía un corte sexy y sugerente en las piernas. Una vez que llegó a los brazos de sus prometidos, ella se aferró como cervatillo a ellos.

—Te vez sexy, querida.

—¿Q-que...ocurre?

Raito cada vez la deseaba más, mientras que Azusa tartamudea por verla tan hermosa pero también preocupado por verla temblar de cadera para abajo.

—N-no me soltéis.... N-o quiero caer —susurra para ambos.

—Cuidenla, que no sabe usar tacones, hijos —susurró Karl al entregársela, para luego colocarse en medio de Ruki y Kou, Yuma.

Siendo allí cuando la comprendieron más, mirándola con ternura y divertidos.

—Nfu~ nfu~Jamás..

—Te... Caerás

—No lo permiti...remos—susurraron al unísono.

Emocionando a la novia, que retenía las lágrimas por tal momento de apoyo moral. Regalándoles una sonrisa.

—Así pues, os pregunto. Sakamaki Raito, Mukami Azusa: ¿Quieres contraer matrimonio con Runirix Bruneila y efectivamente contraerlo en este acto?

—S-si... —ambos fueron tartamudeantes por los nervios.

Logrando que Kurai quisiera reír ante su ansiedad, pero lo ocultó sutilmente, mientras el Padre los miraba a ambos con una ceja alzada al no verlo tan seguros.

—¿Runirix Bruneila quereis  contraer matrimonio con Raito y Azusa y efectivamente contraerlo en este acto?—preguntó el padre a la peli lavanda.

—Sería un placer.

Siendo allí como el padre estaba orgulloso de que al menos la prometida se encontrase más firme que ambos hombres.

Entre esos momentos tanto Ruki como Karl estaban orgulloso de ella, tan firme y elegante hasta en momentos de nerviosismos.

—Ahora podéis proceder al intercambio de anillos.

Enseguida tras un silbido del Rey Vampiro la cachorrita Eien venía con el almohadón rojo con los tres anillos correspondientes.

Raito tomó valentía más rápido que Azusa agarrando el anillo y empezando a repetir las palabras del padre, mirando burlon al mestizo vampiro. Quien lo fulminaba.

— “Yo, Sakamaki Raito, te tomo a ti, Bruneila, como esposa y prometo serte fiel y cuidar de ti en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad, todos los días de mi vida. Hacerte llegar a ver las estrellas en cada día de mi eternidad”

Siendo así como Raito deslizaba el anillo de oro en el dedo correspondiente del lado derecho, justo en donde estaba el lado de su marca en la muñeca.

—“Yo... Mukami Azusa, te tomo a ti... Bruneila, como... esposa y... prometo serte... fiel y cuidar... de ti en la... riqueza y en la... pobreza, en la salud... y en la enfermedad..., todos los días... de mi vida. Hacerte...olvidar el dolor y la... Oscuridad de la soledad por toda... Nuestra eternidad... ”

Desliza con suma delicadeza y cariño en el dedo anular el anillo, dedicando una suave sonrisa tímida a su novia.

—Yo, Runirix Bruneila, les tomo a vosotros, Azusa y Raito, como esposos y prometo serles fiel y cuidaros en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad, todos los días de mi vida. Iluminandolos y amandolos incondicionalmente por toda esta dulce eternidad.”

Fue deslizando algo temblorosa los anillos en cuanto iba mencionandolos, sintiendo el cargo de cada palabra que su corazón profesaba sincero.

—Yo, el padre Yoong Josue, alcalde del ayuntamiento de matrimonio vampirico y sobrenatural en virtud de los poderes que me confiere el Rey vampiro, os declaro unidos en matrimonio. Enhorabuena, podéis besaros.

El momento más esperado al fin había llegado, por ende está vez tímidamente pero más aventurado intenta tomar control Azusa pero siendo frustrado porque justo en el momento que la iba a reclamar Raito la besa apasionalmente y dulcemente enfrente de sus narices. Mirándolo burlon, mientras hace que la peli lavanda sienta estremeceres en su piel.

Para luego dar el honor a Azusa por último, en dar el bello celular de labios dulce, tímido y suave que hizo palpitar de amor lento digno del Mukami.

Siendo así como la noche de fiestas comenzó, dando a ver a la esposa de Sakamaki Mukami Bruneila. El primer baile al menor siendo frustrado Raito, y festejando interiormente Azusa. Sin duda alguna este matrimonio sería el más divertido.

Y Karl ya se imaginaba ver a Kurai toda enojada cegada por los ridículos celos de ambos. Un espectáculo digno de ver. Aunque en la luna de miel lo que ese trío de vampiros se divertiria con la residencia privada en Grecia obsequio directo del Rey vampiro.

Tan solo esperaba que esto pudiera calmar a sus hijos. Si ya hasta este momento iban peleando pacíficamente por sus turnos con ella. Estaba feliz de que este final pudiera al menos tenerla viviendo con ellos, disfrutando de una hermosa inmortalidad que quedaba perfecta en ella.




























F I N

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