Pequeña Sorpresa✨
Agatha y Nicolás no tardaron en volver a casa, una vez estando todos, después de asegurarse que Agatha realmente estaba bien el ruido de una copa captó su atención.
—Familia— Habló Edmund quién tenía de la mano a Juliet, la miro con amor y una enorme sonrisa en el rostro.
—Creo que esto es un momento familiar debería irme— Agatha lo jalo del brazo.
—Tú serás de esta familia— Le susurró ligeramente sonrojada. Nicolás permaneció a su lado.
—Cómo saben Juliet y yo, pues estábamos disfrutando... — Violet tomó de la mano a Kate, ambas se miraban con una sonrisa enorme. —Volver a Abruey Hall, solo puede significar un nuevo comienzo, uno maravilloso, por lo que estamos muy felices de compartirles— Edmund no termino de hablar.
—Estoy esperando un bebé— Dijo finalmente Juliet con sus ojos cristalinos brillando de felicidad. Estaba sonrojada, su color moreno se veía radiante... Ella era radiante.
—Oye— Edmund alzó la ceja —Se suponía que yo lo diría— Juliet rodo los ojos.
Algunas risitas familiares se escucharon.
—Tardaste demasiado— Juliet lo miró con una sonrisa y luego dirigió su mirada a la familia, comenzó a caminar hacia Kate y la abrazo con fuerza.
—Oh, cariño— Kate soltó unas lágrimas —Estoy tan feliz, serás una gran madre Juli— Kate la abrazo con fuerza.
Juliet abrazo a Violet la abuela de Edmund y Edmund abrazo a su madre, luego su tía Eloise abrazo a Juliet y Edmund a su abuela... Y así hasta abrazar a todos en el pequeño salón y recibir sus felicitaciones...
Por último Edmund llegó con su padre.
—Felicitaciones abuelo— Edmund le sonrió con amor a Anthony. El Vizconde soltó unas lágrimas.
Abrazó a su hijo con fuerza.
—Felicidades Edmund, estoy muy orgulloso de ti, te amo hijo— Edmund soltó a su padre y lo miró a los ojos.
— Aprendo cada día del mejor, espero poder ser tan bueno cómo tú, todo lo sabes hacer funcionar— Anthony sintió que el pecho se le llenaba de felicidad, de orgullo. Siempre había pensado que nunca podría ser como su padre... Ni en años, y había estado seguro que no lo había logrado... Pero lo que hoy tenía, era una bendición, si, si lo era... Un buen trabajo, él lo había logrado. Su corazón lo sabía. Sintió en su pecho un latido fuerte. A su mente se vio la imagen de su padre... Su padre que seguramente hubiera amado conocer a Kate, a sus hijos... Fue como saber que todo lo que había echo había valido totalmente la pena.
—Serás mejor Edmund, serás mucho mejor que yo— Dijo Anthony con una sonrisa en los labios.
Kate se acerco a su esposo y a su hijo mayor, seguía llorando de emoción y luego de haberlos escuchado compartir esas palabras tenían el corazón inundado de amor. Miro a su esposo con una sonrisa y lo abrazo.
—Seremos abuelos Anthony, nuestro primer nieto— Susurró a su oído. Apretó a Kate con fuerza y le dio un beso en la frente. Podrían pasar años y años, pero su amor por esa mujer nunca acabaría, nunca.
Anthony busco con la mirada a su madre, la viuda Vizcondesa Violet Bridgerton, tan fuerte, tan bonita y tan sabía, viéndolo con amor, viéndolo como si le leyera el alma. Y tal vez lo hacía.
Aplausos comenzaron a sonar, todos felicitaron a la feliz pareja, y le dieron bienvenida a los nuevos abuelos a esta gran y hermosa nueva etapa.
Todos estaban felices, la familia Bridgerton seguía creciendo... Y seguramente crecería aún más, el calor de la familia, las risas, el amor. Los Bridgerton tenían toda la fortuna del mundo, eran muy ricos, ricos en alegría, en amor, en armonía, eran una gran familia y se querían.
—Me debes 20 libras— Susurró Hyacinth.
—Eres mi esposa, te pertenece todo lo que es mío— Gareth la miro con una sonrisa agrandada.
—Bien, me quedaré con el orgullo de la victoria— Dijo ella con un tono digno.
—¿Apostaron?— preguntó Pennyrose mirando a sus tíos divertida.
—Oh, excelencias, ustedes no lo hagan— Dijo su tía con un tono burlon.
Dimitri dirigió una mirada a Pennyrose y le sonrió, ahora casi siempre sonreía. Ahora si tenía motivos para sonreír. Ahora sí la vida era bonita. Ahora sí la vida era feliz.
"Excelencia".... En ese día era la quinta vez que la llamaban así. Pennyrose no creía poder acostumbrarse a eso. Era extraño, era nuevo, sentía un cosquilleo en su
estómago cada vez que lo escuchaba...
En 4 días estaría casada.
Ya no sería Penélope Rosemarie Crane, sería una princesa. Princesa Penélope Rosemarie de Prusia.
