Capítulo LIX

Al día siguiente

Pasillos – Hogwarts

Hadley se encontraba caminando por los pasillos junto a Peter. La azabache había destruido el libro del príncipe mestizo, aún tenía curiosidad sobre su identidad, además, ahora ya no podría mantener el primer lugar en la clase de Slughorn, pero sus hombros ya no sentían ningún peso.

Actualmente, estaban caminando, mientras que sus compañeros daban la prueba de aparición. Ambos estaban distraídos, pero, de pronto, se encontraron con el profesor Slughorn. Sin embargo, el profesor solo los evitó y se fue rápidamente.

Peter: No tuviste suerte, ¿no?

Hadley: Suerte...

La azabache se sorprendió por no pensar en la solución tan fácil que tenía.

Hadley: Es cierto... solo necesito suerte.

La azabache esbozó una sonrisa. Y tomó la mano de Peter para ir a la sala común de Gryffindor.

Cuando llegaron, se reunieron con Gwen, Hermione, Felicia y MJ, ellas lograron pasar la prueba de aparición. Luego de unos minutos, Hadley les contó su plan de usar la poción para conseguir lo que necesitaba.

Gwen: Bien... la poción de suerte líquida es una buena opción.

Hadley asintió, agradecida por el apoyo de sus amigas. Sabía que tenía que actuar con rapidez y astucia si quería tener éxito en su plan.

Se tomó todo el frasco de la poción. Poco a poco lo invadió una excitante sensación de infinito poderío y se sintió capaz de lograr cualquier cosa que se propusiera. Y de pronto creyó que sonsacarle aquel recuerdo a Slughorn parecía no sólo posible, sino muy fácil... Se puso de pie, sonriente y rebosante de seguridad en sí misma.

Pero en lugar de dirigirse directamente hacia el despacho de Slughorn, una corazonada la impulsó en otra dirección.

Hadley: Tengo una idea. Creo que en lugar de ir directamente con Slughorn, debo buscar a Hagrid.

Las miradas de los demás leones se llenaron de sorpresa ante la inesperada sugerencia de Hadley.

Felicia: ¿Hagrid? ¿Por qué?

Hermione: No importa eso, Hadley tienes que hablar con Slughorn. Tenemos un plan.

Hadley: Lo sé, pero tengo una sensación sobre que tengo que ir con Hagrid este día. ¿Comprenden?

Peter, junto con las chicas, negaron con la cabeza muy confundidos.

Hadley: Bueno... yo sí... o la poción lo sabe.

Con más dudas que respuestas, el resto de leones dejaron que Hadley se vaya.

...

El sentido arácnido del castaño empezó a activarse. Tras decirle una pequeña excusa a las chicas, se fue de la sala común.

En una tarde tranquila en Hogwarts, el castillo resonaba con el murmullo de los pasillos vacíos y el suave tintineo de la lluvia que caía fuera de las altas ventanas. Los estudiantes estaban dispersos en sus respectivas actividades, algunos en las aulas, otros en la Sala Común, y nadie se aventuraba por los pasillos en ese momento.

Sin embargo, en medio de esta calma aparente. Peter caminaba con cautela, su sentido arácnido alertándolo de un peligro inminente que no podía ignorar. La anormalidad del clima y la sensación de electricidad en el aire lo habían llevado hasta Hogwarts, buscando la razón detrás de esta perturbación.

Mientras se acercaba a la Torre de Astronomía, un rayo iluminó el cielo, seguido de un estruendo ensordecedor que sacudió el castillo. El cielo se oscureció de repente, las nubes cubriendo la luz del sol y sumiendo a Hogwarts en una penumbra ominosa. Peter sintió un escalofrío recorrer su espalda, sabiendo que algo estaba a punto de suceder.

Justo cuando llegaba a la entrada de la Torre de Astronomía, un destello azul brillante lo tomó por sorpresa. Antes de que pudiera reaccionar, una figura se materializó frente a él, emanando un aura de electricidad. Era Electro, el villano con el que había luchado en dos ocasiones.

Electro: ¡Spider-Man! –la voz resonó en el aire, cargada de electricidad-. ¡Por fin nos encontramos cara a cara!

En el rostro de Electro se podía ver una sonrisa malévola.

