Capítulo 45
Lucien miro a su esposo dormir a su lado, con Eirian en medio de ellos, el pequeño alfa de casi cinco años estaba acurrucado en los brazos del alfa más grande. El pequeño tenía su propia habitación, una habitación digna de un príncipe tal como había dicho la reina Amelia. Pero Luke aún no quería dejarlo ir, algo dentro de él le decía que si lo dejaba dormir solo, posiblemente alguien entraría por las noches y los atacaría. Luke no quería eso, Aeron lo entendió, el miedo de esa noche todavía seguía ahí, así que permitió que el niño durmiera con ellos. No era como si al alfa tan poco le gustara dormir junto al niño y a su esposo, al contrario. Amaba estar junto a su pequeña familia.
Luke miro como algunos rayos del sol entraban por la ventana de la habitación. Hoy era el día en que Astrid y William, junto a su madre, sus abuelos y Rosalie viajaban a Poniente. Pero eso no era lo que despertó al joven omega, no. Fue un golpe en la puerta provocado por un caballero del rey.
- Mi principe - fue lo primero que dijo el caballero cuando Lucien abrió la puerta.
- ¿Que necesitas? - pregunto cortes.
- El rey solicita su presencia en la Sala del Consejo - Luke frunce el ceño - Es urgente mi principe.
- ¿Te dijo por que requiere mi presencia? - pregunto Luke al soldado, antes de entrar a la habitación intentando no despertar a su familia.
- No mi principe - Luke asintió.
- Esperame aquí, me visto y te acompaño - El caballero asintió y cerró la puerta de la habitación del principe.
Luke miro a su esposo mientras reemplazaba su ropa de dormir por una para empezar el día. ¿Devia despertarlo? ¿Devia informarle a su esposo que el rey solicitaba su presencia? Luke término de vestirse y se quedó un momento allí de pie, debatiéndose en si debía despertarlo o no.
- Volveré pronto - susurro acercándose a su esposo y dejó un beso en su mejilla.
Fue nuevamente hacia la puerta y se encontró con el soldado. Cuando el soldado lo escoltó a la sala del consejo, al doblar la esquina del pasillo, Luke chocó con su sirvienta, Leysa hizo una reverencia y fruncio el ceño, aun faltaba una hora para que su señor se despertara ¿Que hacia despierto? Ella justo estaba por preparar las prendas de vestir de los príncipes y de Eirian.
- Mi principe - saludo y Luke le sonrió.
- El rey ha solicitado mi presencia, mi esposo e hijo aun siguen dormidos. Volveré cuando termine - Ella asintió y Lucien siguió su camino - Ah Leysa - el giro y la miro - Eirian quería desayunar tus famosos panecillos ¿podrias hacerlos para él? - la joven sonrió y asintió, Luke le devolvió la sonrisa.
Panecillos.
A Eirian no le gustaban los panecillos, solo a Lucien y a...el alfa. La joven volvió a mirar a su señor y antes de que este pudiera doblar la esquina del pasillo, le hizo una seña con las manos a la joven. Leysa sabia que debía informarle al alfa que su esposo había sido convocado por el rey.
La dama del príncipe se apresuró a ir hacia los aposentos de la pareja, debía informarle al principe Aeron. El consejo jamás era gentil y eso lo sabía de primera mano, había perdido a su familia por el consejo, a sus padres, a sus hermanos, su hogar, sus tierras, incluso podría decirse que hasta su vida. La intentaron vender cuando tenía seis años, sino fuera porque el principe Lucien con tan solo ocho años, dijo que quería que ella fuera su fama de compañia a pesar de que los príncipes solo podían tener acompañantes a partir de los once años.
El príncipe le había salvado la vida, él era su salvador, su hermano de corazón, su amigo, su compañero, su amo, pero también su principe.
Cuando Luke llegó a la sala del Consejo, miro a todos aquellos buitres sentados en la mesa siguiendolo con la mirada, como si él fuera un pedazo de carne al cual querían despedazar.
- Me han informado que solicito mi presencia, Majestad - A los del consejo no les pasó por desapercibido que el omega no se reverencio, directamente tomó asiento en el otro extremo de la mesa.
El rey miro al omega con el que se había casado su hijo, el no lo había llamado, por supuesto que no. Pero los rumores de la falta de un cachorro en el vientre del omega ya lo estaban volviendo loco.
- ¿Para que quería verme? - volvió a preguntar el omega al notar el silencio del rey.
- Lucien, eres joven, tienes diecisiete, tienes una vida por delante - Luke fruncio el ceño ante las palabras del alfa mayor y demacrado.
- ¿Que...?
