Seiya: Renuncio

Hyoga: ¿De que hablas?

Seiya: Ya no seguiré con la apuesta, no puedo

Shun: A mi me alegra tu decisión amigo

Hyoga: Yo creo que es por demás estúpido, de verdad eres tan cobarde

Seiya: Con eso demuestro que soy más hombre que tú

Hyoga: Vamos si yo soy un poco hombre por eso entonces tú también lo eres por aceptarlo

Que discusión, pero todo puede dar un giro incluso peor a lo que ya sucede

Daniela: Entonces era cierto malditos

Hyoga: Tú ¿quien eres? Y ¿Que haces aquí?

Daniela: No tienes derecho a decir una sola palabra idiota -gritando a Hyoga- y tú no puedo creerlo -dirigiendose a Seiya -

Seiya: Espera no es lo que parece

Daniela: Típico la cagan y nunca es lo que parece, por lo menos tengan la valentía de admitirlo

Hyoga: Admitir ¿que? Loca no sabes lo que dices

Daniela: Dije que te callaras idiota

Seiya: Por favor se que tienes razón con todo lo que has dicho pero dame la oportunidad de hablar contigo

Daniela: Mira como cambiaron las cosas, antes las oportunidades las dabas tú y ahora la estás rogando

Seiya: Déjame hablar contigo, explicarte y luego has lo que quieras

Daniela: Te veré saliendo del instituto y te daré solo 10 minutos para explicarte

Seiya: Está bien y por favor no le digas nada a Chiara yo lo haré lo prometo

Y todo salió a la luz pero de verdad romperían el corazón de la albina con aquella noticia

El castaño y la pelimorada, sabían que le harían mucho daño, pero ella sabía que tenia que saberlo

Entonces la pregunta aquí ¿es bueno mentir por amor?

Mientras la pelimorada regresaba al salón choco con la albina

Chiara: Hola Dani, oye quiero hablar contigo

Daniela: Me encantaría pero no puedo, sabes creo que tú eres de las pocas personas que saben lo rencorosa que soy

Chiara: Claro que lo se

Daniela: Bien me alegra, porque yo sigo muy molesta contigo, pero de seguro Seiya te está esperando con los brazos abiertos

Chiara: Dani...

Daniela: Adiós Chiara

La pelimorada se marchó dejando a la albina plantada en aquel lugar triste por aquella pelea, que sabe bien que ella provocó

Continuara...