Sentimientos (Revisado)
ADVERTENCIA: LEMON
Mientras tanto en la cocina...
Eran demasiados los trastes que Shaka había dejado caer al suelo momentos atrás por lo que, después de un prolongado silencio entre ambos, Mu se agachó para recoger los trozos, pero al alzar la vista...el virgo ya no estaba.
La manera tan violenta en la que el corazón del aries se estrujó en ese momento le hizo creer que no era metáfora que podía romperse. Pero no lo permitiría...a pesar de que este se sentía pertenecerle a Shaka, ni a él le daría el derecho.
Sonrió con melancolía ante esa aseveración ¿No se supone el amor fuese diferente? ¿Qué no acaso cuando dices amar a alguien, este debería alegrarse al saberlo...?
Estaba tan inmerso en sus pensamientos que no había notado sus manos sangrando profusamente por tomar los trozos de vidrio de manera descuidada; contempló al caliente líquido resbalar con inusitada curiosidad, perdiéndose más y más en sus abstracciones a medida que se derramaba.
-"¿Sigo siendo aquel que salió del santuario? ¿O es acaso que, en mi necedad de despojarme de mi vida como caballero, he terminado también por despojarme de mi mismo...?"
...O...
En el restaurante...
Además, Shaka ¿es acaso esa la manera de tratar a los amigos y nuevos clientes?
Dijo Dohko levantándose de su lugar y acercándose al semidios, colocándole después un mano sobre el hombro, la cual fue vista con cierto desdén por el virgo, más que nada por su comentario mordaz.
-Tiene razón.-Dijo cerrando los ojos y esbozando una sonrisa socarrona.-Aun que no puede pedirme respeto después de haberme llamado idiota...
Se giró hacia él, viéndolo con los párpados entre cerrados. El aludido soltó un bufido de exasperación.
- ¡Por Athena Shaka! el rencor no le hace bien a nadie.
El castaño bromeó a la par que usaba la misma mano para darle una sonora palmada en la espalda, que hizo al virgo perder momentáneamente el equilibrio.
...O ...
En la cocina...
A Mu de pronto todo aquello por lo cual se encontraba en ese preciso lugar le pareció cuestionable: Su entusiasmo por conocer el mundo al lado del virgo, su decisión de despojarse de su cosmos para llevar una vida normal y de manera más fuerte y dolorosa, su amor por Shaka...
Los irises verdes brillaron con intensidad mientras su frente se arrugaba ante tales cavilaciones. Decidido, curó sus manos con su cosmos y después se dispuso a reparar con el mismo cada plato, acomodándolos con su telequinesis en el fregadero.
Luego de lavarlos el tibetano colocó el último sobre la pila que había formado con los mismos, soltando un sonoro suspiro.
-Por lo menos así no lo despedirán.-Susurró a la par que cerraba sus ojos y se limpiaba el sudor de la frente con el antebrazo, cansado por haber re activado su cosmos, aun que a su vez eso le había devuelto cierta vitalidad a su alma.
...O...
En el restaurante
-¿Todo bien señores? La voz a las espaldas de los ex caballeros les hizo girar la cabeza en sincronía, Shaka se quedó congelado en su lugar, impávido al notar que se trataba de Salim.
-Adivino por tu reacción que él es tu jefe...-Mencionó Dohko. Salim sonrió afablemente, mirando directamente al virgo.- ¿Son conocidos tuyos, Shaka?
El rubio asintió con la cabeza, manteniendo una expresión calma en el rostro.
...O...
En la cocina
Sus parpados se abrieron súbitamente al caer en cuenta de algo importante: al igual que la sangre que corrió de sus manos, su cosmos formaba parte de él y no importaba que tanto desease llevar una vida "normal", él no había nacido bajo esa estrella; el solo desearlo iba en contra de los designios de los dioses. Alzó la vista al techo y agradeció a los budas por la lección brindada, se tocó con el pulgar y el dedo índice sus tikas repetidas veces, murmurando algunos rezos en lemuriano y entre sonrió.
-Ya no tengo nada que hacer aquí...
...O...
En el restaurante
-Sean bienvenidos entonces.-Dijo con amabilidad a la par que dirigía sus pasos hacia la cocina.-Descansa un momento con ellos muchacho, mientras yo...-Salim se calló abruptamente, siendo incapaz de ocultar el semblante de asombro que acompaño dicha reacción. Esto hizo que Shaka se pusiera en alerta y aun más al sentir el porqué del desconcierto del lemuriano.
