24. Princesa Penelope


-Tal vez podamos esparcir rosas azules- Dijo Lady Aitana.

-No, las damas llevan vestidos de color azul, ¿cómo van a poner flores azules?-Preguntó Eloise.

-Excelencia, ¿pastel de vainilla o con toque de limón?- preguntó una de las empleadas.

-Ah, pues... ¿Limón?- Su voz le salió tambaleante.

-No, señorita Crane, ¿cómo dará a los invitados pastel de limón?- Lady Aitana soltó el ramo que llevaba en la mano y se acerco -Por supuesto de vainilla- Aitana la miró con desaprobación.

-Excelencia, ¿manteles perla o color hueso? - Hablo otra de las empleadas, Pennyrose volteo a ver a su madre, ella solo hizo un gesto con su mirada.

-Ah, pues color... Perla- Dijo ella.

-No, tu vestido será perla- Dijo Lady Aitana.

-No, será color hueso- Dijo su madre -No importa, el perla es más hermoso en decoración- Pennyrose tuvo que respirar fuerte para no gritar.

-Me parece que los manteles deben ser azul pastel, se verán hermosos de esa forma- Dijo su abuela y ella la miró con agradecimiento.

-Gracias a Dios que mi abuela está aquí, ella ha planeado mas bodas que nadie, escuchenla a ella- Le dijo a las dos empleadas estas asintieron con la cabeza.

-¿Cuando se vaya a Prusia llevara a su abuela señorita Crane?- preguntó Lady Aitana.

-¿Disculpe?- Pennyrose apretó fuerte su vestido con los puños.

-¿No?, me lo supuse, debe aprender a tomar sus propias decisiones no creo... - Eloise la interrumpió.

-No creó, que mi hija necesite que le digan que hacer Lady Aitana, mi madre tiene experiencia en esto- Lady Aitana suspiro.

-Bien- Fue todo lo que dijo.

-Gracias abuela- Pennyrose tomó las manos de su abuela y dio un ligero beso en ellas.

-Deberías tomar aire-dijo Lady Bridgerton.

—Si debería. Lo haré- Pennyrose salio de ahí casi corriendo.

Camino por el largo pasillo, saliendo al jardín trasero. Justo cuando llego a los escalones se detuvo un momento, respiro profundo y cerró los ojos, la ligera brisa del aire le abrazaba el cuerpo, sentía el aroma del árbol de naranjos tocarle la punta de la nariz.

Bajo los escalones, y siguió derecho por el hermoso camino de rosas, hasta llegar a él centro, donde vio una escena que le cautivo el corazón. Dimitri estaba con Sebastián, reían, se veían felices, los observó por un rato.
Cuándo sacaron sus arcos, pudo ver la cara de seriedad de ambos, se parecían mucho, solo que Sebastián tenía su cabello dorado, rubio totalmente envidiable. Sin darse cuenta ella ya estaba sonriendo, bueno siempre sonreía consciente de que sonreía... Pero ahora era diferente.

-Sebastián... Creó que deberías subir más el arco- Dijo cuando finalmente llegó a ambos caballeros.

Los dos voltearon a verla, si algo sabía es que los niños eran espontáneos y muy sinceros. Lo vio voltear hacia bajo, rápidamente apartando la mirada, luego tímidamente miró a Dimitri que pestaño tres veces...

-¿Por qué estas vestida así Pen... Pe... Pen..nyrose?- Preguntó Sebastián

Pennyrose agachó su vista a su vestido, era azul marino, de mangas largas, las faldas estaban esponjadas con el tul, y llevaba un sombrero horrible que la hacía sentirse extraña. No era su ropa habitual, y ciertamente no le interesaba tener la aprobación de Lady Aitana, pero sabía que debía hacer su mejor esfuerzo por estar bien, así que había accedido a sus... Intentos de hacerla ver como una... Una princesa.

-Sebastián, es muy descortés preguntarle eso a una señorita- Habló Dimitri, y Sebastián inclinó su cabeza.

-Lo siento- Dijo con su voz apenas audible.

-No te preocupes Sebastián, este vestido es horrible- Dijo Pennyrose.

-Pero tú eres bonita- Dijo Dimitri con una sonrisa y ella nego con la cabeza.

