12. Laberinto

Cuando Benedict volvió a casa de su madre se encontró con la escena más tierna. Su madre acariciando el cabello de su hijo de 23 años mientras reían sobre algo que hablaban, no hizo ningún ruido. Observó el tiempo  suficiente para guardar esa imagen en su cabeza, más tarde la plasmaria y la haría especial en un cuadro.
¿Hace cuanto él no se acercaba por un beso de su madre?, no hay una edad para dejar de recibir mimos y él lo sabía mejor que nadie, cuando era joven las hermanas de su padre lo llenaban de amor, una ola de nostalgia inundó su corazón.

—Benedict— fue la voz de su madre la que lo hizo salir de sus pensamientos, se acercó y le dio un beso en la mejilla y acarició el cabello de su hijo, este se levantó y le sonrió.

—Creo que es hora de irme abuela— Alexander se levantó y le dio un beso en la frente, después se acercó a su padre y le dio un abrazo.

—¿Por qué te vas tan pronto hijo?— preguntó Benedict.

—Alguien tiene que calmar la tormenta— Y se fue con una sonrisa en los labios.

—¿A que se refiere madre?— Violet suspiro... y Benedict se dejó caer en un sillón, abrazandola.

—¿Quieres que te cuente?— Benedict asintió con la cabeza.

🐝

Alexander llegó al club de caballeros, había decidido darle espacio a Oliver. Pero tampoco quería que se emborrachara, no si debían ver a la reina y Dios sabía que él no se iba a sacrificar solo a aquella aventura.

—¿Qué haces aquí?— preguntó Oliver sin alzar la vista de su copa medio llena.

—Eres ridículo—Alexander se dejó caer en la silla de enfrente.

—¿Cómo supiste lo de Lord Chaveroni?— preguntó. —Ah si, soldadito de la guardia real— Estaba de mal humor.

—Lo que dije... no es verdad Oliver— Oliver alzó la vista y lo miró fijamente. —Bueno, si lo fue, pero no de la forma que lo dije, solo fue un rumor, Lord Chaveroni no cometió delito alguno, eso lo dije por ti— Se encogió de hombros mientras se servía una copa.

—¿Qué diablos dices? ¿por mi? ¿Por qué? — Preguntó alzando la voz.

—Mr. Heine, ayer me pidió mi bendición para pedirle matrimonio a Violet, y yo le dije que solo mi padre podía darla y Oliver, yo no puedo espantar a todos los caballeros que pretenden a mi hermana, y menos si son hombres decentes — Oliver lo miraba como si no entendiera.

—¿Qué quieres decir?—La voz le salió rasposa, le quemaba la garganta.

—Lo que quiero decir es que, dejes de ser idiota y seas responsable de tus sentimientos— Oliver golpeo la mesa.

—No sabes lo que dices Alexander, no tienes idea ¿alguna vez has estado enamorado?, no entiendes la vida... No tienes idea de nada— Estaba molesto y ni siquiera notó que se declaró enamorado frente a su primo, igual este no dijo nada.

—Solo se que mi hermana es la mejor mujer y si Mr. Heine le propone matrimonio ella dirá que si.
Yo ya no podre ayudarte esta vez, así que si tu no sabes lo que sientes dejala tranquila—  Eso último le salió con un filo de voz, Alexander bebió lo que quedaba de su copa y Oliver lo miró con sus ojos azules.

—Jamás te pedí que me ayudaras a nada, si se quiere casar con Mr. Heine o con Lord Chaveroni que lo haga—  Oliver bebió lo que quedaba en su copa.

—Si lo hace no te arrepientas después— Oliver le regalo una mirada fría.

Alexander lo miro alejarse y Oliver juro haberlo escuchado murmurar "idiota".

Algo en su corazón se rompió, imaginarla casada con alguien que no fuera él le partía el alma entera.

Le costaba aceptar sus sentimientos, le costaba mucho enfrentar lo que su familia podría pensar, le daba miedo no ser el hombre adecuado para Violet, lastimarla, tenía miedo de amarla y que ella no sintiera igual, tenía miedo de arriesgarse y equivocarse, y si al final solo era un capricho de su juventud, no lo sabía... pero sabía lo mal que estaba por dudar. Uno no podía ir y declarar un amor del que no se sintiera seguro, pero era idiota, porque claro que era amor... Eso nunca lo había sentido con nadie y solo podía confirmarlo de una sola manera.