-Ese cosmos...-Murmuró Aldebarán, levantándose de su lugar de un brinco.-Es el cosmos de Mu...
Apenas había terminado de decir esto cuando Shaka corrió hacia la cocina, abriendo la puerta de golpe y buscando con ojos inquietos al tibetano en cada rincón, encontrándose tan solo con la pila de platos y un abrumadoramente pesado silencio.
-¿Pero qué carajos...?
Se adentró mas en el cuarto, su respiración comenzó a agitarse a medida que buscaba al ariano sin conseguir verle, lentamente el sudor comenzó a acumularse en su frente hasta que lo sintió resbalar por su nariz.
- ¿Mu...?-No hubo respuesta.- ¡MU! ¿¡DONDE ESTAS!?
Un desesperado Shaka comenzó a caminar erráticamente por toda la cocina, sus irises azules danzaban a la par que el nerviosismo se apoderaba de él. Ya no podía sentir su cosmos, no percibía su aroma, su presencia...de pronto le pareció que aquel cuarto se lo tragaba a medida que todo a su alrededor se volvía negro, llenándose rápidamente su mente de los peores presentimientos...
-¡SHAKA TRANQUILO!-Le gritó el antiguo maestro mientras lo sujetaba fuertemente por los hombros para que se detuviera; a pesar de que ya lo tenía retenido el virgo parecía no entrar en sí, fue ahí cuando Dohko entendió todo.
-Shaka, está bien, Mu es un hombre fuerte te aseguro que no le ha pasado nada malo...-Sutilmente comenzó a emitir una cálida onda con su cosmos, en un esfuerzo por relajar un poco al rubio.
-Eso ya lo sé...-Murmuró, soltándose del agarre del mayor.-Pero él se había despojado voluntariamente de su cosmos, no entiendo por qué...
En eso alzó la vista, notando lo que dentro de su reacción no hizo; la pila de platos que él rompió estaba ahí, como si jamás hubiesen tocado el suelo. Sintió ganas de dejarse caer al piso de rodillas, pues la fuerza en las piernas comenzó a faltarle al comprender lo que había ocurrido, pero no se quebraría así delante de tanta gente, el virgo era muy cuidadoso de su orgullo, aun que hacia minutos atrás le había ganado la desesperación. Apretó los puños con fuerza, al grado de lastimarse levemente sus palmas.-Mu esa en Jamir...
Aldebarán se acercó al rubio tan solo lo suficiente para que lo escuchase.-Te aconsejo que le des su espacio, Shaka...si Mu se fue a Jamir, lo mejor será que...
-Eso ya lo sé, Aldebarán.-Le cortó de tajo, ocasionando que su compañero arqueara una ceja.-Conozco a Mu, suele apartarse cuando siente que...-Las palabras se le atoraron en la garganta, por lo que con disimulo desvió la vista para que nadie lo notase.-Bueno, no importa.
-"...cuando siente que no le necesitan más"
Shaka hizo uso de su ya empolvada soberbia para actuar de manera objetiva, con Mu fuera de su alcance el mundo debía continuar girando.
-Supongo que tan solo cuentan conmigo por ahora para ayudarles...-Dijo regresando a ser el mismo Shaka que lucho hacia un par de años contra los caballeros de bronce, lo cual lejos de alegrar a sus compañeros los preocupó aun mas.
-Odio decirte esto Shaka, pero al que en realidad necesitamos es a Mu...-Dohko trató de sonar lo más cálido posible, no lo había escuchado de su boca, pero a estas alturas era evidente que Shaka tenía sentimientos más allá de la amistad por aquel al que consideraba su hijo.
-¿Y por qué es eso?
El castaño dudó un momento, claramente Mu y Shaka tenían sus propios problemas y no los demeritaba en lo absoluto, sin embargo, nada perdía con explicarle al rubio su situación.
Salim por su parte se había mantenido como un espectador todo este tiempo, no se atrevía a intervenir en la situación y agradeció por primera vez en su vida que este día el negocio estuviera prácticamente muerto, pues si venían clientes seguro jamás volverían por el "espectáculo" que Shaka armó minutos atrás.
-Necesitamos a un lemuriano...
