Capítulo 84
Los siguientes días pasaron tan rápido que fueron un poco asfixiantes, Lucien no salió de sus aposentos ni una sola vez, haciendo oídos sordos a las insistencias de su familia, quienes lo visitaron para convencerlo a dar un paseo, pero ni siquiera el pequeño Eirian pudo lograrlo, el niño entro en un terrible estado de salud, apenas se ponía de pie sintió que todo su mundo giraba, pensar en siquiera comer provocaba que vomitara, sacando el doble de contenido que ingería en un día, tomar líquidos era lo único que lo aliviaba , pero su vejiga no retenía la cantidad de líquidos normales, por lo que era una tortura ir al baño sin marearse o caer al suelo, había bajado de peso de una forma anormal, por lo que los sanadores reales tuvieron que buscar una forma de hacer que comiera sin devolver el alimento, la única forma que encontraron es que Lucien comiera encima de Aeron, de una forma literal, solo podía comer estado pegado al cuerpo de su esposo.
Cuando el sanador les dió a los mellizos Throne, la noticia del estado de embarazo de Lucien, Jaden presentó una investigación sobre su estado, ya que no era normal, se suponía que al tener a Aeron cerca ya era lo bastante suficiente para que no tuviera ningún malestar, y así había sido en meses atrás, pero ahora solo empeoraba según pasaban los días, incluso los bebés en vientre ya no se manifestaba como antes, poco o nada se hacía notar.
En esos tres días Aeron detuvo cualquier entrenamiento que pudiera tener, estando encerrado junto a Lucien, ayudando en todo lo que no podía hacer, masajeando sus músculos adoloridos y llevándolo al baño cuando se mareaba demasiado, en ese tiempo solo había salido un par de veces, y solo fue para pensar encontrarse con Eliza y los mellizos, ambos buscaban la forma de devolverle el golpe a Bernard, pero el estado de Lucien complicaba las cosas, la señora de las mareas solo pedía por la salud de su nieto y Aeron no iba a alejarse de este cuando sabía que podia empeorar su salud al no estar a su lado.
Inesperadamente fue Liam quien les ayudo en eso, asegurando que al igual que Jaden, el tenia contactos que podían ayudar con informacion, Aeron no confiaba en el, Eliza lo intento al no saber que los contactos del príncipe heredero eran los borrachos y las prostitutas de la calle de las flores, pero el heredero les aseguro que Bernard iba a perder mucho al final del reclamo de Verner.
Al día siguiente Linus y Liam arrastraron a Aeron al campo de entrenamiento por petición de Lucien, el príncipe hizo que su esposo lo buscara para pedirle el favor de que lo distrajera un rato, alegando que se sintió mejor y que su esposo necesitaba relajarse un poco, conociéndolo sabía que entrenar lograra quitar algo de la tensión que estuvo acumulando en esos días, el guardia real y su hermano no dudaron en hacer lo pedido, aunque tampoco hicieron mucho, ya que una sola mirada de Lucien hizo que Aeron obedeciera y siguiera a su compañeros de batalla y entrenamiento.
- Leysa - La joven apartó su mirada de la puerta cuando Aeron, Liam y su prometido salieron, mirando al niño que estaba en la cama enorme de la habitación, llamándola, la joven se acercó, desde que el niño enfermo, ella permanece a su lado la mayor parte del tiempo, con lo que le queda de tiempo se preocupa por su boda o por los niños.
- Mi príncipe - Ella se acercó hacia él y le sonrió con pequeñez.
- Ayúdame a vestirme, por favor - La joven parpadeo varias veces, algo sorprendida y asustada. El cuerpo del niño esta en un estado bastante delicado incluso el sanador había dicho que sus huesos estaban frágiles.
- ¿No quiere que llame a alguien, a la reina tal vez? - Lucien negó mientras se sentaba con dificultad en la cama, Leysa al final lo ayudó al verlo batallar para alzar su cuerpo.
