Capítulo 16. Lo Quiero Ahora Mismo
-"Su Majestad."
YoonGi se giró al escuchar la voz de JiMin.
Extrañado, reflexionó. JiMin le había llamado con la voz más tierna y adorable que había escuchado hasta ahora, sin embargo por alguna razón, parecía enfadado. ¿Pero cómo? Hace un momento estaba bien, ¿Por qué de repente?
JiMin se puso de pie, se acercó al lado de YoonGi y se aferró a su brazo. Se había quitado la capa al volver a la habitación, así que seguía con su camisón y joyas. La verdad es que YoonGi no pudo evitar tragar saliva ante su actual vestimenta. Le rodeó la cintura con las manos y lo atrajo hacia él.
Justo cuando estaba a punto de moverse para besar a JiMin, sintiéndose mareado por la sensación de sus cuerpos entrelazados, él tomó la iniciativa de acercarse y respiró cerca de su oído. YoonGi se emocionó, aunque se sentía desconcertado. JiMin nunca había actuado de esta manera por su cuenta.
Le parecía que la decisión correcta consistía en matar a ese Aled en este instante y luego disfrutar de una mañana calurosa. Pero justo cuando este pensamiento cruzó su mente y estaba a punto de tomarlo en sus brazos.
JiMin esbozó una tímida sonrisa y dio un paso atrás, apartando sus manos. Sus acciones hicieron que YoonGi se diera cuenta por primera vez de lo que significaba anhelar a alguien.
¿Por qué JiMin hacía esto de repente cuando siempre había hecho lo que él deseaba? Pensaba hacerle esta pregunta, pero JiMin habló primero.
-"Su Majestad, hay algo que quiero tener ahora."
-"Esa joya que dijo Su Majestad que me traería. El Bosque de Tetin, ¿Verdad?"
En efecto, se llamaba así. YoonGi no tenía la intención de traerla sinceramente. Fue después de discutirlo con Namjoon que decidió causar alguna presión preventiva sobre el Reino de Tetin, porque habían mostrado signos de rebelión.
-"La quiero. Ahora mismo"
JiMin le susurró al oído. Su tono era tan dulce que YoonGi no pudo hacer otra cosa que asentir con la cabeza.
El palacio del Consorte estaba ocupado desde la mañana. Hoy era el día en que se elegiría a la doncella o doncel de compañía del Consorte. Las asistentes estaban agitadas, adornando al Consorte durante toda la mañana. Todo tipo de vestidos, adornos y cosméticos estaban alineados en el vestidor. Incluso aquellos que podrían considerarse indiferentes a este tipo de cosas se sentirían un poco emocionados. Sin embargo, JiMin estaba sentado en medio de todo ello con una expresión inexpresiva.
-"Su Majestad, ¿Le cepillo un poco más el cabello?"
-"Haz lo que quieras."
-"Su Majestad, ¿Quiere que me ponga un poco más de brillo en los labios?"
-"Haz lo que quieras."
-"Su Majestad, en cuanto a la decoración de su vestimenta..."
-"..."
-"Perdónenos. Lo haremos por nuestra cuenta."
Otra asistente a su lado, de gran ingenio, intervino rápidamente. Los rostros de las asistentes se volvieron aún más rígidos y sus manos más rápidas ante la actitud del Consorte de considerar todo molesto. La tensión tensó sus rostros.
'No consigo entenderlo', pensaron colectivamente.
Era un Consorte extraño. Había seducido al irritable Tirano para que se enamorara de él y no pudiera abandonar el palacio del Consorte. En su primer encuentro con los funcionarios del imperio, había descartado los tesoros de la familia imperial como artículos de segunda mano. En esa situación, las asistentes del palacio del Consorte pensaron, '¡Parece que ahora estamos sirviendo a un loco!'
Todos las asistentes habían redactado un testamento por adelantado. Algunas incluso investigaron qué pasaría con su pensión después de la muerte. Intercambiaron información y palabras de consuelo, animándose entre ellas para intentar vivir lo mejor posible. Por mucho que buscaran en los registros de las y los Consortes anteriores, ninguno había actuado como el actual.
