que incómodo y pasado

(al fin me digno en actualizar)

Miawa llegó a casa después de su día con Lincoln y, aún con una sonrisa, abrió la puerta. Al entrar, se sorprendió al ver a sus padres esperándola en la sala con expresiones de emoción.

Madre de Miawa (sonriendo): "¡Miawa! Adivina quién vino a verte."

Antes de que pudiera preguntar, escuchó una voz conocida detrás de ella.

Raisuke (sonriendo ampliamente): "¡Hola, Miawa! ¡Te extrañé!"

Miawa se giró rápidamente y vio a Raisuke, un amigo de la familia y casi como un hermano para ella, quien se acercó para darle un cálido abrazo.

Raisuke: "Vine para quedarme con ustedes por un tiempo. ¿No estás contenta de verme?"

Miawa (sonriendo, aunque algo nerviosa): "¡Raisuke! Claro que sí, es solo que… ¡qué sorpresa! No sabía que vendrías."

Aunque Miawa estaba feliz de verlo, también se sentía algo conflictuada. Su mente seguía en el tiempo que acababa de pasar con Lincoln, y ahora con Raisuke allí, sabía que las cosas podrían volverse un poco más complicadas para ella. Pero, a pesar de eso, mantuvo la sonrisa, sin dejar que sus sentimientos por Lincoln se notaran demasiado.

Raisuke se acomodó en el sofá de la sala, mirándola con una gran sonrisa y curiosidad en sus ojos.

Raisuke: "Entonces, Miawa, cuéntame todo. ¿Qué has estado haciendo? ¿Qué hay de nuevo? Quiero saberlo todo."

Miawa lo miró, tratando de mantener la calma, pero en su mente comenzó a surgir una mezcla de nervios y ansiedad. Pensó en todo lo que había sucedido últimamente, especialmente el tiempo que había pasado con Lincoln y cómo sus sentimientos por él se habían vuelto más claros. No tenía idea de cómo explicar eso sin levantar sospechas.

Miawa (en su mente): "¿Por qué siento que esto va a terminar mal?"

Tomó aire y sonrió, intentando sonar natural.

Miawa: "Oh, ya sabes, nada fuera de lo común… lo típico, la escuela, los amigos, y… algunas salidas."

Raisuke la observó con curiosidad, como si intentara leer entre líneas. Ella sabía que él era bueno detectando cuando algo era importante para ella, así que decidió ser cautelosa. Sabía que, tarde o temprano, Raisuke notaría que algo había cambiado en su vida, y temía que empezara a hacer preguntas sobre Lincoln.

En otra parte de la ciudad, Mizuki estaba en su habitación rodeada de una pila de mangas de Reacom. Estaba completamente inmersa en las historias, pasando página tras página mientras se perdía en las aventuras de los personajes y los giros dramáticos de la trama.

Mizuki (pensando): "Estos mangas siempre tienen esa forma de hacer que me olvide de todo…"

Se rió para sí misma al encontrar un momento particularmente gracioso en una de las escenas, sintiéndose relajada y tranquila. Para ella, leer manga era una forma de escapar del mundo real y de sumergirse en fantasías llenas de emoción y personajes únicos.

Sin embargo, mientras leía, en su mente aparecieron imágenes de las veces que había pasado con Lincoln y sus amigos, recordando algunos de los momentos divertidos que habían compartido. Cerró el manga por un momento, suspirando.

Mizuki (pensando, sonriendo): "Tal vez debería invitar a Lincoln a leer uno de estos conmigo… aunque dudo que le interese tanto como a mí."

Después de un momento, sacudió la cabeza, sonrojada al darse cuenta de que había perdido la concentración. Decidió seguir leyendo, aunque no pudo evitar pensar de nuevo en Lincoln mientras avanzaba por las páginas.

Mizuki se encontraba todavía en su lectura. Sin embargo, su mente comenzó a divagar y formó un escenario ficticio en el que ella y Lincoln estaban en una escena típica de manga romántico.

Imaginó que ambos estaban en un festival, caminando juntos bajo la luz de los faroles de papel. Lincoln la miraba con una sonrisa suave, y su corazón latía rápidamente en respuesta. En esta fantasía, él tomaba su mano, la acercaba un poco más, y...