- Lamento pedirte esto, pero no quiero preocupar a nadie, todos están tan nerviosos por mi estado, no quiero ser una carga en un momento como este. - Leysa entendió las palabras del menor, todos en la familia estaban tan preocupados por la salud de Lucien, el tema del reclamo y el hecho de que la mano del rey parecía empezar a mostrar su verdadera cara, era una combinación que a más de uno lo tenía con migraña, ella misma había sido testigo del enojo de los principes cuando se enteraron del reclamo de Verner.
- Solo no le digamos al principe Aeron puede ser un poco celoso. - Lucien se río con dificultad, quejándose un poco por el esfuerzo, pero no pudo evitar hacerlo, "un poco" su esposo era todo menos "un poco" celoso.
- No te preocupes dulce flor, yo también quiero evitarme esa pena, pero solo tienes que ayudarme a ponerme otra camiseta, Aeron ya me limpio y me puso los pantalones esta mañana. - La joven asintio. Grace quien habia entrado a la habitacion justo cuando el principe hablo, se dio cuenta de que nunca se acostumbraría a la idea de un Aeron atento con otra persona, incluso con ella y su madre presentaba una distancia aceptable, pero al parecer no era inusual aquello, ya que Lucien se mostró muy tranquilo al decirlo.
Grace ayudo a la joven a hacer lo que el niño le pidió, ambas tragándose su preocupación cuando Lucien se quitó la camiseta que llevaba puesta en ese momento, estaba muy delgado, demasiado para estar embarazado y en comparación a la linda masita de carne que era hace unos días atrás, el niño estaba en un estado preocupante. Después de ayudarlo a poner el atuendo que usaría en el reclamo de Verner, lo ayudaron a ponerse los zapatos, aunque Lucien insistió en que eso podía hacerlo él, apenas miró hacia abajo se mareo, por lo que Grace le puso el calzado para después peinar su alborotada melena castaña, en esos meses Lucien había dejado que su cabello creciera a su gusto, si antes tenía una cabellera llena de rizos hermosos, ahora era el doble, solo que al peinarlo, noto algo que la asustó, los cabellos castaños estaban secos y se caían fácilmente.
La princesa miro a la doncella de compañia del niño, pero la joven solo movio un poco su cabea en forma de negacion para que la princesa no dijera nada con respecto al cabello del niño.
- ¿Aeron te ha peinado? -Preguntó mientras trataba de arreglar su cabello con alguna crema, Lucien negó solo, sin dar sorpresas, pero dedujo que al estar tan pendiente de la salud del niño, su cabello era lo último en que preocupa.
Grace no dijo nada más, simplemente peino su cabello, atándolo en una coleta para que no le molestara el rostro, algo que Lucien agradeció, quería cortarse el cabello, pero le daba mucha flojera hacerlo, incluso cuando quería pedírselo a la sirviente que siempre se lo cortaba, olvidaba hacerlo y simplemente lo aplazaba.
Cuando las dos mujeres lo ayudaron a pararse para sentarse un rato en el sofá, alguien tocó a la puerta, cuando Lucien dio el permiso de entrar, Jarrel apareció, la cara decía todo, y ninguno de los dos tuvo que pedir alguna explicación, Verner Thorne había llegado.
- Antes de que este circo empiece quiero que le des esto a mi hermano - Jaden le entregó una bolsita a Aeron, ambos caminaban por los pasillos ajetreados del palacio, sirvientes corrían de un lugar a otro, preparando todo para el reclamo que se haría en unas horas.
Apenas la noticia de la llegada de Verner Thorne paso por sus oídos, fue en busca de su cuñado, encontrándolo en el campo de entrenamiento, teniendo un duelo bastante duro contra Linus, este apenas vio al príncipe demonio detubo la pelea, ambos se vieron fijamente a los ojos por un lapso corto de tiempo, aceptando mutuamente la presencia del otro de forma cautelosa, Jaden no confiaba completamente en el caballero, y Linus aun odiaba considerablemente al príncipe solo por pedir la mano de su prometida sin saber si estaba comprometida, por lo que su relación era de una paz lejana, entre más alejado del otro, mejor.
