Capítulo 09 : Inservible

Hubo muchas ocasiones en las que se consideró inservible.

La primera vez, fue cuando quería jugar con sus hermanos, cuando quería que su madre lo mirara de la misma forma en que los veía a ellos. Aun recuerda cuando le pregunto si lo quería, y ella solo le respondió que era un idiota.

La segunda vez, fue cuando abusaron de él.  Insinuando que los bastardos solo debían abrir sus piernas y, el no poder defenderse solo lo hizo sentir inservible.

La tercera vez, fue cuando lo llamaron bastardo, y cuando busco el apoyo de su madre, esta solo miro hacia otro lado. 

Y ahora, volvía a sentirse inservible solo por no poder cumplir con lo que era su deber. Ni siquiera fue capaz de complacer a su esposo, muchos menos de hacer lo único que tenia que hacer; Dar un heredero.

Aun recuerda como luego de haber tenido relaciones con Aleksander, el se olvido de tomar el te, y fue así como dos semanas atrás, sintió fuertes dolores en su estomago, luego de haberse levantado asustado, soltó un grito al ver la sangre manchar su camisón y las sabanas, recuerda como Alice entro a la habitación, y rápidamente lo abrazo, diciéndole que no fue su culpa, pero eso, solo lo hizo sentir mas inservible.

Y ahora se encontraba solo en aquella fría y gigantesca habitación, con el corazón agitado y los ojos llenos de lagrimas. Las palabras que había intercambiado con su esposo aun resonaban en su mente. Se sentía perdido y confundido, pero a la vez dolido sin saber como arreglar las cosas.

De repente, unos golpes en la puerta de la habitación interrumpieron sus pensamientos. Jayden se levanto de la cama y camino hacia la puerta limpiándose las lagrimas. Al abrir la puerta, el omega sonrió al ver esa pequeña cabellera rubia.

— ¡Alaric! — exclamo feliz, cuando el niño se abalanzo sobre el con una gran sonrisa en su rostro.

— ¡Feliz cumpleaños, Jay-Jay! Tengo algo para ti —  exclamo el niño entusiasmado, sacando el regalo envuelto en papel de colores brillantes. Jayden sonrió y abrazo a su hermanito con ternura.

—  Gracias, pequeño. Eres el mejor hermanito del mundo  —  Alaric sonrió orgullo y Jayden dejo un beso en su frente.

En ese momento, Colin, apareció detrás de Alaric, y sin esperar invitación se unió al abrazo de sus dos hermanitos. Alaric se zafó del abrazo y se adentro a la habitación de su hermano explorando con curiosidad.

— Feliz cumpleaños, Jay —  El omega sonrió y Colin le correspondió.

— ¿Mama...? —  la pregunta del omega quedo incompleta cuando Colin negó.

— Tiene mucho trabajo, Jayden. Ella quiso venir pero...

—  El trabajo es primero, lo se —  El omega intento sonreír pero fallo.

—  No te sientas triste —  Jayden volteo a ver a Alaric quien estaba saltando en la cama, provocando una risilla de Jayden, y obteniendo una mirada reprochadora por parte de Colin — Hay alguien mas que vino a verte — Jayden frunció el ceño.

Alaric sonrió y se bajo de la cama para ir hacia su hermano y tomarlo de la mano arrastrándolo fuera de la habitación, Colin sonrió divertido al ver como el omega intentaba seguirle el paso al niño mas pequeño.

— ¿Papa?  

El alfa mayor, en compañía de la familia Romanov, desvió su mirada y atención de la conversación que estaba teniendo, mirando hacia la planta alta, justo bajando los primeros escalones de la escalera de arriba estaba Jayden, el omega y niño a quien quería como suyo. 

—  En carne y huesos, pequeño.

— ¡Papa! —  Jayden salto a los brazos de Danil cuando llego a los últimos tres escalones de la escalera — ¡Papa, te extrañe! 

El corazón de Danil se calentó con las palabras del omega. Lo atrapo en el aire y le devolvió el abrazo. Las lagrimas bajaron por el rostro del niño, no pudiendo soportar la emoción de ver a su padre luego de días.

Cuando se separaron, Jayden fue el primero en hablar.

— Te extrañe mucho, papa. No sabes cuanto lo hice.

El hombre tomo el rostro de su hijo entre sus manos y le limpio las lagrimas con los pulgares, Jayden en cambio seguía hipando cuando su padre junto sus frentes en una muestra de cariño.

—  Mi pequeño, mi dulce Jayden. — susurro Danil. Y se separo del niño mirando, Danil noto algo diferente en su hijo, había algo en el que el alfa mayor desconocía.