-¿Por qué lo usas si no te gusta? ¿Tus papás no te quisieron comprar otro?, mi mamá siempre me compra trajes cafés, son terribles... - Dijo Sebastián haciendo un gesto de disgusto con su nariz.

-Sebastián- Habló Dimitri no fuerte, pero si con autoridad, Sebastián se encogió de hombros y Pennyrose le dio una sonrisa torcida.

-Sabes que... mejor préstame eso- Dijo quitándole el arco a Sebastián y este abrió los labios con sorpresa..

-¿Sabes usarlo?, Dimitri mira... Sa... Be, sabe usarlo- Dijo señalando a Pennyrose que ya se había posicionado para disparar.

-Eso dice ella, yo jamás lo he visto- Ella se giro a verlo con los ojos entrecerrados.

-Soy mejor que ustedes dos juntos, ya verán par- Volvió a concentrar su mirada en el centro. Apretó la flecha y luego gruñó -estúpido gorro- murmuró por lo bajo para sí misma, hizo el gorro hacia atrás, volvió a apuntar...

-Parece que sabe lo que hace, ¿no crees Sebastián?- El niño asintió con una sonrisita en los labios.

Tomó aire... Luego lo soltó junto con la flecha y la dejó ir... Justo en el centro. Brinco de alegría.

-Si, oh siii, eso fue maravilloso- Dijo soltando el arco, luego puso su mirada sería y los vio detenidamente.

-Espero que puedan superar eso- Sebastián estaba con la boca abierta y Dimitri la miraba totalmente enamorado. Esa mujer no era como ninguna otra y eso la hacía más suya.

"Suya" pensó.
Era lo que más deseaba.
Que fuera suya, no sólo un beso, no sólo un roce... Hundirse en ella y no dejarla escapar más.

-Mi turno, yo voy, yo voy- Brinco Sebastián sacándolo de sus pensamientos.

Sebastián se acercó y tomó el arco nuevamente con una sonrisa, sacó su lengua de lado y eso reír a Pennyrose.

-Excelencia- Dijo ella posicionándose a lado de Dimitri y el la tomó de la mano.

-Excelencia- Llevo la mano de Pennyrose hasta sus labios besando suavemente sin apartar sus ojos de los de ella.

-¡¿Lo vieron?! En el amarillo, casi te alcanzo Pen... Pennyrose!- Brinco de nuevo Sebastián con alegría.

Ambos miraron su tiro, dos aros atrás del centro, Dimitri choco su mano con la de él.

-Eso fue maravilloso Sebastián- Dijo Pennyrose.

-Dimitri a dicho que me enseñará también a pescar, ¿Pen puede ir con nosotros? ¿Verdad que si Dimitri? ¿verdad?- Sebastián hablaba con tanta alegría tomando del saco a Dimitri que sonreía. Cada vez mejoraba su fluidez, no podían sentirse más felices por él y todo era gracias a ella.

-Claro Sebastián, ella irá con nosotros, siempre. Siempre estará con nosotros- Pennyrose se sonrojo ligeramente.

-Será maravillso, nunca he pescado, me encantará aprender- Dijo con una sonrisa.

-Estoy seguro que serás increíble como lo eres con el arco- Ambos se miraban fijamente, sin dejar de sonreír.

-¿Por qué se miran así?- Habló Sebastián.

Pennyrose y Dimitri apartaron sus miradas... Dimitri tomó algunas flechas del suelo.

-Mi turno- dijo acercándose a la raya marcada con kal en el piso, se posicionó midiendo la distancia, analizando el objetivo.

Tomó aire y soltó la flecha... Luego respiro. Cerca muy cerca de la de Penelope, ella dio un gritito de alegría.

-Creó que debe practicar más excelencia- Ella camino coquetamente a su lado rozandole el hombro, le quito el arco y se posicionó.

-¡Señorita Crane! ¡SEÑORITA! ¿Qué HACE?- Grito Aitana.

-Ayy no... - Fue lo único que salió de los labios de Dimitri.

Pennyrose suspiro... Agachado el arco, un minuto después Lady Aitana estaba ahí.

-No debe, será una princesa, una princesa no debe... - Pennyrose tomó el arco de nuevo y lo alzó.

-Lady Aitana, no creó- Habló Dimitri.

