Capítulo 67

La conversación con Liam fue tan desagradable como lo era la sonrisa burlona de su hermano mayor, ¿Se suponía que debía dejar que Lucien los acompañara a un lugar potencialmente peligroso? Incluso si el mismo Aeron iba, nadie le aseguraba que nada le pasara al niño, y si, Lucien era un príncipe, sabía defenderse, pero seguía siendo un niño, Aeron sabía que su omega había estado en una guerra civil y sinceramente Aeron no quería estar detrás de él como su niñera, porque una parte de él aún no podía perdonar, no podía perdonar a Lucien, porque si lo perdonaba a él debía perdonar a la familia Thorne.

Todos sus pensamientos ignoraban que en una enorme parte de él, le angustiaba que lastimaran a su esposo, al principio empezó a protegerlo incluso de él mismo de forma inconsciente, ni siquiera iba a pensar en ello, pero ahora ideaba una y mil maneras de que Lucien nunca conociera el peligro, aun así su malestar al verlo seguía ahí, incitándolo a pelear con él y ser considerablemente cruel algunas veces.

Entró en su recámara, listo para pelear con Theo si este estaba allí presente, pero no lo estaba, solo se encontraba Lucien, quien estaba pegado en la ventana, perdido en sí mismo, desde su posición, Aeron veía todo su cuerpo recostado hacia un lado, una mano en su vientre y la otra aferrada a el marco de la pequeña ventana, Lucien no lo notaba, pero solía hacer muecas al pensar demasiado, Aeron solía verlas con diversión, pero en ese momento solo podía pensar en una cosa y era la mano que el joven omega tenía pegada a su cuerpo.

No quería parecer estúpido, él no era estúpido, pero supo ignorar todas las alertas que empezaron a sonar en su cabeza.

- ¿Vienes a seguir siendo un niño caprichoso? - No pudo evitar ladear la comisura de sus labios, el saludo que le daba su esposo era simplemente fascinante, aun así, no le contesto, solo lo miro fijamente mientras empezaba a desvestirse, aquello siempre lograba ahuyentar al niño, esta vez no fue diferente, Lucien rápidamente le gruño y corrió a bañarse.

- ¿Quién es el niño? -Susurro soltando una leve risa, ni siquiera siguió quitándose la ropa, dejando su camisa vagamente abotonada y simplemente se sentó en un sillón, agarrando el libro que actualmente estaba leyendo y continuando su lectura, esperando que Lucien terminara de limpiarse para hacerlo él también.

Aunque le tomó más tiempo del normal, Lucien apareció con su ropa de cama, cabello un poco húmedo y rostro soñoliento, Aeron tuvo que poner todo de su parte para no ir con su esposo, secarle el cabello y de paso quitarle el camisón blanco que traía puesto y hacerle cosas no muy decentes, por suerte las criadas y y Leysa llegaron, las criadas para preparar su baño y Leysa para atender a Lucien, Lucien saludo a las tres mujeres con una sonrisa.

- Mi principe - Leysa se acercó a él y dejó un beso en la mejilla de Lucien antes de comenzar a ayudarlo con su cabello.

Aeron pudo notar como las demás sirvientas miraban con recelo a la joven conquista de Linus, los celos de las sirvientas hacia la joven eran notables, todos odiaban a Leysa por el simple hecho de tener el cariño de ambos principes, Aeron sonrió divertido.

Desde su lugar, vio con detalle cómo Lucien casi se dormía mientras su cabello era secado y peinado, el príncipe le agradeció a Leysa por su ayuda, Leysa dejó un beso en su mejilla y le dio una sonrisa a Aeron antes de ir con Eirian. Luke le sonrió a su doncella antes de meterse a la cama, no miro a Aeron, eso significaba que estaba molesto con él, y el platinado no pudo evitar reír, su pequeño esposo era tan adorable cuando se enojaba.

El principe albino tomó una ducha rápida, mañana debía levantarse temprano para preparar su viaje, y de paso lograr que Lucien no los acompañara, aunque dudaba de poder lograrlo, ya estaba más que claro que sus órdenes no tenían mucho peso en el joven omega, también debía de admitir que si sus sospechas eran ciertas, era mejor que estuviera al lado de Lucien, no obstante no quiso pensar en ello, aún no se sentía preparado para digerir por completo la posible noticia.

