Ú N I C O

✼  ҉  ҉  ҉  ҉ Un vuelo de ensueño  ҉  ҉  ҉  ҉ ✼

— ¿Tienes todo listo? — la voz de mi hermana sonó en el auricular del teléfono que sostenía entre mi hombro y cuello

— Creo, yo digo que sí — me reí al orí su resoplido

— Nada de "creo" Jimin, recuerda que ya no volverás allí si llegas a olvidar algo, se quedará allí siempre — me regañó, ella siempre se había preocupado por mí aún siendo un adulto, siempre pendiente de que hiciera las cosas bien

— ¡Ah! — grité — la libreta con mis notas, mi cepillo, cremas y una camiseta en la lavadora — recordé haciendo que mi hermana soltara una carcajada

— Dios, recuerda que tu vuelo sale a la dos de la tarde — me recordó mi siempre amada hermana

— Sí, lo tengo, gracias, ahora ve a dormir porque allá es muy tarde — le recordé, la diferencia horaria entre Ontario era demasiada con la de Seúl, por lo que allá eran las doce de la noche

— Ya voy. Pero quería saber que estabas bien ahora que vuelves — en su voz se notaba la alegría por que yo volvía y no era para menos, había estado allí por dos años ya, esperaba volver a tiempo para  el cumpleaños de mi padre, era en año nuevo

— Estaré bien, lo prometo, descansa — le animé y apostaría lo que fuera a qué estaba arrugado el ceño, no le gustaba que me preocuparse por ella

— Lamento que no vaya a ir por ti, pero te juro que de no ser por el trabajo iría, te amo cuídate mucho — ella colgó la llamada y yo suspiré

Vivía en Canadá desde hace dos años, estudié medicina, pero quería más y empecé a estudiar pedagogía. Después de algunos años comencé a trabajar con una institución para niños que era dirigida por el ejército, una alianza entre varios países.

Y hace dos años me hablaron de la oportunidad de obtener conocimiento en rescates, así que tomé la oportunidad y dejé Corea para venir a Canadá y prepararme, luego de seis meses en entrenamiento empezamos a trabajar y desde entonces trabajó en el programa educativo y médico de un pueblo, sin embargo, era mi momento de volver, mi padre estaba algo enfermo y yo estaría allí con él, trabajaría en el hospital infantil de Seúl. Siempre he amado a los niños y sé que seré feliz allí.

Me moví a terminar de arreglar mis maletas guardé lo que necesitaba, eran demasiadas cosas. Pero estaba llevando lo que había traído y todo lo que llevaba de Canadá. Parecía que mi vida estaba a nada de cambiar.

Después de haber llamado a recepción un chico llegó a ayudarme con las maletas y las subió a un carrito, yo salí detrás de él y cerré la puerta, ese lugar había sido mi casa por un tiempo, me había acostumbrado a él, sin embargo, extrañaba mi casa.

Salí a fuera y entregué todo a la recepcionista, ellos me despidieron con una sonrisa, afuera una auto de la fundación me esperaba y mis maletas estaban siendo subidas.

Mi amigo Jung Hoseok me esperaba afuera. Él había sido amigo desde mi llegada y se había sentido algo desfallecido cuando le había dicho que me iba, el me sonrió. — no puedo creer que te vayas — me dijo

— Te extrañaré — le dije y sonreí lo más que pude

Ambos subimos al auto y le dejé una gran propina al chico, quien me sonrió y agradeció.

Aunque mi vuelo salía hasta las dos y era mediodía, el camino al aeropuerto era de una hora, Hoseok encendió la música y me sumergí en la música, Dua Lipa sonaba en la radio con Be the One, ciertamente agradecía el silencio, me gustaba tararear en mi cabeza.

Pensaba en lo mucho que había logrado en todos los años de mi vida, había obtenido un título en medicina como los mejores, también uno en pedagogía, trabajar para una gran fundación y hacer cosas increíbles para el mundo. Sin embargo, había algo que no había logrado, no conocía el amor.

Una vez me había enamorado cuando estaba niño, pero ese no cuenta porque estaba quizás en la primaria y yo realmente no sabía que era el amor, sin embargo, quería compartir mi almuerzo con ese niño.

Desde pequeño había sentido que los niños me gustaban más que las niñas y a la edad de cinco años, luego de mi enamoramiento, les dije a mis padres. Yo no sabía si era algo bueno o malo, pero era un niño sólo sabía lo que decía mi mamá y era que, ella quería a mi padre, que le hacía sentir mariposas en el estómago, era lo que sentía y así se los dije.

Mi madre me explicó que era atracción, que me gustaba, pero que era muy pequeño que cuando creciera lo sabría mejor, yo sólo había a sentido y no dije más.

Cuando era más grande volví a preguntar, esta vez me dijeron, me explicaron que era ser gay o lesbiana, ellos jamás se enojaron o se decepcionaron y es algo que siempre he agradecido, aunque nunca he tenido una relación formal, siempre lo atribuyo al hecho que nunca tengo suficiente para nada más que mi trabajo, siempre estoy saltando de una  cosa a otra.

Muchas veces me preguntaron si ser gay era un problema en mi trabajo, jamás lo oculté de nadie, nunca se me cerró una puerta y agradecía eso, mis amigos se habían quedado. No diré que no  hubo  personas que me han atacado, pero nos les he prestado la atención que buscan obtener, soy quien soy y he demostrado de lo que soy capaz.

Pienso que a la única persona a la que debería  importarle lo que soy o no soy es a mí, ha funcionado para mí y soy feliz.

Pero esa espinita de querer una relación siempre me empuja un poco en las costillas.

Siempre me perdía en esos pensamientos, Hoseok me habló y yo note que el auto estaba detenido. — Lo siento — se disculpó — Aún queda un rato, pensé que tal vez podríamos comer algo — me dijo y asentí, salimos del auto y entramos en el restaurante, eran la doce con cuarenta y cinco, aún quedaba tiempo, pero siempre había preferido llegar a tiempo a donde fuese que fuera, por cualquier emergencia y debía registrar todo mi equipaje que era mucho.

Quince minutos después habíamos comido una hamburguesa y papas, nunca había sido tan fan. Pero admitía que eran mi gusto culposo, volvimos al auto y en diez minutos estábamos en el aeropuerto, Hoseok llamó a un auxiliar y ayudó a llevar cada maleta, él y yo nos dimos un abrazo y entre.

Debía admitir que el Hamilton-Munro  no tenía muchas personas y de verdad agradecía al cielo eso, temía que hubiesen grandes filas, pero no.

Caminé siguiendo al chico que llevaba mi equipaje y pronto empezó a poner las maletas en las máquinas, cada una tenía mi nombre, pero siempre me rondaba el miedo que alguna se perdiera.

Caminé a hacer las demás diligencias y luego de una revisión, eran bastante estrictos, por fin le di mi boleto en la entrada al avión. Pasé y busque mi asiento, esperaba fuera el de la ventana, odiaba el pasillo, la gente suele chocar con uno cuando van al baño o algo y sería un vuelo largo.

Suspiré cuando vi que mi asiento era en el pasillo, tal vez mi compañero de asiento me dejaría cambiarlo, comencé a guardar mi bolso y maleta de mano en el porta equipaje y cuando saqué mi almohada esta cayó al suelo del pasillo, cuando la iba a levantar un hermoso chico me la dio.

Sus ojos eran tan rasgados como los de un gato, negros como la noche más oscura, profundos y misterios como el mar, su piel era tan blanca como las perlas en el océano, tenía una sonrisa tal dulce en su rostro como azúcar. No pude evitar quedarme viéndolo embobado, no sabía lo que pasaba, pero mi corazón iba más rápido y mis dedos sudaban, respiré y sonreí.