-Tú no hables, tú esposa debe ser un reflejo del hogar, de respeto a su esposo, una Princesa no debe...

-Una princesa no debería olvidar que puede ser responsable y divertirse- Ya no sonreía.

Tiro la flecha y de nuevo dio en el centro, Lady Aitana la miraba con sorpresa, Sebastián soltó una risita que atrapó con su manos manitas y Dimitri sólo vio a Lady Aitana gruñir por lo bajo, Pennyrose soltó el arco en el piso.

-Debe volver adentro señorita Crane, tenemos una boda que planear-

-¿Podrías ayudarme?- Su pregunta fue dirigida a Dimitri.

-No, los hombres no deben- volvió a hablar Lady Aitana.

-¡Basta!- Grito Pennyrose.

-Pennyrose- Habló Dimitri.

-Sebastián ve adentro- Habló Lady Aitana, Sebastián no se molesto en protestar, corrió hacia dentro.

-No puede estarme diciendo que hacer Lady Aitana, no puede. He sido paciente, pero esto es demasiado, deberíamos cambiar las cosas... No siempre debe ser así el mundo cada día se moderniza se actualiza... - Lady Aitana la miró como si estuviera loca.

-¡Por Dios! Mira las tonterías que dices, el mundo puede cambiar lo que quiera, pero las cosa son así, tú serás el reflejo del trabajo de Dimitri como príncipe y en un futuro... - Pennyrose miró a Dimitri esperando que interviniera y lo hizo.

-Lady Aitana, creo que mi prometida es muy capaz de hacer las cosas, tal vez unos cambios nos vendrían bien, ¿no cree?- Lady Aitana negó.

-¡Dimitri!- Exclamó Lady Aitana y Pennyrose sonrió. -Esto no se trata de mi, ni de ustedes, si no de hacer lo que se debe, ella debe dar una buena imagen- Dimitri sonrió.

-Y lo hará, será excelente- Pennyrose se sonrojo.

-Su falta de decoro y modales lo demuestra totalmente, te arruinara Dimitri, si no se adapta- Dijo, Lady Aitana.

-Mi valor como mujer no erradica en ser la esposa de alguien, si tengo que comenzar de nuevo lo haré una y otra vez y aprenderé Lady Aitana, pero no va a transformar ni borrar lo que yo soy- Dimitri la miro con admiración, jamás habían dejado a Lady Aitana callada... Eso había sido simplemente maravilloso. Ella era maravillosa.

-Lady Aitana, ¿me permite un momento con mi prometida?- Habló Dimitri.

-Por... Supuesto, si, yo, me voy- Lady Aitana se fue a paso rápido, segundos después ya no estaba.

-Jamás nadie la había dejado callada además de mí, ¿lo sabes?- Ella sonrió.

-Yo te amo Dimitri -Soltó rápidamente-pero tienes que decirme que aceptas quién soy... Porqué si no puedes aceptar eso, entonces tal vez no quiero ser una princesa- Dimitri no se sintió herido, por primera vez... Entendía, entendía el sentir de una mujer. Y agradecía poder hacerlo.

-Te quiero, te amo, te adoro, todo en ti es hermoso, no quiero que seas diferente, quiero que seas tú, siempre tú- Pennyrose se colgó de su cuello de un brinco y él la cargo por la cintura girando con ella.

-Oh, Dimitri... Tienes que enseñarme, pero dejarme intentar también, te prometo- Él la interrumpió.

-Shh... No tienes que prometer nada y a partir de hoy, has las cosas como tu quieras, no hay límites para ti- Le dijo él lleno de seguridad y ella apretó con más fuerza su abrazo.

-Bésame Dimitri- Dijo ella.

-Claro, Princesa Penelope- Y la beso. La beso suave, sus pies ya tocaban el piso, ella se alejo y lo miró a los ojos, esos bonitos ojos, acarició su mejilla... Y lo volvió a besar.

-Princesa Penelope- Dijo ella. Él sonrió.

-Suena bien, ¿no?- Ella rio.

-Perfecto excelencia- Dimitri la volvió abrazar.

-¿Cómo van los preparativos?- Ella alzó una ceja.

-¿Me ayudarás?- preguntó.

-Lo haré- Ambos se tomaron de la mano y se dirigieron al palacio...