Dohko se metió la mano al bolsillo, sacando un papel que a todas luces se veía tenía varios años de antigüedad. Shaka lo observó curioso y después, como si se adivinaran el pensamiento, las miradas de él y Salim se cruzaron, el mayor asintió dándole así a entender que no había ningún problema si el virgo les comentaba sobre su identidad.
-Bueno, Dohko y Aldebarán, por suerte contamos con uno.-Dijo girándose hacia el oji verde quien a la par movió su flequillo a un lado para que pudieran ver la característica marca lemuriana en su frente.
-Imposible...-Escapó de los labios del tauro, mientras veía al mayor perplejo.
-Bueno, claramente no soy puramente lemuriano.-Sonrió.-Pero podría echarle un vistazo a eso haber si puedo serles útil.
Dohko le extendió el papel a Salim ante la mirada inquisitiva de Shaka, que esperaba un poco mas de contexto sobre lo que estaba pasando.
-No me mires así muchacho, no eres el único aquí capaz de mover cielo, mar y tierra por un lemuriano...-Le sonrió con sorna, a lo que el virgo dio un respingo, más porque no se esperaba el comentario que porque le avergonzara.
-Ya veo, así que los rumores eran ciertos...-Le entre sonrió viéndolo con picardía. Con ese simple enunciado no solo desvió la atención sobre él, sino que también confirmó sutilmente la acusación del mayor.
-¡Ah! ¿Te quedaba duda?-Se burló el libra, mirando al virgo con los ojos entre cerrados y una sonrisa torcida.-Se podría decir Shaka, que soy tu suegro...
Ese pensamiento hizo que un potente escalofrió le recorriera la espina dorsal; como pocas veces en su vida, Shaka se quedó mudo.
-¿Es acaso que Mu jamás te dijo de mi relación con su maestro? Incluso él vivió conmigo un par de años en los 5 picos, esto después de que Shion muriera...
-No lo sabía.-Murmuró Shaka, cayendo en cuenta de que los pensamientos que atormentaban al tibetano eran muy validos y trayendo con ello nuevamente su complicada situación a flote.
Todo esto se hablaba mientras el de canas analizaba aquel texto detenidamente, era demasiado antiguo pero su madre le había instruido bien en las cosas propias de su raza, y él en verdad era un lemuriano de considerable edad, tanta que le había tocado presenciar algunos de los estragos que se narraban en ese texto.
-Por Degmirathba*...-Susurró, presionando después sus tikas tres veces con el dedo índice y el pulgar.- ¿Qué es lo que estas buscando, viajero?
-Dohko, llámame Dohko.-Sonrió.-Le hice una promesa a un terco lemuriano, que aun después de muerto no deja de fastidiarme...-Esto último fue dicho de una manera tan melancólica que se entendió como un fallido intento del libra por mantener su temple.
-Estas escrituras, narran la terrible desgracia de la gente del "Valle del Indo"... ¿Qué es lo que te pidió esta persona, precisamente?
Dohko recargó ambas manos sobre la tarja de la cocina, dándole la espalda a la misma y apoyando levemente su cuerpo contra la barra.-Su hermano, Arles...
Shaka abrió los ojos como platos, misma reacción que tuvo Aldebarán cuando Dohko le sugirió le acompañase y le contó el porqué.
-...ellos se separaron gracias a eso. El me explicó brevemente sobre la invasión, las muertes, los pocos lemurianos que quedaron dispersos y debieron ocultarse, creyéndose entonces una civilización perdida por la mayoría de los antiguos pobladores...
Salim escuchaba con suma atención a Dohko a la par que recordaba todo aquello que como semi lemuriano sabía sobre aquella tragedia . Después de que el continente Mu fuese destruido por un cataclismo, los sobrevivientes se habían establecido en diversas regiones, quedando su mayoría en la zona que se le conoció como "El Valle del Indo". La madre de Salim había sido de aquellas personas que poblaron el valle hace ya cientos de años atrás.
-Es por ello...-Los ojos del ex caballero de libra vibraron por la emoción de la cual era preso, esa mirada era capaz de contagiar a quien fuese con su causa.-...que Shion me pidió buscar a su hermano cuando nos encontramos en la guerra santa...-Bajó momentáneamente la mirada, sonriendo con melancolía.-El al ser nombrado caballero de Athena y después Patriarca del santuario no pudo hacerlo en vida. Siento que gracias a ello su alma no ha encontrado descanso...
Aldebarán se acercó a él, colocando de manera reconfortante su mano sobre el hombro del moreno, quien volteó a verle con gratitud.