— Supongo que es tuya — en ese momento cuando sus labios se abrieron y me hablaron, quizás sentí como si ese avión estaba vacío y su voz sonaba como un ronco eco, profundo y fuerte

— Este es mi asiento — dijo y salí de mi nube de sueños

— Gracias — respondí tomando la almohada y soltó una risita que fue más como vida a mis oídos, ningún sonido había sonado tan lindo

— No hay problema, ¿También es tu asiento? — me preguntó y sin pensar si mi lengua se trababa le respondí

— Sí, vas en la ventana cierto, ¿Crees poder cambiarla conmigo? — pregunté de forma tímida, esperaba que dijera que sí.

— Por supuesto, no tengo problema — respondió e hice una reverencia en agradecimiento

Después de un momento para acomodarnos, me senté y él se sentó después de mí.

Estaba algo ansioso con la presencia de ese chico y creí que se me notaba. Pero él no dijo absolutamente nada, se limitó a arreglar sus cosas para la comodidad y cuando por fin lo hizo se volteó hacia mí.

— Será un largo viaje y odio viajar, perdón tanto movimiento — se disculpó, yo sólo asentí y sonreí sinceramente temía que mi lengua se enredara sí hablaba — eh... soy Min Yoongi — se presentó luego de unos minutos

— Park Jimin — fue casi un susurro. Pero él escuchó

— Es un placer, Jimin — es increíble, pensé, porque nunca te pones a pensar en la manera en la que tu nombre suena en los labios de otra persona y yo definitivamente amé la forma en que dijo mi nombre

— También es un placer, Yoongi — respondí, si yo fuera alguien que creía que en el amor estilo Hollywood habría pensado que esta era la escena para una película de amor, yo no creía en eso, así que no creía que algo pasaría desde allí en ese momento

— ¿Eres de aquí, de Canadá? — preguntó después de un rato y me pareció justo que iniciara conversación, estaríamos sentados lado a lado durante por lo menos diecisiete horas, aunque generalmente yo amaba dormir, quería conocer quizás sólo un poco de este hombre.

— No, estoy volviendo de hecho — contesté de forma tranquila. Me gustaba que mi ritmo cardíaco se había normalizado

— ¿Estabas de vacaciones? Normalmente las personas no elegirían Canadá para vacacionar — mencionó

— En realidad, he vivido aquí durante dos años, pero ya es tiempo de volver a casa — sabía que mi voz sonaba triste, porque en realidad lo estaba, amaba vivir en Canadá, pero amaba más a mí padre y mi familia

— Suena a que no quieres dejarlo — comentó

— En realidad no, a una parte de mí le cuesta dejarlo, pero sabe que es lo correcto — dije

— Espero puedas encontrar el confort con ambas partes — me dijo

— Gracias, ¿Tú eres de aquí, de Canadá? — hice la misma pregunta

— Sí y no, nací en Corea, pero cuando tenía dos años mis padres  se vinieron aquí. Mi madre es francesa y canadiense, entonces mis abuelos le dieron a mi padre la oportunidad de trabajar aquí y crecí aquí — escuché atentamente sus palabras

— ¿Ahora vas de visita o vacaciones? — pregunté

— En realidad también me estoy mudando, he decidido vivir en Corea, siento que Canadá ya no tiene nada mío o para mí — había una historia allí, sin embargo, no quise parecer metiche y sólo callé, pero él entendió que quería saber y continuó — Iba a casarme, pero un día antes de la boda estaba en mi cama con otro Hombre, cancelé la boda y aprendí algo, realmente no sentía lo que decía por él, me dolió en ese momento, pero después sentí un alivio, igual tenía planeado mudarme a Corea cuando me casara, eso sólo aceleró las cosas — no podría imagina cómo alguien lo engañaría, quizás no lo conocía del todo. Pero no parecía alguien malo

— Lamento escuchar eso, a veces las cosas sólo suceden — no sabía qué más decir, yo no sabía lo que era lidiar con el engaño amoroso o una boda cancelada

— Supongo — dijo

— ¿Y a qué te dedicas? — preguntó viéndome, pero antes de responder la voz de la computadora nos dijo que iban a despegar y que abrocháramos los cinturones, lo hicimos y al fin pude responder cuando el avión empezó a moverse

— Soy médico, también pedagogo, trabajo, bueno trabajaba en una fundación para niños en conjunto con el ejército — le dije y el silbo por lo bajo

— Es increíble, es muy increíble — inmediatamente sentía que mi cara se ruborizaba

— Gracias — susurré — ¿A qué te dedicas? — pregunté

— Bueno, soy abogado, sin embargo, me hago cargo de la empresa de la familia, exportación de telas — dijo, se sentía orgulloso de ello — también tengo un pequeño bufete de abogados

— Es increíble también — sonreí, Yoongi devolvió la sonrisa.

Estuvimos horas y horas hablando sobre gustos y cosas en común, teníamos varias, amábamos la música y lo relajante de estar en una habitación con mantas, las bebidas calientes, hasta que me dio sueño y quedé dormido. Me había mostrado algunas fotos de su familia y yo de la mía, hablándonos sobre todos. Hasta que, sentí que Yoongi ponía una manta sobre mí y me acurruque en lo cálido, hasta perderme en mis sueños.

Desperté por el movimiento en mi hombro y traté de ubicar donde estaba. Era un avión luego pensé que habría turbulencia y por un momento me asusté hasta que la voz de Yoongi aprecio frente.

— Lo siento, es sólo que, el avión va a descender y sé que estarás cansado hablamos hasta muy tarde — casi no capté lo que dijo y sólo asentí, abroché el cinturón y me medio estiré en el asiento

Yoongi y yo habíamos quedado hablando durante horas, de casi nada y todo, llegué a conocerlo más y es alguien a quien definitivamente me gustaría conocer aún más y poder seguir en contacto, ahora si me preguntaba cómo había dejado a tan maravilloso hombre su ex.

Cuando todo era seguro y antes de bajar, fui al baño y lavé un poco mi rostro y boca. Luego salí y ahí estaba Yoongi, él estaba sacando su maleta de mano del portaequipajes.

— Ha sido un placer ser tu compañero de viaje — me dijo

— Pará mí también lo ha sido, cuídate mucho — él extendió su mano y yo la tome, se sintió tan hermoso, amé la sensación de su piel en mi piel

— También cuídate mucho. Espero que tengas éxito en tu nuevo cambio — me dijo y deseé lo mismo para él

Tomé mis cosas y salí del avión, caminé hasta el lugar donde debía reclamar mis maletas, eran como las cinco de la tarde en Seúl  y debía conseguir un taxi para llegar a casa, mi hermana no podía venir por mí, esperaba encontrar uno, o poder alquilar un coche.

Después de tomar mis maletas un chico se acercó a mí y las llevó a un carrito para guiarme a la caceta donde podía alquilar un coche o pedir taxi.