- Aeron tiene una vida por delante, es el segundo en la línea de sucesión - Luke mordió su labio inferior - Hay muchas omegas incluso betas que anhelan la atención de mi hijo - Luke escondió sus manos bajo la mesa de piedra y comenzó a jugar con ellas - Miles de ellas morirían por una noche con mi hijo, y sobre todo por compartir su lecho y...
- Espere - Lucien detuvo las palabras del rey sorprendiendolo - Usted... ¿Quiere que mi esposo, tome una segunda esposa? - El rey miro confundido al menor. El niño le hablaba con miedo, como si temiera que las palabras del rey fueran verdaderas.
- Eres joven Luke...
- ¿Quiere que el se casé de nuevo? - el rey negó, Luke miro al consejo y estos envitaron la mirada del omega. Fue en ese momento cuando la realidad le llegó como un balde de agua fría.
- ¿Usted...quiere que el se divorcie de mi? - el rey asintió. El omega sintió su mundo derrumbarse.
- Hay muchas damas fértiles, si te divorcias de Aeron, y lo casamos con otra omega, podremos asegurar la descendencia de la familia - el omega sintió su corazón estrujarse ante esas palabras. Por esa razón lo habían llamado, por la falta de un bebé en su vientre.
El omega puso inconscientemente una mano en su estómago plano, apretando sus labios con fuerza, cuando el vago recuerdo de cuando lo apuñalaron acabando con la vida de su bebé llegó a su mente. Jamás olvidaría como protegió su vientre, como tolero los golpes, jamás olvidaría la sangre que manchaba su ropa, ni mucho menos cuando la reina le dijo que su bebé había muerto.
- ¿Quiere que se divorcie de mi, para poder casarlo con alguien más? - Volvió a preguntar el omega y el rey asintió nuevamente.
- Como todos sabemos usted no puede darle hijos al principe Aeron - Lucien miro a Bernard, la víbora codiciosa del Consejo no pudo retener su veneno por más tiempo - Es usted infértil, ni el sanador más experimentado de la capital sabe si usted podrá concebir o no, según algunos médicos su útero es claramente...- Bernard dio una pausa buscando las palabras más hirientes para decirselas al omega - Su útero está seco y...vacio.
Aquella oración había destruido por completó toda esperanza del niño, a pesar de que sabía que no debían escuchar las palabras de la serpiente codiciosa, no podía evitar sentirse de esa manera; vacío.
- Estoy seguro de que usted lo sabe perfectamente, mi Principe - Lucien lo miraba y este proseguía con su tortura - Y todo el Consejo cree que es mejor que usted deje de ser el esposo de el Principe Aero...- Bernard se quedó callado al ver a su sobrino llegar.
El alfa se acercó molesto a la mesa de aquel nido de buitres y serpientes que llamaban Consejo. No podía creer lo que esas víboras especialmente su tío le decían a su omega, quien estaba más que perdido en sus pensamientos.
Cuando Aeron desperto, solo se encontró con su hijo a su lado, si no fuera por que Leysa le había informado que el consejo y su padre, más seguro el Consejo, habían llamado a su esposo para que se reúna con ellos, seguramente las cosas se pondrían peor. Pero cuando llegó a la sala del Consejo su lobo internó no pudo evitar sentir ira al escuchar tal ridículas palabras.
- A mí y a mí esposo nos importa una mierda lo que tú y el maldito consejo quieran - Aeron tomaba a su esposo de la la mano y este lo mirába - Les dije que no se acercarán a mi esposo ni que mencionaran aquella estúpida idea sobre tomar una segunda esposa, especialmente a ti, tío - Los ojos del alfa albinos parecían estar inyectados de sangre por la furia que sentía - A la próxima te mato, Bernard - El alfa mayor trago en grueso, no por las palabras de su sobrino, sino por como las dijo.
Aeron saco a su esposo de aquel maldito y podrido nido de víboras y buitres desesperados por migajas de poder o atención. Desesperados como los perros callejeros cuando luchaban por un pedazo de carne. Lucien caminaba callado sin emitir sonido alguno, cosa que irritó y a la vez incómodo al alfa, odiaba cuando su esposo guardaba silencio, pues se había acostumbrado a su voz, amaba escuchar a su esposo hablar sin parar, querer tener su atención en cada momento, escucharlo cantar. Aeron llevo a Luke a uno de los pasillos menos habitados de la fortaleza y soltó su mano, parandose delante de él.
- Amor - Aeron miraba a su esposo y este negaba - Lucien habla - el alfa soltó un suspiro de frustración - Pequeño - Aeron levanto con cariño y suavidad el mentón de su omega encontrándose con esa mirada verde con vetas marrones que tanto amaba.