Aunque, tener algo suyo, alguien suyo, era simplemente algo hermoso. Eirian era su hijo, le habían dado su apellido, y lo estaban criando, si, pero lo único que podía llamar propio era su esposo y el pequeño, su marido, la persona que estaba unido a él hasta la muerte, pero Lucien no se doblegaba y se entregaba por completo ante él, y eso le gustaba, le atraía, pero siempre quiso algo que solo le perteneciera porque sí, porque era su derecho y su destino.

Tener un hijo era tan fascinante como aterrador.

Cuando un nuevo dia llegó, también llegó un nuevo problema, y este no estaba muy feliz, apenas llegaron al comedor para el desayuno, los dos al mismo tiempo, pero entre un silencio complicado, ambos teniendo sus debates internos, la reina, Amelia, los miro a cada uno como solo una madre podía hacerlo, regañándolos por las cosas que saben que hicieron mal, pero sin decirlo en voz alta.

Para Aeron las reuniones para comer, solo eran un recurso en donde su familia trataba de convivir y tratar de ser lo más normal, y funcional posible, la mayoría de las veces solo comía, ignorando la mayoría de las cosas que pasaban, pero ese desayuno era diferente y no solo porque Liam estaba tratando de acabar con la paciencia de Theo, sino que todo era demasiado tenso.

Bernard trataba de no hablar, pero su dura mirada estaba en Amelia, quien lo ignoraba por completo mientras se centraba en Lucien, Grace también estaba pendiente del menor, y parecía más alegre que otros días, Theo quería entender lo que pasaba con las mujeres, pero era imposible concentrarse en algo que no fueran los susurros de Liam, los niños estaban jugando, aunque Eirian no estaba muy feliz de que sus padres se fueran, pero el niño entendía y a cambio el niño pidió muchos regalos para cuando volvieran.

- Come más, si vas a viajar debes estar muy sano - Aeron y Liam se miraron cuando su madre, con una voz autoritaria, pero dulce, le habló a Lucien, quien a regañadientes se llevó otro bocado de comida a la boca.

Los hermanos se sintieron un poco ofendidos, su madre nunca les había dicho algo parecido cuando iban a viajar, la mujer trataba de no tocar mucho ese tema, ya que no entendía o no quería entender su importancia, pero ahí estaba, siendo maternalmente protectora con Lucien, quien alguna vez fue blanco de su odio cegador.

- El descaro, la traición - Liam hizo una mueca al susurrar aquello, fingiendo estar dolido.

- ¿Sí irá él con ustedes? - Bernard interrumpió la indignación de sus nietos, mirando al mayor y a Lucien, en su rostro se demostraba su descontento por el tema.

- Claro tío, él ya empaco - Dicho lo último volteo su cabeza para mirar a Lucien, quien no respondió a la pregunta de la mano del rey, su atención estaba en Aeron.

La expresión de Aeron delataba su disgusto, pero no abrió la boca para oponerse, y eso solo hizo que Daemon volviera a soltar una risa burlona y con el rostro iluminado por su entretenimiento, habló.

- Nos iremos cuando el sol esté en su punto más alto, el viaje durará un día o más, así que traten de descansar. -Miro a sus sobrinos y a sus hijos, los cuatro asintieron, entendiendo la orden.

Cuando el desayuno termino, las dos mujeres se robaron a Lucien, arrastrándolo hacia los jardines mientras hablaban del viaje, Amelia entendía el porqué su yerno debía ir, pero su preocupación la estaba agotando, al menos Liam iría, y por lo que Lucien les contó, su hijo ya sabía sobre el embarazo, así que el joven tendría un aliado en ese tema.

Trato de darle todos los consejos que sabía sobre el periodo de embarazo, todo a base de su experiencia, aunque las condiciones eran diferentes ya que Lucien era un hombre y su embarazo era extra especial, pero aprecio las intenciones de su suegra, incluso su cuñada le dio un consejo, pero fue demasiado extraño.