— Lo siento señor Park, pero no tenemos coches disponibles y los Taxis están llenos ya. Pero puedo conseguirle uno dentro de una hora — la mujer detrás de la ventanilla había dicho

— Una hora es demasiado tiempo, iré a buscar uno afuera

— No creo que hallé, la mayoría son del aeropuerto y debe tener ticket y los otros siempre están llenos — la mujer me estaba enojado. Necesitaba una ducha

— ¿Estás bien? — volteé a ver al dueño de esa maravillosa voz

— Yoongi — sonreí

— No pude evitar verte frustrado, ¿ocurre algo? — genuina preocupación marcaba su voz y rostro

— Sólo no tengo cómo llegar a casa — respondí

— ¿No hay taxis o auto? — preguntó

— No y mi hermana no puede venir por mi, está ocupada se suponía que tomaría taxi o alquilaba auto y llegaba a casa — respondí casi haciendo un puchero

— Si estás de acuerdo puedo llevarte — me dijo

— ¿En serio? — respondí con emoción

— Sí, mi chófer está afuera esperando, si me das la dirección puedo llevarte no es un problema — no sabía qué pensar era muy amable de su parte y no muchas personas eran amables hoy en día, pero sentía que podía confiar en Yoongi

— Te lo agradecería mucho. No quisiera esperar una hora aquí — le dijo al chico por dónde ir y pronto llegamos a su auto.

Era una limusina completamente negra y brillante, afuera había un hombre más o menos mayor, él sonrió y abrió la puerta para mí, agradecí y subí, luego subió Yoongi, vi que mis maletas eran puestas en la otra camioneta que, según había dicho Yoongi eran de su seguridad. Le di la dirección y el auto comenzó a moverse.

Mi casa no estaba lejos del aeropuerto y eso me gustaba, porque sentía que abusaba de Yoongi.

Estuvimos en silencio durante el camino a casa, no sabía que decir y creí que Yoongi tampoco, hasta que vi justo en frente la casa donde había crecido. Seguía igual a excepción del jardín más exuberante afuera, había rosales y una barda blanca rodeándolo.

— Hemos llegado dijo el chófer — asentí y el hombre bajó de auto dejándonos a Yoongi y a mí nada más

— Muchas gracias por esto — le dije y él sólo asintió

— No es nada, es un placer — me dijo, no podía creer la amabilidad y caballerosidad del hombre y me gustó mucho

— Siento que debería pagarte de alguna forma — me giré y saqué una pluma de mi bolso de viaje y un pequeño papel

— No es necesario nada, Jimin — me dijo, y dijo mi nombre de una manera tan especial, como si supiera lo que creaba en mí

— Este es mi número, llámame y te invitaré un café — después de eso baje y mis maletas ya estaban abajo. El chófer me sonrió

— Él nunca había llevado a alguien a casa — me pregunté por qué había dicho eso — ni su ex prometido

No dije nada sólo observé como el auto se iba, tomé mis maletas, pero antes de cualquier cosa mis familiares salieron a ayudarme y gritando, nos envolvimos en un gran abrazo y luego vi a mi padre. Me abracé a él y lloré en su hombro, estaba feliz de estar en casa y sabía que realmente había hecho lo correcto.

Mi familia seguía como recordaba, mi hermana era cada vez más bella y mi padre parecía volverse joven con los años, mi padre seguía siendo apuesto, tanto como mi hermano y sus pequeños. 

Al día siguiente me desperté muy tarde como a eso de las once de la mañana, sabía que en mi casa tenían una regla de levantarse tarde y era que pérdidas el desayuno, pero mi madre lo tenía preparado cuando bajé. Era 28 de diciembre y el día anterior no había visto las decoraciones de navidad en la casa, todo estaba adornado con rojo, blanco, dorado y verde.

En la sala estaba el enorme árbol que ponían cada año, tenía muchas decoraciones y luces, en el resto de la casa había guirnaldas, pascuas, listones y muérdago en cada puerta, seguramente eso había sido obra de mi padre, él siempre lo solía hacer  para poder besar a mamá.

Me senté en la mesa y en silencio tomé mi desayuno, mi familia al parecer iba a salir, me habría gustado ir, pero aún tenía cosas que desempacar a pesar de la ayuda del día anterior, tenía ropa que guardar, así que les había dicho que para la próxima.

Y así pasé todo el día, arreglando todo en mi habitación, salí sólo a preparar un sándwich para almorzar, los demás aún no volvían, así que seguí sacando todo de la maleta.

Mi trabajo comenzaba en la segunda semana de enero así que aún tenía tiempo para conocer y empezaría al día siguiente, cuando llegó la noche tenía la cena lista y cenamos juntos, mis padres, hermanos y yo.

Durante los siguientes dos días habíamos estado arreglando detalles para el cumpleaños de mi padre, se suponía que sería una fiesta sorpresa. Durante esos dos días revisé si tenía algún mensaje en mi teléfono, me pregunté cuál le había dado a Yoongi o si simplemente él no había querido llamar, me sentí tonto por ese pensamiento porque de ser así sólo había quedado como eso, un tonto.

Decidí que no pensaría en ello, quizás era mejor, porque no era como si él se fuese a querer seguir relacionando conmigo.

— ¿Estás bien? — la voz de mi hermana me había asustado  detrás de mí, la vi, sonreía con preocupación hacia mí

— No pasa nada — mentí, pero tampoco era una gran mentira en realidad no le iba a dar prioridad a ese pensamiento

— Puedes confiar en mí — me dijo ella y suspiré rendido

— Digamos que conocí a un chico en el avión. Fue todo un caballero, fue amable y muy lindo, hablamos durante horas de todo lo que sé pudiera hablar, también me trajo aquí cuando no pude conseguir un auto o un taxi — no iba a ser muy detallado aunque no había tantos detalles que contar

— ¿Pero...?— preguntó y sí había uno

— Pero, antes de salir de su auto le dejé mi numero de teléfono para que me hablara y poder darle las gracias con un café — dije desanimado

— Y aún no llama o escribe — completó ella

— Y aún no llama ni escribe — afirmé

— Quizás no quiere que le pegues con café — sugirió ella moviendo más cejas de arriba abajo

— No digas esas cosas Laya — sentí mi cara hervir caliente ante su silenciosa sugerencia

— Bromeo, pero quizás sólo está ocupado o quiere hacerse el misterioso y tomarse tiempo — hizo gestos con sus manos

Mi hermana se levantó y dejó un beso en mi cabeza luego salió de la habitación, quizás era eso, no debía pensar más en ello y dejar que lo que tuviese que pasar pasara, tenía la fiesta de mi papá cerca y quería concentrarme en ello.

El día siguiente había llegado más rápido de lo normal y mamá había apagado la alarma de papá y así levantarse más temprano para que sus hijos y ella le hiciéramos un gran desayuno. Sabía que por su corazón no debía comer cosas que le hicieran daños  así que el menú era más saludable, pero delicioso.

Durante la mañana habíamos pasado un día juntos, en el desayuno, todos en pijama, acurrucado viendo películas en el sillón grande como cuando éramos niños y eso había traído tantos recuerdos en mí, deseaba algún día poder formar una familia así de hermosa.

En la tarde mi madre había decidido llevar a mi papá al club de la cuidad a jugar tenis, ella no era fan del tenis, pero era la encargada de mantenerlo ocupado, mientras los demás hacíamos la decoración de cumpleaños en casa.

Mamá nunca había sido fan de contratar a alguna persona que lo hiciera, ella prefería las cosas hechas en la casa, así que todos estamos poniendo de nuestra parte para que fuera lo mejor.

Mi hermana Laya se había encargado de la cena, Micah era el encargado de colgar las letras, sus hijos Ryo y Reyan eran los encargados de poner los globos, yo estaba con el pastel, Eun estaba con la música.

Pronto otros familiares empezaron a llegar y otros invitados, así que estábamos más apurados, se suponía que ellos volverían dentro de una hora, así que todo debía ser perfecto.