Mizuki (en su mente): "Lincoln… estoy muy feliz de estar aquí contigo."

Lincoln (en su mente): "Y yo contigo, Mizuki."

El momento ficticio en su mente se volvió más intenso; las luces alrededor se difuminaban, y Lincoln se inclinaba hacia ella, mientras ella cerraba los ojos, esperando un beso tierno. En su imaginación, él la abrazaba, y justo en el momento del beso, ella se inclinó en la vida real y terminó dando un beso al aire.

Riza (la madre de Mizuki, desde la puerta, mirándola con una mezcla de sorpresa y confusión): "¿Mizuki…? ¿Qué estás haciendo?"

Mizuki, sonrojada hasta las orejas, se enderezó de golpe, dándose cuenta de la presencia de su madre. Se llevó las manos a la cara, tratando de disimular su vergüenza.

Mizuki: "¡M-mamá! No... no es lo que parece. Estaba... ¡practicando!"

Riza (sonriendo divertida): "¿Practicando, eh? Me parece que estabas bastante concentrada. ¿Con quién estabas 'practicando' ese beso tan apasionado?"

Mizuki: "¡N-no era apasionado! Era... era... ¡sólo una escena de un manga! Estaba... intentando imaginarme una escena, eso es todo."

Riza (poniendo las manos en la cadera, entre risas): "Mmm, claro, claro. No te preocupes, Mizuki, es natural que imagines este tipo de cosas. Pero, antes de que sigas besando el aire, podrías ayudarme a limpiar la sala, ¿no crees? Realmente necesito tu ayuda con eso."

Mizuki (intentando calmarse, aún sonrojada): "Sí, mamá... claro. Ya voy en un momento."

Riza (cruzando los brazos y sonriendo): "¿En un momento? ¿O en cuanto termines tu... ‘escena de manga’? Porque, a juzgar por la intensidad, parece que alguien te está afectando bastante en esas fantasías."

Mizuki (tapándose la cara con las manos, murmurando): "Mamá... ¡no digas eso! Es sólo... es sólo que me gustan las historias románticas."

Riza (riendo): "Lo que tú digas, querida. Aunque te advierto: los romances reales son mucho más complicados que en esos mangas."

Mizuki (murmurando, aún nerviosa): "Lo sé… pero tampoco es como que esté interesada en un romance… de verdad."

Riza (levantando una ceja, divertida): "¿No? Pues, parece que alguien te interesa bastante para provocar esas reacciones, ¿no? Además, si quieres impresionar a ese chico de tus fantasías, ¡una casa ordenada es un buen comienzo!"

Mizuki (suspirando, resignada y apenada): "Está bien, mamá… ya voy."

Mientras Mizuki guardaba sus mangas y se dirigía a la sala, intentaba calmarse. Su madre la había pillado justo en el momento más vergonzoso posible, pero trató de convencerse de que no era nada. Después de todo, ella sólo estaba leyendo… aunque, en el fondo, sabía que Lincoln era la inspiración de su "escena de manga."

En otra parte, Miawa estaba sentada en la sala de su casa junto a Reisuke, quien escuchaba atentamente mientras ella le contaba todo lo que había estado haciendo últimamente. Miawa trataba de mantener la conversación ligera y casual, aunque de vez en cuando sus pensamientos volvían a Lincoln. Sin darse cuenta, en medio de su relato, mencionó su atracción hacia "alguien especial".

Miawa: "Y... bueno, he conocido a algunas personas muy interesantes aquí. Hay alguien que... me atrae bastante, creo."

En cuanto dijo esto, se dio cuenta de su error y se puso nerviosa, pero era demasiado tarde. La expresión de Reisuke cambió casi de inmediato. Su semblante se volvió serio, y aunque trató de ocultarlo, su tono adquirió un toque de sarcasmo.

Reisuke: "Ah, ya veo... Entonces, hay alguien que te atrae, ¿eh?" (mirándola fijamente) "Bueno, me alegra saber que estás bien... amiga."

Miawa: "Eh... sí, claro. Es sólo... alguien que conocí. No es nada importante."

