Capítulo 10; Volvere.

— Deberás comer, Jayden. — el omega miro a la mujer de avanzada edad — Tu cuerpo esta débil, y tu enfermedad es cada vez peor, sino te controlas y alimentas como es debido, entonces lamentablemente... Tú solo debes hacer lo que te digo ¿esta bien? — Insistió Arwen y Jayden asintió.

La mujer le entregó una tasa con un líquido verde y unas hierbas flotando encima. Jayden hizo una mueca cuando sintió el olor, pero ante la mirada de Arwen bebió el contenido de la tasa, sintiendo náuseas.

— Es asqueroso.

— Pues, deberás acostumbrarte si quieres recuperarte, neveras este té dos veces al día, durante el desayuno, y antes de irte a dormir ¿Esta claro Jayden?

— Si Arwen, lo haré. — la curadora de la villa sonrió y recogió sus cosas. Le dio una última sonrisa al omega antes de salir de la habitación.

Jayden hizo una mueca ante el sabor que había quedado en su boca. Ese té era asqueroso, horrible

— Pareces un cadáver — el omega miro hacia la puer_ta de su habitación, Roan estaba apoyado sobre el marco de la puerta mirándolo con una pequeña sonrisa en sus labios.

Roan se acercó a su hermanito y se sentó a su lado, el alfa estiró su mano y tocó la frente de su hermano, verificando su temperatura.

— ¿Como te sientes? — pregunto Roan.

— Estoy bien, Arwen acaba de irse. — respondió.

— ¿Porque no me dijiste? — cuestionó el alfa. — Eres mi hermano, Jayden. Me preocupó por tí, antes de que vinieras aquí, estabas bien, tu salud estaba bien. ¿Como es posible que recayeras? — Roan soltó un suspiro al ver la palidez en el rostro de su hermano.

— Yo...yo estoy...

Antes de que Jayden pudiera completar su oración, sintió náuseas, se levantó de la cama y fue corriendo hacia el baño, se puso de cuclillas ante el inodoro y comenzó a vomitar, su cabeza dolía, su garganta quemaba.

Roan suspiro, antes de acercarse a él y darle pequeños movimientos en su espalda, dándole apoyo y ayudándolo. Jayden se limpio la boca y bajo la tapa del excusado antes de sentarse sobre ella. Roan se arrodillo ante su hermano y corrió los mechones en su rostro.

— Debo informarle a Danil.

Jayden nego al oir el nombre de su padre.

— No lo hagas...él se preocupara. Por favor, Roan — el alfa nego.

— No lo haré. Pero necesitó que me digas la verdad. ¿Que fué lo que sucedió?

Jayden desvío su mirada hacia sus manos, nervioso, asustado, triste. Jugó con ellas con nerviosismo, no quería mirar a su hermano a los ojos.

— Bien. Entonces le diré a Danil. — respondió Roan poniéndose de pie y yendo hacia la puerta del baño.

— Mamá me expulsó de la familia.

El alfa paro en seco al oir las palabras del menor, se giro para mirarlo, confundido, extrañado, por las palabras que acababan de salir de su boca.

— ¿Que estas diciendo?

— La carta que me diste hace tiempo, la carta era de ella. Dijo que jamás me vería como su hijo, que jamás me llegó a querer como te quería a tí o a los demás. Para ella fui un error de su pasado, uno del cual se arrepiente, afirmó que yo ya no pertenecía a la familia Ivanov, también que debería alejarme de ustedes. — confesó y lo miro — Cuando leí la carta de mamá, tuve un pequeño ataque. Pero creí que todo estaría bien, que ya no volvería ocurrir. — Roan se acercó a Jayden y lo guió de regreso a la habitación.

Roan lo ayudó a recostarse y lo cubrió con las mantas, Roan puso unas almohadas detrás de Jayden para que este se sienta más cómodo.

— Creo que mamá tenia razón, Roan. — el alfa lo miro — Jamás voy a ser lo que ella quiere.

— No digas eso, ella te quiere, ella...

— ¿Me quiere? — pregunto incrédulo — Mamá no me quiere, mamá me odia.

— Jayden...

— Tú sabes que desde que tenía cinco años, ella jamás me permitía salir de casa. "No deben verte, Jayden" "No hables Jayden" "No salgas Jayden" "Quédate aquí Jayden" "No puedes ir Jayden". La gente de la villa no me conocía, las pocas veces que lo hacían, era cuando madre hacia fiestas, pero ella siempre decía que debía irme a mi habitación temprano, que debía mantenerme en silencio y no hablar con nadie. — sus ojos se llenaron de lágrimas — Cuando abusaron de mi, cuando solo tenía siete años, ella no hizo nada, se quedó en silencio ¿y sabes lo que me dijo? — Roan nego — Debes acostumbrarte. Por esa razón eres un omega, tu deber es complacer — repitió las palabras que su madre le dijo cuando él le contó lo que le hicieron.