-Necesito saber si él sigue vivo, era mucho menor que Shion, así que existe una posibilidad...-Levantó la vista mientras una solitaria lagrima surco su mejilla, perdiéndose.-La única pista que él pudo darme de su ubicación fue este pergamino, pero como puedes ver, está en lemuriano. Shion confiaba en que Mu podría ayudarme...
-Y lo hará.-Le interrumpió Shaka, Dohko pudo notar que inmediatamente después este comenzó a elevar su cosmos.
-¡Shaka! ¡Espera! ¡No es necesario que...!
Pero fue en vano, en un parpadeo el rubio ya no estaba.
...O...
"Te amo..."
"Te amo..."
"Te amo..."
Cerró los ojos con fuerza, más por el remordimiento que por la helada brisa que azotaba su cuerpo violentamente, estaba a escasos metros de la torre de Jamir pero... ¿Qué iba a decirle?
Shaka le quería, de eso no le quedaba duda, pero todo esto era demasiado nuevo para él. Si bien esta no era su primera relación, él la calificaría como la más seria hasta ahora...
"Mu... ¿qué es el amor?"
"¿Cómo es que ahora no me quieres...?"
"¿Cómo sabes que me amas?"
"¿Qué es lo que cambia?"
"¿Cuál es la diferencia entre amar y querer?"
Preguntarlo directamente le hizo estremecer... ¿Toda su vida luchando por el amor y la justicia, tan solo para no comprender el amor y por ello haber sido injusto y cruel con Mu...?
"Si el odio lleva al sufrimiento, el amor debe llevar al gozo ¿No es así? Luego entonces, si nosotros peleamos constantemente y tenemos muchas diferencias, ¿lo más lógico es que esto no sea amor...?"
Su frente se arrugó con ese pensamiento-"¡¿Qué es lo que siento entonces?!
Shaka crispó los puños por la impotencia, era la primera vez que le ocurría algo como esto. La sensación en su estomago era incomoda, el pecho le dolía, las manos le sudaban...
"Tal vez debería darme la media vuelta y regresar por donde vine, así me evitaría seguir con todas estas estupideces. No mas reclamos, ni berrinches, ni quejas..."
Se giró, frunciendo ligeramente el ceño al recordar todos los problemas que él y Mu habían tenido, como queriendo con ello apoyar su decisión. Las turbaciones de toda su anterior vida se reducían a nada comparadas con las que había tenido en los pocos días de saberse enamorado del aries, ahora todo su mundo parecía estar en completo desequilibrio y caos, como si la iluminación que había alcanzado y las enseñanzas de su maestro se hubieran quedado en el Hades.
Sin embargo, lentamente sus pasos fueron perdiendo fuerza, como un juego macabro de su mente las imágenes de lo que ocurría inmediatamente después de las peleas comenzaron a proyectársele: las palabras dulces, los cálidos abrazos, los tiernos besos, la mirada enamorada que el ariano solía dedicarle, acompañada de una bella y sincera sonrisa...
Se imaginó todo aquello desvanecerse para siempre...Por Buda, si el tan solo haber perdido de vista a Mu por unos instantes lo llevó al borde de la locura ¿Qué sería de él si no devolvía sus pasos a Jamir y con ello, el lemuriano desaparecía definitivamente de su vida?
La realidad lo atravesó como un rayo. Sonrió de lado, cerrando los ojos y bajando levemente la cabeza, una suave risa escapó de sus labios, perdiéndose en la ventisca.
El manto blanco bajo sus pies se levantó tempestuosamente por la velocidad que alcanzaron sus pasos. A los pocos minutos se encontraba frente a la imponente torre de Jamir. Shaka a pesar de saberse un guerrero, nunca había sentido tanta urgencia de pelear una batalla en toda su vida...
...O...
El fuerte sonido de la puerta azotando contra la pared hizo que Mu diera un respingo, al girar el rostro pudo ver a Shaka parado en el marco, su respiración estaba algo agitada y se sostenía con una mano por la orilla de la puerta, cuando sus ojos se encontraron lo vio con tal intensidad que el tibetano se congeló en su lugar.
-Sabía que te encontraría aquí...-Dijo con un hilo de voz, entrando con lentitud a la pagoda.
-Shaka...-Bajó la vista al piso.-...¿Qué estás haciendo aquí?
Mu pensó que su pregunta era tan retorica como estúpida, pero no se le ocurrió algo mejor que decirle por la impresión.