Reisuke (levantando una ceja, con una sonrisa un tanto fingida): "Claro, claro. Sólo espero que ese 'alguien' esté a la altura, porque ya sabes, como tu amigo, me preocupo por ti."

Miawa notó el cambio en el tono de Reisuke y sintió cómo el ambiente se volvía incómodo. Intentaba no hacer caso, pero no pudo evitar pensar en cómo podría afectar todo esto. Decidió cambiar de tema rápidamente, intentando desviar la atención.

Miawa (sonriendo de forma nerviosa): "Eh... ¿por qué no me cuentas cómo te ha ido a ti? Seguro tienes muchas historias también."

Sin embargo, Reisuke no parecía muy dispuesto a hablar de otra cosa, y Miawa sentía una mezcla de incomodidad y preocupación. En el fondo, sabía que esta conversación podría complicarse más de lo que había imaginado.

(Narrador: Pues si mija para que hablas de que te atrae alguien,tu sola te complica la vida ,bueno continuamos)

Miawa intentaba mantener la compostura mientras pensaba rápidamente en una manera de salir del tema. A medida que pasaban los segundos, Reisuke no dejaba de mirarla, y aunque él seguía sonriendo, había una cierta frialdad en sus ojos.

Miawa: "Ah... bueno, es que... ya sabes, aquí hay mucha gente interesante y... y he hecho varios amigos. No es nada serio, solo me llevo bien con algunos de ellos."

Reisuke (con una sonrisa, cruzando los brazos): "¿Solo algunos? Pero mencionaste a 'alguien especial' antes... No creo que todos tus amigos te atraigan de la misma manera, ¿verdad?"

Miawa (riendo nerviosamente): "Oh... sí, tienes razón, pero no quise decir 'especial' en ese sentido, sino... ya sabes, especial como... ¡como buena persona! Sí, eso."

Reisuke (haciendo un gesto de incredulidad): "¿Buena persona, dices? Vaya, creo que nunca había escuchado a alguien hablar de una amistad así. Mira que yo también tengo buenos amigos, pero no diría que me atraen."

Miawa sintió cómo se le enrojecían las mejillas mientras buscaba desesperadamente una excusa. Aclaró su garganta y decidió intentar otra táctica.

Miawa: "Bueno, sí, tienes razón. Quizá... exageré un poco con las palabras. Es que... es alguien que siempre está allí para ayudarme y... y, bueno, me hace reír mucho. Creo que eso es todo."

Reisuke: "Hmm... Entonces, ¿es alguien que te hace reír? Interesante... Me pregunto si te hace reír tanto como yo lo hago."

Miawa: "Eh... bueno, eso es diferente. Es que tú eres... ¡mi amigo de toda la vida! Nadie podría compararse a eso."

Reisuke (con un tono un poco más serio): "Ya veo. Entonces, ¿es alguien que acaba de llegar a tu vida y ya se volvió tan... importante para ti?"

Miawa (intentando cambiar de tema rápidamente): "¡Ah! ¿Sabías que he estado aprendiendo a hacer nuevos platillos? Tal vez luego pueda cocinar algo para ti."

Reisuke (sin quitarle la vista de encima): "¿Sabes? Eres muy buena intentando cambiar de tema... Pero eso solo me hace pensar que hay algo que no quieres que sepa."

Miawa se mordió el labio, sintiendo la presión aumentar. Casi podía oír el latido de su corazón mientras intentaba mantener la calma.

Miawa: "No es que no quiera que sepas... Es solo que... no creo que sea algo tan importante como para hablar de ello. Es solo... alguien."

Reisuke (inclinándose hacia ella, con un tono más bajo): "¿Solo alguien? Porque, por cómo reaccionas, parece que no es solo 'alguien' para ti."

Miawa (titubeando): "Bueno... es que... a veces uno conoce a personas que... dejan una buena impresión, ¿sabes? Pero eso no significa nada serio."

Reisuke (suspirando, fingiendo rendirse): "Está bien, está bien... Pero espero que recuerdes quién siempre ha estado a tu lado, quién siempre ha sido tu mejor amigo. No olvides que algunos 'alguien' son temporales... mientras que otros son permanentes."