Aeron espero que ambos hiciera el ritual de aceptación mutua como siempre lo hacían, cuando se terminó, le cuestiono a su cuñado su presencia en el lugar, ya que las únicas veces que Jaden entrenaba en el palacio era cuando hacía de su compañero, o cuando simplemente quería torturar un poco a Liam.
La respuesta a su pregunta no le gustó para nada, lo último que Lucien necesitaba en ese momento era un reclamo por su herencia, era como si Verner lo supiera y se aprovechará de esto.
Cuñado y hermano se apresuraron a ir cada uno por su lado, Jaden en busca de su mellizo y Aeron en busca de su pareja, y siendo el camino casi el mismo, tuvieron una conversación un poco tensa en el transcurso.
- ¿Qué es? - Abrió la bolsita, encontrándose con lo que parecía ser un revoltijo de plantas secas y picadas, al ver esto miró a su cuñado, cuestionándolo en silencio.
- Prepara todo el contenido con agua caliente y haz que lo olfatee, no es para ingerir. - Explicó sin dar más detalles, Aeron sabía que solo eso conseguiría de su cuñado, pero confiaba en el hombre cuando el tema era Lucien, pues para nadie era novedad que aunque Jaden era un hermano estricto y algo distante, por debajo de Darren, también era el tipo de hermano que mataba por su familia, y para nadie era novedad que cuando los ojos del joven thorne miraban al niño de cabellos rizados o escuchaba su risa, Jaden dejaba caer su mascara de frialdasd.
Después de eso los dos se separaron, y no le tomó mucho tiempo llegar a su destino, pero sí tuvo que poner todo de sí mismo para no reírse ante la escena que presenció al entrar en sus aposentos.
La agonía de Liam siempre era su felicidad más grande.
- Nunca lograré entenderte, si te digo que estas gordo, te enojas, si te digo que ya estás delgado, te enojas, todo te enoja. - Su alegato era causado únicamente por sus ganas de molestar, porque el agarre que tenía Lucien sobre su cabello no era para nada fuerte, el niño apenas podía mantenerse parado, así que no utilizaba nada de fuerza física para jalar sus cabellos.
- Insinuaste que estaba gordo. - Le reprocho, sin estar verdaderamente enojado, solo quería mantener su cabeza centrada en algo que no fuese el reclamo del hermano de su abuelo, agradece que su cuñado le siguiera el juego, quejándose cuando no sentía nada.
- Lo hace a propósito. - Grace fue la primera en notar la presencia de Aeron, quien asintió ante lo dicho, conociendo a su hermano mayor y sus extraños métodos de animar a las personas.
- Aeron. - Lucien apenas noto a su esposo, soltó a su cuñado, Aeron fue a él sabiendo que era mejor que Lucien no caminara mucho, abrazó su cuerpo al mismo tiempo que besaba su frente, dándole mimos al menor.
Grace sonrió y Liam hizo una mueca ante las escena de amor, ignorando que él era peor con Alyssa.
- Los dejamos solos, debemos prepararnos, vamos, hermanito - Grace habló mientras se paraba de su asiento, mirando a su hermano mayor, quien con una sonrisa asintió.
- Por supuesto, hermanita. -Estiró su mano y Grace la tomó, ambos saliendo de la habitación como si no quisieran escapar de las muestras de afecto de la pareja, Aeron y Lucien rieron cuando la puerta se cerró.
- Creo que no saben disimular - Entre más risas Lucien fue ayudado por Aeron a sentarse, este beso su cabeza antes de ir por un poco de agua caliente para preparar la infusión de hierbas que su cuñado le entregó.
Por suerte, siempre había agua caliente para el príncipe más pequeño, los sirvientes tenían la orden de mantener en la habitación un poco de agua, tanto fría, como caliente, esto a los repentinos cambios de temperatura que a Lucien le daba de repente, solo pensar en eso le daba dolor de cabeza a Aeron, deseaba que Lucien tuviera un embarazo sano, pero ese no era el caso y solo podía sentirse frustrado por ello.
