Capítulo 19
- Preparaos, estarán a la que saltan - les advirtió Edward.
De pronto, el círculo informal de los Cullen se estiró hasta formar una línea flexible en cuya punta estaban Jasper y Emmett.
- Maldita sea - masculló Emmett en voz baja - ¿habíais visto algo así?
Esme y Rosalie intercambiaron una mirada.
- ¿Qué pasa? - susurró Bella - no veo nada.
- La manada a crecido - respondión Edward.
Evangeline agudizó la vista para distinguir a los lobos en la penumbra.
Había diez.
Carlisle avanzó un paso con deliberada lentitud.
- Bienvenidos - saludó a los lobos.
- Gracias - contestó Edward haciendo de intérprete de Sam - venimos a oír y escuchar, pero nada mas. Nuestro autodominio no nos permite rebasar ese límite.
- Es más que suficiente - respondió Carlisle - mi hijo Jasper goza de experiencia en este asunto - le señaló - el nos va a enseñar como luchar, como derrotarlos.
- Los atacantes...¿son diferentes a vosotros? - preguntó Sam mediante Edward.
Carlisle asintió.
- Todos ellos han sido transformados hace poco, apenas llevan unos meses en esta nueva vida. Carecen de habilidad y estrategia; solo tienen fuerza bruta. Esta noche son veinte, diez para vosotros y otros diez para nosotros; quizá disminuya su número, los neófitos suelen luchar entre ellos.
Un ruido sordo recorrió la imprecisa línea lobuna. Era un gruñido bajo que transmitía una sensación de euforia.
- Estamos dispuestos a encargarnos de más de los que nos corresponden si fuera necesario - tradujo Edward.
Evie y Carlisle sonrieron.
- Ya veremos como se da la cosa.
- ¿Sabéis el lugar y el momento de su llegada?
- Cruzaran las montañas dentro de cuatro días. Alice nos ayudará a interceptarlos cuando se aproximen.
Jasper se adentró un paso entre los vampiros y los lobos.
- Carlisle tiene razón - empezó - van a luchar como niños. Hay dos cosas básicas: primera, no dejéis que os atrapen entre sus brazos, y segunda, no busquéis matarlos de frente, pues eso es algo para lo que están preparados. En cuanto vayáis a por ellos de costado, van a quedar demasiado confusos para dar una réplica efectiva. ¿Emmett?
Éste se adelantó con una ancha sonrisa.
- Bien, él es un claro ejemplo de ataque de un neófito.
- Procuraré no romper nada - murmuró Emmett entornando los ojos.
- Vale, Emmett...intenta atraparme - sonrió Jasper.
Después de la demostración; Jasper entrenó con Alice. El siguiente fue Edwad contra Carlisle; el primero parecía el ganador, cuando el segundo lo hizo caer al suelo.
- Y sobre todo, no deis la espalda al enemigo - se jactó Jasper.
Evie rió.
- Bien hecho, papá - le felicitó.
Siguieron Rosalie y Esme.
- ¡Ahora yo! ¡Ahora yo! - levantó la mano Evie.
- ¿Estás segura?
Los lobos se tensaron.
Evie se puso frente a su hermano y se sentó en el suelo con las piernas cruzadas.
- Vamos hermanito - sonrió - comienza.
En cuanto Jasper fue a por ella; Evie apoyó sus manos en el suelo e hizo salir ramas que su hermano esquivaba. Y cuando estaba a punto de tocarla hizo aparecer una línea de fuego entre los dos; Jasper se detuvo y ella cerró el puño para que el fuego desapareciera.
- Fuego - sonrió Jasper - buena jugada.
Jasper la cogió desde atrás y Evie rápidamente con su poder se llevó la mano al pecho e hizo que su hermano la soltara. Después se dio la vuelta y volvió a atacarle haciéndole retroceder.
- Muy bien hermanita - la felicitó Jasper, y se volvió a los lobos que estaban asombrados por el poder de Evie - mañana seguiremos con la instrucción. Por favor, os invitamos a volver a venir para observar.
- Sí - respondió Edward con la fría voz de Sam - aquí estaremos.
Evie bostezó.
- La manada considera que les ayudaría el familiarizarse con nuestros efluvios para no cometer errores luego. Les sería más fácil si nos quedaramos quietos.
- No faltaría mas - contestó Carlisle a Sam - lo que necesitéis.
Evie vio como los lobos se incorporaban y Sam iba a la cabeza acercándose a su padre. Lo olfateó y Evie le dio la impresión de que arrugaba el morro al hacerlo. Los demás lo siguieron; había uno con el pelo marrón rojizo que era mas grande que los demás y mas peludo. También se dio cuenta de las miradas de Bella y ese lobo que había reconocido como Jacob; cuando éste se acercó a Bella, hubo uno que se acercó a Evie tapándole la vista.
- Vaya Leah, creo que se te ve mejor de loba - bromeó.
Leah le dio un empujoncito con la cabeza y Evie rió.
- Era broma, era broma.
Bella había hundido los dedos en el pelaje y Jacob soltó entredientes un aullido ahogado dando a entender que se estaba riendo.
Todos voltearon, licántropos y vampiros. Los Cullen estaban perplejos y disgustados; en los lobos los más descontentos eran Sam y Leah.
- ¿Podemos irnos ya? - preguntó Evie fastidiada - Tengo sueño.
- Claro, hija - asintió Carlisle.
Cuando dio dos pasos, el lobo Sam se interpuso en su camino.
Los dos se miraron y tuvieron una conversación en sus mentes.
- Evangeline, ¿te duele algo? ¿estás bien?
- Si lo dices por lo que acabamos de ver, si, perfectamente.
- Tal vez si hablaras con él...
Evie bufó llamando la atención de su familia.
- Edward...
- No puedo, Calisle. Evie a protegido sus mentes.
- Está claro que le importa una mierda que yo sea su impronta. Y sinceramente a mi tampoco me importa él, así que no te molestes en intermediar. Vuestros ancestros se equivocaron en elegirme.
- No lo hicieron, si te eligieron fue por algo.
- Claro, para ser segundo plato por si al final le falla esa inútil, ¿no? -se burló.
- Podrías ir con Emily, estarás protegida en la Push.
- Voy a luchar y nadie me lo va a impedir.
Dio un paso hacia la derecha y caminó hacia su familia.
- ¿Todo bien? - le preguntó Carlisle.
- Ajá - asintió, y todos comenzaron a caminar alejándose de los lobos.
- ¿Qué te ha dicho Sam? - le miró Jasper.
- No quiere que luche - chasqueó la lengua - dice que como soy una impronta, tienen que protegerme. - bufó - como si lo necesitara - arrugó la nariz.
- ¿Qué pasa? - preguntó Emmett.
- Oléis a chucho - se tapó la nariz - necesitáis una ducha ya - rió.
- Te doy cinco minutos de ventaja - le advirtió Rosalie - más vale que no te pillemos.
- Con ese olor solo pillariais pulgas - gritó Evie mientras se alejaba de ellos riendo.
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