«6» Maraton 2/?
En la mansión Mukami, los mestizos se encontraban realmente preocupados, cuando habían llamado al Rey vampiro, el mencionado se encontraba en una reunión, del cual había dicho que pronto llegaría, que la aclararán en una cama con un poco de agua fría en la frente.
—¿Cómo.... es que.... acabamos....así? —pregunta Azusa, con la mirada pérdida en la cachorra inconciente.
Kou cambiaba cierto tiempo el baño frío, con una mirada seria. Su cachorra favorita estaba insconciente.
—Detesto que se tarde tanto, ¡Tks! —chasquea la lengua impaciente, Yuma.
Mientras los tres vampiros mestizos se encontraban cuidando y atendiendo a la cocker spaniel, quien parecia estar fuera de sí, casi podía parecer a un animal disecado. En la sala se encontraba Ruki, caminando de izquierda a derecha, inquieto.
—Lamento la tardía, vámonos —dice KarlHeins, con un doctor tras suyo.
Rápidamente al entrar en la habitación todos los que estaban dentro iban a reprochar por la llegada tardía del mayor, pero de repente el clima empezó a cambiar a una cálida, ocasionando que los más cercanos se les escapara el aliento.
—¡Rápido!, su temperatura está subiendo —ordena actuar al Doctor.
Del cuál curiosamente empezaba a quejarse de dolor al intentando calmarla mediante su don, pero parecía que la cachorra ardía tanto hasta quemar, por lo que con un rápido movimiento el Doctor desconocido agarró una aguja con una sustancia celeste, y se la inyecto ocasionando que todos escuchar un gemido de dolor.
—¡¿Que diablos crees que haces!? —exclama preocupado Yuma.
—La...L-lastiman... —murmuró Azusa, y por primera vez el dolor que sentía, no era para nada de su agrado.
El Rey vampiro estaba mirando todo atento, sorprendiendose por las reacciones de sus hijos, tanto como sus hijos de sangre como ellos, verdaderamente le habían agarrado cariño a Kurai. Pero justo cuando conectó miradas con él, el doctor le pidió que fuese el Rey vampiro quien la sumergirse en la tina de agua fría con hielos.
Pero no había dicho como, por lo que Karlheinz se metió dentro con ella en brazos y la empezó a sumergir, quedando totalmente sorprendido, ya que al ingresar al agua, parecía que esta misma se evaporaba tan rápido como los latidos de terror.
—¿Qué está pasando? —pregunta confuso Ruki.
—La fiebre alta que la estaba consumiendo, empieza a evaporarse. Asumo que la señorita no ha estado lejos del estrés psicológico, por lo que el tanto estar metido en una lucha mental ha estado consumiendola en un grave cansancio y estrés, como preocupación. Le inyecté un calmante, debería estar mejor dentro de dos días. Intenten que descance y no piense mucho...
Al comentar aquello el sirviente doctor ante la mirada del Rey Vampiro, desapareció, dejando serios a los cuatro vampiros de la Mansion Mukami
—Al parecer desean respuestas...
—Y espero que nos digas la verdad, sabré cuando estes mintiendo —dijo Kou con sus ojos atentos sobre él.
—No tenemos intensión de dejarte ir sin una razonable explicación de tus intensiones con ella, y de lo que sabes de ella —dice Ruki cortésmente.
—Lo entiendo pero... —dice saliendo del agua al ver que la cachorra no despedía vapor contra el agua—… dejenme que la cuide un poco.
—¡No estoy de acuerdo! ¡Dinos ahora! Tks... —chasquea Yuma, recostado por la pared.
Mientras el Rey vampiro llevaba a Kurai hacia la cama, Azusa con una suave y seria expresión dio a entender mediante una toalla que él la secaría.
Ocasionando que Karl suspire y los mire detenidamente.
—Ella...
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