- La nieve une a las bestias. - Tanto Lucien, como Amelia parpadearon con confusión ante lo dicho por Grace, pero ella no explicó y simplemente sacó un pañuelo- Lo hice para ellos - Le entregó la tela a su cuñado, quien le agradeció mientras la recibía.

Era un pañuelo azul muy similar al tono del mar, con el símbolo tejido de la casa Delroy, pero este no era rojo, sino verde y marrón, su madre lo miró con curiosidad, era la primera vez que veía el símbolo de la casa de su esposo en ese color, por su parte Lucien sonrió, sintiéndose feliz por el regalo.

- Los bebés serán muy fuertes, así que no debes preocuparte - Le dio una palmadita en el hombro a su cuñado, este ladeo la cabeza, confundido y curioso por las palabras de su cuñada.

- ¿Bebes? ¿Fuertes? - Su cuñada se refería a su bebe como si fueran más, a pesar de que apenas cumpliera los 2 meses de embarazo y había que esperar a que naciera para saber que era.

Lucien sabía que Grace a veces decía cosas sin sentido, algunas a veces se volvían realidad, la princesa tenía "predicciónes" algo locas que al momento de decirlas parecían incoherencias.

- Tienes más de un bebé - Toco el vientre plano de su cuñado, quien sintió algo cálido en la zona que fue tocada.

- Aún no se puede saber, cariño, hay que esperar el parto - Amelia trató de explicarle, pero su hija negó, su sonrisa no cabía en su rostro y su mano seguía en el vientre de Lucie.

- Yo los vi, la vi, lo ví serán hermosos -Afirmó, sus ojos brillaban con emoción, Lucien la siguió, sintiendo que lo que decía era cierto, que su hijo en realidad era una hija, y un niño, una niña, su niña, un niño, su niño.

Se preguntó si Aeron llegaría a verlos del modo que él lo hacía.

Lucien quería quedarse más tiempo en los jardines, al lado de su cuñada y su suegra, pero debía prepararse para viajar, aun así las dos mujeres lo siguieron, ayudando a empacar las pertenencias que llevaría, Amelia tomó el lugar de Katherine en este tema, buscando ropa que lo abrigara, el invierno ya había llegado al Norte, así que tenía que llevar ropa abrigada, también empacó la receta de su médicamente, Lucie no sabía que ese papel tenía incluido una nota de la reina, en donde exigía que preparan una dieta diferente para el príncipe, Grace fue hacia el closet de su hermano y sacó una de sus camisetas, en silencio la guardó en el equipaje de su cuñado.

- Te ayudará mucho. -Aquella fue su vana explicación, Lucien no tenía el corazón para decirle que era innecesario, así que solo asintió y forzó una sonrisa, su tía, tan ella como siempre, se la devolvió el doble de grande.

- Mamá - Eirian entró a la habitación con flores en su mano y una gran sonrisa.

- Mi dulce niño - Eirian se acercó a su madre y ayudó a Lucien a sentarse, tanto Amelia como su hija miraron al niño atentamente.

Eirian le extendió las flores a Lucien, el príncipe sonrió y dejó un beso en la frente de su niño.

- ¿Volveras mama? - Lucien asintió.

- Volveré mi dulce niño.

- ¿Cuando tu vuelvas, mi hermanito vendrá contigo? - la pregunta de Eirian sorprendió a todos en la habitación y se sorprendieron aún más cuando Eirian puso su manito en el vientre plano de Luke.

- Eirian tu....

- ¿Estas embarazado mamá? - Los ojos de Lucien se llenaron de lágrimas ante la inocente pregunta de su niño.

- Si mi niño - los ojos del niño se iluminaron y comenzó a saltar de alegría, Amelia y Grace rieron ante la felicidad del niño.

- ¡Tendre un hermanito! ¡Tendre un hermanito! - exclamó el niño feliz y se abalanzó hacia su madre llenando su rostro de besos.

- Eirian ten cuidado - advirtió Amelia con voz dulce. El niño rápidamente se alejo de su madre.

- ¿Te hize daño mami? ¿Le hize daño a mi hermanito? - pregunto el niño asustado tocando el vientre plano de su madre.