Para  cuando estaba todo listo, escuchamos el sonido del auto, todos de pie en la sala dijimos sorpresa cuando entraron mis padres, la sonrisa de papá valía todo para mí, en ese momento supe que definitivamente no importaba lo que había dejado atrás por verlo a él, en la familia sabíamos que esa sería quizás la última vez que tendríamos un cumpleaños con él, alejé esos pensamientos y me concentré en el presente, debía ser felicidad. Corrí y abrace a mi papá, el correspondió el abrazo.

La noche había sido tan divertida, habíamos cenado en amigos y familia, luego había sido partidos el pastel, todos habían bailado y celebrado hasta que los amigos de la familia se habían ido.

Cuando ya faltaba poco para la media noche la familia sostenía una copa de champaña, la única que bebería mi padre, los niños jugó de piña, para celebrar el año nuevo.

Todos empezaron a contar de 10, 9, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2, y cuando llegó el aclamado 1, todos gritaron; ¡Feliz Año Nuevo! Yo sonreí y brindé, hubieron abrazos y besos.

Cuando el teléfono en mi bolsillo sonó y no reconocí el número, respondí y... — Feliz año nuevo compañero de viaje — la voz de Yoongi sonó al otro lado de la línea, quizás había perdido la esperanza de que llamara y me había olvidado de él, pero oír su grave voz me hizo erizar la piel

— Feliz Año nuevo también para ti — dije

— Lamento no haber llamado antes, pensé que estarías ocupado y yo tuve muchas cosas — mi hermana había tenido razón

— No te preocupes — no sabía qué más decir, no era como si le diría, se me había olvidado podría haber sido muy grosero

— ¿Tienes planes para hoy en la noche? — preguntó y sonreí, quizás que preguntara eso me había emocionado un poco, pero sólo un poco

— No, no tengo — no tenia nada, había planeado pasar todo el día en pijama y comiendo galletas

— ¿Crees que podríamos tomar ese café o te lo cambio por un chocolate caliente? — preguntó

— Sería genial — respondí, me sentí como un adolescente planeando su primera cita, sentí que era joven de nuevo, con mis 27 sentí que lo era

— ¿Quieres que vaya por ti o prefieres ir por ti mismo? — preguntó, sinceramente preferí ir por mi cuenta no quería bromas por parte de mi familia

— Llegare allí, sólo dime dónde — dije

Después de darme el lugar, estuvimos hablando por al menos cuatro horas más en el teléfono hasta que el sueño estaba pudiendo conmigo, me despedí y él se despidió.

Más tarde ese día le había dicho a mi hermana y ella me había ayudado a escoger ropa para ir a una primera cita. Ella era mayor que yo pero a veces actuaba como una niña emocionada.

Después de unas horas revolviendo mi guardarropas encontramos ropa, que según Laya, era la adecuada, porque gritaba, me tienes, pero a la vez lucha por ello. En mi opinión era sólo una camisa con un vuelo en el cuello, una chaqueta con un corte en el cuello, jeans ajustados negros y botines. Afuera hacia mucho frío por lo que llevaba abrigo largo, Laya había dicho matas mi creativo look, pero la había ignorado.

Salí de la casa y tomé el Uber que esperaba afuera, condujo hasta que en treinta minutos habíamos llegado al lugar. Bajé del auto y caminé dentro del café donde estaríamos, al entrar mi mirada barrió el lugar buscando a Yoongi hasta que di con él.

Pensé si el hombre usaba algo más que trajes, aunque a decir verdad sólo lo había visto una vez y aunque traía traje parecía de esos hombres que no se lo quitan, en esa ocasión también traía uno. Completamente negro, su cabello hacía atrás.

Me miró y sonrió, la sonrisa más bella que haya visto alguna vez. Caminé hacia la mesa y él se puso de pie, me senté y sonreí.

— Es un placer verte de nuevo — dijo

— Para mí también es un placer verte de nuevo — dije

— Sé que lo dije por llamada, pero es mejor en persona. Feliz  año nuevo — sonrió y no pude evitar sonreír también

— Feliz año nuevo — dije aún sonriendo

— Tu sonrisa es hermosa — inmediatamente sentí que mi piel se ponía caliente y hormigueaba

— Yo... gra-gracias — dije tartamudeando

— ¿Cómo estuvo tu día? — preguntó, agradecí el cambio de tema, aunque no le iba a decir que pasé todo el día debatiendo con mi hermana que usar así que, en su lugar dije

— Vi algunas películas con mi hermana — era una gran mentira, pero no iba a decirle lo nervioso que estaba verlo — ¿Tu día cómo estuvo? — pregunté de vuelta

— Agitado, no tenía idea de lo que podría haber pasado esta noche y sinceramente tenía nervios — ahora me sentía mal, podía ver en sus ojos la sinceridad — ha decir verdad, cuando te llamé no sabía si hacerlo o no, durante una hora o más lo medite, creí que tal vez te habrías olvidado o no responderías

— No creo que podría haber olvidado a alguien como tú, en su momento pensé que no ibas a llamar nunca y me sentí tonto al haberte dado mi número, pero luego me concentré en otras cosas y desistí de la idea que ibas a llamar — decidí que sí él iba a ser sincero también lo sería — hasta que llamaste y no podía creerlo

— Me alegras que hayas aceptado venir — dijo

— Me alegra  haber aceptado — dije

Ambos ordenamos chocolate caliente con galletas, después nos quedamos hablando por muchos tiempo hasta que la hora de cerrar el lugar llegó, después de eso caminamos por la oscura calle mientras el frío parecía aumentar, caminamos y hablábamos de planes a futuro, Yoongi soñaba con expandir su bufete de abogados, también el negocio de su familia.

Le había hablados sobre trabajar un tiempo en el hospital y después tener mi propia clínica, sonaba ambicioso, pero también quería construir un hospital para niños y niñas de bajos recursos, donde no sólo pudieran tener atención médica sino sus padres, y educación.

Cuando ya parecía muy tarde me llevó a casa y nos despedimos con un beso en la mejilla. Quedamos de tener una segunda cita, pero en el día.

Cuando llegué a casa todos dormían, mejor así, no quería pasar un interrogatorio, en especial con mi padre y Micah, eran demasiado protectores por ser el menor.

Los días siguientes había empezado a conocer más la ciudad y había ido al hospital donde trabajaría para asegurarme de conocer a las personas con las que iba a trabajar.

Había mantenidos mensajes y llamadas hasta largas horas de la noche hablando de todo, sentía que con él era fácil hablar de cualquier cosa, podíamos decir lo que fuera, ambos teníamos a veces opiniones diferentes pero respetábamos la del otro.

Nuestra segunda cita había llegado, era sábado por la mañana, el lunes iniciaba el trabajo y quizás tendríamos menos tiempo para salir, era algo que me preocupaba, porque ese había sido un problema para mi en el pasado, el tiempo, no tenía suficiente para dedicarlo a una pareja.

Siendo médico trabajaba muchas horas al día, tenía libre un día y a veces ese día era invadido por trabajo de emergencia, amaba lo que hacía, pero cuando tenía citas y se enteraban de mi trabajo se alejaban, tenía miedo que Yoongi también lo hiciera.

Salí de la casa, había nieve aún y llevaba ropa blanca, con una gran abrigo gris y blanco, no tenía idea de lo que quería hacer así que no había elegido nada especial.

Al llegar al parque donde lo vería nos dimos un abrazo y él me dio un beso en la mejía.

