¡INICIO!
Fue así que las pequeñas Penelope Rosemarie Crane y Agatha Elizabeth Bridgerton, nacieron un 28 de septiembre. Y tal como sus madres eran inseparables, ellas también lo eran, pero no eran inseparables solas... A su lado siempre iba Violet, quién solo era un año mayor que ellas.
Y queridos lectores deben saber, que los segundos hijos no se hicieron esperar tanto, pues un año después Penélope y Eloise volvieron a repetir la historia, se habían embarazado y al mismo tiempo ¿se habrán puesto de acuerdo? Esta autora sabe que no, pero que maravilloso es el mundo con este tipo de coincidencias.
Años después...
Las tres habían crecido alejadas de la sociedad aristocrática por obvias razones que esta autora aún no hará notar, pero seguro tu ya las sabes. Alejadas pero juntas, los hermanos Bridgerton se habían unido aún más gracias a la llegada de esas niñas y se visitaban seguido, muy seguido, pero no tanto como para invadir la privacidad del hogar.
Agatha era la más presente dentro de ese pequeño círculo social ya que cada vez que su padre iba a una imprenta a dejar un libro nuevo, la pequeña se aferraba a su mano y Colin no tenía más opción que llevarla con él y en realidad no le molestaba hacerlo, cuando iban en el carruaje él le contaba cosas maravillosas de sus viajes, algunas llenas de fantasía y emoción y ella a sus 6 años consideraba que su padre simplemente era el hombre más valiente que jamás había conocido. Miraba asombrada su padre como si de un héroe se tratara, incluso cuando caminaban si nadie estaba cerca ambos cantaban, Agatha solía cuestionarle todo, absolutamente todo, cada cosa que oía o veía, eso lo había sacado definitivamente de Penélope, no había duda.
En cuanto a Violet, era una pequeña revoltosa, se escapaba de casa en las mañanas y se sentaba en una pequeña hamaca a un lado del lago a leer algunos cuentos que seguramente su tía Penelope le hacía llegar a su madre. Desde que la descubrieron robarse novelas de la pequeña biblioteca de Sophie, Benedict y su mujer decidieron que si amaba leer debía comenzar con algo que fuera apto para su edad, y así como si de magia se tratara ellos se aseguraban que siempre hubiera un libro nuevo para ella.
En cuanto a la pequeña Penelope Rosemarie, era inquieta y trepaba todos los árboles que podía, sus emociones eran demasiado explosivas, si quería reír lo hacía, si quería llorar lo hacía, nunca se escondía, vivía feliz de poder expresar lo que sentía, lo que pensaba. Corría de un lado a otro y no se molestaba en guardar sus pensamientos para sí misma, montaba a caballo incluso mejor que Oliver, y lo hacía todos los días cada mañana al despertar, en especial cuando se sentía frustrada, tomaba a su preciado "Chocolate" y ambos se perdían en algún lugar. También sabía usar el arco y tenía una puntería digna de admirar, Phillip no había cuestionado la decisión de su hija de aprender a usar el arco, en lugar del piano (aunque después lo hizo o al menos lo intentó) como lo habría hecho cualquier señorita de sociedad, algo que totalmente tuvo la aprobación de Eloise que ni siquiera se atrevió a preguntarle a él que pensaba, pero ya sabía que su hija no era una niña común ella era diferente y había nacido para algo más, algo mucho más grande.
Algunos años más tarde...
Violet había convencido a sus padres que retrasaran su debut en sociedad, que lo mejor sería hacerlo con sus primas y sin duda accedieron a su petición, después de todo ser debutante era un estrés constante y si tenía a sus primas a su lado, la temporada sería mucho mejor.
Así que todo ese año que le faltaba para su debut, Sophie se había dedicado a preparar a su hija para la sociedad Londinense.
Sus hermanos mayores ya habían asistido a algunos bailes, y siempre le platicaban lo maravilloso o aburridos que podían ser, la comida tan rica que se servía, los desastres que ocurrían, o sus anécdotas con mujeres, claro eso último era un secreto seguro si su madre supiera los mataría, eso despertaba una chispa de emoción en ella, pero luego el miedo también se hacía presente ¿y si no hacía las cosas bien?
—Madre, ¿esto es necesario?— Violet miraba su madre con una cara de desesperación.
—Tienes que acostumbrarte al corset— Sophie apretó un poco más.