- ¿Ya lo sabias? - pregunto el omega con los ojos apuntó de cristalizarse - ¿Sabias sobre la idea de formar un harem? - el alfa asintió.
- Si.
- ¿Por que no me lo dijiste? - Luke empujó a su esposo - ¿Sabes el dolor que sentí allí dentro cuando tu padre me dijo que lo mejor era divorciarnos? - la primera lagrima bajo de la mejilla de su omega mientras este señalaba el pasillo por el que habían venido.
- Lo siento, pequeño. No quería que te alteraras, tampoco que te molestaras, en ese momento acababamos de reconciliarnos. No quería volver a perderte por las estúpidas ideas del consejo - El alfa se apoyo en la pared.
- Me dijieron que mi útero está seco y vacío - el omega mordió su labio reprimiendo un sollozo, Aeron levanto la mirada y vio los ojos lloros de su esposo, el alfa lo acerco a él y lo abrazo contra su pecho - ¿Por que los dioses me hicieron así? ¿Por que no me conceden el deseo de tener una familia contigo? - Aeron acarició el cabello de su esposo, sintiendo como sus lágrimas mojaban su camisa, pero era lo que menos le importaba.
- Tenemos una familia - le susurro Aeron sin dejar de acariciar su cabello rizado y espalda - Eirian es nuestro pequeño, él, tu y yo, nosotros tres somos una familia, una pequeña pero lo somos - Lucien levanto la cabeza del pecho de su marido y Aeron dejó un casto beso en su frente.
- Aeron...
- No importa si podemos tener un hijo o no - apartó el cabello de la frente de su esposo y acarició sus mejillas - Con Eirian es suficiente. Si te preocupa el Consejo, no vuelvas a reunirte con ellos, rechaza todas las juntas no importa quien pida verte, tu solo di que no puedes ¿Esta bien? - Luke asintió -Y si Benard o cualquier buitre del Consejo habla sobre nuestro heredero, nombraremos a Eirian.
- ¿Esta eso permitido? - pregunto el omega.
- No. Pero se que si se lo pides a tus abuelos, te complaceran. Aunque me lo niegues, amor mio. Tus abuelos darían todo por ti e irían en contra de todos solo para complacerte - Beso los labios de omega.
- Mis abuelos no me consienten - mintió el omega y el alfa levanto una ceja.
- No sirves para mentir, pequeño - el alfa se acercó al cuello del omega y comenzó a repartir besos en el.
Por instinto Luke pego su cuerpo aun más al cuerpo de su marido, con sus manos libres Aeron sostuvo la cadera de su esposo girandolo y Luke puso sus manos en la pared para sostener, Aeron se volvió a pegar al omega y movió sus caderas haciendo fricción en sus cuerpos.
Una tos falta interrumpió el acalorado momento de la pareja, Lucien se apartó rápidamente de Aeron y miro a Leysa, la joven beta, sonrió avergonzada y bajo su cabeza.
- Mis príncipes - saludo divertida, Lucien miro a su dama de compañía con el rostro rojo de la vergüenza mientras que el alfa bufo y abrazo a su esposo por la espalda apoyando su mentón entre el hombre de su esposo y el hueco de su cuello.
- ¿Que sucede, Leysa? - pregunto con la voz un poco agitada.
- La reina Eliza y el Rey Byron, solicitan su presencia en el salon para poder desayunar en familia y que su prima Astrid, viajara hoy de regreso a Poniente junto a su esposo, acompañada de su madre y hermana - Le informó la joven acercándose a los príncipes.
- Gracias por avisarme - le agradeció Luke y ella asintió, pero antes de que la joven se retirara esta bufo y miro a los príncipes.
Leysa sonrió y le pegó un manotazo a las manos de Aeron, el alfa gruño y solto a su omega. Leysa sin dejar de sonreir acomodo las ropas de los príncipes sin poder evitar soltar una que otra risilla.
- La reina Eliza, dijo que los quería presentables - bromeo la joven sonriendo aún más, antes de darse la vuelta y dejar a la pareja sola.
- Algún día la mataré - Luke miro a su esposo
- Ni se te ocurra, Leysa es mi dama de compañía desde que tenia ocho años - Aeron volteo los ojos.
Cuando Lucien estaba dispuesto a irse hacia el Salón su esposo agarro su mano y lo jalo hacia él, haciendo que sus pechos choquen, el omega soltó un pequeño grito de sorpresa cuando su esposo agarro su cintura y lo acerco a un más.
- Aeron, debemos irnos. Nos están esperando...- el alfa ignoro las palabras de su omega y lo beso
- Pueden esperar - Luke sonrió en medio del beso y se separó.