En contra de su apariencia perfectamente normal, el Consorte era una persona que sin duda haría alguna locura en cualquier lugar donde hubieran una gran reunión.
-"Viendo cómo se comportó ante los funcionarios, puede hacer cualquier cosa con nosotras"
Murmuró una de ellas. Todos los asistentes estaban preocupadas por su futuro. Sin embargo, en contra de lo que se esperaba, el Consorte no hacía nada contra ellas, pero eso sólo servía para que las asistentes tuvieran más miedo.
-"¿Por qué demonios creen que nos trata con normalidad?"
Preguntó una de las asistentes en la habitación de descanso, y la asistente que estaba a su lado le contestó.
-"Ni siquiera nos ve como personas, es por eso. ¿Castigaría su cepillo por enredarse en su cabello?"
-"¡Así que es eso!"
JiMin estaba encerrado en sus pensamientos, sin saber que se acumulaban esos malentendidos.
Estaba enfadado. Diciéndolo de una forma algo vulgar, estaba jodidamente furioso. La inquietante expresión de JiMin hizo que las asistentes movieran sus manos con más diligencia. Pero a él no le importaba. Estaba demasiado ocupado pensando en las palabras de YoonGi que se repetían en sus oídos en un bucle infinito.
—Entonces, mejor matarte, puesto que no pensaba tener hijos.
Esta fue la respuesta de YoonGi a la amenaza de Aled de maldecir a sus descendientes.
'La razón para aceptar un Consorte era tener un heredero...'
Así estaba escrito en la carta de su propuesta de matrimonio y no había nadie que no lo supiera. Para dar a luz al heredero imperial. JiMin había pensado lo mismo. Por eso, independientemente de cómo actuara el Emperador y de sus emociones, se sentía aliviado de compartir su cama con él. Le tranquilizaba saber que lo necesitaría, al menos hasta que se cumpliera el propósito del Emperador. Aquí JiMin pensó que él también estaba trabajando para lograr ese objetivo.
'¿Pero resulta que no piensa en eso?'
Entonces, ¿Por qué necesitaba un Consorte? JiMin reflexionó sobre eso, pero no pudo encontrar una respuesta satisfactoria. Sin embargo, lo único cierto era que su vida pendería de un hilo a menos que diera a luz al hijo del Emperador en los próximos años.
Pensándolo bien, ni siquiera tenía algunos años. Todo el palacio imperial sabía que el Emperador se acostaba con él cada noche. Si no había noticias de embarazo en los próximos meses, era probable que recibiera una lluvia de peticiones solicitando su destitución.
JiMin había seguido el método que, según YoonGi, le permitiría sobrevivir en el palacio imperial. Después de todo, él había creído que podría mantener alejado la muerte a través de la infamia mientras aguantara. Pero si se convertía en el padre de un sucesor del Emperador, podría arreglárselas para sobrevivir de alguna manera.
¿Pero no pensaba en tener un sucesor?
Se le llenaron los ojos de lágrimas al pensar que se había dejado engañar. Ahora sólo le quedaba la infamia, y podrían expulsarlo en cualquier momento.
'Eso es una cosa, pero...'
Una oleada de vergüenza y de incomodidad lo invadió. Recordó el día después de la boda, cómo se había alegrado en sus adentros mientras dibujaba palabras en un azulejo de la pared del baño.
『Mi Esposo.』
Por cómo se sentía ahora, quería dirigirse al baño y destrozar ese mismo azulejo. ¿Por qué? Porque su presunción lo avergonzaba por completo. ¿Familia? ¡Qué familia! Por supuesto, una familia no se completa necesariamente teniendo hijos. Sin embargo, la vergüenza de haber fantaseado con un futuro como ese, le dio ganas de querer morirse.
'Me alegro de no haberlo mencionado nunca en voz alta', pensó.
De todos modos, no es que al Emperador le hubiera gustado escucharlo. JiMin suspiró profundamente, con el corazón perturbado, antes de mirar el espejo que tenía delante. Mientras estaba sumido en sus pensamientos, se estaban dando los últimos retoques a su indumentaria.
