Capítulo L

Hadley: ¡Sirius! –gritó-. ¡Sirius!

La azabache había llegado al pie del velo respirando entrecortadamente. Sirius debía estar tras el velo. Hadley quería acercarse para ayudarlo a levantarse. Pero cuando llegó al suelo y corrió hacia el velo, Lupin lo rodeó con los brazos y la retuvo.

Lupin: No puedes hacer nada, Hadley...

Hadley: ¡Vamos a buscarlo, tenemos que ayudarlo, sólo ha caído al otro lado del arco!

Lupin: Es demasiado tarde, Hadley.

Hadley: No, todavía podemos alcanzarlo... –luchó con todas sus fuerzas, pero Lupin no la soltaba.

Lupin: No puedes hacer nada, Hadley, nada. Se ha ido.

La Gryffindor no quería creerlo, en su mente Lupin estaba equivocado, había escuchado voces tras el velo, Sirius debía estar escondido e iba a salir en cualquier momento.

Logró ver de reojo a Bellatrix escapar. Llena de furia fue tras ella para cobrar venganza.

Hadley: ¡Ha sido ella! ¡Voy a matarla!

Echó a correr tras Bellatrix, todos la llamaban, pero no les hizo caso.

Bellatrix desaparecía por una de las puertas. Harry alcanzó a distinguir, más allá de la figura de la mujer, el pasillo que conducía al vestíbulo.

Abrió de un tirón la puerta que daba al vestíbulo y escuchó que Bellatrix reía y cantaba sobre la muerte de Sirius.

Bellatrix: ¡Yo maté a Sirius Black! ¡Yo maté a Sirius Back! ¡Sal pequeña! ¿Quieres vengarlo?

Hadley: ¡Crucio! –gritó con ira.

Bellatrix gritó, el hechizo la había derribado, pero no se retorcía de dolor. Había parado de reír y empezó a chillar mirando a la azabache.

Bellatrix: Nunca habías empleado una maldición imperdonable, ¿verdad? ¡Tienes que sentirlas, Potter! Tienes que desear de verdad causar dolor, disfrutar con ello. La rabia sin más no me hará mucho daño.

Hadley le apuntaba con su varita, estaba temblando, de pronto escuchó la voz de Voldemort.

Voldemort: Hazlo... debes querer hacerlo... ella lo mató. Ahora estás sola... el chico que amabas se fue y ahora la única persona que considerabas familia también. Libera lo que sientes...

La mano de Hadley, que sostenía su varita, temblaba. Su respiración era agitada. Quería hacerla sufrir, pero una parte de ella se negaba a ser como Bellatrix. Dio un giro y apuntó a Voldemort, pero este solo agitó la mano para desarmar a la azabache.

Voldemort: Débil... no hiciste nada en el cementerio y no pudiste hacer nada ahora. Te lo dije en tu primer año Hadley... la fuerza es lo único que importa. Tu debilidad te hará perder todo... ¡Crucio!

La azabache cayó al suelo y empezó a retorcerse de dolor.

Voldemort: ¡Avada Keda...

No terminó de hablar porque una telaraña cayó en su boca.

Peter: Te ves bien Voldy... ¿Te hiciste algo en el cabello? –dijo aterrizando con el traje.

Hadley: Esa voz... ¿Peter?

Peter: Hola Hadley –el traje desapareció.

Voldemort: ¡¿Cómo... cómo estás vivo?! –gritó con enojo e interés- ¡Yo te maté!

Peter: Pasaron algunas cosas y me enteré de otras.

Voldemort: ¿Qué piensas hacer ahora? ¿Pelearás y me detendrás? No lo lograrás... ¡Yo conquisté la mu...

Peter: Pareces un villano de película... ¿Por qué les gusta hablar mucho?

Voldemort: Bien... si no quiere hablar... –de su varita salió un rayo.

El castaño creo un escudo y el rayo rebotó. La pelea continuó, la experiencia de Voldemort se hizo presente y lanzó varios hechizos que Peter nunca vio. El castaño, por otra parte, solo podía defenderse.