- No, mi dulce niño. Estamos bien - Luke dejó un beso en la frente de su niño - Eirian debes prometerme algo - Luke tomó las manos de su niño dejando un beso en ellas.

- ¿Que cosa mami?

- No debes decirle nada a tu padre, ni a nadie ¿Si? - el niño lo miro confundido.

Amelia suspiro al escuchar las palabras de su yerno, sabía que Eirian tenía mucha complicidad con Luke, el niño le era leal a su madre como también lo era con Aeron, Amelia sabía que si su hijo comenzaba a tener sospechas y le preguntaba a Eirian, este no se atrevería a mentir, tal vez al principio diga que no sabe, pero luego le diría la verdad

- Lucien - Amelia intento acercarse a su yerno, pero la mirada de suplica del niño la detuvo.

- Por favor mi niño, por favor no le digas - Eirian asintió, no le gustaba ver a su madre triste, el niño sonrió y dejó un beso en la frente de su madre.

- Te amo mamá, a ti y a mi hermanito - Dijo el niño abrazandolo

- También te amo mi dulce niño.

Cuando solo faltaban un par de horas para su partida, se despidió de sus acompañantes y fue a buscar a su hermano. Por más que haya tenido problemas con Darren, él era su hermano, si, Darren había engañado a Grace y no había nada que lo justificara, pero Darren era su hermano, por más errores que ambos hayan cometido, la sangre era más fuerte.

Lucien le iba a decir la verdad, tenía que hacerlo, Darren era su hermano mayor, una de sus zonas de confort, por más peleas que hayan tenido y sin importar que se hayan distanciado, deseaba que su madre estuviera allí con él, abrazándolo y dándole sus consejos dulces, pero Valérie estaba lejos, encerrada en donde sabe quien y Darren a solo unas habitaciones de distancia, debía decirle que sería tío y pedirle su ayuda.

Lucien soltó un suspiro al estar frente las puertas de los aposentos de su hermano. La madre de este, Amara, jamás lo había querido, siempre lo había maltratado y humillado, si Lucien tenía un lugar seguro en la casa de su padre, era su hermano. Tal vez su relación con Darren no era la mejor, pero Darren aunque sea en la distancia lo quería. Lucien dio dos golpes en la puerta y cuando su hermano le dio permiso de pasar, lo encontró empacando, el equipaje estaba todo mal ordenado, Lucien también noo que su rostro demostraba un agotamiento impropio de él.

- Es mi Abuela, quiere que tome el té con ella mañana y viva con ella por un tiempo - No le había pedido explicaciones, pero Darren se las dio, tratando de desahogarse de su malestar, el cual tenía nombre y apellido, Lucien soltó una linda y divertida risa, mostrando sus dientes y haciendo que sus ojos se volvieran pequeñas medias lunas.

La imagen lleno de paz al mayor.

- Debes admitir que aunque sea más molesto, la quieres, heredaras el valle algún día y necesitarás todo el apoyo - Tenía razón, su hermanito tenía toda la maldita razón, prefería mil veces que su abuela lo llamara y le enseñara las cosas del Valle y como adminustrarlo que seguir los consejos de su madre y abuelo sobre tomar el trono de Edoril.

- Lo admito, prefiero tomar el te con mi abuela, pero es igual de agotador -Resopló antes de cruzar sus piernas y sonreírle a su hermanito- ¿Listo para el viaje? - Lucien asintió mientras se sentaba a su lado, la cama se hundió más y lo noto aún más cuando empezó a sentir unas fuertes ganas de vomitar- ¿Pasa algo? - Negó moviendo la cabeza, pero apenas lo hizo sintió que todo se subía.

No tuvo más opción que correr al baño, Darren lo siguió, y después de que calmara sus arcadas, dando suaves masajes a su espalda, el mayor lavo su boca con paciencia y lo ayudó a acostarse en la cama, quitándole el calzado para que estuviera más cómodo, el rostro pálido de su hermano hizo que formara una mueca en su rostro.