🐝

—Buenos días cariño— Colin se acercó a darle un beso en la frente.

—Me dejaron sola anoche— Dijo sin mostrar expresión alguna.

—Tú madre no se sentía bien, lo sentimos cariño ¿pasó algo emocionante?— Preguntó su padre mientras tomaba un poco de su jugo de naranja.

—Me comprometi— Dijo, acomodando su largo cabello hacia la  izquierda, Colin comenzó a toser, se había ahogado con el jugo.

Penelope entró al comedor riendo.

—Eres una mentirosa— Agatha se permitió reír, Colin la reprendió con la mirada y ella solo pudo pestañear sus hermosos ojos verdes.

—Te dije que ella me mataría— Dijo Colin y Penelope depositó un beso sobre su frente.

—No si lo hago yo primero ¿recuerdas?— Colin la miraba totalmente enamorado. Agatha siempre había sido muy observadora y sabía que el hombre que la amará tenía que verla con esa intensidad que veía en la mirada de su padre, de sus tíos.

—¿Cómo te sientes madre?—  Penelope tomó un pan con mermelada.

—Excelente, de maravilla cariño ¿Por qué?— Colin raspo su garganta.

—Papá dijo que se fueron ayer porque no te sentias bien— Agatha miró a su madre.

—Ah... si bueno, me dolia un poco la cabeza— Penélope se sonrojo un poco.

—Si... Claro, ¿y Georgie?— Y como si lo hubiera invocado un pequeño niño de cabello castaño y despeinado entró al comedor con lágrimas en los ojos, y se lanzó a los brazos de su madre.

—Georgie ¿qué sucede mi amor?— preguntó Penelope, Colin se levantó de su silla poniéndose de cuclillas a la altura de su pequeño.

—Soñe, soñe— Decía el pequeño entre sollozos—que... no volvería a verlos nunca— Entonces escondió su cabeza en el cuello de su madre, Colin acaricio su cabello y se acercó a él, le susurró un par de cosas y el pequeño niño volvió a sonreír, secándose sus lágrimas, y se abrazo al cuello de Colin, luego vio a su padre darle un beso en la frente.

Agatha veía la escena y sentía que su corazón se llenaba de amor, sus padres eran increíbles y se amaban. Luego miro a su hermano más pequeño sonreír, seguro su padre le había prometido que eso nunca pasaría, tal vez le prometió un paseo, o dormir con ellos esa noche, ella lo había hecho muchas veces... entonces cuando se dio cuenta estaba sonriendo, ella anhelaba con su corazón tener una familia propia, hermosa y feliz como la que tenía con sus padres, luego la alegría desapareció, un sentimiento de tristeza le recorrió el alma.

Ella se había dejado besar por tal vez el hombre más libertino que existía en todo Londres, se había permitido sentir algo por él.

Había cedido ante él, ella había saciado un poco de la llama encendida en él, lo vio en sus ojos, ese deseo le rompió el corazón que no fuera por ella... seguramente cuando la besó con esa pasión había pensado en ella, y por Dios esa que le robaba el pensamiento era una mujer casada, ¡casada! Y ella era tonta. Se sentía tonta.

Se levantó de la silla bruscamente.

—Yo no tengo hambre— Colin alzó la vista.

Agatha miro un pastelillo de chocolate y lo tomó, estaba triste ¿pero un pasillo la haría sentir mejor?, quizá no, pero eran deliciosos.

—Pero tú siempre tienes hambre— dijo su hermano menor.

Penélope no alzó la vista de su plato, soltó un pequeño suspiro y habló...

—Está bien cariño, recuerda que en unas horas iremos al palacio— Ella asintió con la cabeza y subió a su habitación.

Colin se levantó dispuesto a seguir a su hija.

—Colin— La voz de su esposa lo llamó. —Ella está bien, necesita su espacio, y ahora desayunen mis caballeros— Eso último lo dijo con una sonrisa poniendo su dedo índice en la nariz de su hijo más pequeño.

Colin le hizo caso porque ella era Penelope, su esposa, y Penelope siempre tenía la razón, aunque él no siempre lo admitía, pero esa era una de las razones por las que más la amaba. Se sentó de nuevo a terminar su desayuno.

Minutos después observó a su esposa subir las escaleras con su hermoso vestido color rosa, y sus rizos rojizos brincoteandole sobre los hombros en cada escalón que subía.