El mago oscuro creó una serpiente de fuego gigante.

Voldemort: No puedes superarme... soy el mago más poderoso de todos.

Peter: Solo veo a alguien que tiene miedo de morir. Te lo recomiendo... quien sabe, tal vez te guste y dejes de molestar aquí.

Voldemort agitó su varita y la serpiente atacó al castaño.

Hadley: ¡Aguamenti! –gritó y un ataque de agua salió de su varita.

La serpiente de fuego desapareció.

Peter: Hadley... debes alejarte.

Hadley: Te perdí una vez... no permitiré que vuelva a pasar.

Peter lanzó telarañas para inmovilizar a Voldemort. Sin embargo, no funcionó Voldemort, frustrado, concentró su ataque en Peter.

Voldemort: Tus trucos arácnidos no te salvarán.

Peter, ágil, esquivaba cada hechizo mientras lanzaba telarañas para intentar desarmar a Voldemort. La batalla se extendía por el lugar, con destellos de magia y movimientos acrobáticos.

Hadley, con determinación, también lanzó varios hechizos apoyando a Peter mientras esquivaban los hechizos de Voldemort.

Voldemort: ¡Suficiente! –agitó su varita y una tormenta apareció en el vestíbulo del Ministerio.

Peter: ¡Protego! –una barrera invisible se formó protegiéndolo a él y a la azabache.

Hadley: ¡Finite! –apuntó a la tormenta y logró desaparecerla.

El castaño vio una oportunidad para contraatacar. Sin embargo, Voldemort, aprovechando la distracción, hizo volar la varita de Peter.

Voldemort: Ahora estás indefenso, Peter Parker.

Hadley, viendo la situación, intervino con un hechizo rápido.

Hadley: ¡Accio varita!

La varita de Peter volvió a su mano. Ahora armado, Peter enfrentó a Voldemort con renovada determinación.

Peter: Esto no se ha acabado.

La pelea alcanzó un nuevo nivel de intensidad. Peter, utilizando su agilidad y telarañas, mantenía a raya los ataques de Voldemort. Hadley, con su magia, apoyaba desde la distancia.

Voldemort, frustrado por la resistencia de Peter, decidió recurrir a su hechizo más oscuro.

Voldemort: ¡Avada Kedavra!

Peter, con reflejos rápidos, se movió fuera de la trayectoria del hechizo mortal.

La azabache se paró frente a la maldición, y de su varita salió un rayo rojo. Ambos hechizos se conectaron.

Peter apareció atrás de Voldemort y le dio una patada.

El mago oscuro se levantó y vio a los dos Gryffindor. Entendió que no podía pelear con ambos, entonces, decidió tomar otro enfoque.

De pronto, Hadley había caído al suelo y empezó a convulsionar.

Peter: ¡Hadley! –fue corriendo a la azabache.

Hadley: Perdiste –su voz cambió y ahora era igual a la de Voldemort.

El castaño vio los ojos de su amiga y estos se habían convertido en los de una serpiente.

En la mente de Hadley, la azabache estaba gritando de dolor. Era un dolor indescriptible, para cuando se dio cuenta estaba ansiando morir.

Hadley: Ya no... por favor... que pare este dolor –esta vez la voz que salió de su cuerpo era de ella.

No solo era dolor en el cuerpo, sino también psicológico. Frente a ella pasaron los recuerdos más tristes que tenía.

Primero, se vio a ella de bebé y a su madre intentando escapar de Voldemort. En segundo lugar, vio como Sirius caía a través del velo. Por último, recordó cuando Peter murió en el cementerio. Las escenas se repetían una y otra ves. Sentía que su corazón iba a salir de su pecho.

Voldemort: Tan débil... tan vulnerable...

La azabache recordó como se sentía antes del regreso a Hogwarts. Se sentía sola en el mundo, no había día que no pensara en Peter. No había noche que no pensara en él.

Peter: Hadley... escúchame... puedes hacerlo... eres más fuerte que él. Lo sé mejor que nadie. No puedes dejar que gane... eres Hadley Potter, la bruja más fuerte que conocí y también con la que quiero estar.

