29. Roto

Esa noche Nicolás no durmió, bebió todo lo que puedo en el despacho de su padre. Analizando la situación en la que se encontraba, atado y sin posibilidades... Fue a buscarla, no podía causar más dolor a su corazón.

Había pasado todo el día pensando en que diría, que ya era nuevamente de noche. Había prometido ir a verla, y hablar con su padre, que gran mentira. Agatha había rechazado seis propuestas de matrimonio, seis y él lo sabía, ella no se lo había dicho, pero todo mundo lo rumoraba... Era peor de lo que esperaba.

Se acercó a la parte trasera, esa que daba a la ventana donde había una vela encendida definitivamente esa era su habitación... Quizá cómo él, no había podido conciliar su sueño.

Lanzó una piedra, luego otra. La pequeña mujer de sonrisa tierna y mirada salvaje se asomo por la ventana haciendo una pequeña seña.

Bajo las escaleras esperando no ser vista ni escuchada... Salió por la puerta de la cocina, que daba al patio... Camino unos metros lejos, acercándose a un gran árbol, donde lo vio con su cabello despeinado, con ojeras en los ojos y su mirada apagada.

—¿Qué sucede?, pensé que te vería hoy— Él la abrazo.

—Que linda te ves— Susurró mientras su barbilla descansaba en su cabeza.

—Me veía mucho mejor antes de ponerme esto, me arregle por ti Nicolás— Dijo ella con su tono de voz triste golpeandole las entrañas.

—Lo siento, lo siento tanto— La apretó con fuerza. —Debemos hablar— Ella se hizo hacia atrás.

—¿Bebiste de más?— Él negó.

—No nos podemos casar Agatha... No, al menos que —miró su vientre— estés en cinta, me quedaré en Londres un mes, y entonces vendré a verte y tú me dirás, si lo estás o no— Agatha abrió los labios con sorpresa.

—¿Esto es una clase de broma Nicolás?— Sus ojos se llenaron de lágrimas —Porqué— trago el nudo que se comenzaba a formar en su garganta —No, no me gusta— El tomó su cara entre sus manos.

—Escúchame, te amo Agatha Bridgerton. Nunca creí enamorarme, pero te amo, eres él amor de mi vida, pero no se de que vida, lo único seguro es que esta no lo es, no para nosotros— Una lagrima resbaló por la mejilla de Nicolás.

—¡No! — ella lo empujó —No entiendo, yo no comprendo— Ahí estaba la fiereza de su alma, pero visiblemente rota y eso le partía a él el alma.

—Tú familia, y la mía no se llevan bien, no puedo hacer esto.— Ella lo miró con coraje con tristeza.

—¿Qué?... ¿Es por los problemas en la juventud de nuestras madres? Es estúpido. —Nicolás tardó unos segundos en responder.

—Lo sabes, sabes lo que... Tú lo sabes, lo de Lady Whistledown... — Él la tomó de los brazos.

—¿Lady Whistledown? No se de que hablas, Nicolás... — Dijo ella exaltada.

—La mujer que arruinó la vida de mi madre— Gruñó él.

—El pasado no nos concierne, el pasado no puede abarcar tú futuro, no somos ellas y esto es nuestro— Dijo ella con un hilo de voz.

—No entiendes, ¡esto es más que el pasado Agatha! No tengo ninguna obligación contigo, no me casaré contigo— Agatha abrió sus labios con sorpresa, dolida. Totalmente rota.

—Pero, yo... Te amo— Dijo con la voz entre cortada.

—Lo siento tanto, Agatha. No puedo casarme con la hija de la mujer que arruino la vida de mi madre— Agatha lo miró sin entender.

—¡Mi madre no! ella es la mejor mujer que existe, ella sería incapaz de lastimar a nadie— Dijo molesta.

—Vivió lastimando a personas durante años, hablando mal de todo mundo, en especial de mi madre. Lo siento, siento mucho hablarte así de tú madre, es la verdad— Ella le dio una cachetada.

—¡Basta! ¡NO conoces a mi madre—  Él apretó su muñeca.

—Entonces preguntale quién es Lady Whistledown, ella te lo dirá— Ella intentó zafarse de su agarré.