La Reina observaba por la ventana, cuando los miro de la mano sus ojos se llenaron de lágrimas, la nostalgia invadió su cuerpo.

-Lo que ellos tienen es real- Dijo.

-Lo es- Segundo Violet.

-No puedo ser más feliz por eso, mi sobrino estaría orgulloso de Dimitri, al fin Lady Bridgerton nos volvemos familia- La reina le sonrió.

-Es un honor para mí majestad- Bebió un pequeño sorbo de su té. -Aunque mi hija Eloise y Lady Aitana se están volviendo locas... -Río

-Bah, ya lo solucionarán- Violet asintió con la cabeza.

Pennyrose y Dimitri entraron tomados de la mano al salón principal.

-El príncipe y yo hemos tomado una decisión- Habló Pennyrose.

-Nosotros nos haremos cargo de los preparativos- Eloise miró a su hija con orgullo.

-Pero si nunca han hecho una fiesta en un palacio- Pennyrose negó.

-Pero sé hacerlo y Dimitri me ayudará- Lady Aitana miro sus manos entrelazadas con sorpresa.

-Nosotros lo haremos Lady Aitana, Lady Crane- Habló Dimitri y ellas asintieron con la cabeza.

-¿Segura qué no necesitas ayuda?- Preguntó su madre y ella negó.

-Soy una Bridgerton madre- Y fue todo lo que dijo. Eloise le dio un apretón en su brazo y salió del salón en busca de la reina y su madre.

Todo el resto de la tarde Dimitri y Pennyrose estuvieron organizando su boda, demasiado escandaloso... Nunca antes se había visto que los prometidos se hicieran cargo de su propia boda, mucho menos un príncipe...

Rieron, tomaron las telas, se cayeron al piso, Dimitri le robo algunos besos cuando los empleados salían de la habitación, y sorprendidos quedaron orgulloso de su trabajo y elecciones.

Todo sería perfecto... Y si alguna vez habían tenido miedos y dudas sobre cómo sería una vida juntos ahí terminaron, eran un gran y hermoso equipo, se complementaban. Y así sería siempre.

Las otras cuatro mujeres habían decidido tomar el té, ellos habían decidido que un juego de naranja era mejor y se habían quedado en el salón principal.

-Dios me encanta- Dijo riendo.

-A mi también, creo que se verá bien en el jardín- Dijo Dimitri.

-En dos días seremos esposos- Dijo ella mirando el techo. -Dos días... -

Dimitri se levantó rápido del piso, y le tendió la mano, ella la aceptó y de igual manera se levantó.

-No creo esperar a que seas mi esposa- Dijo tomándola de la cintura.

-Ya casi me voy- Dijo casi en un susurró.

-Lo sé, pero ya no te iras siendo una señorita, te iras siendo una mujer-Él le ofreció su mano nuevamente... El tono grueso y masculino de su voz, le erizo la piel. Ella lo miro sin duda en sus ojos y tomó su mano, la guió por un pasillo. -¿Confías en mi?- Ella sonrió.

-Siempre- Él la llevo de la mano por una puerta detrás de las escaleras, Dimitri la hizo avanzar por delante de él. Subieron otras escaleras, hasta llegar a una puerta. Ella se giro para mirarlo, él le dio un ligero empujón en la cadera y ella abrió la puerta.

-Oh, Dios... ¿Es tu habitación?- Abrió los ojos sorprendida. Era un cuarto de colores claros, con un hermoso edredón de color dorado. Elegante y hermoso, había una ventana con un pequeño balcón y una alfombra de color café con pequeños fragmentos verdes.

-No se lo digas a nadie- Le susurró por detrás, tomándola de la cintura, pegándola aún más a él.

-Dimitri y si... -Él la apretó mas, ella sintió como si su piel estuviera hirviendo, cada toque, él la quemaba.

-Ellas están muy ocupadas bebiendo Té- Susurró cerca de su oído, acariciando su brazo, ella se giró para verlo.

-Dimitri, aún ... - Él la beso robándole hasta el último aliento.

-Te necesito Penelope Rosemarie, te necesito, ya no puedo estar sin ti- La beso con más pasión, con más ganas.

-Majestad- La doncella negó con la cabeza.

-Han de andar por ahí juntos- Dijo alzando su muñeca despreocupada
-Está bien, no los molesten- Lady Aitana abrió los ojos con sorpresa.