Danil sostuvo el brazo de su hijo con cuidado y se alejo un poco de las personas presentes, Jayden frunció el ceño ante la actitud de su padre.

— Dime la verdad, ¿Estas bien? —  el omega  mordió su labio nervioso, y su mirada fue hacia Aleksander, el alfa estaba atento a cada movimiento de su omega. Cuando Danil quiso ver hacia donde miraba su hijo, este rápidamente le sonrió.

— Lo estoy, papa. Aquí todos me tratan bien, y las personas de Villa Belov son encantadoras. Incluso puedo salir las veces que quiero, he aprendido a mejorar mis habilidades en la  cocina —  Jayden esperaba que sus palabras calmaran a su padre.

Danil frunció el ceño, presentía que su hijo no le estaba diciendo toda la verdad. Sim embargo, decidió no presionarlo. Después de un breve silencio, Alaric rompió -sin saberlo- la tensión que se había formado.

—  ¿Podemos comer pastel? —  pregunto con inocencia el niño, y Jayden sonrió ante las palabras de su hermano.

Incluso la dama negra, y su hija habían sonreído ante la pregunta del niño de ocho años.

—  Primero viene la cena, y luego comeremos el pastel, joven Alaric —  le respondió con dulzura Alice al niño, quien había sonreído y asentido. 

Todos caminaron hacia el gran comedor. Alaric estaba a la izquierda de Jayden, Danil y Colin estaban enfrente, al lado de Alaric se encontraba Alyra, en la cabecera de la mesa se encontraba Vlad, y en la punta Alice.

Victoria, Roan y Gael, no estaban presentes, la primera por "trabajo", el segundo por problemas que tenía que resolver, y el tercero nadie sabía. Y por último, Aleksander estaba al lado de su esposo.

El alfa no le había dirigido palabra o mirada alguna desde que habían peleado en la habitación. Tal vez ninguno de los presentes lo sentía, pero Jayden se sentía asfixiado e incomodo, la tensión, el dolor, y la molestia en su vinculo lo estaban haciendo sentir mal. Pero aun así, su sonrisa no abandono su rostro, y disfruto de un bello cumpleaños mientras cenaba con sus hermanos y padrastro, claramente en compañía de la familia Romanov. 

La cena transcurrió entre risas, charlas banales por parte de los hermanos, pero todos notaron le tensión que había entre la pareja recién casada. Cuando la pequeña celebración termino, era hora de que su familia se retirara.

— Te deseo suerte con tus exámenes — Colin sonrió ante las palabras de su hermano.— Espero que vengas a visitarme — Colin asintió.

— Lo hare, Jayden.  — Jayden sonrió y sin que el alfa se lo esperara lo abrazo, Colin se sorprendió por la repentina acción de su hermanito, y fue solo cuestión de segundos antes de que el mayor correspondiera a su abrazo. — Lamento no haberte defendido, lamento que te forzaran a esto — susurro Colin en su oído, solo para que Jayden lo oyera, el omega se aferro aun mas a su hermano al escuchar eso.

Cuando rompieron el abrazo, Jayden se acerco a Danil, el alfa mayor sonrió y dejo un beso en su frente.

—Te veré pronto, cachorro —  susurro el alfa. Jayden asintió con una sonrisa y miro a su hermano pequeño- 

— ¿Jay, cuando volverás a casa? — pregunto el niño de cabello rubio sin saber lo que esa pregunta había ocasionado. — Extraño, jugar contigo. Extraño que me leas cuentos antes de dormir, extraño cuando hacías cosas deliciosas para mi a escondidas de mama, me siento solo en casa — Jayden mordio su labio intentando no derramar lagrimas ante las palabras de su hermanito.

— Muy pronto, pequeño.  Pero ahora, debo quedarme aqui por un tiempo — Alaric sollozo y cuando Jayden se agacho a su altura, el niño lo rodeo con sus brazos.

— Pero yo te quiero conmigo....— Jayden lo estrecho contra sus brazos.

—  Yo tambien, pequeño.

—  Alaric, debemos irnos — le recordó Colin a su hermanito.

—  yo no quiero, quiero quedarme con Jay-Jay, quiero que me lea cuentos. No quiero irme — Danil soltó un suspiro ante las palabras de su hijo menor, esta era una de las razones por las cuales seguía enfurecido con su esposa, Alaric era muy apegado a Jayden.

— Escúchame pequeño, nos veremos muy pronto, y tu puedes visitarme todas las veces que quieras ¿Si?

— ¿Lo prometes?

— Lo prometo —susurro Jayden y le dio un ultimo abrazo.