— Luces adorable — me dijo y sentí que mi piel se ruborizaba

— No — dije, pero no le negaría nada, me tomó de la mano y caminamos hasta llegar a una pista de hielo

— ¿Quieres patinar un rato y luego podríamos ir a buscar algo que comer, luego deslizarnos en la nieve? — preguntó y parecía un niño pidiendo algo a sus padres

— Eres como un niño — me reír y el hizo un puchero luego empezó a hacer sonidos de perrito dolido

— ¿Sí? — dijo alargando la "í"

— Sí — dije y comencé a reír como si me hicieran cosquillas, él se unió a mí risa

Entramos al establecimiento y pedimos patines para usar en la nieve, yo no era muy bueno en ello, cuando era niño siempre renegaba de ir a lugares así, pro que temía caerme, pero creí que siento adulto sería más fácil y grave error.

Caminar fuera de la pista fue muy fácil. Bueno no tanto, pero más sencillo, cuando puse un pie en el hielo caí al suelo, Yoongi se apresuró a ayudarme, no era fácil, aunque Yoongi se movía con facilidad.

Así que el rato que pasamos allí estuve tomando de la mano de Yoongi, o fue tan malo porque de verdad me gustó que sujetara mi mano, se sentía cálido por sobre el frío en el lugar, aún con los guantes puestos.

Cuando salimos había pasado una hora, aún no era hora de comer, así que fuimos por una bebida caliente, ambos bebimos chocolate y malvaviscos, el lugar donde habíamos ido parecía sacado de una sueño cálido, tenía mesas pequeñas, almohadas como asuntos, las paredes de ladrillos rojos, flores colgaban en los muros y horcones, el piso era de madera cubierto con gruesas alfombras. Parecía muy hogareño.

Cuando la hora de la comida llegó no quería irme, era un lugar hermoso, pero lastimosamente no servían almuerzos allí, pensé si una vez me casaba y tenía una familia quería un lugar así de acogedor.

Fuimos a comer a un restaurante y Yoongi me preguntó si estaba listo para empezar el trabajo. Lo estaba y mucho, pero a la vez me sentía ansioso sobre lo que pasaría con nosotros, si es que había un nosotros. — Lo estoy — me limité a responder

Yoongi tomó mis manos sobre la mesa y acarició con sus dedos en dorso de mi mano. — Nosotros nos las arreglaremos para que funcione — me dijo y sentí mi corazón temblar, porque temía que me dijera que no quería nada más después de ese día, pero quizás al ver que mi agenda era apretada no querría verme más

Sin embargo, no dije más y sólo asentí, terminamos de comer en silencio y luego nos fuimos a deslizar en la nieve, había sido un día espectacular, todo parecía perfecto y había deseado que fuera así siempre, pero no podía.

El domingo Yoongi no había estado en la ciudad por cuestiones familiares, esperaba el día que le presentara a mi familia y él a la suya. Pero aún era demasiado pronto, nosotros ni siquiera éramos novios, sólo salíamos.

Cuando el lunes llegó salí temprano de la casa, todo el día trabajando, había hablando un poco con Yoongi durante el almuerzo y la cena, había empezado duro el trabajo. Hoseok me había llamado y me había deseado feliz año nuevo, hablamos sólo unos minutos, después de eso había estado todo el día ocupado.

Cuando regresé a la casa era muy de noche, las enfermeras había dicho que serían días ocupados ya que en esa época aparecían niños enfermos por el frío o que se quemaban con la pólvora de la época.

Así que había sido una semana bastante larga, si sumaba cada minuto de los días, haría una hora de plática con Yoongi y los mensajes bastante escasos, pero seguíamos, cuando el día de mi descanso llegó no tenía ganas de nada, quizás había perdido la noción de lo que era desvelarse y trabajar, aún tenía que acostumbrarme.

Ese día estuvimos en la casa de Yoongi viendo películas hasta tarde. Aunque me dormí en la mayoría de ellas, Yoongi no parecía molesto por que hablábamos poco.

Y así fue por las siguientes semanas, sin darnos cuenta se había ido un mes, y era el día de mi descanso, Yoongi me había invitado a cenar, estaba emocionado, quería pedirle que la siguiente semana fuera en mi casa, además mi padre había pedido conocer al chico que me tenía como loco suspirando.

Ese día me vestí algo formal, el frío no bajaba del todo, una camisa de mangas blanca, pantalón negro, botines y un abrigo negro.

Al salir Yoongi me esperaba en el auto, sonrió y me dejó un beso en la mejilla. Condujo hasta que llegamos al lugar donde tuvimos nuestra primera cita.

Nos sentamos en nuestro lugar una vez habíamos entrado, luego habíamos hablando sobre nuestros días, todo casual.

— Jimin, tengo algo que decirte — me dijo y me asusté, ahí venía me diría esto no estaba funcionando, que era mejor dejarlo allí, mi mente iba sobre muchas cosas que él podría decir sobre lo ocupado de nuestras vidas — no es nada de lo que piensas —dijo y lo mire fijamente

— No sabes lo que pienso — dije

— Creo que he llegado a conocerte en este tiempo — me dijo sonriendo

— Entonces ¿Qué crees que pienso? — pregunté

— Crees que te diré que ya no nos veamos — me ruborice al oírle, era lo pensaba

— Lo siento, es sólo que siento que, quizás estás harto de las citas así, de casi no poder hablar durante la semana — dije y baje la cabeza

— Jimin, mírame — me dijo y levanté los ojos hacia él — yo entiendo tu trabajo. No me enoja, también tengo cosas que hacer, créeme que cualquier momento que tenga contigo es para mí lo mejor, lo tomaré lo que me des, es por eso que... — sonrió algo nervioso

Se levantó y camino hasta mi lado, luego me tomó de la mano y me levanté a su lado. — ¿Quieres ser mi novio, Jimin? — mis labios se abrieron ante aquella declaración y parpadeé varias veces

— Di que sí, o no que no — sonrió nervioso

— Sí, sí quiero — dije y lo abracé fuertemente

— ¿Sí? — dijo y luego tomó mis mejillas entre sus cálidas manos y depositó un suave beso sobre mis labios, sus labios se sentían suaves y perfectos, ese era nuestro primer beso, yo había besado antes, pero me sentí perdido cuando los labios de Yoongi tocaron los míos.

Durante los días siguientes sentí que flotaba en una nube de alegría, aunque no impedía que hiciera mi trabajo, pero me sentía más motivado, más feliz, era como si las cosas fueran mejores. Al principio había tenido miedo de que Yoongi se hartara de la situación y me dijera adiós, pero al parecer estaba equivocado.

La siguiente vez que tuve día libre había decidido invitar a Yoongi a cenar a la vas ay presentarlo oficialmente y para el siguiente fin de semana conocería a su familia su familia también lo apoyaba sobre sus gustos.

La cena había sido tranquila y para conocerse, sin embargo, después mi padre había decidido junto con Micah hacer un interrogatorio a Yoongi respecto a sus "intenciones conmigo".