—Pero aún n... ¡madre!— chillo Violet cuando Sophie dio un tirón más a este.
—Lo siento querida, ve esto como un ensayo— Sophie se acercó y le dio un beso en la frente — Solo es una cena, en casa de tu tía Eloise, no irán muchas personas, es algo como de práctica, si cometes un error aquí cuando lleguemos allá ya se habrá corregido y no tendrás que temer— miró a su hija.
—Yo no tengo miedo— rodó los ojos. —Bien puede que solo un poco— volteó hacia el espejo y se miró, con un vestido verde olivo y el corset apretado, ella no era así y prefería mil veces su vida siendo una señorita común.
—Iré a buscar a tu padre, y por favor mira lo hermosa que te ves — Sophie miraba encantada su hija, se veía hermosa.
Sophie salió de la habitación de su hija y fue hacia el estudio de Benedict...
—Señor Bridgerton— Sophie asomó su cabeza por el marco de la puerta con una sonrisa.
—Querida, ven, acércate, mira esto— Benedict la tomó de la mano y la jalo hacia él.
—Ve esto, lo comencé anoche cuando vi hacia el lago, parecía que él y la luna se estaban besando, hermoso Sophie — Benedict movía sus manos explicando con detalle cada parte del cuadro y ella lo miraba totalmente enamorada.
—Es hermoso, siempre he pensado que la luna es hermosa y reflejada en el lago aún más, es como si la brisa nocturna te acariciara— Sophie se acercó a limpiar la frente de Benedict que tenía algunas manchas de pintura —Pero... ya debería irse a bañar, en unas horas tenemos que ir a casa de Eloise— le dio un beso en los labios.
—¿Ya está lista verdad?— Sophie comprendió.
—Hermosa Ben, se ve tan y es tan...— Sophie suspiró— es perfecta — sonrió.
—Lo se, ella es increíble, no se si estoy preparado para esto— Benedict se sincero, estaba nervioso.
—Ella tampoco sabe si lo está, pero lo descubrirá y tú y yo estaremos para ella— Sophie le tomó las manos...
—Pero de verdad ya debes irte a bañar— Sophie empujo a Benedict hacia la puerta.
—Ah, ¿pero no irá conmigo señora Bridgerton?— Benedict la miró travieso mientras le hacía una cara tierna como de niño regañado.
—Ustedes dan asco— dijo Alexander burlándose de sus padres, Sophie se sonrojo inmediatamente, pero le devolvió la jugada...
—Ah, es bueno saber que tengo la lista de las posibles candidatas para ti, tal vez sea hora de buscarle una esposa señorito, quizá así le guarde un poco mas de respeto a sus padres— Sophie entrecerró los ojos mirando a su hijo, para nada era un regaño, sus hijos eran maravillosos y los había educado tan bien que jamás le habían faltado al respeto.
—Madre no...no creo que...— Dijo Alexander.
—Tal vez sea buena idea— secundo Benedict.
—¡Padre! tú también, bien me iré de aquí, ya que todos en esta familia conspiran en mi contra. Tal vez debí irme con todos mis primos al viaje, solo digan que no me quieren más en casa— Alexander era así, bromista, exagerado y un poquitin dramático y cada vez que Benedict lo miraba comportarse así solo podía pensar en lo mucho que su hijo se parecía a su hermano Colin... solo esperaba que no tanto, no le gustaría que su hijo tardará 12 años en darse cuenta de quién era el amor de su vida.
Sophie y Benedict observaron a su hijo bajar las escaleras y mientras se reían burlones de él, ambos se regalaban miradas cómplices.
Justo cuando bajó las escaleras se topó con su hermana menor... con un vestido, peor aún ella usando un vestido con un corset.
—Violet— la observó de arriba a abajo —Te ves tan linda hermanita— y era verdad se veía linda pero no estaba acostumbrado a verla así.
—¿Bromeas?, Este maldito corset no me deja respirar— Alexander se comenzó a reír de su hermana, Violet le dio un puño en el hombro y Alexander se rió aún más.
—De verdad a veces te detesto Alexander—Violet estaba roja del enojo.
—Disculpame, pense que ya te habías acostumbrado a él— mientras contenía la risa.
—¿Quién se podría acostumbrar a no respirar? estupidas normas sociales— Solto Violet.
—Oye, deja de maldecir frente a los nobles caballeros no es correcto en una dama— le dijo su hermano divertido y Violet comenzó a voltear a todos lados como si buscara algo.