Los ojos verdes de su hermano lo miraron, diciendo más que mil palabras juntas, Darren tuvo varios recuerdos de Grace vomitando en sus embarazos, él estuvo presente en muchos de esos momentos, siempre tratando de consolarla después de cada descarga, acompañando a Amelia y a las doncellas cuando estos estuvieron pendientes de su esposa, cada uno en su momento, Lucien era muy similar a su esposa en muchos sentidos, uno de ellos eran la forma en la que sus rostros palidecen después de un vómito causado por un bebé, su palidez desaparece de la misma forma, dejando unas mejillas sonrojadas como resultado final.

- Si sale con el rostro de Aeron tendré varios conflictos - Lucien no se esperaba aquello, su risa de alivio lo delataba, agarró la mano de Darren y la llevó a su vientre, procesando todo en su mente.

- Amaras a este bebé aunque sea una copia de Aeron -Afirmó sin soltar la mano de su hermano, quien asintió, no podía objetar, sería tío, su hermanito tendría un bebé, solo eso importaba.

- Pero si es una niña prefiero que tenga tu cara, sería hermosa y a Aeron le llegaría el karma.

Pero no pudo disfrutar mucho del momento, su mente rápidamente viajó hacia el futuro, imaginando a una doncella parecida a él, a su lado estaba Aeron, celándola de todos y de todo, aquella imagen provocó que su sonrisa se ampliara, deseaba tanto que aquel fuese su verdadero futuro, uno en donde sería su princesa consentida y el tesoro intocable de Aeron.

Quería seguir soñando con eso, pero las náuseas aparecieron de nuevo, y con ellas un fuerte dolor de cabeza, así que cerró sus ojos para aliviarlo un poco, sin notar cuando se había quedado dormido.

Darren lo observó en silencio, apartó su mano del cuerpo contrario cuando estuvo seguro que su hermano dormía, lo arropo y beso su cabeza como su madre solía hacer con él cuando era más joven.

Con la imagen de su madre en su cabeza, busco papel y tinta, enviará un cuervo a su madre, tenía la sospecha de que algo sucedería cuando Lucien volviera del Norte.

Solo esperaba que su corazonada no tuviera nada que ver con que Lucien mantuviera su embarazo en secreto, tampoco esperaba que sus pesadillas se volvieran realidad.

- No sabes las noches que pase deseando que mi madre te quisiera, no sabes las noches que pase deseando que realmente fueras mi hermano y no el hijo de mi tía - Darren acarició el cabello de su hermanito - Perdoname Luke, perdoname por no ser el hermano que realmente te mereces.

El sanador Atkins reabrió la herida en la brazo de la joven, dejando que un cuenco se llenará de sangre. El sanador había atendido a muchas personas y todas lloraban, lo maldecian o a veces gritaban. Pero Alyssa era diferente, ella no lloraba, no lo maldecia ni tampoco le gritaba, ella solo se perdia mirando a través del cristal o simplemente cerraba sus ojos, haciendo una que otra mueca.

Cuando la sangre suficiente término de caer, el sanador vio como el rostro de la joven palideció incluso sus labios estaban morados, Alyssa abrió sus ojos y vio su herida ser vendada y curada.

- Gracias sanador Atkins - el sanador miro a la joven, en su tono de vos había agradecimiento pero en su mirada había dolor.

- Princesa, debo de hacerle una pregunta - Alyssa asintió - ¿Ha tenido intimidad con el príncipe heredero? - ella negó.

- Desde que me casé, no he tenido intimidad con mi esposo ¿Eso esta mal sanador? - pregunto la joven y el sanador suspiro.

- Le dire la verdad, Alteza. Las mujeres sobretodo siendo omegas es mejor que tengan intimidad con su pareja y más si es un príncipe heredero, en el caso del príncipe Liam, es mejor traer a un heredero - admito el sanador - Pero en su caso alteza, si usted llegara a tener intimidad con su alteza, es mejor que evite que él la marque y que plante su semilla en usted - advirtió el sanador.

- ¿Por que?

- Porque aún hay veneno en su cuerpo, alteza. Si usted quedará en cinta deberá dejar de tomar la medicina y eso...- el sanador no se atrevió a seguir.