-No está bien no están casados, podría ser... Un escándalo- Dijo con preocupación.

-El amor Lady Aitana, el amor no puede esperar- Hablo Violet, mirando a su hija Eloise... Que tenía los ojos llenos de lágrimas.

-El amor, no conoce la paciencia... En unos días serán esposos- Dijo Eloise con una sonrisa nostálgica.

-Deberíamos dar un paseo en el jardín- La Reina se levantó de su asiento -Llevé el té afuera por favor- Su doncella asintió.

-Escandaloso- Dijo Lady Aitana -Pero cierto- sonrió... Sin decir más.

Las cuatro damas salieron del palacio hacia el jardín, conversando sobre la emocionante y hermosa boda que habría en dos días. Los empleados ya habían comenzado a limpiar todo, todo sería perfecto... Querían que todo fuera perfecto.

-Dimitri- Susurró cuando la volvió a girar, desatando el nudo que ataba su sombrero.

-Lo primero que haremos será quemar este horrible sombrero, no hagas caso a Lady Aitana, usa lo que tu quieras- El nudo se deslizó y el lanzó el sombrero al otro lado de la habitación, ella trago saliva cuando las manos de Dimitri comenzaron a desenredar los primeros listones de su vestido.

El vestido se desabrcho resbalando dejando al descubierto su pecho, la ligera luz del atardecer, ella apretó con fuerza el vestido.

-Hay demasiada luz- Apenas y reconoció el sonido de su voz. Sus manos le temblaban, Dimitri no dijo nada... Corrió las cortinas guindas quedando en una oscuridad más profunda.

Volvió a su tarea, y terminó con el vestido, ella soltó un leve gemido cuando Dimitri acarició con la llema de sus dedos el arco de su espalda.
Hasta llegar debajo de la nuca, donde depósito un beso, y luego otro más abajo, y luego otro mas abajo, ella volvió a hacer ese mismo ruido y el sonrió satisfecho.

-No llevas interior- Ella se sonrojo.

-El vestido no lo permitía- El jaló su falda hacia bajo.

Quedó finalmente sin nada frente a él, Dimitri tenía su mirada hielo sobre ella... Ella soltó una risita.

-¿Por qué ríes?- Preguntó. Ella negó con la cabeza. Dimitri tomó un pecho con su mano y apretó ligeramente, ella sintió algo en la parte baja de su vientre... Como si le revolotearan mil mariposas. -Dime le exigió- Tomando el otro pecho en sus manos, acariciando ligeramente con sus dedos la punta de ellos.

-Siempre creí... Que tus ojos son como el hielo, y me helaban el alma, pero ahora me calientan más que el mismo sol- Dimitri sonrió, era justo lo que quería escuchar... Que ella se sintiera deseosa por él.

-¿Sabes que eso es algo bueno?- Ella no dijo nada, lo miraba fijamente.

-Tengo que descubrirlo, porque en realidad yo no lo sé... - Dijo con voz tímida.

Dimitri desabrocho su camisa, luego los botones de las mangas dejando al descubierto su pecho. Pennyrose tímidamente bajo la camisa por sus hombros hasta quedar sin ella. Acaeció sus hombros y luego acarició su mejilla como solían hacerlo. El tomó la palma de su mano y la beso con toda devoción.
Se quito los zapatos, desabrocho ligeramente el pantalón y se detuvo cuando ella trago ligeramente saliva... Aún no estaba lista, pero pronto lo estaría.

Dimitri volvió acercarse a ella y la beso en los labios, luego en la boca y luego en el cuello, en la clavícula... Donde ella contuvo el aliento.

-No te detengas Dimitri- Dijo y el continuó, bajando con su lengua... Saboreando el rico sabor de su piel, respirando su perfume de lirios, mientras tenía sus manos... Sus grandes manos y fuertes sobre sus caderas.

Dimitri llegó a sus pechos y tal como lo había echo la noche que se comprometieron, llevó uno a su boca y ella gimió. Dimitri repitió con él otro, pero esa vez una de sus manos la deslizó por su vientre desnudo y ella lo tomó del caballo... Perdiéndose en la naturaleza primitiva y desconocida que crecía en ella... Dimitri llegó a la parte baja de su pelvis y ahí se detuvo. Sintió su estómago vibrar. La necesidad de que él continuará.