—Que hermosa es mamá ¿no crees?— Le preguntó a su hijo menor y este asintió, Colin sonrió al ver el bigote de leche que se había formado en Georgi.

Penelope estaba apunto de tocar la puerta, pero una voz angelical pauso por completo la acción, sonaba esa cajita musical que Colin había mandado hacer especialmente para Agatha cuando cumplió un año. Esa melodía la tenía grabada en su memoria, no había noche que Colin no se acercará a su pequeña niña para cantársela especialmente a ella.

Claro que cuando Thomas y Jane llegaron él se las ingenio para tener una canción para los tres, sin embargo esa era especial, le recordaba el nacimiento de Agatha.

"And I swear that i'm not gonna lose you now, keep you in my life somehow. And even when the lights go down, I could never lose you now." (T: Y te juró que no voy a perderte ahora, te mantendré en mi vida de alguna manera. Y aún cuando las luces se apaguen, no podría perderte ahora).

Agatha estaba acostada boca abajo observando la hermosa caja musical que su padre le juro le había traído de un castillo encantado en uno de sus viajes, estaba hecha en plata y parecía un huevecillo redondo, era el regalo más bonito que había recibido en toda su vida.

—¿Sabías que me encanta tu voz?— Sono una dulce voz desde la puerta.

—Madre— Agatha se sonrojo un poco.

—¿Qué te pasa?—Agatha se volvió a girar hacia el otro lado.

—Nada, estoy cansada, madre... La chica fea del baile, de tu libro... ¿Es una historia real?— Penelope se sentó sobre el borde de la cama.

—¿Por qué lo preguntas?— Agatha se encogió de hombros.

—Lo es— dijo su madre.

—¿Ella es feliz?— preguntó.

—Mucho, demasiado, más de lo que jamas logro imaginar alguna vez— Agatha sonrió.

—Eso es maravilloso madre, ¿Por qué no has vuelto a escribir?— preguntó.

—No he tenido una historia nueva que contar... Agatha —La miró fijamente a los ojos —Quiero decirte algo.

—Claro madre dime... yo... —Penélope la tomó de las manos.

—Escúchame con atención... tú padre y yo te amamos desde que supimos que venias en camino y siempre nos encargamos de hacerte la niña más feliz desde que naciste y espero que lo hayas sentido así... —

—Si madr...—

—Shhh... déjame terminar... Agatha elige siempre con amor. Nunca aceptes a alguien que no pueda ver tú valor, tú poder y amar tú alegría. La vida tiene cosas hermosas... yo quisiera prometerte una vida perfecta sin dolor, pero la vida real no es así.
Vas a llorar aunque no recuerdo haberte visto hacerlo alguna vez desde que creciste, pero si quieres hacerlo esta bien, estoy segura que también vas amar y ser amada el doble... porque eres maravillosa.

—Mamá...yo—Ella apretó sus manos.

—Agatha solo quiero que sepas que eres un pedacito de nuestro amor, y que es lo mismo que debes esperar recibir, amor. Tú padre y yo siempre estaremos para ti, eres inteligente y hermosa, no sé en qué momento creciste, pero estoy feliz de ser tu madre y se que el camino que tomes, las decisiones que elijas serán las correctas. Siempre serás mi niña.—

—Madre, te amo tanto, eres la mejor ¿lo sabes? — Penelope asintió con la cabeza.

Su madre salió de la habitación con una sonrisa en su rostro y ella se quedó con su corazón lleno de amor, y sentimientos encontrados.

🐝3:00 pm.🐝

—Majestad sus invitados están aquí— dijo uno de los sirvientes.

—Que maravilla, por favor llevelos al comedor— él joven asintió con la cabeza. —Ustedes dos, ayúdenme a levantarme— Nicolas y Dmitri se acercaron a ayudar a la reina quien tomó su mano para levantarse de su enorme silla.

—No creí que vendría Lord Kenart, de verdad me sorprendió— Dimitri ahogó una pequeña risa.

—Sigue dudando de mi buen comportamiento—Ella rio. 

—Es tan encantador, nada que ver con su madre Cressida, me agrada Nicolás— Él le sonrió.

🐝

Cuando entraron al comedor aún sin sentarse Pennyrose observó todo, cada detalle de esa habitación que no había explorado el día del baile, era maravilloso, ¿cuánto escondía este palacio? Cada rincón estaba lleno de arte.