El semidiós no contestó, tan solo caminó con tranquilidad hasta quedar a escasos centímetros del tibetano, quien seguía sin mover un músculo a pesar de que por dentro temblaba ante la imponente presencia de aquel al que decía amar.
Una vez frente a él Shaka clavó su azul mirada sobre la verde del lemuriano, lo tomó en brazos posesivamente sin darle tiempo de nada y le besó con intensidad, estrujándolo de manera casi dolorosa. Mu no tuvo que pensarlo mucho para entender que el rubio la había pasado mal por su desaparición.
El hindú rompió el beso, quedando a escasos centímetros del rostro del tibetano.-Mu, yo...tengo algo importante que decirte...
Suspiró sobre sus labios, pero el ojiverde interpuso su mano entre ambos rostros, frenándolo.
-No te preocupes. Después de pensarlo mucho, llegué a la conclusión de que prefiero lo que hiciste a que me hubieras dicho que me amabas por cortesía...incluso te estoy agradecido por ello, Shaka.
Las comprensivas pero involuntariamente hirientes palabras de Mu impactaron mucho al semidiós, quien sintió un amargo sabor deslizarse por su garganta. Quería gritarle en ese momento lo equivocado que estaba, que en verdad aunque le había costado entenderlo ahora comprendía que lo amaba mas que a nada en esta vida, pero debía mantenerse estoico sino Mu no creería una palabra de su boca.
-Sé que me comporte inadecuadamente, haciéndote sentir prescindible ¿Por eso te marchaste, no es así?
Los ojos de Mu se abrieron como platos, Shaka estaba dando indicios de que lo conocía mucho mejor de lo que él pensaba al haberlo encontrado y entender el porqué de su huida. Y eso le encantó.
-No me enorgullece decirte el terrible susto que pase cuando no te encontré en la cocina...-Continuó, clavando la vista en el suelo y sonriendo ligeramente.- Pero gracias a ello entendí algo que de otra manera probablemente jamás hubiese aprendido...-El hindú le tomó con una mano por la barbilla, alzándole el rostro para que sus ojos se encontraran nuevamente.-Yo soy el que debería agradecerte, Mu.
El lemuriano le sostuvo la mirada con firmeza.-Y... ¿Qué aprendiste exactamente?-Dijo sonriéndole apenas, felicitándose a sí mismo por haber dicho aquello sin balbucear; jamás terminaría de acostumbrarse a la profundidad de los ojos de su semidiós, aun a estas alturas si le miraba directamente conseguía hacer que le temblaran las piernas.
-La diferencia entre querer y amar...-Soltó Shaka con una sonrisa, viendo al lemuriano con ojos altivos.-Fue una lección muy dura de tu parte, pero igual de efectiva.
Dicho esto acercó el rostro del ariano aún más al suyo, ayudado por la mano que sostenía su mentón y lo besó en los labios de manera suave. Mu se quedó parado de puntas, con los ojos cerrados y la boca entre abierta cuando Shaka se separó con delicadeza de él, tan solo para verle de ese modo que se le hacía abrumadoramente encantador.
El lemuriano abrió los ojos al sentirse observado y encontró en los de su contrario una mirada cargada de afecto, que le hizo sudar las manos y aceleró sus latidos.
-Shaka...-El nombre del virgo escapó de su boca en un susurró, pero fue rápidamente callado con otro beso, que en esta ocasión fue más profundo.
Mu cayó en cuenta en ese momento de que jamás habían tenido tanta privacidad como ahora y al sentir como Shaka comenzó a caminar junto con él sin dejar de besarle, los nervios se le pusieron de punta; cuando menos pensó tenia la espalda apoyada contra la fría pared y el peso entero del rubio sobre su cuerpo. Podía sentir a la perfección la silueta de Shaka, una de las estilizadas pero fuertes piernas se encontraba justo entre las de él, mientras que la otra se mantenía presionándole la parte externa del muslo con fuerza. El rubio colocó ambos brazos a cada lado del peli lavanda, recargando las manos en la pared y acorralando con ello al lemuriano por completo. Los latidos de Shaka golpeaban el pecho de Mu a medida que el beso se intensificaba cada vez más, por lo que el ariano sentía ahogarse en un mar de sensaciones tan desconocidas como placenteras.