Él la alzó en brazos -Dimitri- ella habló en voz baja. La recostó sobre la cama y poco a poco se dejó caer con ella. -Háblame- Dijo ella.

-No puedo- su voz le sonaba ronca. -Me estas volviendo loco- La volvió a besar.

Ella sintió las manos de Dimitri atrapando cada parte de su cuerpo, acariciandola completamente.

-Te deseo, te quiero, eres la mujer más hermosa, la mas hermosa- Dijo y ella sonrió.

Tenía las manos sobre sus muslos, ella sintió como él se apretó ligeramente sobre ella, ella ahogó un gritito de sorpresa cuando sintió la erección de Dimitri cerca de ella.

Dimitri la beso, y ella gimió cuando lamio ligeramente detrás de su oreja, se sentía fantástica, poderosa, femenina y quería tener el control.

Ella empujó ligeramente a Dimitri... Él se apartó quedando sobre la cama, ella se puso de rodillas frente a él.

-¿Qué, qué haces?- Preguntó.

-Majestad, no hable- Dijo ella tratando de controlar su respiración.

-Imposible, eres demasiado hermosa, preciosa, lo más bonito que... - De pronto se quedó sin habla.

Ella subió encima de él y acarició su pecho, luego deposito unos besos, hasta la parte baja de su vientre tal cual lo había hecho.

-Pen... Oh, Pen- Gimió Dimitri y ella sonrió.

-Si me enseñas puedo ser una excelente alumna- El calor la envolvía, ese tono coqueto y seductor ella misma lo desconocía.

Lo miró a los ojos, tan guapo, su cuerpo era hermoso... ¿Él cuerpo de un hombre podía ser hermoso?, quizá no era el mejor término, pero no encontraba otro mejor para la belleza y la gracia que tenía ese hombre, con ese cabello de castaño claro, su nariz respingada y esos labios que cada vez que le hablaban la hacían querer pedir un beso...

-Desabrochalo- Dijo Dimitri con su voz rasposa y jadeante, sin mirar el pantalón... Pero ella lo entendió perfectamente.

Se sentía tan encantada con el momento... Ella lo beso en los labios y luego concentró sus manos en la tarea encomendada y cuando al fin lo vio...

-Oh por Dios... - Ella se hizo hacia atrás y Dimitri se rio. -No te burles de mi- Dimitri volvió a reír.

-No me rio de ti, amo tú inocencia- Dijo acariciandole el cabello.

-No creí... Yo no pensé que fuera, así- Dijo ella y el tono de coqueto de su voz se había ido.

-¿Sabes lo que sucede?- Ella asintió con la cabeza- Estarás bien, dejame hacerlo a mi- Él la envolvió en sus brazos nuevamente y la acarició, la beso en los labios y luego la miró a los ojos...

-¿Va a doler?- Preguntó. Dimitri la acarició por la pierna, llegando a él centro de su intimidad y ella abrió los ojos con sorpresa cuando la acarició y sintió su humedad-¡Dimitri!- Jadeo. El río de nuevo.

-¿Dole...? ¡Oh!- Dimitri había deslizado un dedo sobre ella, dejándola incapaz de articular palabra.

-¿Te dolió eso?- Preguntó y ella negó con la cabeza. Deslizó otro dedo en su interior... Ella aguanto las ganas de gritar -¿Y eso? - Preguntó con una sonrisa pícara, muy pícara en los labios.

-No, pero se siente extra... Ahh... Dimitri, Dimitri- Ella apretó con sus manos sus hombros, cuando él comenzó a mover ligeramente sus dedos dentro de ella y luego salió...

-¿Te sientes bien?- Ella lo miró conmocionada...

-Perfectamente, yo sentí... Luego... Y me siento... Yo siento que me falta algo- Dijo con la voz entrecortada.

-Te faltó yo- Dijo con un susurró de voz rosandole los labios. -Abre las piernas- Ella lo hizo. -Pon tus manos en mi espalda- Ella lo hizo, y lo acarició... El gimió, cada roce de su suave y hermosa piel lo volvía loco, la necesitaba, la quería para él-Respira profundo- Ella le hizo caso de nuevo...