Danil agarro a su hijo pequeño y lo guio hacia el auto, Colín se despidió de el yendo al auto. Mientras el auto de los Ivanov se alejaban, los presentes podían notar la mirada de tristeza del omega. Aleksander se acerco al omega.

— Jayden...

— Suéltame. — escupío con rabia antes de alejarse del alfa e irse a la mansión.

Cuando el omega entró a la mansión, Alice miro a su hijo, pero antes de que la mujer hablará Aleksander negó, de modo que Alice guardo silenció.

Aleksander suspiro, su matrimonio sería más difícil de lo que esperaba.

Jayden había aprendido muchas cosas de su matrimonio; la primera, su esposo era un témpano de hielo, la segunda, el alfa era más indiferente de lo que se esperaba, la tercera, odiaba ser el tierno y dulce omega —como muchos de la villa solían decirle— al igual que odiaba que los alfas solteros pusieran sus ojos en él.

En vez de un matrimonio era un divorcio, incluso a pesar de compartir habitación con Aleksander, el alfa jamás llegaba. Y eso solo lo hacia pensar una cosa; Infidelidad.

Pero eso no era lo que le importaba, lo que le importaba era como se estaba comenzando a sentir, por alguna extraña razón, cada día que pasaba se volvía débil, Alice, le había dicho varias veces que parecía ido, como si no tuviera vida, y ella estaba preocupada por el. Al igual que en ese preciso momento, donde luego de tres días había bajado a desayunar con ellos, pero llevaba como veinte minutos mirando su desayuno incapaz de comer.

— Jayden, no has tocado tu desayuno ¿no es de tu agrado, dulce niño? ¿quieres que le pida a los sirvientes que cocinen otra cosa?  —  dijo la dama negra mirando al niño.

— No tengo hambre, —  respondió soltando el tenedor. — No se moleste, no los moleste, no tengo apetito ¿Puedo retirarme? — le pregunto.

— Comerás. Llevas tres días en cama — Jayden ignoro al alfa y miro a su suegra.

— ¿Puedo retirarme? —  Volvió a preguntarle a Alice, la mujer podía sentir —al igual que todos en la mesa— la tensión de la pareja. 

— Jayden, te sentaras y comerás, no me obligues a darte de comer, Omega — Jayden miro al alfa 

— ¿O sino que? No tienes ningún derecho a darme ordenes.  

— ¡Te sentaras y comerás!

—  ¡Y yo he dicho que no! — grito molesto mientras su corazón latía con rapidez.

"No otra vez"

— Zinnia, acompañe arriba, por favor — pidió a la doncella a quien le había tomado cariño, la joven se acerco a el.—  Perdón, por perturbar su desayuno, deseo descansar —  susurro mientras caminaba hacia las escaleras con ayuda de su sirvienta.

 — Mi señor, ¿llamo a la curadora? — pregunto Zinnia en voz baja y Jayden negó.

— Estoy bien, solo es una pequeña molestia, si tomo el medicamento estaré bien — Zinnia asintió.

Pero no era cierto, cuando Zinnia lo estaba ayudando a subir las escaleras, en el tercer escalón hacia la planta alta, Jayden sintió su mundo dar vueltas, su cabeza dolía, el dolor en su pecho aumento. Jayden se aferro a su doncella quien lo miro preocupada.

—  ¡Ayúdenme! ¡Que alguien me ayude! —  grito la joven sirvienta preocupada cuando el joven omega cayo al suelo. 

Los miembros de la familia salieron hacia las escaleras, Alice soltó un jadeo se sorpresa, Alyra y Gael miraban con preocupación al omega. Aleksander se apresuro a ir hacia Jayden y cargarlo en sus brazos para llevarlo a la habitación.

— Llamen a  la curadora de la villa — ordeno  Alice caminando detrás de su hijo y yerno.

Aleksander recostó a Jayden sobre la cama y miro a Zinnia, la doncella se había apresurado a tomar paños de agua fría y ponerlos en la cabeza del omega, era, como si ella ya estuviera acostumbrada a ese tipo de situaciones. La omega controlaba las respiraciones de Jayden, Alice y Aleksander miraban todos los movimientos de la omega.

A los momentos, la curadora llego a la habitación, se inclino ante los señores de la villa, y se acerco a Jayden y a Zinnia.

— Su cuerpo esta frio, su pulso débil, los latidos de su corazón apenas se pueden sentir. —  comenzó a decirle Zinnia  a la curadora quien asintió. 

— Zinnia, esta bajo tu cuidado ¿Ha comido? — la doncella mordió su labio —  Zinnia.

— No, tía. No lo ha hecho. 