Peter: Imposible –su traje apareció y se preparó para el enfrentamiento-. ¿Qué haces aquí? ¿Cómo entraste?

Las preguntas del castaño eran válidas. Hogwarts poseía defensas y estaba vigilado por aurores.

Electro: Que mal recibimiento. Pero no es nada demasiado serio, solo un poco de diversión. Pero parece que has decidido interponerte en mi camino, así que tendremos que resolver esto.

Sin perder un segundo más, Electro lanzó un rayo de energía hacia Spider-Man, quien se lanzó ágilmente fuera del camino esquivando los ataques mientras buscaba una oportunidad para contraatacar. La batalla se desató en la Torre de Astronomía, los destellos de electricidad iluminando la oscuridad que rodeaba el castillo.

Electro: ¡No puedes vencerme, Spider-Man! ¡Soy puro poder! –rugió lanzando una ráfaga de energía hacia el héroe.

Peter se movió con agilidad, esquivando los ataques mientras buscaba una oportunidad para contraatacar.

Peter: No me subestimes, Electro. ¡Te detendré, cueste lo que cueste!

La batalla continuó, cada movimiento calculado mientras Spider-Man luchaba por neutralizar a su enemigo. A pesar de la oscuridad que los rodeaba y la tormenta que rugía afuera, el héroe arácnido no flaqueó.

Electro: ¡Admite la derrota, Spider-Man! ¡No puedes ganar contra mí! –gritó Electro, sus ojos brillando con una luz azul intensa.

Spider-Man se mantuvo firme, su determinación inquebrantable a pesar de las dificultades.

Peter: Solo en tus sueños, Electro.

Con un rápido movimiento, Spider-Man lanzó una serie de telarañas hacia Electro, intentando inmovilizar al villano. Sin embargo, la electricidad que emanaba de su cuerpo hizo que las telarañas se desintegraran en segundos.

Electro: ¡Inténtalo todo lo que quieras, Spider-Man! ¡Nada puede detenerme! –gritó, enviando una ráfaga de energía directamente hacia el héroe.

Spider-Man se retorció de dolor, pero se negó a rendirse. Con determinación, se lanzó de nuevo al ataque, buscando una manera de neutralizar a su enemigo.

La batalla alcanzó su punto álgido cuando Spider-Man logró acercarse lo suficiente para atrapar a Electro con su telaraña. Sin embargo, la electricidad que emanaba el villano hizo que la telaraña se desintegrara en segundos.

Electro: ¡No puedes detenerme, Spider-Man! ¡Tú me convertiste en esto, ahora lo usaré contra ti! –gritó, lanzando una descarga eléctrica aún más poderosa hacia el héroe.

Spider-Man apenas logró esquivar el ataque, pero sabía que no podía permitir que Electro continuara causando estragos. Con un rápido pensamiento, se lanzó hacia Electro, buscando una manera de desestabilizarlo.

Peter: ¡Es hora de que terminemos esto, Electro! –gritó, lanzando una serie de rápidos golpes hacia el villano.

Electro luchó con furia, tratando de repeler los ataques del héroe. Sin embargo, el castaño era implacable, cada golpe calculado con precisión mientras buscaba debilidades.

Electro: ¡No puedes ganar, Spider-Man! ¡Soy invencible! –rugió, lanzando una oleada de energía hacia el héroe.

Spider-Man se movió con agilidad, esquivando el ataque y lanzándose hacia Electro. Con un rápido movimiento, logró distraer a Electro lanzándole varios objetos de la torre, lo que hizo que se quedara momentáneamente vulnerable.

Peter: ¡Ahora es mi oportunidad! –exclamó, lanzando una serie de rápidos golpes hacia Electro.

El villano luchó con desesperación, tratando de defenderse de los ataques. Sin embargo, Peter era implacable, cada golpe más poderoso que el anterior.

Finalmente, con un último esfuerzo, el castaño lanzó un poderoso puñetazo hacia Electro, enviándolo al suelo con un estruendo sordo. El villano yacía inmóvil en el suelo, derrotado por el joven héroe.

Spider-Man se acercó al villano caído, asegurándose de que estuviera inconsciente antes de llamar a algún profesor. Con Electro derrotado y fuera de combate, Peter Parker respiró un suspiro de alivio.

