Capitulo 19
"La peor decisión del día"
― ¿Segura que no quieres tu premio?
Lo miré desde mi asiento con las cejas alzadas.
―Claro que lo quiero, solo que lo guardare para usarlo en otro momento. Ahorita estoy muy cansada.
Nolan se encogió de hombros y tomó el volante.
―Como usted diga―respondió al tiempo que encendía a Charlie―. ¿Y a donde vamos ahora?
―Deja reviso.
Me temblaron las manos cuando saqué la carta de la bolsa. La abrí y taché el segundo destino.
Dos menos.
Y como llevaba haciéndolo esas dos veces, leí el texto solo para mí.
Querida Moly, no sabes cuánto hubiera dado por ser yo quien le llevara flores a mi amada, pero aún me quedan los recuerdos que construimos juntos. Debes entender que llegará un punto de tu vida en el que, como yo, solo podrás vivir de lo bueno del pasado, por eso te recomiendo que vayas eliminando de tu mente cada desplante que tuve contigo. No quiero que al cerrar los ojos pienses en lo mal que me porté. Solamente fui un hombre que estaba equivocado y no tomó las mejores medidas para contigo.
Y supongo que mis palabras no pueden hacer mucho ahora para reparar tu corazón, pero es la única forma que me queda para pedirte perdón.
Retomando el inicio de mi carta, debo señalar que uno de mis más atesorados recuerdos fue la primera cita que tuve con Mery Alice. La llevé a una feria y nos subimos a la rueda de la fortuna justo a media noche.
Y son esos detalles pequeños los que ahora me resultan inmensos.
Así que, como la guardiana de mis sueños, tendrás que revivir aquel momento y atesorarlo como si fuera tuyo.
Mis ojos se voltearon confusos hacia Nolan. Me miró con un signo de interrogación en el rostro.
― ¿Sabes dónde hay una feria?
― ¿Una feria?―repitió. Su boca formó una mueca de sorpresa―. ¿El señor Whrite quiere, acaso, que ahora me caiga de la montaña rusa?
Le sonreí.
―De la rueda de la fortuna, a decir verdad―corregí―, ¿sabes dónde podemos encontrar alguna?
Nolan negó con una cara de espanto.
―No, pero puedo buscar en internet.
― ¿Aquí hay señal?
―Solo una rayita. Estará lento pero funcionara.
Cinco minutos después aún no lo hacía.
―Nolan, mejor hay que salir de aquí primero.
―No te desesperes, Florecilla. La paciencia es una virtud... ¡Listo!
― ¿En serio?―lo miré sorprendida.
―Sí, la feria de las maravillas está en un pueblo a cinco horas de aquí. Es la más cercana. Quizá lleguemos para la noche.
Me encogí de hombros mientras soltaba un suspiro por el largo camino que nos esperaba.
―Es una buena hora. Se supone que nos debemos subir a la rueda de la fortuna justo a media noche.
Sus ojos brillaron juguetones.
―Awww, eso es muy romántico―se burló comenzando a colocar las coordenadas del lugar en el GPS. Su cara se tornó de espanto―, pero... tenemos un bonito problema, Florecilla.
― ¿Cuál?―crucé los dedos mentalmente para que no fuera nada grave.
―El GPS no responde por la poca señal y yo nunca he ido a aquel pueblo. No sabría llegar.
Solté una risa mientras abría la guantera de la camioneta.
―Moly, no es momento para que te pongas a esculcar mis cosas.
Seguí rebuscando adentro hasta que di con el papel que buscaba.
―Tranquilo. Cuando buscaba una pluma miré un mapa en la guantera.
― ¿Sabes usarlos?
―No debe ser tan difícil―respondí abriendo el papel doblado. Se extendió inmenso, cubriendo todo el tablero de la camioneta que estaba frente a mí.
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