— Jayden...

— Y no sólo fue una vez, fueron varias. El abuso siguió hasta que cumpli los 10, y Danil no lo sabía, papá no lo sabía, porqué él estaba de viaje de negocios. Y mamá jamás se lo dijo — declaró con lagrimas en sus ojos — ¿Sabes lo que es odiar la cercanía de otro alfa? No quiero que me toquen, me siento sucio ¿Sabes lo que es tener que preguntarle a la señora Alice si me deja salir, por miedo a que se avergüence de mi?  Tengo miedo de que se avergüence de mi, como avergonzaba a mamá cada vez que alguien me miraba. — la primera lágrima bajo por su mejilla — A partir de los 10, comencé a enfermar; fiebre, vómito, dolor de cabeza, dolor de estómago, mareos, ataques de pánico, ataques de ansiedad, asma, miedo. Fui medicado desde entonces, y ella jamás se preocupó por mi, ni una sola vez.

— Jayden...

— Tú sabes porque ella no me quiere ¿no es cierto? — Roan lo miro sorprendido — Respondeme, lo sabes ¿no es así?

Silenció.

— ¡Roan!

— ¡Si, lo se! — grito desesperado. — Ella no tolera verte, cada vez que lo hace le recuerdas a...

— Blaze.

Roan lo miro aún más sorprendido cuando escucho aquel nombre salir de los labios de su hermano.

— ¿Como lo sabes?

— ¿Que fui producto de una violación? No es difícil saberlo, sabes. La actitud de mama, las miradas de odio y desagrado que me da, sus palabras crueles. Y las fotos quemadas y rayadas. No me sorprende que me odie.

— Ella...

— ¿Sabes lo que tiene de bueno, el haberme casado con Aleksander?

— No.

— Que ya no le causare daño a mamá. Ella ya no me verá, entonces ya no le recordaré a Blaze, ya no recordará su error. — las lágrimas bajaron por las mejillas del niño.

— ¿Aleksander lo sabe? ¿Sabe que te hicieron?

— No. Y es mejor que no lo sepa, no le importara, al fin y al cabo nuestra unión no significa nada, no tiene valor alguno.

— Un nuevo cargamento llegará desde Sicilia, lo que significa que llegará al embarcadero por el anochecer.

— ¿Hora? — inquirió Gael.

— A las 2 de la madrugada. — respondió un miembro de la Sala.

— ¿Armas o crack? — vuelve a inquirir

— Armas, joven amo.

— El cargamento es el mismo qué el de la otra vez. — musito Aleksander — Creí que este cargamento se daba por perdido.

— No, mi señor. Pudimos obtener otra oportunidad, y conseguir otro cargamento, este posee una cantidad más grande de armas. Es un cargamento realmente valioso. — informó.

— ¿Rutas?

— Las de siempre, mi señor. Mientras no se tome una ruta improvisada podremos obtener el cargamento sin problemas.

— Eso espero, porque la noche pasada no sólo perdimos a buenos hombres sino que también un buen cargamento, por un error de rutas.

— Entendemos, señor Aleksander. Podemos asegurarle que el error de la otra noche no volverá a repetirse. — aseguró otro hombre.

— Eso espero, esta villa ya ha perdido demasiados miembros aquella noche, no queremos que eso vuelva a repetirse, por lo tanto...

Un golpe en la habitación interrumpe las palabras del alfa joven, y todos los presentes miran hacia una misma dirección, unas sirvientas están ayudando a Vlad para que vuelva a acomodarse en su asiento, el alfa mayor sentía que su cabeza explotaría en cualquier momento.

— ¿Desea terminar con la reunión, mi señor? — pregunta uno de los miembros de la sala.

Vlad miro a sus hijos y a los miembros del Consejo, antes de negar lentamente. Todos miraron a Aleksander incluso Gael, esperando que el menor estuviera de acuerdo con seguir con la reunión.

— Se formaran dos equipos para ir hacia el puerto — prosiguió el alfa joven continuando con la reunión — el primero será el de protección, deben asegurarse de cuidar el cargamento. El segundo, será el equipo que deba ir al puerto y buscar el cargamento. Dado que, en la otra noche sufrimos pérdidas, y nuestra mano derecha a cargo de supervisar el cargamento sigue recuperándose, iré con ustedes.

Las personas en la mesa se sorprendieron ante las palabras del alfa.

Aleksander era capaz, si, pero, también era el más protegido, aparte de Alyra.