—Ah ¿si? ¿dónde están los caballeros nobles? porque no veo ninguno— Alexander se llevó dramáticamente sus manos a su lado izquierdo del pecho...
—Es una pena terrible, que no consideres a tu hermano favorito un noble caballero— dijo con la voz más dramática que pudo.
—Mi hermano favorito es William— le dijo Violet divertida
—William ni siquiera está aquí— rodó los ojos y Violet se rio.
–Por eso es mi favorito, tal vez si tu y Charles se fueran también lo serían— Violet le saco la lengua a su hermano mayor, un gesto nada propio de una señorita de sociedad.
—¡Violet Bridgerton! eres terrible— le dijo su hermano mayor.
Violet corrió hacia la cocina y Alexander detrás de ella, como niños pequeños, ¿de verdad ella tenía 19 años? no más bien, ¿de verdad Alexander tenía 23 años? Suficiente edad para saber que no debería perseguir a su hermana por toda la casa, pero aun así lo hizo.
Cuando Alexander corrió tras ella lo sorprendió con un puño de harina en la cara, Violet se reía y de pronto Alexander pensó que cuando su hermana se casará la alegría en esa casa acabaría porque ella se iría y justo cuando le iba a devolver la gracia con la harina se detuvo.
—No voy a arruinar tu vestido y agradece que yo apenas me ire a bañar o acabaría contigo— se acercó a la mesa y sacudió sus manos, para ver a una Violet con los manos en la cintura que lo miraba muy fijamente.
—¿Quién eres y qué le hiciste a mi hermano? él jamás me habría perdonado eso — Violet lo miraba como si lo analizará y Alexander se acercó a ella y solo porque si, deposito un beso en su frente.
—Violet, hemos crecido y ahora tengo que cuidarte de esos hombres que quieran faltar al respeto tu honor—Alexander miraba fijamente a su hermana.
—Sabes que me puedo cuidar sola, crecí con tres hermanos y un montón de primos— el la miro con ternura.
—Aun así, hay cosas que no sabes, pero yo estaré para ayudarte—Alexander salió de la cocina y se dirigió a su habitación para darse un baño, seguramente sería una noche larga muy larga.
Violet se quedó pensando en las palabras de su hermano mientras recogía el desorden que ella misma había causado... ahora sus hermanos la miraban diferente y eso la hacía sentir aún más pequeña, pero les demostraría que no necesitaba que cuidaran de ella, sería una señorita de sociedad y podría elegir el marido perfecto ella misma.
Unas horas más tarde se encontraban frente a la casa de su tía Eloise, que había preparado el hermoso jardín para la velada.
Eloise había pensado que las niñas merecian un ensayo una noche de prueba para que el día de su debut en sociedad no se sintieran tan nerviosas, y les fuera excelente, sin duda alguna Eloise cada vez se parecía más a su madre. Había logrado comprometer a Amanda incluso antes de su debut en sociedad y claro que fue un compromiso por amor, su querida hija gozaba de un hermoso matrimonio y dos gemelos revoltosos... con el que no logró nada, ni un poquito fue con Oliver, quien se negaba rotundamente a casarse y alejaba a cada señorita que Eloise y su abuela la viuda Vizcondes a Bridgerton le presentaban.
Eloise no podía evitar pensar que Oliver ya iba a cumplir...¡27 años! sabía que su hijo no era un santo, pero tampoco un mujeriego, cuando se fue a su casa de soltero cerca muy cerca de ellos, pensó que se volvería un libertino de lo peor, pero no fue así.
Era como si Oliver esperara algo... ¿o a alguien?, quizá ya estaba enamorado, ¿y si era de una doncella y por eso no le decía nada?
Mil dudas pasaban por su mente y él no le resolvía ninguna, sin embargo ella era Eloise y era una Bridgerton, se prometió a sí misma que esta temporada Oliver se casaría y lo haría por amor.
"Por favor se puntual, no tardes. Esta noche es importante, tu hermana Penelope vivirá su ensayo antes de su debut oficial en sociedad, sabes que ella te ama y no te perdonaría que la dejaras sola en un momento tan importante. Bueno en realidad yo no te perdonare si faltas, así que no lo hagas, porque iré a buscarte yo misma, y sabes que lo haré Oliver"
-Con todo el amor, mamá.
Eloise Crane, a su hijo Oliver Crane.
—Madre— lanzó un suspiró al cristal...
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