Miawa asintió, agradecida de que la conversación se calmara un poco, pero no podía evitar sentir una mezcla de culpa y nerviosismo. Sabía que Reisuke había captado algo y que la situación probablemente no había terminado ahí. Aun así, hizo un esfuerzo por relajar la conversación, aunque en el fondo tenía una sensación inquietante de que este tema surgiría de nuevo.

Mizuki estaba limpiando con esmero la sala de su casa, pasando un paño por la mesa mientras ordenaba algunos libros. Estaba tan concentrada en sus pensamientos que no se dio cuenta de que su madre, Riza, la observaba desde la entrada de la habitación, con una sonrisa curiosa.

Riza: "¿Mizuki, puedo hacerte una pregunta?"

Mizuki (sobresaltada): "¡Oh! Mamá, no te escuché entrar. ¿Qué pasa?"

Riza (cruzándose de brazos, divertida): "No es nada serio... Solo que parece que últimamente te he notado un poco distraída. Como si estuvieras pensando en alguien... ¿O me equivoco?"

Mizuki (sonrojándose ligeramente): "¿Eh? ¿Pensando en alguien? No, no… solo estaba recordando cosas de la escuela y eso."

Riza: "Ah, claro, las cosas de la escuela. Pero dime, ¿ese tal ‘alguien’ de la escuela tiene nombre?"

Mizuki (intentando disimular): "Mamá, no es nadie en especial... es solo... un amigo."

Riza (arqueando una ceja, divertida): "¿Un amigo? ¿El mismo amigo que nos acompañó hace un tiempo cuando fuimos a recoger a tus compañeras? Creo que se llamaba... Lincoln, ¿no?"

Mizuki (con las mejillas aún más rojas): "Sí, sí… Lincoln. Es un buen amigo, eso es todo."

Riza: "¿Un buen amigo, eh? Pero, por la forma en que te he visto últimamente, parece que es más que solo un buen amigo, Mizuki. ¿O acaso me equivoco?"

Mizuki (mordiéndose el labio, sin saber qué decir): "Bueno… él es alguien especial. Pero no de esa forma, mamá. Simplemente es muy amable y siempre está dispuesto a ayudarme cuando lo necesito."

Riza: "Oh, entiendo. Es amable y te ayuda, ¿verdad? Entonces, ¿por qué pones esa cara tan soñadora cada vez que lo mencionas?"

Mizuki (intentando cambiar de tema): "¡Mamá! De verdad, solo es un amigo. No sé por qué le das tanta importancia..."

Riza (sonriendo): "Porque es la primera vez que te veo así por alguien. Mira, no tienes que contarme todo, pero es obvio que Lincoln significa algo para ti. ¿Por qué no me cuentas un poco más de él? Quizás, de lo que te gusta de él..."

Mizuki (suspirando y bajando la mirada): "Es que… él es muy especial, mamá. Es diferente a los demás chicos que he conocido. Lincoln es… muy genuino. No finge ser alguien que no es, y siempre tiene una actitud positiva, incluso cuando las cosas no salen como él quiere."

Riza: "¿Y eso es lo que te atrae de él? ¿Su sinceridad?"

Mizuki (asintiendo): "Sí, eso y… cómo se preocupa por su familia. Una vez me contó que siempre está ayudando a sus hermanas. No todos los chicos tienen esa actitud."

Riza (con una sonrisa cálida): "Parece que de verdad lo admiras."

Mizuki (susurrando): "Sí, un poco… Bueno, en realidad, bastante."

Riza: "¿Y él sabe lo que sientes por él?"

Mizuki (sacudiendo la cabeza rápidamente): "¡No! No... no quiero que lo sepa, mamá. Tengo miedo de arruinar nuestra amistad. ¿Y si él no siente lo mismo?"

Riza: "Eso es algo que nunca vas a saber si no te atreves a decírselo. Pero entiendo, hija. A veces es complicado abrir nuestro corazón, especialmente cuando sentimos que podríamos perder a alguien especial."

Mizuki: "Exacto. Prefiero que las cosas sigan como están a que se vuelvan raras entre nosotros."

Riza: "Pero, ¿y si él también siente algo por ti? Quizás también esté esperando una señal tuya."