—Majestad— Esa fue la voz de su tía Sophie.

—Lady Crane, señoras Bridgerton, que maravilla, siéntense por favor— Todos tomaron su lugar.

Era una maravillosa comida, salmón picado, una pasta roja con mantequilla, ensalada, un poco de fruta, jugo natural de uva, y de postre pequeños pastelillos de vainilla y fresa.

Todo era increíble, de no ser por Lady Aitana que no dejaba de verla, observaba cada movimiento que hacía cada que levantaba la cuchara la miraba como si esperara que algo sucediera para reprenderla, era horrible sentirse observada de esa manera.

Él Príncipe también la observaba de vez en cuando y le sonreía, y ella también le sonreía.

Unos minutos después vio a su tío Colin hacer reír a la reina, seguramente con alguna buena anécdota de algún viaje, su tío Benedict y Sophie igual estaban animados con la conversación.

Lady Aitana al fin se habría a una conversación con su tía Penélope y la vio sonreír por primera vez desde que la había conocido. Y es que su tía Pen era adorable, era muy buena para hablar, siempre sabía todo de todos... Su madre Elosie también participaba en la conversación.

Luego vio a su padre tratando de acomodar el cuello de su camisa, ella ahogo una risita, su padre no se terminaba de acostumbrar a vestir tan formalmente, amaba vivir en el campo, su lugar era lleno de tierra y plantas... Oliver, Alexander y el Príncipe mantenían una conversación y su padre de vez en cuando asentía con la cabeza.

—Me aburro— Ambas primas miraron a Violet. —¿Qué?— dijo.

—Generalmente es Pen la que se aburre — Dijo Agatha y Pennyrose asintió con la cabeza.

Violet se encogió de hombros.

—Bueno nuestros jóvenes se aburren, Dmitri... Nicolás... —dijo la reina.

—¿Si tía?— Esta le dio un sorbo a su té.

—Deberían tú y Nicolas llevar a los jóvenes a conocer el palacio, no siempre tenemos invitados— Dimitri asintió con su cabeza.

—Acompaña a alguna señorita Bridgerton— le susurró a Nicolas.

—Señorita Crane— Él le ofreció su brazo a Pennyrose y ella lo tomó.

Nicolás lo observó... Así que era la castaña quién robaba la atención de su excelencia.

Oliver se acercó a Violet timidamente y comenzaron a caminar juntos siguiendo a Dimitri y Pennyrose...

Agatha se apresuró a tomar el brazo de Alexander y Nicolas no pudo esconder su sonrisita, si ella quería evitarlo no lo lograría, hoy no. Ella era el motivo de su presencia ahí.

—¿Qué te pasa? —Alexander la miro.

—No me vayas a dejar sola— le dijo ella y él se río.

—Excelencia— Dimitri se giró.
—¿Tiene alguna biblioteca aquí?— Agatha alzó su vista a su primo sin entender.

—Si, en el ala oeste— Le respondió Dimitri.

—¿Cree que pueda acceder a ella?, sabe me gustaría tomar un descanso hoy por la mañana, tuve algunas actividades rutinarias, me apetece la lectura si no le importa— Alexander agrandó una sonrisa y Agatha le pellizco el brazo, él hizo casi un gesto invisible de dolor.

—Claro, por favor, pediré que le lleven té— Dijo Dimitri.

—Eso será maravilloso, Lord Kenart ¿le importaría hacer compañía a mi prima por mi?— Preguntó.

—Juro que te mataré— Le susurro Agatha a su primo que ya la había soltado.

—Tal vez después lo agradezcas— dijo Alexander y ella lo fulmino con la mirada.

—Para nada será un honor Bridgerton— Nicolás se acercó y le ofreció su brazo, ella lo tomó.

—No sabía que su primo amará la lectura— Dijo Nicolás en un tono burlón.

—No lo hace— Y no dijo más. Nicolas sonrió, sería un divertido día.

—Usted no es nada agradable Señorita Bridgerton— Ella lo miró con sus ojos verdes fríamente.

—Nunca lo he sido con nadie que no lo merezca— él dejó escapar una risita.

🐝

Dios tenía que recompensar lo buen hermano y primo que era, porque si no era así, en verdad se mataría. Haría 40 minutos en esa biblioteca ni un minuto más y luego se iría inventando alguna excusa.