- Toma. -Le entregó la taza con la infusión al contrario- Huélelo. -Ordenó tocando la nariz de su esposo, quien hizo una mueca ante el horrible olor, pero no cuestiono o se opuso, simplemente se llevó la taza a la nariz y empezó a inhalar el espantoso olor- ¿Te cambiaste? -La pregunta no era en sí para que le respondiera, pero Lucerys lo hizo con un suave movimiento de cabeza- Aún estás a tiempo de quedarte aquí, descansando. - De forma inconsciente su mano subió a la cabeza del otro, peinando lo que ya estaba peinado, simplemente sus dedos queriendo tocar el cabello oscuro que tanto amaba.
- Iré, estaré presente cuando Verner haga su discurso de odio hacia mi, al menos debo tener la valentia de verlo a la cara. No hay nadie que me defienda, mi madre esta muerta o eso creo, mi padre me odia, mi madrastra igual, mis abuelos pueden defenderme pero si mi abuela lo hace sera una burla ante la corte, tu, puedes defenderme pero la corte te recordara que eres solo un principe y que seras un rey consorte. Entonces estare presente, solo haré eso, no quiero llorar en frente de toda la corte. - Su voz sonaba más fuerte, y no la pausada y débil voz que solo podía usar con su debilidad actual, Aeron no sabía si era por la infusión o por la valentía de su pequeño haciéndose notar.
- No eres un llorón. -Su mano bajó otra vez al rostro de su esposo pellizcando una de sus mejillas, Lucien no se movió al tener otra vez la taza pegada a su nariz, pero quería buscar más contacto físico con su esposo, aunque este pareció entenderlo, ya que el pellizco se volvió una tierna caricia.
- No lo soy, pero tus hijos me hace llorar cada vez que siente que alguien me insulta, son iguales de manipuladores que tú. - Aeron no sabía porque era regañado, Lucien tampoco sabía porque lo regañaba, pero ninguno reaccionó ante aquello, bueno, el platino sonrió ante la comparación con sus hijos no nacidos, sintiéndose ya un padre orgulloso.
- Solo quieren que papá le corte la cabeza a quien te moleste. -Inclinó su cuerpo para besar la mejilla de su esposo- Huele horrible. - Lucien rio ante el comentario antes de alejar la taza y unir sus labios con los de Aeron, los dos compartiendo un beso lento y suave.
- Y su mama no va a permitir eso, solo le enseñaras cosas horribles a mi pequeño Aerys y a mi pequeña Daella . - Esta vez fue él quien pellizco la mejilla de su esposo, dándole un pequeño beso antes de volver a soportar el horrible olor de la infusión.
- ¿Aerys? ¿Daella? -preguntó mientras se erguía y su mano volvía a buscar el cuerpo contrario, esta vez volviendo a su cabello.
- El nombre Aerys lo eligio Leysa, a mi me gusto, y Daella, le pregunte a tu madre, ella dijo que le hubiese gustado tener otra niña y que si la hubiese tenido la hubiese nombrado Daella en honor a tu abuela ¿Qué te parece? - Lucien alzó su cabeza para mirarlo a los ojos, emocionado por los nombres que había escogido para sus hijos, el nombre que habia elegido Leysa le fascinaba, pero con el nombre de niña no sabia que hacer, asi que recurrio a su suegra, luego de escuchar las palabras de la reina decidio nombrar a su hija Daella, la reina estaba mas que feliz con los nombres de sus futuros nietos.
Aeron miro la emoción y el brillo en los ojos de su pequeño esposo, aquellos ojitos verdes que habían estado apagados en esos días, y simplemente no pudo decirle que no, tampoco quería decirle no, porque los nombres también le gustaban, Aerys y Daella Delroy, sonaba tan hermosos como poderosos.
- Si no te gustan, podemos pensar en otra opción, alfa - el niño sonrió un poco temeroso al pensar que a su esposo no podría gustarle.
- Es perfecto. - Le mostró una sonrisa tranquila a Lucien, haciéndole entender que hablaba en serio, el niño lo captó, y su rostro se iluminó aún más.