—Nicolás, si te vas ahora... —Apretó fuerte la mandíbula tratando de controlar el llanto que amenazaba con salir— Será para siempre.

—Yo vendre en un mes y me dirás si estas en cinta o no, entonces me iré, yo me iré. — Ella lo miró directamente a los ojos clavandose en lo más profundo de su corazón.

—¿Y si lo estoy?— Preguntó agachando su vista.

—Te quedaras en Kenart Hall y yo en Londres ayudando a mi padre, separados, nada te hará falta. — Ella lo miró diferente, no podía descifrar lo que era... Lo que decían esos ojos.

—¡No lo haré!, ¡estas siendo demasiado imprudente con mi corazón y no lo merezco Nicolás!, me entregue a ti, porque te amo—Algunas lágrimas escaparon de sus ojos, pero ella las borro rápidamente.

—Por eso mismo me haré responsable de mis actos, no debí tocarte, no debí hacerlo— Eso fue un golpe duro, no solo no quería casarse con ella... La despreciaba.

—¿Te arrepientes? Yo... — Él se acercó a ella.

—No... — Pensó que así sería más fácil, tenía que serlo. —Si, no debí hacerlo, y tú no debiste permitirme hacerlo— Dijo él, cada que él decía algo, sentía que algo se quebraba dentro suyo.

—Tienes razón, yo no debí... Yo no... Esto no es amor y no, no puede ser verdad nada de lo que dices— Su corazón quería gritar y lo hizo.

—¡Pero lo es y así es como será!— Grito. Agatha ni siquiera se imuto, ambos tenían una mirada desafiante... Apuntó de saltar a una pelea, hubo un momento incómodo de silencio... Hasta que ella habló.

—¿Así es como será? ¡YA lo decidiste! Sobre todo mi futuro, ¡patán! — cada palabra que salía de sus labios estaba impregnada de coraje y dolor.

—Lamento no poder cambiar las circunstancias, yo también quisiera que esto no fuera así, pero lo es— Él se acercó — Sabes que así debe ser.

—Que así sea pues. Lo veo en un mes Lord Kenart para darle una respuesta a su desgracia, espero crea en Dios y le rece para que no sea atado al tormento de desposarme— Agatha paso su mano por sus mejillas limpiandose.

—Agatha, no yo... — Nicolás quería hablar... Decirle que la quería con él, estrecharla en sus brazos una eternidad y sobre todo, amarla.

—Váyase Lord Kenart, es tarde. Y si alguien lo ve conmigo, entonces quedará atrapado en matrimonio y no quiere eso— Dijo fría. Hueca. Eso le golpeaba en el corazón, en su orgullo.

El comenzó a caminar... Ella lo vio alejarse...

—Lord Kenart— Él volteo. —Una última cosa, si le demuestro que lo que dice de mi madre es mentira, ¿que hará?— Él sintió lástima por ambos.

—Sería feliz, contigo, pero no es así y la realidad de las cosas, no se pueden cambiar... Lo siento tanto— Dijo él.

—Lo sentirá más... después, porqué me perderá y para siempre Lord Kenart, se lo juro. — Ella se giro sin decir más, a paso firme descalza, con su bonito camisón blanco de seda arrastrando por el piso.


Nicolás se fue, consciente de que le había roto el corazón y aunque no había llorado, lo sentía. Su dolor, el también lo sentía.

Cuando Nicolás se marchó, se dejó caer al piso y lloró fuerte, con todas sus ganas... Desmoronandose, sentía su propio corazón romperse a medida que recordaba cada palabra... Todo era una cruel y estúpida mentira.

¿Pero y si fuera verdad?, no... No podía ni dudarlo, sus padres simplemente eran las mejores personas del mundo, su madre era un ángel... Y ella se lo demostraría.

—¿Aggie?— su hermano Thomas se acercó a ella —¡Aggie!— La abrazo y ella lloró en su pecho. —¿Qué sucede?— Ella negó con la cabeza.

—Creo que estoy rota— Fue lo único que salió de sus labios temblorosos.

Cortito pero significativo...

❤️

Spoiler próximo capítulo, "El gran día" ✨

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