— ¿Cuáles son tus intenciones con mi pequeño? — preguntó mi padre y se acercó a Yoongi tratando de intimidarlo al igual que Micah

— Las mejores — respondió Yoongi

— No, no me convence — había dicho mi hermano mayor

— A mí tampoco — dijo mi padre

— Mis intenciones con Jimin son las mejores, quiero que esté conmigo, enamorarme más de él, no sólo ser  su novio, sino su amigo, si confidente alguien en quien pueda apoyarse y contar hasta el tiempo que él me lo permita — sentí que mi corazón se apretaba porque yo también me estaba enamorando de él

— ¿Te gustaría casarte, Min Yoongi? — preguntó mi padre

— Si es con su hijo, sí — yo sabía que ese era un tema sensible para Yoongi, además nunca habíamos hablado de eso, ahora que él lo decía me hacía sentir feliz

— Muy lindo — dijo Micah — ¿Le serías infiel? — sabía que esa pregunta tenía un trasfondo, mi hermano había estado casado y tuvo gemelos con su esposa, pero ella lo engañó, luego se fue dejando a los niños sin madre, él se hizo cargo y le quitó la completa custodia, ellos se habían divorciado y desde entonces no había tenido otra relación

— No, no lo haría, créeme he estado en el lado receptor jamás le haría algo así, menos a Jimin — había verdad en cada una de sus palabras y yo  sabía que Yoongi odiaba el engaño. Esa clase de engaño

— Bueno, hemos llegado a una conclusión — mi padre se había puesto de pie y Yoongi le siguió junto con Micah, mi hermana, mamá y yo

— ¿Cuál es su conclusión? — preguntó Yoongi nervioso, pensé que tal vez la corbata le ajustaba un poco

Mi padre había entrecerrado sus ojos y lo vio fijamente, para luego atraerlo a un gran abrazo — Bienvenido a la familia, cuida mucho de mi niño, si lo lastimas yo te lastimó a ti — dijo y Yoongi sonrió, caminé hacia ellos y Yoongi me abrazó de la cintura

— Gracias papá — dije y le di un abrazo y un beso en la mejilla

La noche pasó más rápido y luego de Yoongi se fuera, se despidió con un suave beso, me fui a la cama.

Cuando menos me di cuenta el fin de semana había llegado al fin, estaba alistando ropa pues pasaría el fin de semana en la casa de su familia, tenía miedo de que no me aceptaran o algo y mi hermana lo sabía.

— Tranquilo, verás que te van a amar — ella me abrazó y sonreír, esperaba de verdad que sí

Tomé mi teléfono y vi la hora, aún tenía media hora hasta que viniese Yoongi por mí, terminé de guardar mi pijama, estaba feliz por tener ese fin de semana libre, quiera pasar tiempo con Yoongi.

Cuando oí el sonido de la puerta bajé las escaleras y Yoongi estaba en la sala hablando con mi padre, yo traía la maleta pequeña de viaje en mis manos y Yoongi se apresuró a tomarla, llevaba unos jeans algo holgados, una camiseta de algodón azul cielo, y un suéter encima, todo casual.

— Cuídalo mucho, es mi pequeño — dijo mi padre y yo sólo bufé

— Tengo 27 años, no soy un bebé — me queje

— aún cuando tuvieses 60 serías mi bebé — dijo él, sólo sonreír a su ocurrencia y le di un beso en la mejilla

Yoongi y yo caminos tomados de la mano hacia el auto, el medio un beso y guardó la maleta, luego abrió la puerta para mí.

Casi una hora en la carretera y Yoongi contándome un poco de su familia o cantando, llegamos, la casa era enorme a decir verdad, tenían enormes jardines y un gran portón dorado, en la entrada había una fuente con una mujer de inda usando un arco, había varios autos estacionados y la casa era de un color crema, con grandes ventanas.

Bajamos del auto y Yoongi tomó mi mano, luego un hombre se acercó a bajar las maletas, Yoongi me indicó el camino  hasta que llegamos a la cocina donde una mujer bien vestida y con un delantal, hurgaba en una Olla. La mujer se veía adulta, pero a la vez guapa y su cuerpo se mantenía esbelto y curvilíneo.

— Yoongi, ven a darme un beso — dijo la mujer y Yoongi fue a saludarla y darle un beso

— Hola mamá, él es Jimin, mi novio — ella me vio y su mirada me vio de arriba abajo. Me sentí un poco cohibido, luego sonrió haciendo que la  confusión rondara mi cabeza

— Es un placer — ella se acercó y me dio un abrazo que tardé en responder — adoro tu suéter — me susurró y yo sólo asentí

— Gracias, también es un placer señora Min — dije

— Oh, no, llámame Emma — dijo, también de nuevo sólo había a sentido

— Voy a presentarle a los demás — dijo Yoongi y se acercó a mí

— Bien, los demás están atrás, avisaré cuando esté la comida — nosotros salimos de la cocina y yo no dije nada, Yoongi tampoco así que sólo caminé a su lado

El lugar era bastante hogareño, con muchas fotos.

En el patio trasero habían, un hombre mayor jugando con un pequeño perro, dos chicos acurrucados en un sillón y otros dos con un bebé cada uno. También se veía joven, excepto por las marcas en su rostro al sonreír, nadie creería que era mayor.

El señor se puso de pie y camino hacia nosotros. Tenía un gran parecido con Yoongi y deduje que era su padre.

— Papá — dijo Yoongi y lo abrazó, luego se volteó hacia mí — Él es Jimin, mi novio — el señor me tendió la mano

— Es un gusto, Jimin. Soy Min YonJoe — estreche su mano

— Park Jimin — respondí

— Bienvenido — luego de eso camino de nuevo a donde estaba y Yoongi me llevó hacia la pareja acurrucada

— Ellos son Min Jungkook y Taehyung, su mejor amigo, chicos el es Jimin, mi novio — dijo Yoongi, yo habría jurado que ellos eran pareja por como se abrazaban, pero a veces las apariencias engañan

— Es un gusto Jimin — el chico de sonrisa cuadrada extendió su mano — para que conste no soy el mejor amigo de este loco, soy su novio — re rió y  vi a Yoongi

— No sabía que habían dado el paso, felicitaciones — les dijo — ya era hora

— Déjate de cosas hermano, muchos gusto Jimin — le dijo el otro chico

— Vamos — Yoongi tomó su mano y lo llevó a los otros chicos allí — ellos son Min Jin y bueno ahora Kim, y Namjoon, su esposo — dijo ambos hombres  levantaron la vista y nos vieron

— Hola — dijo el chico de apariencia más suave de los dos — Soy Jin

— Jimin — respondí Jimin

— Soy Namjoon — dijo el otro

— Ellos son mis sobrinos y sus hijos, Lili y Lan — Dijo Yoongi y ambos niños sonrieron

— Son muy lindos — dije y me acerqué a los niños, ellos me sonrieron, fue algo muy lindo

Después de estar un rato en el patio, la madre de Yoongi nos había llamado para comer, durante la comida nadie había dicho mucho, más que preguntas sobre qué hacía, en qué trabajaba, gustos o así.

Había una pequeña cancha para juego y estuve todo el tiempo con Jin y Taehyung, jugando con los pequeños niños.

A la hora de dormir, mi habitación estaba justo enfrente de la de Yoongi, él y yo nunca habíamos dormido juntos, porque las veces que nos quedamos dormidos en el sofá viendo películas no contaban.

A la mañana siguiente un golpe en la puerta me había despertado y era Yoongi que me traía el desayuno a la cama. Habíamos desayunado allí juntos.

Más tarde en la mañana fuimos a explorar los árboles alrededor de la casa, después habíamos tenido un picnic allí, cuando volvimos la familia de Yoongi nos recibió con una parrillada, todos ayudamos a preparar algo y luego comimos en una gran mesa afuera, había sido muy divertido.

A la mañana siguiente nos despedimos, yo debía trabajar y Yoongi también, salimos muy temprano ese día me llevó al hospital, para volver a una semana llena de trabajo.

Los meses iban pasando y a pesar de las ocupaciones por parte se ambos, estábamos llevando una hermosa relación. Sentía que el tiempo con Yoongi era muy rápido, pero hermoso, tanto que no me di cuenta cuando se había  ido casi un año, teníamos diez meses  de relación, todo era hermoso.