Volvieron a darse un beso, aunque esta vez el doble de apasionado.
- No me gusta esto. - Jarrel gruñó mirando a quienes acompañaban a Verner, su tío abuelo se veía muy confiado, demasiado para su gusto, habían más Thorne acompañándolo en esa locura, como si ya no se sintiera lo suficiente traicionada por su casa.
Odiaba la forma que señalan a su hermano por no tener las características físicas de un Throne por no parecerse a su tío Anthony, pero él que realmente lo quiso como un hijo, fue su difunto tio, Maximilian Thorne, que aunque Luke no fue su hijo de sangre, lo era de crianza y corazón, porque su tío lo amo como propio, y sus abuelos hacían lo mismo, incluso su abuela Eliza, quien era la que menos lo demostraba, siempre estaba cuidándolo y se preocupaba por él, su presencia en el salón era una de las tantas pruebas que habían y por si fuese poco, Byron Thorne, quien no había podido deshacerse de sus obligaciones, estaba allí, junto a su esposa, mirando a su hermano con desaprobación, pero Verner lo ignoraba, o por lo menos trataba de hacerlo, ya que no era fácil no sentir la agria mirada del señor de las mareas sobre él, disgustado por lo que le estaba haciendo a su nieto y heredero.
Porque para él, su único y legítimo heredero era Lucien Thorne.
Pero muchos en la Corte, no estaba de acuerdo, incluso Amara y Anthony quienes por alguna razón desconocida estaban en el Salón, estaban en desacuerdo con que Lucien sea heredero de Edoril, para ellos y para miembros de la corte, Darren, debía ser quien sea el futuro señor de las mareas. Pero había algo, que la Corte y Anthony no sabían, Eliza y Byron, tenían una razón para evitar que su "Nieto" mayor sea el futuro señor de Edoril; Darren, no lleva la sangre Thorne corriendo por sus venas.
Pero sobre todo había algo que la Corte desconocía, y es que Amara Aldmin era algo más que la madrastra del niño; su tia.
- Calma, todo saldrá bien. - Jaden le susurro a su hermano cuando lo sintió tenso, una de sus manos le dio un pequeño toque al hombro de Jarrel, demostrando su apoyo emocional, provocando que su enojo se esfumara y solo asentir agradeciendo su apoyo en silencio.
- Hay lazos que arreglar después de este circo - Eliza susurro al ver a sus nietos, los cuales habían permanecido lo más alejados posibles de ellos.
Eliza solo le pedía a los dioses una oportunidad para arreglar los lazos rotos con sus otros nietos. Con Darren, a el niño que había visto crecer y amado a pesar de no ser de su sangre, lo había perdido y había fallado en protegerlo de la familia Aldmin y la influencia que tenía la familia Kouchner en ella. Con Lucien fue distinto, a ese niño, lo amo, cuido y protegió como jamás había protegido a nadie, fue por esa razón y por la culpa que sentían que lo nombraron heredero.
- Yo espero que no sea un funeral. - Byron no miró a su esposa cuando ésta giró su cabeza para verlo, él estaba muy atento a como Jaden y Liam parecían querer sacar sus espadas y matar a Verner antes de que el reclamo empiece.
Otra persona que se daba cuenta de las intenciones de los príncipes era la reina, Amelia, la mujer le daba pequeñas, pero severas miradas a los dos jóvenes alfas, mandandoles una clara señal de que debían contenerse, llos jóvenes suspiraron al mismo tiempo al ver que la reina estaba pálida y cansada, la reina no había podido dormir bien en esos días, muy ocupada por los preparativos de la boda de Leysa y angustiada por la salud de su yerno, sentía que se iba a desplomar en cualquier momento y aquella situación solo empeoraba las cosas.
Cuando Bernard Kouchner hizo acto de presencia todos los presentes lo miraron, la mayoría no de buena forma, los demás con el respeto que deben tener por la mano del rey, y había una persona que solo pudo sonreír de medio lado, mirando como una serpiente a su presa, y sí, a Liam no le importaba ser muy obvio.