— Niña ¿Cómo has podido permitirlo? Lo sabes perfectamente, tiene que alimentarse al menos tres veces al día.— Aleksander frunció el ceño ante la conversación de las mujeres.

— ¿De que están hablando? — Pregunta Aleksander acercándose —¿Qué sucede con mi omega? ¿Qué es lo que tiene? — cuestiona, Arwen mira Zinnia y le hace una seña.

— Explícaselo.

—  Tía..

—  Hazlo. — ordeno Arwen mientras examinaba a Jayden. La doncella suspiro y miro al alfa antes de acercarse a el.

— El señor Jayden, tiene problemas de salud. — explico la joven.

—¿Qué tipo de problemas? — pregunto esta vez Alice.

— Lo lamento, mi señora. Pero no puedo decírselo, el amo Jayden me pidió que no lo hiciera, sin importar las circunstancias, callare y no revelare información que mi amo no desee.  

— No me importa lo que le hayas prometido, el que esta postrado en esa maldita cama es mi esposo, y quiero saber que es lo que sucede con el — ordena Aleksander mirando molesto a Zinnia.

— Perdone mi insolencia, joven Aleksander, pero su esposo como usted lo llama, ha sido ignorado por usted por más de un mes, no creo que se haga llamar el esposo del amo Jayden — Esas palabras enfurecieron al alfa.

— Tu...

— Déjala tranquila — Aleksander miro en dirección a la cama, Jayden se incorporaba en la cama con ayuda de Arwen. — Si tienes que preguntar, pregúntamelo a mi, no a ella.

— Vayanse — ordenó Aleksander a las tres mujeres allí presentes.

Zinnia miro a Jayden y el omega asintió suavemente, la joven se inclinó rápidamente y salió de la habitación seguida de su tía, Arwen. Y Alice quien les dio una última mirada antes de irse de la habitación, dejando a solas a la pareja.

— ¿Y bien? — pregunto Jayden mirando a su esposo.

— ¿Porque no me lo dijiste? ¿Porque me ocultaste que estabas enfermo? — inquirió el alfa molesto acercándose a su omega

— Estas bromeando ¿no es cierto? — pregunto el omega con incredulidad. — llevas un maldito mes ignorandome, evitandome. Un mes donde apenas y cruzas dies palabras conmigo, apenas me miras, apenas me tocas. ¿No crees que intente hablar conmigo?

— Tú... No entiendes. Aun así debiste de decírmelo.

— Si durante todo este mes, hubieses girado a mirarme solo una vez, aunque sea por unos minutos, entonces te hubieses enterado de cuan enfermo estaba. Pero eso no sucedió ¿no es así?

— Jayden, he estado ocupado.

— Los treinta días del mes, claro — responde sarcástico el omega desviando su mirando, mirando las gotas de lluvia que empañaban el cristal de las ventanas de la habitación.

— Estas comportandote como un niño — gruño el alfa.

— Y tu como un idiota — respondió el omega sin mirarlo.

— Soy tu esposo. — Jayden resoplo aún sin mirarlo — ¡Jayden! ¡Soy tu alfa! ¡Tu esposo!

— ¡Y yo tu omega! — exclamó de igual manera el omega con los ojos cristalizados mirándolo por fin — No puedes venir a exigirme nada, Aleksander. Que yo sepa, lo nuestro es una union sin importancia, lo que ocurra conmigo, con quien hable o que me suceda, no te interesa.

— Jayden...

— ¿Necesita algo más, señor Aleksander? — pregunto el omega mirando — Si no es así, le aconsejó que siga haciendo lo que viene haciendo desde hace un mes; ignorame.

Aleksander hizo puño sus manos antes de irse de la habitación, dando un portazo. Jayden se abrazo a sus rodillas, y sollozo. Jamás se había sentido tan herido, desde que habia nacido había sufrido el desprecio de su madre, solo por ser omega y no ser lo que ella hubiese deseado. Pero había sido su misma madre, quien lo forzó a esto.

Jamás imagino sentir el dolor que estaba sintiendo ahora.

¿Era así como se sentía ser rechazado? ¿Ser ignorado? ¿Herido?

Pero no era solo el dolor del rechazo de su alfa, lo que le estaba haciendo sufrir, también era el dolor constante en su pecho que lo estaba volviendo loco. Su respiración se agitaba, el dolor en el pecho se intensifica, incluso su cabeza parecía querer estallar.

— Esta bien — el cerro sus ojos con fuerza — 1, 2, 3... Todo está bien, 1, 2, 3 — llevo una mano a su pecho y dio pequeños golpecitos intentando calmarse.

— Esta bien, esta bien.

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