🐝

El paseo comenzó por el jardín trasero, era increíble que en 20 años la Reina no había vuelto a dar un baile ahí, ella decía que cuando tuviera un motivo terriblemente especial lo haría nuevamente y hasta ahora eso no había ocurrido.

—Ah miren aquí— dijo Dimitri —Este es un pequeño laberinto, cuando Nicolas y yo éramos niños muchas veces nos perdimos aquí, jugábamos a ver quien encontraba la salida primero, era divertido— dijo con una mirada llena de nostalgia y una mueca que parecía ser el intento de una sonrisa.

—Y yo siempre te ganaba— Dijo Nicolas con una sonrisa. Agatha soltó una pequeña risa en forma de burla.

—Eso no es verdad, no le crea Señorita Crane — Pennyrose sonreía.

—Bueno, tal vez deberíamos ver quien tiene la razón... — Ella usaba nuevamente ese tono retador, Agatha rodó los ojos.

—¿Sugiere que juguemos como un par de chiquillos?— Preguntó Nicolás.

—Interesante, pero no lose... —dijo Oliver viendo a su hermana y primas.

—Ah, tu eres aburrido hermanito... o ¿temen perderse?— Ella alzó su vista a los presentes con una sonrisa y segura de sí misma puso sus brazos sobre su cintura.

Esa mujer no debía ser de las que soportará estar sin hacer nada el aburrimiento era su enemigo, definitivamente tenía el instinto competitivo, y él no podía negar que también lo tenía.

—Y no soy cobarde ¿y ustdes?— Dijo Dimitri acercándose más a ella.

—Eso excelencia— dijo Pennyrose.

—Me agrada señorita Crane— dijo Nicolás y Agatha lo miró ¿molesta?

—Bueno, deberíamos intentar, espero que sepan perder — dijo Violet hablando por primera vez.

—Yo nunca pierdo en nada señorita Bridgerton— dijo Nicolas.

—Su compañera es Agatha creo que va a perder usted milord— dijo Pennyrose, Violet se rio, porque en realidad solo estaban provocando a su prima.

—Lo veremos—dijo la pequeña Bridgerton de ojos verde jade.

—Esto es terrible, ellas son demasiado competitivas— dijo Oliver riendo.

—Esto no es Pall Mall — Dijo Pennyrose.

—Gracias a Dios— Dijo Oliver y su hermana le hizo una mueca.

Las tres parejas se dividieron para comenzar, decidieron que la cuarta entrada sería la salida oficial y sería la que se encontraba al sur, la primera pareja que lograra salir del laberinto ganaba.

—Esto es tan divertido, creí que su excelencia no sabía divertirse— dijo Pennyrose un poco sonrojada —Ah, ya sabe la vida de príncipe debe ser difícil— Dimitri no pudo evitar reír ante su comentario.

—En realidad fui tan feliz como cualquier otro niño señorita Crane, me divertía trepando árboles, llendo a pescar, montando... —Pennyrose lo interrumpió.

—¿Sabe pescar? Dios, ahora mismo me siento celosa, mis hermanos jamás me quisieron enseñar, ni siquiera el menor— dijo ella y en su voz encontró una pisquita de descontento, eso lo hizo sonreír.

—Usted pescando, me gustaría verlo— dijo Dimitri —Es difícil, necesita ser muy fuerte— Ella le sonrió descaradamente y subió sus brazos delgados mostrando un poco de sus músculos.

—Lo soy excelencia se lo aseguró— Él la tomó de la mano y la jalo.

—Venga por aquí un atajo...— Entraron por una pequeña puerta cubierta por hojas de árboles.

—Dios, esto es increíble, por eso eligió comenzar por esta entrada ¿hacemos trampa?— Dijo casi en un susurro.

—Jamás me perdonaría hacer trampa, solo usamos el as bajo la manga— Ella soltó una pequeña carcajada.

—Eso suena igual a hacer trama excelencia— Él le sonrió.

Iba caminando y se dio cuenta que Dimitri no la había soltado de la mano, se sentía extraño, sentía el calor que emanaba de ella, se sentía un poco húmedo por el calor,  y aún así su mano encajaba a la perfección con la de ella.

—¿Todo bien?— preguntó Dimitri.

—No ha soltado mi mano excelencia— dijo ella mirando sus dedos entrelazados. Él dejó de caminar y ella se detuvo junto con él.