Luego sintió algo caliente e imponente cerca de ella, lo vio y comenzó a temblar de nuevo... Él tomó su cara entre sus manos y la obligó a mirarle a los ojos.

-Esta bien, todo va estar bien- Ella sonrió. Dimitri dio gracias a Dios, sentían que iba a explotar... Pero aún seguía controlando su deseo, no quería lastimarla, no podía lastimarla. Tenía que hacerla sentir bien, que lo disfrutará y ya después llegaría el momento en que el pudiera hacer todo lo que quisiera con ella, le enseñaría las mil formas diferentes que había de hacer el amor... Lo haría... Después.

-Confío en ti, Dimitri- Él sonrió orgulloso y la beso en la frente. Dimitri la volvió a besar en el cuello, luego acarició ligeramente sus pechos y cuando la escucho jadear de placer se posicionó aún más cerca de ella y comenzó a empujar dentro, despacio... Poco a poco.

-Oh... - Solo había sido la punta pero ella arqueó su espalda casi levantandolo del colchón también a él.

-Ay Dios... Ya no puedo Pennyrose, te necesito, así que dime que lo sientes bien- Dijo con voz urgente, ella lo miró a los ojos y asintió... Eso fue todo, él entró completo a ella.

Sintiendo la mejor experiencia íntima, como poco a poco sus músculos se relabajan sobre él y luego apretaban, cuando la miró a la cara ella tenía los ojos cerrados, nisiquiera había sentido las uñas de Pennyrose enterradas en su piel.

-Oh Dimitri- Gimió y eso solo lo encendía más...

-Pennyrose, Pennyrose- Jadeaba sobre sus labios.

-Dimitri, siento... Que- Él comenzó a dar embestidas más fuerte -Si Dimitri, no te detengas porque siento que- Él la callo con un beso y siguió moviéndose en su interior... Acariciandola, mientras ella lo tomaba del cabello y se movían debajo de él.

-Dimitri- Gimió, cuando alcanzó la cima del placer, arqueado totalmente la espalda y el la tomó con sus brazos antes de recostarla poco a poco sobre la cama y sonrió satisfecho, en una una última embestida gritando su nombre él también alcanzó su propia felicidad.

Nunca nada en la vida se podía sentir tan bien no, si no era con ella... Incluso hacer el amor, ya no se trataba de él, ya todo se trataba de ella de ellos juntos... La beso una vez más y cayó a su lado rendido.

-¿Eso es todo?- Preguntó ella con la respiración entre cortada.

-Hay más cariño, mucho más- Ella abrió los labios con sorpresa.

-No puedo imaginar que haya más, eso es... - El sonrió con ternura.

-Ya tendremos tiempo, mucho tiempo, no saldremos de la habitación te lo aseguró- Dijo con una sonrisa pícara y ella lo golpeó en el hombro totalmente sonrojada.

-¡Dimitri! No digas esas cosas- Él volvió a reír.

-¿Qué? ¿Qué te haré el amor todos los días?- Ella tomó una almohada y se tapó la cara.

-¡Dimitri!- Estaba totalmente avergonzada y sonrojada. Aunque estar sin ropa frente a él no había sido nada escandaloso... Si no hermoso, caluroso y celestial.

Dimitri se rio y le destapó la cara y comenzó a hacerle cosquillas y ella se comenzó a reír...

-Por favor Dimitri para- tenía las manos sobre su estómago por la risa que las cosquillas provocaban en ella. -Basta nos van a oír, Dimitri- Él también reía y se detuvo...

-Ya no le encuentro sentido a mi vida sin ti, lo has cambiado todo Pennyrose- Dijo mirándola a los ojos.

-No, yo no he cambiado nada, eres tú, siendo tu mejor versión para las personas que amas... - Ella le acaeció la mejilla y se abrazo a él. -Te amo Dimitri, no sé cómo, pero lo hago- Él sonrió y apretó más el abrazo.

-Te amo, Princesa Penelope- Le dio un beso en la frente y suspiro.

✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨

Nuevo capítulooooooo, porque si porque lo merecen. ✨❤️

¿Les gustó? ❤️🥰

P. D disculpen los errores ortográficos, a veces hago los capítulos en el celular sobre la marcha, intentaré corregirlo pronto para una mejor lectura. ✨💛

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