Era mi día de descanso y Yoongi me había mandado un mensaje diciendo que había algo que tenía que decirme. Esperaba no fuera algo malo, sentía que las cosas entre nosotros eran mejores cada vez.

Y cuando por fin la noche había llegado, me vestí lo mejor que pude, traía unos pantalones ajustados de cuero, negros, una camisa del mismo color con algunos ligeros toques de glitter, botines negros también, quizás, sólo quizás había puesto un ligero toque de maquillaje.

Llegué al restaurante, era bastante elegante y un mesero se me acercó y me llevó al segundo piso del restaurante, estaba prácticamente vacío y Yoongi estaba en una de las mesas.

Llegué junto a él y deposité un beso en sus labios, aunque lucía tenso y nervioso.

— Hola — dije contagiándome de sus nervios

— Luces hermoso, más que eso, perfecto — me dijo

Por supuesto mi mente empezó a divagar y a decirme que probablemente iba a terminar conmigo de una forma elegante, pero cuál era la posibilidad, las personas no se tomaban tantas molestias. ¿O sí?

— Comamos — dijo y él, unos meseros llegaron con la comida, carne, papas al horno arroz, algunas otras verduras y vino

Comimos en completo silencio, pero podía sentir la mirada de Yoongi clavada en mi deseaba que dejara tanto suspenso y me dijera lo que tenía que decir, si iba a acabar con la relación, mejor hacerlo de una sin tanto rodeo, cuando acabamos la comida ya sentía ganas de vomitar y no quería el postre.

— Dime lo que sea que está pasando, si quieres terminar lo nuestro sólo dilo, no lo adores — dije por fin, me sentía mareado

— ¿De-de qué hablas? — dijo confundido

— Estás todo nervioso y misterioso, no dejas de verme, ¿Qué se supone que piense? — pregunté y Yoongi se puso de pie, luego se dejó caer en una rodilla a lado mío

— Park Jimin, te amo, no pensaría en dejarte, me encantas — tomo mi mano y depositó un beso en el dorso — sería infeliz si te dejase ir, estoy nervioso pero por otra razón, tengo que preguntarte algo — dijo y empezó a hurgar en el bolsillo de su traje, mi cerebro empezó a trabajar y, no podría ¿o sí? Ahora yo estaba nervioso

— ¿Yoongi...? — susurré

— Te amo, eres perfecto para mí, no me importa el pasado te quiero, para siempre, ¿Te casarías conmigo? — sacó una cajita de terciopelo, en ella había un anillo plateado con un pequeño diamante incrustado en la cinta de Plata, era hermoso, no pude evitar las lágrimas que salieron de mis ojos

— ¡Sí! — dije con emoción y él puso el anillo en mi dedo, lo besé y se sintió tan hermoso, era un tonto por haber pensado mal

Después de ese día, habíamos decidido que la boda sería en un mes, empezamos con los preparativos, nuestras familias ayudaban. Mi padre estaba un poco enfermo, me sentía mal de planear mi boda, pero él me había dicho entre lágrimas que deseaba verme casarme con Yoongi y llevarme hacia él, sabíamos que, su tiempo se agotaba y dolía mucho.

Pronto el mes pasó volando y me encontraba caminando por el pasillo lleno de pétalos de flores, mi padre me acompañaba del brazo, mi traje era completamente blanco, Yoongi llevaba esmoquin negro, mi padre sonreía y yo también, hasta que llegamos al altar y él me entregó en el brazo de Yoongi, no podía quitar la sonrisa de mi rostro, era inmensamente feliz, no parecía real, era como vivir un sueño, había conocido a Yoongi en un avión y ahora me iba a casar con él.

Dijimos nuestros votos, el juez pidió el intercambio de anillos, lo hicimos, luego pidió firmar y ya estábamos besándonos, ahora éramos esposos.

Ese mismo día en  la noche,  bailábamos nuestro primer vals como esposos, sentía que podría explotar se felicidad. Cuando la fiesta acabó y habíamos brindado, dado discursos y partido el pastel, nos fuimos a nuestra noche de bodas.

Esa noche, me entregué a Yoongi en cuerpo y alma, me amó de las maneras más increíbles, esa no era mi primera vez, pero se sintió así, sentía su calor, su piel en mi piel, lo sentía dentro de mí, perfecto.

Yo estaba hecho para Yoongi y él estaba hecho para mí, nada nunca sería mejor que su amor.

Al día siguiente nos habíamos ido de luna de miel, el mundo parecía ir el velocidad, pero éramos felices.

Una semana estuvimos en una cabaña en Canadá, alejados de todo, nos amamos cada día, Yoongi me hizo el amor, fui tan feliz. Cuando volvimos, decidimos mudarnos y entre los dos teníamos nuestra casa, nos habían preguntado si queríamos hijos, pero queríamos disfrutar nuestro matrimonio antes de tener hijos, los queríamos, sin embargo, aún parecía muy pronto.

Pasamos nuestra Navidad juntos y el cumpleaños de mi padre celebrando el año nuevo, todo parecía tan mágico. Pero la magia no es eterna y se acaba.

Estaba en el hospital cuando Yoongi entró prácticamente corriendo, mi padre estaba grave y estaba en el hospital, salí de allí como tromba, me sentía desfallecer, al llegar mi mamá lloraba, mis hermanos la abrazaban y para mi el mundo se había ido, cuando el médico había salido y había dicho las palabras, cerré los ojos y me dejé caer en los brazos de Yoongi. 


Abrí los ojos, se sentía un poco incómodo, abrí los observé a mi alrededor, ¿Dónde estaba? Era un avión, pero mi padre empecé a entrar en pánico, cuando vi a Yoongi, salía del baño.

— ¿Estás bien? Que bueno que despiertas. El avión aterriza en una hora, podrías necesitar ir al baño — asentí confundido, Yoongi sólo me veía, salí del asiento y fui al baño

Al entrar me vi en el espejo, traía la ropa de cuando salí de Canadá, sólo había sido un sueño, mi padre no estaba muerto y Yoongi sólo el hombre que conocí en el avión.

Me dejé caer al suelo y lloré por un rato agradecido de que haya sido un sueño, por un momento me habría gustado tener una vida con Yoongi, él era excepcional, pero eso sólo pasaba en sueños o en películas. Y esto no era una ni la otra.

Me lavé el rostro, enjuague mi boca y salí de la cabina, cuando iba por el pasillo vi a Yoongi pedir agua a la azafata, pedirle también algo de comer, imaginar que él podría ser algún día mi esposo, parecía loco, tanto como mi sueño, había sido tan real, que de verdad sentí que me había enamorado de Yoongi.

¿Era eso siquiera posible?

Llegué al asiento y él sonrió, su sonrisa hermosa, Dios yo estaba loco tal vez, era una explicación loca o necesitaba amor.

— ¿Estás bien? — me preguntó, genuina preocupación en su voz

— Sí, sólo tuve un extraño sueño — dije y después de eso ambos guardamos silencio, la azafata llegó con dos botellas con agua y algunas galletas

Me dio una galleta a mí y una de las botellas, comí y bebí, después la voz de una mujer resonó en el avión para abrochar cinturones.

Hasta que el avión tocó el sueño, a pesar de haber dormido mucho, me sentía cansado, Yoongi bajo antes que yo y se despidió de mí, luego salí, llegué a reclamar mis maletas y después fui a buscar un auto para alquilar.