- Me mataría - completo la oración del sanador y este asintió - Si mi esposa me marca ¿Él sentiría mi dolor? - el sanador volvio a asentir.

- Lo haría princesa y eso los mataría a ambos, a usted en vida y al le rompería el corazón.

- ¿Aun que no haya amor? - inquirió

- No importa sino hay amor, si un alfa reclama a su omega, estos harán todo por ella o él, si el príncipe Liam la reclama como su compañera destinada, y si usted llegara a morir, a él le rompería su corazón, pues su alfa interno moriría y si el príncipe no llegase a ser capaz de soportar el olor, también moriría - Confesó el sanador sorprendiendo a la joven.

El sanador término de vendar la herida de la joven y guardo sus cosas, Alyssa le sonrió en forma de agradecimiento y despidio al sanador. Sienna y Zehra prepararon el baño para Alyssa y la ayudaron a levantarse, la joven se tambaleo un poco por la pérdida de sangre y fue ayudada a llegar al baño. Alyssa hizo todo su intento para no caerse mientras sus doncellas la ayudaba a desvestirse.

La joven soltó un suspiro cuando sintió el agua caliente tocar su cuerpo, pero hizo una mueca de dolor cuando el agua tocó la herida en su brazo al sentir el ardor.

- Estoy bien - aseguró Alyssa al ver que sus doncellas querían acercarse. - Déjenme sola un momento - pidió y las doncellas asintieron.

Alyssa cerro sus ojos disfrutando del baño, el agua tenía olor a rosas y había pétalos y espumas esparcidos por la bañera, era en esos íntimos momento en donde la joven disfrutaba, sin tener que recordar el veneno en su cuerpo que la estaba matando o incluso el dolor que sentía.

- ¿Disfrutando del baño, esposa? - Alyssa abrió sus ojos al oir la voz de Liam, el príncipe estaba apoyada en el marco de la puerta con los brazos cruzados.

- ¿No debería estar preparando sus cosas para mañana, alteza? - pregunto la joven apoyando sus brazos en la bañera para ocultar la cortada en el.

- Alteza, alteza ¿Es la única manera en la que me llamaras? - cuestióno el principe acercándose hasta ella.

Alyssa mordió su labio sin saber que responder ni como actuar ante la cercanía de su esposo, la joven intento retroceder pero Liam agarro la mano de su esposa, haciendo que esta soltara un quejido de dolor. Liam agarro el brazo de su esposa mirando la pequeña cortada en ella, no era grande, pero si era lo suficientemente profunda para sacarle sangre.

- ¿Que es esto? - pregunto Liam mirando la herida de su esposa.

- No es nada - ella alejo su brazo e intento sonreírle, Liam fruncio el ceño no creía que nada sucedía. - ¿Partiras mañana? - pregunto en un susurro y Liam asintió.

- No se cuando volveré ¿Estaras bien? - pregunto acercándose a ella, sus rostros estaban a solo un centimetro de distancia.

- Mientras vuelvas pronto - susurro en respuesta - Liam...- antes de que la joven dijera algo más sintió los labios de su esposo sobre los suyos.

Sus labios bajaron hasta su cuello y comenzó a repartir besos en el, luego beso su hombro, desanudando la piel se esté y dejando un gasto beso allí.

«si el príncipe Liam la reclama como su compañera destinada, y si usted llegara a morir, a él le rompería su corazón»

La joven solto un gemido cuando su esposo comenzó a besar una parte específica de su cuello, sacandole gemidos pero las palabras del sanador resonaban en su mente una y otra vez.

«su alfa interno moriría y si el príncipe no llegase a ser capaz de soportar el olor, también moriría»

Alyssa se alejo de su esposo rápidamente cuando este estaba apuntó de marcarla, Liam la miro confundido.

- Vete - pidió - Vete Liam, por favor - suplico. El príncipe sonrió irónico, se sentía molesto, molesto porque su esposa lo había rechazado, molesto porque su Omega había rechazado a su alfa.

El príncipe heredero se alejo de ella y salió de la habitación dando un portazo, haciendola dar un pequeño salto del susto.

- Perdóname. Perdoname Liam.

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