Los únicos que faltaban eran Lucien y Aeron, algo raro, pero la mayoría lo atribuye a la delicada salud del primero, y al parecer a Bernard le alegró su ausencia, ya que al ver entre la multitud y no encontrarlos, su sonrisa se ensanchó.
Aunque esta rápidamente se borro cuando las puertas se abrieron y su sobrino, junto al esposo de este, aparecieron, Lucien se sostenía del brazo de Aeron para caminar con mayor estabilidad, pero su semblante era muy diferente a como se encontraba hace unas horas, su rostro tenía mayor color y su caminar era tranquilo, no había mareos y poco energía para siquiera sostenerse sobre sí mismo.
Bernard endureció aún más su rostro cuando Lucien lo miró y sonrió con burla hacia él, misma sonrisa fue dada a Verner, quien frunció el ceño, pero el niño simplemente lo miró fijamente y con el mentón levemente alzado, desafiando aún cuando en su estado, poco o nada podía hacerle, pero la mirada igual de dura y agresiva que Aeron le dio a los dos hombres fue suficiente para que apretaran los labios por el momento.
Los dos se pararon junto a su familia, Lucien rápidamente cambió de brazo para sostenerse, sonriéndole tiernamente a la reina para decirle que estaba bien, Amelia por su parte acarició la mano del niño, sintiéndose más tranquila con él allí, en un lugar en donde podía mirarlo y protegerlo, siguiendo el ejemplo de su esposo, Aeron apretó la mano de su madre antes de volver a su típica posición, su brazos detrás de su espalda mientras se paraba atrás de Lucien, mirando a todos con la suficiente advertencia en su rostro, Amelia le sonrió a su hijo menor antes de que Lucien tomara su mano, notando el estado la reina y recostando su cabeza en su hombro por una fracción de segundos, cuando el joven dio un vistazo más al lugar se encontró con sus abuelos, quienes lo saludaron en silencio, animando aún más al niño. Por otro lado, su "padre" y "madre" lo miraban con odio y resentimiento, pero la mirada que lo logró afectar fue la de su hermano, Darren al principio lo miro con orgullo pero después vio como la madre de este le susurro algo al oido y la mirada del alfa fue reemplazada por una de odio.
Los únicos que no estaban del todo contentos con la inesperada recuperación de Lucien no solo eran Verner y Bernard, en silencio y comunicándose con una mirada cómplice, Liam y Jaden sintieron su sangre arder.
La hierba que Jaden le entregó a Aeron había hecho efecto en Lucien, y eso solo significaba que su mala salud era causada por un tercero, alguien estaba envenenando al niño y no de la mejor manera.
Liam miró a su tio con todo el odio que podía tener, si alguna vez sintió cariño por su tio, ya no podía hacerlo, ya no era correcto y ya le daba asco al solo pensarlo.
- Debes calmarte, por favor - Liam miro a su esposa, Alyssa tomó su mano suavemente y dio pequeñas caricias, el alfa pareció rendirse y se calmo, pero eso no evitaba que se sintiera molesto.
- Cuñado - Aeron miró a su cuñado al escucharlo, estaban cerca, aunque el otro mellizo está entre ellos, pero este no les presto atención, concentrándose en Lucien, así que no vio cómo su hermano movía los ojos hacia Lucien y luego hacia Bernard, mientras que Amelia no noto como su hijo parecía querer matar a alguien.
El espectáculo empezó, Bernard dando primero la palabra a Verner, quien se paró en frente del trono de reyes y empezó su discurso de cómo su casa a reinado en los mares de Westeros, de cómo se han pasado su liderazgo a personas puras de sangre, que cada uno de los señores de Edoril eran Thorne que vivieron por el bienestar de su familia incluso en la antigua Eothnia, todo su palabrerío fue escuchado atentamente, Byron dándole la razón en ello, pero sabiendo por donde corrían las aguas y solo eso bastaba para amargarle el momento.