Aleksander era el encargado de muchas cosas; administraba gran parte de la villa con Alice y Gael, era el que más entrenaba con los novatos o él que le enseñaba a los novatos a pelear. Era un genio en las cuentas, en el uso de las armas, incluyendo el uso de cuchillos.

Si algo salía mal, perder a Aleksander, significaba perder al líder "perfecto" como algunos lo llaman.

— Partiremos por el anochecer, a las 1 de la noche debemos estar posicionados en el puerto, a la espera del cargamento. — todos en la mesa asistieron de acuerdo con las palabras del alfa albino.

Aeron sintió una ligera sensación de dolor en su pecho, pero ese sentimiento de dolor no provenía de él.

Jayden.

Al parecer su omega estaba triste, aquella sensación se comenzó a volver una molestia, era tensión. El vínculo estaba tenso.

Jayden estaba tensó.

Aleksander estaba tenso.

Unos pasos, al parecer un caos, se escuchaban fuera de la Sala de reuniones. Mientras que, la tensión en el lazo iba creciendo cada vez más.

Aleksander se puso de pie con rapidez, llamando la atención de todos en la mesa.

— Me disculpó, debo retirarme — informó y miro a su hermano, Gael le dio un pequeño asentimiento antes de que Aleksander saliera de la Sala de reuniones como alma que lleva el diablo.

Aleksandr camino hacia sus habitaciones, en el camino se chocó con Zinnia, la joven se apresurada a llevar una vasija de agua caliente.

— ¿Que sucede? — preguntó Aleksander caminando al lado de la sirvienta.

— Señor Aleksander, le pido que se vaya — pidió la joven cuando estaban llegando a la habitación donde se encontraba el omega.

— ¿Porque? ¿Que sucede? — insistió el alfa.

Zinnia lo ignoro y se adentro a la habitación, la sirvienta estaba tan preocupada por el omega que no se interesó en la puerta que estaba entre abierta.

Aleksander aprovechó esa oportunidad y se sorprendió por la escena que presencio.

Su omega estaba temblando, su carita roja e hinchada, esos hermosos ojos verdes cubiertos de lágrimas. Pero hubo algo más que llamó la atención del alfa, y fue el cuerpo del omega.

Jayden tenía una bata blanca que cubría su cuerpo desnudo, pero su cuerpo ers muy débil, sus huesos eran débil... Él era débil.

Aleksander pudo notar unas marcas en el cuerpo de su omega, unas marcas viejas, como si fueran quemaduras o heridas de cuchillo.

— ¡Señor Aleksander! — el alfa salió de sus pensamientos al oir el grito de Zinnia.

— ¿Que...? — pregunto sin entender.

— ¿Cree poder usar sus feromonas para calmarlo? Esta en pleno ataque, necesito que el señor Jayden se calme y este tranquilo para poder darle la medicina, si sigue así podría darle un ataque de asma, mi señor. Así que, se lo repito ¿Cree poder usar sus feromonas para calmarlo? — Aleksander asintió.

— Creó que puedo hacerlo — Zinnia asintió y se hizo a un lado dejando que el alfa se acercara hacia el omega.

Jayden intento retroceder al verlo, pero solo logró que su espalda chocara contra el respaldo de la cama. Aleksander se sento sobre la cama y agarro la muñeca de su omega, con una suavidad que jamás imagino tener.

— Por favor. — pidió el alfa, casi con voz suplicante.

Cuando vio que el omega no intento alejarse, Aleksander tiro de su muñeca y se acomodo detrás de Jayden, quedando el omega delante de él con la cabeza apoyada en su pecho.

El alfa comenzo a soltar sus feromonas en un intento de calmarlo, el omega se apego más al alfa, aferrándose a él.

Ya no eran Aleksander y Jayden, no eran la pareja que estaba peleada y se odiaban. No, ahora sólo eran alfa y omega.

— Esta bien, pequeño. — susurro el alfa dando suaves caricias en el brazo de Jayden.

El omega se dio la vuelta, y escondió su rostro en el cuello del alfa, disfrutando de esa calidez. Al parecer el alfa también estaba cómodo, pues, no hizo nada para apartarlo de su lado, al contrario el alfa solo lo apretó aún más contra su pecho y dejó un beso sobre su cabellera rizada.

Aleksander le hizo una seña a Zinnia, quien se acercó con una taza en manos.

— Necesito que me sueltes. Debes tomar el medicamento.

— No quiero — respondió el omega aferrándose aún más al alfa.

— Jayden, debes hacerlo.

— No, no lo haré — nego el omega aferrándose más, si es que eso era posible.

— ¿Porque...?