Miro a Dimitri, sus ojos azules se miraban cálidos, se miraban como... Si ella hubiera vivido toda una vida en ellos. Sintió que de verdad Dimitri era su lugar seguro.
—Juliet, muchas felicidades, ¡luces realmente hermosa!— La abrazo con fuerza.
—Oh, Penélope querida, tú —comenzó a llorar— Lo siento, oh, no puedo evitarlo, creo que es por mi estado, pero, no sabes lo mucho que me hace feliz verte comprometida— Juliet la volvió abrazar.
Juliet depósito su mirada en el príncipe.
—Más le vale que la cuide, no importa que usted sea un príncipe, nosotros somos demasiados Bridgerton, ¿escuchó? — Dimitri asintió, pero tuvo que contener la risa, a una mujer en ese estado no se le debería contradecir nada.
—La cuidaré con mi vida, lo prometo y mis felicitaciones Vizcondesa— Hizo una pequeña inclinación con su cabeza.
—Edmund— Pennyrose abrazo a su primo —Te quiero— le susurró. Edmund la abrazo con más fuerza.
—Yo más a ti, te dije Pen— susurró un poco más bajo —qué tu estabas destinada a algo más grande que la vida de campo— La soltó y le sonrió.
No era la primera vez tampoco que escuchaba ese comentario y la verdad tenía miedo. La gente confiaba en ella, las personas depositaban su confianza en ella. En su astucia, inteligencia y sabiduría... ¿De verdad estaba lista?
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Las personas se habían marchado... A tiempo. Porque tres horas después, la lluvia volvió a caer.
—Edmund— Susurró Juliet.
—Mm... — Respondió él, rodando en la cama.
—Edmund... —lo llamó de nuevo Juliet— Edmund... —lo movió ligeramente en el hombro.
Edmund abrió los ojos y se asustó, rápido se sentó en la cama y tomo de las manos a Juliet.
—¿Están bien?— Edmund bostezo. Ella le sonrió apenada.
—Lo estamos, solo que... —
—¿Qué? — Ella se sentó abrazando sus rodillas con los brazos. —Tenemos hambre— Edmund agrandó una sonrisa.
—¿Es lo que no te deja conciliar el sueño?— Ella asintió con la cabeza.
—¿Que desea mi corazón? — Preguntó él con la voz cargada de ternura.
—Oh, Edmund, te deseo a ti, día y noche, toda la vida— Juliet se echo a sus brazos, Edmund la estrechó con fuerza.
La beso, la beso con amor, con pasión, con mucha devoción. La vida le había dado un premio con Juliet, a veces sentía que Dios debía ser demasiado bueno con él, porque sentía que no la merecía.
—Te amo— Dijo. Depósito un beso en su frente —Los amo— puso su mano en su vientre.
—Edmund, te amo— Dijo ella, su estómago rugió. —Oh— Edmund río.
—¿Tarta de zarzamora tal vez?— Preguntó. Ella hizo una mueca.
—Ni se te ocurra Edmund Bridgerton traerme eso, porque te juro te vómito en la cara— Edmund volvió a reír, ella lo golpeó en el hombro.
—¿Entonces? — Preguntó él.
—Pastel de vainilla, debe haber quedado un poco, porfavor— Ella lo miró con sus ojos brillosos, sus manos sobre su pecho en forma de ruego.
Edmund se levantó de la cama, luego de depositar un beso en su frente y ella sonrió. Había ganado. Siempre ganaba.
—No te estas aprovechando de tu estado para abusar de mi ¿verdad?— Él entrecerro los ojos.
—No, pero podría. Sólo un poquito tal vez...— Dijo ella con una sonrisa pícara.
—Juliet, yo salté de un carruaje en movimiento por ti— Dijo él.
—Tú hiciste que yo subiera a ese carruaje— Dijo ella cruzando los brazos.... —Ve por ese pastel o este niño nacerá con olor vainilla— Él la miro como si fuese un bicho raro.
—¿No sería eso delicioso?— Sonrió.
—¡Edmund!— Exclamó ella.
—Bien, ya vuelvo— Abrió la puerta y justo antes de salir. Corrió de nuevo a la cama y la beso, la beso porque si, porque la deseaba, porque era hermosa y era suya.
—Te amo— Ambos tenían sus respiraciones agitadas.
—Te amo más— Dijo Juliet y él negó con la cabeza.
—Yo te amo más Juliet Bridgerton— Edmund salió de la habitación hacia la cocina.
Volvió a bostezar, serían los meses más largos de su vida. Pero seguramente valdrían la pena, esperaba hacer las cosas bien. Lo deseaba, poder ser un buen padre, como lo era el suyo, Anthony Bridgerton. Su padre era simplemente él mejor hombre del mundo, y le admiraba totalmente. Decir que era hijo de Anthony Bridgerton era su mayor orgullo... Pero decir que era esposo de Juliet, era su felicidad entera, ahora entendía lo que su padre le decía... Lo que su padre y su madre tenían... Él lo estaba viviendo, lo estaba sintiendo con Juliet y era maravilloso.
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Este no es un capítulo, sólo es un especial❤️❤️
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