Sin embargo, el agotamiento hizo que sus sentidos fueran más lentos, por lo que, no reaccionó a tiempo al ataque de un hechizo que vino desde atrás.

Peter: ¡Ahh! –gritó de dolor-. ¡Tú!

Dumbledore: Lo siento, espero que lo comprendas.

Peter: Electro no podría entrar al castillo o a la casa de los Weasley, no con todos esos hechizos protectores. Siempre pensé que estaba on Voldemort, pero estaba contigo.

Dumbledore: Eres inteligente.

Peter: Pero el ataque en Nueva York...

Dumbledore: Adelante...

Peter: No eran mortífagos –el anciano asintió-. ¿Imperius?

Dumbledore: Como figura importante en el mundo de los magos no fue difícil convencer que los mejores aurores del mundo me concedieran una charla de pocos minutos. Debo darte crédito, no solo lograste que parecieran unos novatos, sino que empezaste a ganarte una buena fama como héroe.

El castaño lo miró confundido.

Dumbledore: ¿Pensaste que tu pequeño acto en Bután no sería conocido? La Confederación Internacional de Magos esta dividida están aquellos que reconocieron tu símbolo y dicen que dejarás una marca en el mundo y deben ayudarte, pero también hay otros, como yo, que te consideran una amenaza. Pensé en usar tu poder...

Peter: Como una marioneta

Dumbledore: ¡Una guía! –dio un suspiro-. Solo iba a orientarte, evitar que nacieran otros magos tenebrosos, dime, ¿Eso es malo?

Peter: ¿Guiar? ¿Orientar? Solo querías controlar a todos a tu alrededor, sacrificarías a cualquiera si no te obedecen, solo eres un viejo con delirios de grandeza.

Dumbledore: Un niño como tú es incapaz de ver mi visión del mundo. Incapaz de sentir todas las pérdidas que dejaron los magos tenebrosos anteriores.

Peter: Tal vez no, pero sí perdí a alguien... mi tío Ben. Él me enseñó mejor que cualquiera.

Dumbledore: ¿Y qué te pudo enseñar?

Peter: Un gran poder, conlleva una gran responsabilidad. Estás haciendo las cosas mal, y por eso, te detendré y le mostraré al mundo quien eres de verdad.

Una gran luz salió de la torre y así como apareció se fue.

...

En otro lado, Hadley estaba en su asunto de conseguir el recuerdo del profesor de Slughorn para derrotar a Voldemort.

Gracias a la poción Felix Felicis, Hadley estaba muy confiada. Inicio su trayecto caminando hacía la cabaña de Hagrid. Vio como los profesores ordenaban a los alumnos ir a sus habitaciones por la tormenta que apareció de sorpresa. Ella solo lo ignoró y siguió su camino sin que alguien la llamara.

Mientras caminaba encontró al profesor Slughorn. Quien lo interrogó por su paseo a las afueras del castillo.

La azabache dijo que quería ir a ver a Hagrid. Slughorn intentó convencerla que regresara al castillo, pero terminó siguiéndola a la cabaña.

Cuando llegaron vieron que Hagrid se encontraba llorando viendo el cuerpo inerte de una acromántula. El profesor Slughorn se sorprendió y su mirada tomó un pequeño brillo. Luego de dar un pequeño discurso de despedida los tres fueron a la cabaña.

Hagrid y Slughorn bebían vino mientras el semi-gigante contaba historias de Aragog. Hasta que finalmente Hagrid cayó dormido por el alcohol. Slughorn y Hadley empezaron a pensar en la muerte lo que llevó a Slughorn a recordar a los padres de Hadley, sobre todo de Lily, la cual fue muy apreciada por el profesor.

Hadley: ¿Sabe por qué sobreviví esa noche? –sijo calmada al otro lado de la mesa.

Slughorn no respondió.

Hadley: Es porque mi madre se sacrificó. Rehusó hacerse a un lado, porque su amor era más poderoso que Voldemort.

Slughorn: Sé por qué estás acá... no creo poder ayudarte.

Hadley: Ella entregó su vida por mí, pero usted no quiere darme un recuerdo.

Slughorn: Si fuera para ayudarte...

Hadley: Lo es –dijo con seguridad y levantándose de la silla-. Necesito información. Le diré algo que otros solo adivinaron... soy La Elegida, solo yo puedo derrotar a Voldemort.