Sus ojos se abrieron de par en par al sentir como la hábil lengua del semidiós invadía su boca, Shaka jamás lo había besado de esta manera, pero decir que le desagradaba seria una terrible mentira. Sin embargo, estaba tan nervioso e impactado por lo que estaba ocurriendo que se había quedado petrificado en su sitio, incapaz de corresponderle a ese hombre que le propiciaba tan deliciosas caricias con sus labios.
-Mu...-susurró sensualmente el semidiós entre besos, su respiración agitada acompañada de la mirada febril ocasionó que el aries sintiera un intenso cosquilleo en la entrepierna, cosa que lo hizo sonrojarse soberanamente.-...te deseo tanto.-Confesó el rubio, dirigiendo sus labios al níveo cuello y depositando un suave y húmedo beso en el mismo, haciendo que un potente y rico escalofrió recorriera la espina dorsal de su novio. Un gemido escapó de la boca del aries y este la cubrió rápidamente con sus manos, avergonzado a niveles que jamás pensó podría estar.
Shaka rió afablemente con la tierna reacción y retiró las manos de Mu, colocándolas alrededor de su cuello y después tomándolo por la cintura.-Si haces eso no podre escucharte...-Le dijo con inusitada lujuria, a lo que Mu desvió el rostro para que no pudiera ver reflejada la vergüenza que sentía.
-Shaka, yo...uuum-Gimió nuevamente, pues el rubio comenzó a succionar la piel de su hombro después de haber rasgado un poco su túnica para abrirse camino.-Esto me estorba.-Comentó mientras tomaba la túnica por la parte más baja, quitándosela de un solo movimiento.
-¡Shaka!-Exclamó el ariano, abrazándose el pecho con un pudor digno de una chica, a lo que el mencionado lo vio desenfadadamente.-¿Qué?
-¡¿A qué te refieres con qué?!-Medio le gritó Mu, girándose hacia la pared y viéndolo por el rabillo del ojo.- ¡Devuélvemela!
El virgo soltó un sonoro suspiro de enfado.-No.
Mu arqueó una "ceja" mirándolo con un tinte de enojo.-¿No?
-¡No!-En un parpadeó la tela se hizo polvo. El lemuriano abrió tanto los ojos que pensó se le saldrían de sus orbitas y su enojo fue tal, que sin pensársela dos veces se lanzó sobre de Shaka, quien no se esperaba esto y cayó estrepitosamente al suelo con el lemuriano encima.
-¡¿Por qué hiciste eso?!-Le gritó el peli lavanda, forcejeando con su hindú quien le veía con una expresión divertida en el rostro.- ¿Con que derecho te crees de...?
Su boca se quedó entreabierta a medio enunciado, pues Shaka aprovechando la posición se había inclinado levemente hasta alcanzar su clavícula, mordisqueándola suavemente a la par que masajeaba sus caderas. Sus manos fueron viajando por la cálida y blanquecina piel, deslizándose por las costillas del aries quien hecho la cabeza hacia atrás, extasiado con aquel placer que había intentado rechazar anteriormente.
-¿Quieres que me detenga?-Le preguntó burlón, empujando el cuerpo de Mu más hacia abajo al grado de que sus entrepiernas, ahora algo endurecidas, chocaron de manera incidental pero deliciosa.
-Aaaahh...-Mu intentó ahogar el gemido pero fue inútil, la sensación había sido demasiado placentera.
-Tomare eso como un no...-Dijo el rubio con un hilo de voz, para después bajar sus manos hacia el trasero del ariano, sujetándose de él e incitándolo a moverse, a lo que Mu no se negó, haciéndolo de manera tan rítmica como inconsciente, derrotado ya por el deseo.
-¡Dioses Mu!-Gruñó Shaka al sentir el placentero roce del miembro de su novio frotándose contra el suyo, sensación que incrementaba a medida que la humedad del liquido pre seminal lubricaba su glande. Se incorporó entonces, dejando al tibetano sentado sobre su regazo y le besó los labios con hambre, mordiéndolos y estrujándole en sus brazos, mientras el peli lavanda continuaba moviéndose sobre de él, apoyándose en los hombros del rubio para no perder el equilibrio. Shaka se sacó la camisa para poder sentir el pecho del aries frotarse contra el suyo, sensación que fue sumamente excitante para ambos; su aroma mezclado con el del sudor solo podía ser descrito como afrodisiaco, además de la calidez, belleza y fragilidad que encontraba tan atractivas en su piel.