'Me atrevo a decir que estoy guapo'.
No padecía el síndrome del príncipe, puesto que antes había sido un príncipe de verdad, pero su reconocido buen aspecto mejoró aún más después de llegar al Imperio. Quién sabía por qué su piel sólo se volvía más suave y su cutis mejor a pesar de las arduas noches, como si estuviera bajo un hechizo.
'Pero creo que definitivamente le gusto', pensó. Hace varios días, en la noche en que sufrió el discurso de Aled, en el momento en que se enteró de que el Emperador no pensaba tener un heredero, le pidió que le trajera el Bosque de Tetin.
'Sólo lo dije sin pensalo'
Había hablado en medio de la ira. Lo había hecho deliberadamente, porque creía que el Emperador no tenía ninguna intención de hacerlo. Incluso había intentado tontamente hacerse el coqueto, algo que nunca había hecho en su vida. Si él hubiera rechazado su petición por considerarla demasiado difícil, JiMin habría expresado sus verdaderos sentimientos en tono de broma, diciendo, '¿Así que todo lo que me dijiste fueron palabras vacías después de todo? A pesar de que estoy tan molesto. ¿No me abrazaras, querido?' Pero al día siguiente, el Emperador se dirigió verdaderamente a Tetin.
'Realmente no lo entiendo'
JiMin hizo un puchero. Parecía preocuparse por él a su manera, así que ¿Por qué no quería un sucesor cuando eso solidificaría su posición?
Pero justo cuando JiMin volvía a sumirse en la confusión, Aled apareció de repente frente a él y, con una expresión parecía decir, '¡Por fin se han resuelto todos los misterios!', comenzó a hablarle.
-"Llevo unos días pensándolo, pero creo que el Emperador es impotente después de todo."
-"¡Quieres hacer el favor de no hacer esto!"
JiMin se puso de pie gritando ante las palabras de Aled, sorprendiendo a las asistentes para que lo miraran. Sintiéndose incómodo, murmuró
-"No es nada. Continúen en lo que estaban."
Las asistentes comenzaron a mover las manos de nuevo ante sus órdenes, pero pudo sentir que lo miraban con nerviosismo. JiMin cerró los ojos. Se había estado preguntando por qué el espíritu permanecía callado durante horas hasta que volvió a salir de la nada. Curiosamente, parecía que Aled era invisible para las asistentes.
-"¿No he dicho que puedo leer tus pensamientos? ¿Por qué gritar de esa manera?"
Preguntó.
'¡Porque me han sorprendido tus tonterías!'
-"¿Por qué crees que son tonterías?
Es la única conclusión válida a la que se puede llegar después de recopilar todo lo que ha dicho y todo lo que ha pasado hasta ahora. Puede que no lo parezca, pero he leído muchas novelas humanas y por eso lo sé. Un Emperador puede aparearse cuando quiera, ¿No? Entonces, según el instinto de conservación racial de los humanos excepcionalmente fuertes, ¿No debería tener al menos cien hijos?"
'¡Su Majestad me dijo que fui el primero!'
-"¿No dijo que fuiste el primero en estar encima de él? ¿Eso no significa que hubieron muchos casos en lo que sucedió lo contrario?"
'¿Es... es así...?'
Mientras la mente de JiMin volvía a caer en el desconcierto ante lo dicho por Aled, una asistente se acercó y le habló.
-"Su Majestad, es hora de irse."
-"Bien"
JiMin asintió. Ignorando al chillón Aled, se levantó para dirigirse al vestíbulo.
'No me hables a partir de ahora'.
-"No quiero. ¿Por qué debería obedecerte? He nacido para hacer ruido. Oye, deberías pensarlo de nuevo. Te digo que el Emperador es..."
JiMin escuchó la reanudación de las divagaciones de Aled con una oreja y la dejó salir por la otra, con la mente empeñada en encontrar rápidamente una joya que fuera el nuevo hogar de Aled sólo para poder meter ese condenado espíritu dentro.
Y entonces, una hora después...
-"¡La encontré!"
JiMin soltó un grito de victoria mientras levantaba un broche de esmeralda del tamaño de un puño.
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