El profesor se quedó sin aliento por la revelación.

Hadley: Necesito ese recuerdo para destruir a Voldemort, necesito saber de qué trataba esa conversación que tuvo con Tom Ryddle hace años.

Slughorn: No me siento orgulloso... me temo que ese día causé un gran daño...

Hadley: Si me entrega ese recuerdo compensará todo el mal que hizo. Sea valiente como mi madre, o la deshonrará y habrá muerto en vano.

Slughorn y Hadley continuaron mirándose a los ojos. Sin apartar la mirada, Slughorn llevó su varita a su sien, sacó un hilo de luz y lo puso en un pequeño frasco. Finalmente, se lo entregó a la joven.

Slughorn: Eres una buena chica –dijo, las lágrimas resbalaban por sus mejillas-. Y tienes los ojos de tu madre... Sólo te pido que no pienses muy mal de mí cuando lo hayas visto...

...

Hadley consiguió su meta. El recuerdo que la ayudaría para derrotar a Voldemort. Pensó en regresar a la sala común para contárselo al resto del grupo, pero decidió ir al despacho de director para tener el resto de la noche con sus amigos.

Se sorprendió cuando vio que el director no se hallaba en su despacho. La emoción fue suficiente para ver el recuerdo ella sola.

Echó el recuerdo al pensadero e introdujo el rostro para verlo.

Todo se cubrió de oscuridad y lo siguiente que vio fue el despacho de Slughorn y al profesor de pociones más joven. Inmediatamente reconoció el inicio del recuerdo.

Tom: Señor, ¿Es cierto que la profesora Merrythought se retira?

Slughorn: ¡Ay, Tom! Aunque lo supiera no podría decírtelo. Me gustaría saber de dónde obtienes la información, estás más enterado que la mitad del profesorado –los presentes empezaron a reír-. Por cierto, gracias por la piña, has acertado, es mi favorita.

Tom: Intuición, supongo.

El profesor vio el reloj y se sorprendió por la hora.

Slughorn: Madre mía, ¿ya es tan tarde? Será mejor que se marchéis, chicos, o tendremos problemas.

Slughorn se levantó del sillón y llevó su copa vacía a la mesa mientras los muchachos salían del despacho. Ryddle, sin embargo, no se marchó enseguida.

Slughorn: Date prisa, Tom –dijo al volverse y ver que seguía allí-. No conviene que te sorprendan levantado a estas horas. Recuerda que eres prefecto.

Tom: Tenía una pregunta, profesor. Estuve en la sección restringida y encontré algo muy peculiar.

Slughorn: Continúa.

Tom: ¿Sabe usted algo acerca de los Horrocruxes, señor?

La azabache vio que el profesor Slughorn se puso muy nervioso por la palabra "Horrocruxes".

Slughorn: ¿Cómo dices?

Tom: Horrocruxes. Encontré ese término mientras leía y no lo entendí del todo.

Slughorn: No creo que sea fácil hallar en Hogwarts ningún libro que ofrezca detalles sobre los Horrocruxes, Tom. Eso es magia muy, pero que muy oscura.

Tom: Por eso le pregunto a usted. Pensé que un mago como usted... discúlpeme por ser inoportuno.

Slughorn: Ah... –dio un suspiro largo-. Para que entiendas el significado de esa palabra. Horrocrux es la palabra que designa un objeto en el que una persona ha escondido parte de su alma.

Tom: Pero no entiendo el funcionamiento –dijo con interés.

Slughorn: Divides tu alma y escondes una parte de ella en un objeto externo a tu cuerpo. De ese modo, aunque tu cuerpo sea atacado o destruido, no puedes morir porque parte de tu alma sigue en este mundo, ilesa. Pero, como es lógico, una existencia así... sería preferible la muerte.

Tom: ¿Qué hay que hacer para dividir el alma?

Slughorn: Has de tener en cuenta que el alma debe permanecer intacta y entera. Dividirla es una violación, es algo antinatural –dijo muy incómodo-. Se hace mediante un acto maligno.

Tom: Asesinando...

Slughorn: Exacto.

Tom: Se lo pregunto por curiosidad. ¿Sólo se puede dividir el alma una vez? ¿No sería mejor, no fortalecería más, dividir el alma en más partes? Por ejemplo, en siete.