- ¿Acaso solo piensas en sexo, esposo mio? - pregunto burlon el omega.
- Pienso en hacerte el amor, pequeño. Son dos cosas diferentes - acarició su mejilla - Además, soy un alfa que piensa con ambas cabezas y tú deberias estar agradecido que ambas de mis cabezas solo pueden pensar en ti - confesó el alfa.
- ¿Ambas cabezas? - el omega preguntó sin entender. El alfa miro a su entrepierna y volvió a mirarlo - ¡Aeron! - exclamó el omega sintiendo el calor subir a sus mejillas. El alfa soltó una risa y entrelazo su mano con la de omega para caminar hacia el Salón.
- No es gracioso - se quejo el omega y el alfa solo sonrió.
- Realmente no deseo que te vayas - Rosalie sostuvo las manos de su hermana, Astrid le sonrió.
- Vendre de visita mas seguido despues de que nazca el bebe - Astrid acarició la mejilla de su hermana - Podrías irme a visitar cuando tu cortejo con Sir Théodore Strong termine
- Si es que Lucien lo permite - risas invadieron la mesa ante aquellas palabras de la princesa Rosalie.
Estaba más que claro que Lucien Thorne, el joven omega al que las gemelas consideraban hermano, le estaba complicando las cosas al pretendíente de Rosalie, los entrenamientos eran duros y que el príncipe Aeron le diera una mano juntó con el príncipe Liam no ayudaba. Las pruebas, los torneos, las charlas sobre historia, literatura, las mareas, etc. Estaban volviendo loco al joven Strong, pero eso no evitaba que siguiera cortejando a la segunda princesa de Edoril.
- Tu hermano solo busca lo mejor para ustedes - comentó Katherine, bebiendo un poco de su té.
- ¿Agotandolo? Sus pruebas son agotadoras, además el cuñado y el príncipe heredero lo ayudan ¡Es agotador! - exclamó la joven moviendo sus manos y mirando a su madre.
- Tu hermano tiene sus métodos para probar el honor, la valentia, la fuerza y la habilidad de los hombres que intentan cortejarte al igual que lo hace con los soldados. Yo hubiese hecho lo mismo, mi querida nieta - Byron sonrió mirando a su nieta.
- ¡Abuelo! - exclamó y Byron se encogió de hombros.
- Hablando de tu hermano - Rosalie miro a su abuela - ¿Sabes donde esta? - la joven negó
- Seguramente esta con Aeron, ya deberían estar por llegar - Hablo Amelia y Eliza asintió dándole la razón a la reina.
Todos los presentes en el Salón comedor, desviaron su mirada hacia las puertas que fueron abiertas revelando a la pareja. Lucien estaba enganchado al brazo del alfa quien le decía algo que provocaba la risa del omega. Cuando los jóvenes miraron a las personas presentes en comedor, hicieron una reverencia en forma de saludo mientras que Lucien les sonríe a su familia.
- ¡Mama! ¡Papa! - El rostro del niño se iluminó cuando vio a sus padres entrar por las puertas, se levantó de la mesa y fue corriendo hacia ellos.
- Pequeña bestia - sonrió el alfa cargando al niño en brazos, Lucien sonrió y revolvió el cabello del niño.
- Llegan tarde - comentó Grace dándole papilla de manzana a la pequeña Bella ñ
A muchos de los presentes le daban ternura ver a los jóvenes tratar al niño con amor, a la reina todavía le sorprende ver a su hijo menor actuar de forma tan cariñosa y suave con un niño que a pesar de que no tiene su sangre lo ama. A veces se pregunta donde esta el niño frío y distante que era antes. Y aunque le contara debía admitir que el cambio de su hijo se lo devia al omega, al cual su familia le arrebató muchas cosas.
En la distancia el principe heredero miraba a su hermano con su pequeña familia y no podía negar que le gustaría ser él. No negaría que desearía sentir las caricias de Elaine, escuchar su risa, compartir momentos con ella incluso...ver a su hijo o hija. Sentía envidia muy en fondo de su corazón, pero él más que nadie sabía que lo que le estaba pasando a su hermano era ni menos de la mitad de lo que se merecía. Porque él junto con los miembros más viejos de su familia saben lo que ocurrió aquel año en donde Aeron Delroy fue envenenado, saben lo que provocó la verdadera muerte de la madre de Lucien Thorne, saben lo que le arrebató la vida al primer hijo de Byron y Eliza Thorne. Él y algunos miembros de su familia, saben lo que realmente paso.
Pero la vida era justa para algunos y cruel para otros. Y tan sólo hacia falta una mentira para poner en duda todas las verdades.
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