— Porqué si lo hago, te alejaras de mi, alfa.
Aquellas palabras lo tomó por sorpresa.

— No quiero que me odies, Alfa. — el omega saco su cabeza del cuello del alfa y lo miro con los ojos cristalizados — Se que no me quieres, se...que me culpas porqué te forzaron a casarte conmigo.

Aleksandr guardo silencio.

— Lo siento, siento que te hayan atado a una persona tan tonta como yo. — susurro dolido — Pero por favor, no me alejes de tí. No quiero mejorar, no quiero que me ignores, que no vuelvas a casa. Ya no quiero esperarte más. — la primera lágrima bajo por la mejilla del omega.

El alfa se quedo quieto, sin saber que hacer o que decir. El omega lo espero en silencio, esperaba una reacción, un grito, un movimiento, una palabra...algo. Pero no fue así, Aleksander solo se alejo de él, y huyó de la habitación.

Jayden lo vio huir, como también vio que el alfa se llevaba su corazón consigo, haciendo sentir a su omega rechazado.

«Eres un bastardo, debes acostumbrarte»

Se repitió una y otra vez para no llorar. Era normal, Aleksander jamás le iba a tener siquiera un poco de afectó. Aleksander jamás lo miraría con cariño siquiera con respeto. No, él no era más que un objeto, y los objetos son utilizados y desechados.


Aleksander entró a la habitación luego de permanecer todo el día fuera. Se desviste y camino hacia el baño, necesitaba refrescarse antes de ir al puerto. Por mero impulso, el alfa desvío su mirada hacia la gran cama matrimonial.

Su omega dormía plácidamente acurrucado en la cama, pero lo que más llamó la atención del alfa fue el hecho de que estuviera aferrado a la almohada que el alfa usaba. Seguramente por su perfume impregnado en la almohada.

Al cabo de una hora, Aleksander salió del baño y se dirigió al clóset para vestirse e irse. Se sento en la punta de la cama, y comenzó a ponerse las botas.

Aleksander sintió a Jayde removerse, pero creyó que su esposo solo se estaba acomodando en la cama, o eso pensó hasta que escucho la voz dulce de su omega.

— ¿Alfa?

Aleksander miro detrás de él, Jayde se incorporó en la cama dejando que la bata la cual cubría la desnudez del omega bajara hasta sus hombros, dejando los hombros y el pecho al descubierto. Aleksander no sabía si el omega lo sabía o no, pero la posee en la que estaba era naturalmente provocativa.

— ¿Que hora es? — pregunto el omega somnoliento.

— Ya es medianoche. — respondió el alfa. El omega fruncio el celo. — Es tarde vuelve a dormir.

— ¿Que haces despierto? — Pregunto el omega ignorando las palabras del alfa.

— Debo hacer algo. Volveré más tarde — Jayden frunció el ceño.

— ¿A donde irás?

Aleksander término de ponerse las botas y lo miro. Los ojos del alfa recorrieron el cuerpo del omega, al menos, lo que podía ver gracias a que la batalla se había caído hasta la cintura del omega.

El alfa movió su cabeza lentamente para apartar esos pensamientos de su cabeza. Se puso de pie y camino hacia la puerta.

— Aleksander — el alfa lo ignoro — Alfa.

El alfa paro en seco al oírlo.

— ¿Volveras? — aquella pregunta lo tomó por sorpresa, esperaba una escena por parte del omega.

Aleksander se giro a mirarlo y vio que Jayden estaba de pie, mirándolo, esperando una respuesta.

— Vuelve a dormir. — susurro antes de dar media vuelta, cuando el alfa estaba por abrir la puerta, escucho unos pasos acercarse a él y unas manos abrazarlo por detrás. — Tu...

— Vuelve. — susurro el omega — No importa si no me quieres, si me odias, o no toleras verme. Puedo sobrevivir con eso, estoy acostumbrado. Pero vuelve, Aleksander. — rogó — Aunque no lo creas, aunque no confíes en mí, cada noche, cuando vuelves tarde, no logró dormir, no hasta que tú regresas, es en ese momento, en donde me siento seguro y logró dormir, sabiendo que a tu lado estaré bien. — sollozo el omega.

— Jay...

— lo siento. Lo siento mucho, jamás quise que te casaras conmigo, mucho menos que dejaras a la persona que querías por tener que casarte conmigo. — sollozo — No te pediré nada, no pediré que me ames, no me sentiré celoso, no haré nada, puedes ignorarme todo lo que quieras, y no me quejare. Pero por favor, por favor, vuelve.

Aleksander soltó un suspiro y se giro para mirarlo, el alfa tomó entre sus manos el regoderte rostro de su omega y dejó un beso en sus labios.

— Volveré. Lo prometo.

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