Slughorn: ¡Por las barbas de Merlín, Tom! ¡Siete! ¿No es bastante grave matar a una persona? Además... Dividir el alma una vez ya resulta malvado, pero fragmentarla en siete partes... –dijo muy preocupado-. Claro que todo esto es puramente hipotético, ¿no? Puramente teórico...

Tom: Por supuesto, señor –dijo rápido.

Slughorn: Pero, de cualquier modo, Tom, no le digas a nadie lo que te he contado o, mejor dicho, lo que hemos hablado –dijo sudando-. A nadie le gustaría saber que hemos estado charlando sobre Horrocruxes. Mira, es un tema prohibido en Hogwarts. Dumbledore es muy estricto con este punto...

Tom: No diré nada, señor.

Hadley vio el rostro de Slughorn y se dio cuenta que desde ese momento se arrepentía de la conversación.

La azabache salió del recuerdo y regresó al despacho del director. No pudo contenerse y regresó a la sala común de Gryffindor. Hadley entró y vio sus amigas.

Hadley: ¿Dónde está Peter?

Gwen: Mmm... no lo sé salió hace rato y no regresó.

Hermione: ¿Conseguiste el recuerdo?

Hadley: Sí, Horrocruxes, eso es lo que intentó crear. Una forma de burlar la muerte.

Hermione: Nunca escuché ese término.

Hadley: Ya, es una magia muy oscura que Hogwarts no tiene información de eso. El director no estaba en su despacho, así que no pude preguntarle.

La noche avanzó y las chicas fueron a dormir.

...

Al día siguiente

La azabache se encontraba caminando con dirección a la clase de transformaciones, pero fue interrumpida por Ron. El pelirrojo le dijo que Dumbledore la buscaba y que le daría un permiso para faltar a clase. Hadley fue con duda, ya que, Peter no apareció en toda la noche y cuando les preguntó a sus compañeros dijeron que no fue a dormir. Incluso pensó que estaría en la sala común de Slytherin, así que le preguntó a Darcey, Pansy y Daphne, pero la respuesta fue negativa. Nadie sabía donde estaba Peter Parker.

Dumbledore: Veo que tienes un poco de impaciencia –dijo viendo la llegada de Hadley-. Veo que estás nerviosa, supongo que es por lo que descubriste.

La azabache estaba nerviosa por la desaparición de su amigo, pero desde hace mucho dejó de confiar en el director.

Hadley: Horrocruxes, ¿usted cree que lo consiguió, señor? ¿Hizo un Horrocrux y por eso no murió cuando me atacó a mí?

Dumbledore: No solo eso, sino que consiguió hacer más. Escuchaste su interés por ello. Hace cuatro años me trajiste una prueba.

La azabache lo vio confundida y el director sacó un libro maltratado que fue reconocido de inmediato.

Hadley: El diario de Tom Ryddle.

Dumbledore: Así es, ¿un simple recuerdo que actuaba y pensaba de forma autónoma? ¿Un simple recuerdo que ponía en peligro la vida de la niña en cuyas manos había caído? No, yo estaba casi seguro de que dentro de ese libro vivía algo mucho más siniestro: un fragmento de alma. El diario era un Horrocrux. Y es posible que haya creado siete como dijo.

Hadley: Pero entonces podrían estar escondidos en cualquier rincón del mundo, enterrados o invisibles...

Dumbledore: El diario es uno...

Hadley: ¿El anillo?

Dumbledore: De la madre de Voldemort, difícil de encontrar y aún más de destruir.

Hadley: ¿Y los otros Horrocruxes? Podrían estar en cualquier lado.

Dumbledore: Sí, pero la magia oscura suele dejar rastros.

Hadley: ¿Por eso se ausenta del colegio?

Dumbledore: Correcto. Llevo mucho tiempo buscando. Y es posible que esté a punto de encontrar otro.

...

Mientras tanto, Peter se encontraba despertando en un lugar oscuro y maloliente.

Peter: Me las va a pagar –dijo levantando la vista-. Debe ser una broma. Huele peor de lo que recuerdo.

El castaño despertó en La Cámara de los Secretos, encadenado y solo. Intentó romper las cadenas, pero no funcionó.

Peter: Bien... plan "B"... ¡Ayuda! ¡Ayuda!

.....

Gracias por leer

Jouner927

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