Cuando Verner empezó a cuestionar la legitimidad del derecho de Lucien de heredar Edoril, los mellizos y Aeron lo corregían a cada segundo, ignorando por completo cuando Bernard les decía que guardaran silencio hasta que sea su momento de hablar, pero los mellizos y el futuro rey consorte no podía hacer eso, no cuando estaban insultando a su pequeño.
A pesar de que Anthony fue el gestante, Maximilian Thorne amo al niño como propio, así que Maximilian Thorne seguiría siendo, aunque le pese a muchos, el padre biológico del niño, incluso si este en realidad no fuese el caso.
Un pequeño debate se formó entre los tres alfas y el hombre, ninguno dio su brazo a torcer, Byron solo quería que su hermano se callara antes de que lo mataran.
- Suficiente, creo que lord Verner ya nos demostró su punto, es turno del príncipe Lucien para defenderse. - Bernard miro al nombrado, su mirada reflejaba una diversión maliciosa, sabiendo que el niño no se atrevería hablar y le tocaría a alguien hacerlo, y esos tal vez serían los mellizos, y esto se vería mal, claro que lo haría, ya que Lucien era más un hombre que un niño, ya tenía 17, casi 18, estaba casado y a la espera de su segundo y tercer hijo, que no se defendiera sería perjudicial tanto para él, como para su familia y esposo.
Incluso la reina estaba dispuesta a defender al niño, pero una reina que debía dar la cara por sus hijos adultos, al estos ser inútiles para defenderse, no sería una buena gobernante, ese mismo pensamiento tenía la mitad de la corte, exactamente quienes estaban con Bernard, y los cuales esperaban el momento para empezar a atacar a los alfas, y a la reina por sobreproteger al niño de dieciséis embarazado.
Y eso mismo iban a hacer los que apoyaba al niño, no le importaba si hablaban, tampoco si se veía como una madre sobreprotectora o lo que sea que sacarían de la manga las personas que no querían al niño y a su hijo en el trono de Edoril, pero, apenas dio el primer paso, Lucien la detuvo, apretando su mano mientras él daba dos pasos más hacia delante, desatando los susurros de toda la corte y las personas presentes en ese momento, su suegra y madre de cariño lo cuestiono con la mirada, confundida y preocupada, pero él llevó una mano a su mejilla, acariciándola mientras se alejaba de ella para pararse él esta vez, frente al trono de reyes.
Sus ojos viajaron por toda su familia, sus hermanos presentes, le sonrieron y mostraron su apoyo con un asentimiento de cabeza, sintiéndose orgullosos de su pequeño hermano, sus cuñados y concuñada les mostraron enorme sonrisas, Liam guiñandole un ojo en el proceso, sorpresivamente Amelia y Jaden tenían la misma expresión en su rostro, ambos demostrando su asombro y a la vez su orgullo, en otro momento y circunstancias el niño se hubiese reído de ellos.
Cuando sus ojos pasaron por Aeron supo que todo estaría bien, que no importaba el resultado, él estaría a su lado, su sonrisa curvada hacia un lado y su mirada llena de amor se lo dejó muy claro.
Él no tenía pensando hablar, en su mente, el plan de quedarse a un lado y dejar que los demás lo defendieran por temor a fracasar, pero Lucien no era tonto, menos cobarde, sabía que ya era un adulto, que tenia 3 años de casado y su panza, la cual podía ocultarse sutilmente en su enorme ropa y su copa, pero nunca dejaría de ser lo que era, una panza que llevaba a sus niños, su vida, y por ellos debía pararse al frente y ser un hombre, ser fuerte, después de todo no era solo su herencia la que estaba en juego, sino también la de su pequeño Eirian, y si este no quería Edoril entonces la herencia pasaría a sus otros hijos.
Ignorando de una forma majestuosa la ira en Verner al mirarlo, y la acidez de Bernard al ver que cada paso que daba, el niño daba 3 más y lo arruinaba todo, río, no supo de dónde había salido eso, por supuesto que la explicación eran sus niño, quien se burlaban del tio de su padre, pero eso se lo guardó para él.
- Aunque no lo crean, tengo boca...
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