-¿Cómo haré pasar ese enorme oso por tan estrecha chimenea? -pregumtó Brandr, mientras un duende se acercaba a él para mostrarle un botecito con un líquido verde y viscoso.

Aquello era «Gelatín de jengibre», una sustancia mágica para reducir temporalmente el tamaño de grandes juguetes.

Una gotita, otra gotita y el peluche su tamaño redujo. Brandr quedó asombrado, pero al estar en una casa de tres pisos miedo tenía de caer y perecer.

Samuel decidió darle un empujón, y el muchacho por la chimenea cayó. Aunque sintió algo blandito cuando el oso a su tamaño real volvió. Así que de apresuró y el juguete al lado del arbolito de navidad dejó.

Para hacerlo volver pronto, Samuel usó una gran aspiradora que a Brandr por la chimenea hizo pasar.

El primer juguete fue dejado. Faltaban Miles de millones más. El tiempo estaba en contra, pero el grupo no se iba a rendir.