Dimitri se acercó un poco más a ella.

Llevaba un vestido azul, parecido al de la madrugada fresca en la que la había visto, llevaba su cabello recogido, y tenía unas pequeñas zapatillas cafés, y su olor ahora que la tenía cerca era a rosas y jabón lavanda.

—¿Quiere que la suelte?— Ella lo miró a los ojos, y es que esos ojos eran hermosos, hacían contraste con el saco café que llevaba Dimitri, hacía un poco de viento, su voz ronca le atravesó por los huesos helando hasta su columna.

—No lo sé— Él se acercó más a ella y ella dio un paso hacía atrás.

Él quería besarla, tenía tantas ganas de besar esos labios ligeramente carnosos color rosa, cada que ella sonreía, cada que hablaba se moría por besarla... era como una necesidad, como si él fuera un imán y necesitará adherirse a su cuerpo... él la iba a besar.

Un paso más y pegaria sus labios a los de ella y entonces solo Dios sabría que pasaría. Él avanzó un poco más, podía sentir casi su respiración, no sabía si ese corazón agitado que escuchaba era el de él o el de ella.

Ya no era consciente de él mismo.

Ella lo miró a los ojos, y después cuando se acercó aun mas a ella... Cerró sus ojos, entonces él la tomo de la cintura y la atrajo hacia él. Puso sus labios de manera suave sobre los de ella, por un momento los brazos de Pennyrose colgaban, luego tímidamente puso una de sus manos en la mejilla de él y la otra en su hombro.

Ella abrió un poco más sus labios y él se permitió explorar más su boca, sabía a jugo de uva, y besarla era como pisar el cielo... caía en cuenta que era el primero beso de ella, así que puso su mano sobre la mano que ella tenía en su mejilla, se separó y depósito un beso sobre ella.

Pennyrose trataba de controlar su respiración, aún Dimitri estaba muy cerca de ella, lo miró a los ojos con un calor que jamás había sentido y colocó sus manos alrededor de su cuello y entonces ella volvió a unir sus labios a los de él intensamente, él se aferró fuerte de su cintura y la besó con más pasión.

Ambos se separaron, y sus miradas se encontraron nuevamente, jamás había sentido ese hormigueo, se sentía viva, se sentía poderosa, se sentía llena de energía y llena de calor. Sus mejillas estaban sonrojadas,  él estaba despertando tantas cosas en ella.

—Majestad, yo... — Apenas podía hablar.

—Debe saber que jamás ha sido mi intención faltarle al respeto, y debería disculparme— Él hizo para atrás un mechón que se había soltado de su cabello.

Ella no sabía que decir, solo pudo hacerse hacia atrás y justo cuando lo hizo tropezó con una rama y se cayó.

—AYYY...— Dimitri la tomó de la mano y la ayudó a levantarse.

—¿Está bien?— Ella sacudió su vestido.

—Si, si...yo si, perfectamente bien— Pennyrose no sabía que decir, probablemente era la primera vez que no tenía algo que decir.

—¿Quiere que nos vayamos ya?— Ella asintió con la cabeza.

—¿Por qué me beso?— Se paró en seco y Dimitri la miró.

—No lo se — pero Dios...  si que lo sabía, pero no era correcto decirlo así como tampoco había sido correcto besarla.

Tal vez ahora debía pedirle matrimonio a la muchacha, jamás había besado a una señorita de sociedad y él sabía lo que significaba hacerlo. 

—¿No lo sabe? entonces no lo vuelva a hacer hasta que descubra porque lo hizo, excelencia— Y ella siguió caminando.

Mentalmente se regaño, como se atrevía a decirle eso al príncipe, quizá la beso solo porque sí, quizá y si está acostumbrado a tomar lo que quiere como un niño consentido.
Tal vez no debió decirle eso, bueno no era como que la fuera  a besar de nuevo ¿o si?, desde luego que no... ¿por qué un príncipe desearía besarla a ella?

Pero ella también lo había besado, y si él le hiciera la misma pregunta tampoco sabría qué responder, sin embargo él no lo hizo.

Anexo link de la canción que Colin hizo para Agatha... ✨❤️

https://youtu.be/xmfEGPHyTxE

Espero que les guste mucho este capítulo ❤️❤️❤️

¿Qué creen que suceda? ✨

Déjenme sus teorías. 🐝

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