El sonido de varios pasos se escuchó, Felicia, Fleur, varios miembros de la Orden y los estudiantes atravesaron la puerta y llegaron al vestíbulo. Hermione y Gwen se sorprendieron cuando vieron al castaño.

Hadley: No... tú eres el débil.

A su mente llegaron los momentos que había pasado con sus amigas, recordó el día que las conoció y los buenos momentos.

Hadley: Me das lástima... nunca conocerás la amistad...

Su mente viajó a la noche que conoció a Peter, cuando sentía que estaba sola en el mundo y vio a un castaño de su edad, el cual se convertiría en su mejor amigo e interés amoroso. Recordó que siempre que tenía problemas el la apoyaría y, por último, recordó la primera navidad que pasó con él y el primer regalo que recibió, un anillo en forma de snitch.

Hadley: Ni el amor...

El dolor se intensificó, pero está vez, la azabache lo soportó con todas sus fuerzas y peleó para que Voldemort se fuera. El tiempo se había detenido para ambos.

Voldemort: Eres una tonta, Hadley Potter... y ahora perderás lo que recuperaste.

Levantó su varita en dirección al castaño, estaba a punto de lanzar la maldición, pero las chimeneas que estaban en el vestíbulo se encendieron. Varias personas del ministerio llegaron, sorprendidos por la destrucción que vieron, quedaron congelados cuando vieron al ser que creyeron muerto.

Con una rápida reacción, Voldemort se fue.

???: Ese... ese era...

Fudge: Ha vuelto...

Los trabajadores del ministerio se acercaron a las dos personas que estaban en el centro. Peter estaba abrazando a Hadley, ella escondía su rostro en el pecho del castaño, soltaba pequeñas lágrimas, pero en su rostro había una gran sonrisa.

Hadley: Estás aquí, conmigo –dijo en un susurro.

Peter: Sí... te debía un baile.

La azabache ya no se contuvo, rodeó con sus brazos el cuello del castaño y lo jaló a ella para darle un beso en los labios.

Por otra parte, Peter tuvo un sentimiento cálido y se dejó llevar.

El flash de un cámara s escuchó, ambos se alejaron y vieron que era Rita Skeeter.

Peter: Ella sigue acá.

Hadley: Ahora tiene material para un largo tiempo –dijo con molestia.

Fudge: Potter... ¿Qué haces aquí?

Hadley: Es Voldemort, señor. Intenté decirle todo el año sobre él y ahora lo ha visto.

Fudge: Necesito saber...

Hadley: Señor –llamó su atención-. Estoy muy segura que hay varios mortífagos que podrán responder sus preguntas mejor que yo.

Fudge: ¡Aurores! Busquen a los mortífagos.

Los aurores obedecieron y empezaron a caminar, pero vieron a tres personas salir por una puerta, eran Shacklebolt, Lupin, este último ayudaba a Sirius a caminar.

Hadley: ¡Sirius! –gritó con alegría.

Sirius: Hace falta más para que este perro estire la pata –dijo con una pequeña sonrisa, pero esa sonrisa se fue cuando sintió dolor en su pecho.

Auror: ¡Señor Ministro! ¡Es Sirius Black!

Fudge: ¿Black? ¡Que no escape!

Shacklebolt: Ministro –llamó su atención-. Puedo dar fe que Sirius Black no es partidario de Quien-usted-sabe. Peleó a mi lado para proteger a estos jóvenes. En la Cámara de la Muerte están todos los mortífagos.

Fudge: ¡Es un criminal!

Peter: Señor ministro. Sirius es un hombre inocente.

Hadley: Es cierto, de no ser por él yo habría muerto.

Fudge: ¿Sabes lo que les hizo a tus padres?

Hadley: No fue él. Fue Peter Pettigrew.

Shacklebolt: Ministro, haga las cosas bien. Mire lo que pasó por negarse a creer sobre el regreso de Quien-usted-sabe.

El ministro quedó en silencio por unos segundos, dirigió su vista a toda la destrucción y a los alumnos con varias heridas.