— Lo siento señor, los cupos están llenos — debía ser una broma, Dios que no esté soñando de nuevo, dije en mi mente

— ¿Un Taxi? — pregunté, la mujer tecleo en la computadora y negó con la cabeza

— Gracias — dije y salí de allí, esto no sería así, Yoongi no llegaría y me daría aventó a casa, me pellizque cuando oí su voz detrás de mí, no, no era sueño

— ¿Todo bien? — preguntó

— No hay autos, ni taxi — dije, no diría más

— Puedo llevarte si quieres, mi chófer está afuera — dijo, tal como en el sueño, debía de ser un gran casualidad

— Gracias, lo agradecería — bueno, seguiría la corriente, quién sabe lo que pasaría

Después de ese día, Yoongi me dio su número de teléfono, lo llamé una semana después, empecé a trabajar en el hospital, mi papá parecía recibir el tratamiento y Yoongi y yo teníamos bastante contacto, contrario al sueño nuestra primera cita fue un mes después de hablar por teléfono, la segunda dos semanas después de esa.
Seis meses después me pidió oficialmente ser novios y al fin lo presenté a mis padres, también contrario al sueño, mi padre no había hecho las preguntas vergonzosas, pero si había sido algo duro al principio, la semana siguiente yo fui a su casa, no era como en el sueño, era más grande, sus familiares, eran como en el sueño, pero yo los había visto en fotos, Taehyung, Jin y yo nos hicimos grandes amigos, el trabajo en el hospital no era tan duro, hubo días que sí, pero no siempre.

Tuvimos dos años de relación, dos años donde no sólo nos hicimos novios, sino amigos, nuestra confianza era grande, y al tercer año nos casamos, había sido una boda tranquila.

Pero seis meses después la salud de mi padre empeoró, deseaba tanto que fuese sueño, ahora sí, pero no lo era, mi padre estaba muy mal, recuerdo un día estaba en su cuarto y me dijo.
— Soy feliz, aunque muera porque amé tu madre, tuve grandiosos hijos, dos nietos preciosos, vi a mi pequeño niño conocer el amor y casarse, tuve la oportunidad de entregarte en el altar, de ver tu felicidad — me tocó la mejilla y sonrió — así que se feliz, siempre estaré en ti corazón, habría deseado estar más tiempo, pero ya no puedo luchar más, quiero descansar, a ti, tu madre y tus hermanos, tanto como a mis nietos los amo como nunca creí amar.

Eso fue lo último que me dijo, murió allí, lloré como si mi vida se desgarrara, los brazos de Yoongi fueron mi soporte, mi consuelo, estuvo conmigo en mi dolor, lo vi llorar, me consoló cuando estaba mal. Yo sabía que algún día pasaría, sin embargo, no estaba del todo listo, era médico había sido entrenado para cosas así. Pero sentía mi alma hundirse.

Fueron duros meses y él siempre estuvo para mí, a veces me daba palabras de ánimo y otras veces sólo me sostenía en sus brazos y era más que suficiente para hacerme feliz.

Dos años después de la muerte de mi padre, tuvimos nuestro primer hijo. Llevaba su nombre en su honor, Yeong, Min Yeong, era un hermoso niño, tan parecido a mí, nos hizo tan feliz.

Al siguiente año, nuestro segundo hijo, Yoonjoe, se parecía a Yoongi incluso en su carácter serio y misterioso.

No diré que siempre fuimos felices, porque tuvimos altas y también bajas en nuestro matrimonio, pero siempre el amor fue más fuerte, lo resolvimos y a veces había días en que quería irme y renunciar a lo nuestro, pero hablábamos, se resolvía, y otras vez estábamos bien.

Ninguna historia de amor es completamente feliz, siempre habrá problemas, pero no hay que huir de ellos, entre Yoongi y yo había confianza también  diferencias, pero  sabíamos tratarlas.

Estuvimos en las caídas, cuando su madre murió, estuve para él, en cada lagrima, en el dolor, estuvo cuando la mía se fue y después su padre, fuimos un gran equipo. Había adoración entre nosotros.

Así fue por años, durante los 55 años juntos fuimos lo más felices que pudimos ser.

Entregamos a nuestros hijos en el altar, los vimos crecer y tratamos de ser los mejores padres que podríamos haber sido. Hicimos tantas cosas, que ahora son sólo recuerdos.

Nuestra historia no fue sólo en la vida real, también fue en el sueño, jamás le dije a Yoongi del sueño, jamás le conté que había soñado con una parte de nuestro futuro, temía que si le decía a alguien no se haría realidad.

Ambos vimos a nuestros nietos nacer, los vimos ir creciendo.

Y yo vi como el amor de mi vida se iba y la vida se pagaba de sus ojos, ese día, estaba junto a la cama y dejé un beso en su mejilla.

— Te amo, Jimin, siempre voy a amarte, gracias a ti he sido muy feliz, quizás más feliz de lo que nunca pensé que sería — ese día mi corazón se fue con él, mis hijos y nietos estuvieron conmigo

Yoongi fue todo lo que siempre deseé y no sabía, era mi fuerza, mi amor, único amor.

Conocí el amor gracias a él.

Y hoy, estoy aquí, dejando esta carta, contándoles sobre lo que para mí es  sueño más hermoso hecho realidad, nunca pensé que ese sería un vuelo de ensueño.

Terminé de firmar al final de las páginas en ese viejo libro donde solía hacer notas de joven.

Tomé la foto del día de mi boda con Yoongi, sonreí al recordar ese día y la noche, Yoongi me había hecho le amor de la manera más dulce. Ambos éramos jóvenes y vivaces, pasé las yemas de mis dedos por su rostro, era tan guapo, siempre pensé que sus ojos podían decirme tantas cosas, él solía decir que yo seguía siendo tan hermoso como cuando me vio por primera vez, cuando mi cabello era rubio y rebelde, no le creí porque ya éramos ancianos, pero sabía por su mirada que me amaba. Tanto como yo a él.

Me dijo que me amaba tantas veces como fue posible, también se lo dije, nunca pensé que encontraría el amor y menos en un avión. Si caía el estaba allí, tomando mi mano, nuestro amor no tendría fin.

Estoy cerrando los ojos y vienen a mi mente los recuerdos de su dulce sonrisa y así los terminé de cerrar, viéndolo feliz. Otra vez juntos.

— Te estaba esperando

— Estoy aquí

— Te amor, Jimin, siempre lo haré

— También te amo, Yoongi, siempre lo haré

Porque yo Min Jimin, amaría a Yoongi hasta el día que muriera, incluso después de morir lo amaría y sí hay vidas más allá de la muerte, mi corazón siempre le pertenecería a él, mi único y gran amor, Min Yoongi. Quien fue parte de mi Vuelo  de Ensueño y se quedó para siempre en mi vida.

▃▅▆█ 웃 Fin 웃 █▆▅▃

De verdad espero les haya gustado. Un abrazo.
💜👉🏻👈🏻🥺

10202 palabras. ⚔️

(La foto en la multimedia, se diría es el elenco) jijiji

Todo esto lo dice Google.

*Entre Canadá y Corea del Sur hay 13 horas de diferencia, hay varias zonas horarias, pero para dejar una digamos 13.

* Un vuelo de aproximadamente 500km/hora, desde Canadá a Seúl, son 17 horas y 9 minutos.

*Hamilton-Munro (Aeropuerto de Ontario Canadá)

Jamás había escrito algo tan largo en mi vida y espero que lo hayan disfrutado.

Créditos de la portada y del separador a: KissArmyW

Gracias, tamo mucho. 🤧🥺💜🤧🤧🤧🤧 Sacado de mis borradores. ❤️

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