Mizuki (pensativa): "¿Crees que eso sea posible?"

Riza: "Nunca se sabe. Podrías intentar darle algunas señales, algo que le muestre que él significa algo más para ti. A veces, una sonrisa o un gesto puede decir mucho."

Mizuki (sonriendo tímidamente): "Podría intentar eso. Tal vez algún día encuentre el valor para decirle lo que siento."

Riza: "Ese es el espíritu, cariño. No te sientas avergonzada de tus sentimientos. Es lindo ver cómo alguien puede hacerte sentir así, tan especial."

Mizuki (con una sonrisa): "Gracias, mamá. Me hace sentir mejor saber que puedo hablar de estas cosas contigo."

Riza: "Siempre, Mizuki. Ahora, termina de limpiar, y luego vamos a hacer algo especial en la cocina. Quizás alguna receta que puedas compartir con tu ‘amigo especial’."

Mizuki (riendo): "¡Mamá!"

Riza se rió junto con su hija y, antes de salir de la sala, le dio un suave abrazo, demostrando su apoyo en este nuevo capítulo de sentimientos en la vida de Mizuki.

(Lo que está por pasar por mi es inventado )

Mientras Mizuki seguía limpiando la sala, sus pensamientos se fueron desviando lentamente hacia recuerdos de su niñez en Japón, un tiempo en el que las cosas no siempre habían sido fáciles. Recordó cómo, desde pequeña, siempre había sido un poco diferente de los demás, algo que los otros niños no tardaron en señalar.

En su antiguo colegio, la llamaban "rarita" porque no le gustaban los mismos juegos o las mismas cosas que a las demás niñas de su clase. Mizuki prefería la tranquilidad, la lectura y observar detalles en los que los demás no reparaban. Por esto, muchos niños comenzaron a molestarla, y esas palabras hirientes la acompañaron por mucho tiempo. La llamaban “extraña” o “bicho raro”, y algunos incluso la excluían de los juegos. Cada día, se sentía más incomprendida y sola, guardando todo en su corazón para no preocupar a sus padres.

Mizuki suspiró al recordar aquella época. Sin embargo, uno de los recuerdos que más la marcó fue el primer chico de quien se enamoró, una experiencia que, aunque parecía un cuento bonito, pronto se volvió amargo.

Era un niño que parecía amable y siempre tenía una sonrisa cálida. Durante semanas, Mizuki se armó de valor para hablar con él, aunque al principio solo intercambiaban palabras tímidas y breves. Un día, después de muchas dudas, decidió confesarle lo que sentía. Había creído que él también sentía algo por ella, ya que a veces la miraba y sonreía. Con mucho esfuerzo, preparó una carta, escrita con dedicación, expresando sus sentimientos de una manera inocente y honesta.

Pero su confesión no salió como esperaba. En lugar de responderle con amabilidad o incluso con una negación amable, el chico decidió mostrarle la carta a sus amigos, y pronto todos comenzaron a burlarse de ella. Las risas y las miradas de burla se convirtieron en una pesadilla que revivió durante meses. Cada vez que la veían, los niños susurraban cosas y reían, como si fuese un juego cruel.

Mizuki se sentía profundamente herida y avergonzada. Después de esa experiencia, dejó de confiar en los demás y se volvió aún más reservada. Le costaba salir de casa, y poco a poco se convenció de que era mejor evitar el contacto con la gente para no sufrir de nuevo. Sus padres se dieron cuenta de su tristeza, y aunque trataban de ayudarla, ella rara vez hablaba sobre lo que había pasado. Prefería quedarse en casa, leer y estudiar. Incluso llegó a estudiar por su cuenta durante un tiempo, pidiéndoles a sus padres que la dejaran hacerlo para evitar el ambiente escolar.

Pero aunque sus padres comprendían su dolor, también querían que su hija creciera en un ambiente social, que aprendiera a enfrentar sus miedos. Así que, después de mucha insistencia y con paciencia, lograron que volviera a la escuela, aunque para Mizuki fue un desafío.