Fudge: ¡Aurores! ¡Vayan a la Cámara de la Muerte! ¡Y lleven a Black a San Mungo!

...

Una semana después.

Durante toda la semana el titular más importante fue "REGRESA EL-QUE-NO-DEBE-SER-NOMBRADO".

La comunidad mágica estaba en pánico, muchos de los que vivieron la primera guerra mágica estaban nerviosos, algunos incluso se fueron del país.

Ahora mismo Hadley, Hermione, Gwen y Peter estaban en la sala común leyendo el diario.

Hadley: "POTTER REIVINDICADA" "La solitaria voz de la verdad... considerada desequilibrada, aunque nunca titubeó al relatar su versión... obligada a soportar el ridículo y las calumnias..."

Peter: Tengo que aceptarlo... Skeeter se superó con eso.

Hadley: ¿En serio? "EL AMOR QUE SUPERA LA MUERTE: LA HISTORIA DE POTTER Y PARKER" "El sueño de toda princesa, un caballero que no tema tener un duelo con la muerte por su amor..." "LA-PAREJA-QUE-VIVIÓ". Es mejor que ser "La-chica-que-mintió" –dijo con sarcasmo, pero uso el diario para que nadie vea su sonrojo.

Gwen: Viendo el lado bueno... gracias a ese tipo de artículo nadie duda de ti, ni piensan que eres una especie de mago oscuro.

Hermione: Aún no puedo creerlo –dijo abrazando al castaño-. Volviste... de la muerte... pensé que nunca más te volvería a ver.

Peter: Les contaré todo, pero antes... ¿Saben qué es la oclumancia?

Gwen: Claro, Hadley recibió clases de ello.

Hadley: No le puse mucha atención y... no pude aprenderlo.

Peter: Necesitas hacerlo... todas... lo que sé lo cambiará todo –su tono serio llamó la atención de las tres chicas-. Hogwarts nunca fue segura.

A las tres chicas se les hizo un nudo en la garganta.

Peter: Eso será en el futuro –dijo despreocupado-. Ahora todos saben sobre los mortífagos.

Hermione: Sobre eso... deberías hablar con Malfoy. Su padre y ella...

Hadley: ¿Malfoy? ¿Por qué deberíamos...

Hermione: Hadley, te recuerdo que gracias a ella logramos escapar de Umbridge.

La azabache dio un suspiro.

Hadley: Está bien. Creo que sí deberías ir con ella.

Peter: Las veces que la vi por los pasillos escapó lo más rápido que podía.

Hadley: Supongo que en serio se siente culpable –susurró.

Gwen: Lo importante es que Peter esta entre los vivos una vez más. ¿Por qué quedarnos dentro de estás cuatro paredes?

La puerta de la sala común fue abierta.

Felicia: A mí se me ocurre varias cosas que podríamos hacer entre cuatro paredes. Cosas nada santas... ¿si me entienden? –dijo mordiéndose un labio.

Peter: No es momento para bromas, Felicia.

Felicia: Que aburridos... como sea, vine para decirles a partir del siguiente año seré su compañera de habitación, pensé que una broma sería buena.

...

"Todo el mundo estaba en los soleados jardines disfrutando de que habían acabado los exámenes y con la perspectiva de unos pocos días más de curso libres de repasos y deberes..."

Peter: ¿Estás narrando?

Venom: ¡Que importa si lo hago! A veces es aburrido estar escondido de otras personas. ¿No les contarás sobre el director?

Peter: Aún no. No tienen defensas mentales, si les digo estarían en mayor peligro. Además, Dumbledore tiene prestigio, si digo algo en contra de él, luego de que se esforzara de convencer a todos de que Voldemort regresó, entonces, yo sería el malo.

Venom: Apesta.

Peter: Lo sé, pero es lo que hay. Debemos ser cuidadosos –viendo un artículo del diario.

"¿Dónde está Albus Dumbledore?"

"A pesar de estar en gran peligro, Hadley Potter no contó con la ayuda de Albus Dumbledore el mago más poderoso de la actualidad. ¿Será que el Director de Hogwarts tiene miedo?"

.....

Gracias por leer.

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