Cada día, sin embargo, con el apoyo de sus padres, fue encontrando formas de sobrellevar esas experiencias dolorosas y, poco a poco, comenzó a abrirse de nuevo. Mudarse a un nuevo país fue otra etapa que la ayudó a sanar, pero el dolor de esos recuerdos aún la acompañaba. Sin embargo, había aprendido a ser fuerte, a confiar en su bondad y su sinceridad.

De vuelta al presente, Mizuki se dio cuenta de que, por primera vez en mucho tiempo, había encontrado en alguien una amistad sincera y diferente. Pensó en Lincoln, en su amabilidad y su aceptación, y una cálida sensación se extendió por su corazón. Él era alguien que no la juzgaba ni la hacía sentir mal por ser quien era. Con él, se sentía segura y valorada.

La voz de su madre, Riza, la sacó de sus pensamientos cuando entró en la sala, notando la expresión reflexiva de su hija.

Riza: "Mizuki, ¿estás bien?"

Mizuki (asintiendo lentamente): "Sí, mamá. Solo... estaba recordando algunas cosas."

Riza (sentándose junto a ella): "A veces recordar puede ser doloroso, pero también es una forma de ver cuánto has crecido."

Mizuki: "Es cierto. Antes, nunca hubiera imaginado que algún día podría tener amigos de verdad, y menos uno tan especial como... Lincoln."

Riza (sonriendo suavemente): "Me alegra mucho escuchar eso, Mizuki. Siempre he sabido que tienes un corazón muy grande, y ahora veo que también tienes una gran fortaleza."

Mizuki se sintió reconfortada por las palabras de su madre, y juntas compartieron un momento de comprensión. Aunque el pasado aún dolía, Mizuki estaba aprendiendo a dejarlo atrás, a abrir su corazón poco a poco y a valorar lo que tenía en el presente.

Miawa estaba ocupada en la cocina, probando una nueva receta que había aprendido. Movía los ingredientes con rapidez, buscando distraerse para no pensar demasiado en lo que acababa de decir. Aunque había cambiado de tema, Reisuke seguía rondando sus pensamientos, sin poder evitar sentir que algo no cuadraba. Mientras observaba a Miawa con su espalda hacia él, Reisuke no dejaba de darle vueltas a la conversación anterior.

En su mente, Reisuke reflexionaba sobre todo lo que había dicho Miawa. El tono nervioso en su voz, su comportamiento extraño y la forma en que se había sonrojado cuando hablaba de alguien especial. No entendía a qué se refería. ¿Quién podía ser tan importante para Miawa que la hiciera ponerse tan incómoda?

Reisuke (pensando): "Tal vez estoy exagerando. Quizás está hablando de algún amigo cercano o de alguien que solo le parece interesante... Pero no me cabe en la cabeza que sea alguien que realmente le importe tanto. No sé... si estuviera seguro de quién es, podría hacerme una mejor idea."

Al pensar en eso, Reisuke se sintió inquieto. Había algo en la manera en que Miawa hablaba, algo que no coincidía con lo que él esperaba. Pero, por otro lado, no podía culparla de ser tan evasiva. Quizá solo se estaba cuidando, no quería que se supiera de sus sentimientos. Después de todo, ella siempre había sido reservada, sobre todo cuando se trataba de cuestiones emocionales.

Reisuke (suspirando): "Es extraño. ¿Quién podría ser ese 'alguien'? No sé, tal vez me esté montando una película. Pero aún así, algo me dice que no puedo dejarlo pasar."

Mientras tanto, Miawa continuaba en la cocina, sin notar que Reisuke la observaba en silencio, pensativo. Miawa intentaba concentrarse en lo que estaba haciendo, pero la inquietud sobre la conversación y el desconcierto por no haber sido completamente honesta con Reisuke la hacían sentir un poco incómoda. Se esforzó por ignorarlo y seguir con sus tareas, pero no pudo evitar que una pequeña parte de ella se sintiera culpable por no haber sido más clara.

Al ver que Miawa seguía tan centrada en lo suyo, Reisuke decidió intentar relajarse y no darle más vueltas al asunto. Sabía que si le seguía insistiendo a Miawa, solo la pondría más nerviosa, y eso no era lo que quería. Aún así, en su mente, la duda seguía rondando.

Fin del capítulo

Pongan sus sugerencias aquí

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top