-Me excitas mucho...-Le susurró al oído, cerrando sus manos en aquellas caderas que se movían por sobre de él, otorgándole un placer indescriptible. Obtuvo un audible gemido como respuesta, no necesitaba escucharlo con palabras para saber que Mu estaba tan excitado como él.
Sonrió de lado ante esa incitante acción, y con delicadeza empujó el cuerpo del aries para recostarlo en el suelo, los cabellos lavanda se desparramaron en todas direcciones mientras Mu le mirada con los ojos cargados de deseo, el vibrante color verde contrastaba con las enrojecidas mejillas, cuyo tonó se intensifico al notar que Shaka comenzaba a despojarle de sus prendas bajas.
El virgo observó complacido el miembro de su amor, estaba erguido completamente, húmedo y palpitante; encontró esto muy de su agrado y alzó la vista para ver la reacción de Mu, que adivinaba seria de abrumadora pena, y acertó pues en cuanto sus ojos se encontraron el mencionado dio un respingo e intentó en vano cerrar sus piernas, pero Shaka lo tenía fuertemente sujeto de las rodillas.
El rubio se coló entre sus piernas, mirándolo con intensidad y con su cosmos hizo desaparecer todas las prendas restantes que cubrían su cuerpo, impactando a Mu de sobremanera al contemplarle totalmente desnudo ante él. Sabía lo que iba a ocurrir, era más que obvio, pero...
-Shaka...-Lo miró con ojos suplicantes y las mejillas ardiendo, a lo que su rubio le dio un suave beso en los labios, acariciando sus cabellos para reconfortarle.
-Tranquilo, se lo que estoy haciendo...
Esta frase intrigó mucho al aries, seria acaso que... ¿El único primerizo aquí era él?
No tuvo tiempo de indagar en ese pensamiento, pues una inmensamente placentera sensación le hizo poner la mente en blanco de pronto. Su entrepierna de pronto se sintió sumamente húmeda y caliente, alzó la cabeza solo un poco y alcanzó a ver como su miembro entraba y salía de la boca de Shaka, quien después comenzó a acariciarle los muslos y el resto de su sexo con una mano, haciendo que arqueara la espalda inevitablemente por el inmenso placer.
Los gemidos de su boca no se hicieron esperar e incluso sintió sus parpados humedecerse por el insoportablemente delicioso acto. La lengua y labios de Shaka eran muy hábiles, haciendo la presión justa y los movimientos correctos para llevarlo al borde de la locura.
La poca cordura que le quedaba a Mu se fue al hades cuando el rubio sacó su miembro y comenzó a estimularlo con una mano, mientras introducía uno de sus dedos de la mano contraria en la boca de Mu, quien de manera más bien instintiva comenzó a succionarlo, Shaka introdujo otro más al ver que su amante había comprendido su intención y en poco tiempo el ariano estaba lamiendo y succionando sus dedos dedicadamente.
La vista de esto hizo estragos en la mente de Shaka, Mu se veía sumamente sensual. El contraste de inocencia y lujuria que representaba el lemuriano en ese momento le hubiera arrancado la elocuencia a cualquiera.
Shaka retiró sus dedos de la boca de Mu, quien le vio curioso pero no por mucho, pues sus ojos se cerraron fuertemente al sentir el dedo índice de Shaka rozar delicadamente su entrada, humedeciéndola con su propia saliva.
-Oh Mu...-Gruño el semidiós al tentar el sitio, imaginándose inevitablemente lo placentero que sería poseerlo. Con lentitud y delicadeza, introdujo su dedo solo un poco, esperando por la reacción del ariano, quien hizo una débil mueca de dolor, más que nada porque la sensación en sí era muy extraña.
Shaka continuó estimulándole y se acomodó de tal forma que pudiese continuar con su labor pero acariciando con su boca el sexo de su tibetano, el cual ahora estaba tan duro como una roca.
-Sh...Shaka...-Gimió, aferrándose a los rubios cabellos pues la sensación era tan indescriptible como deliciosa. El mencionado logró con esto introducir su dedo por completo y comenzó a moverle en su interior, sintiendo las estrechas paredes del ariano estrujándole con fuerza, por lo que continuó estimulando también el miembro con su boca.
-¡Por los budas! ¡Shaka!-Exclamó mientras sentía su cuerpo estremecerse, el placer era demasiado, al grado que juraba que en cualquier momento explotaría. El hindú notó esto por lo que introdujo otro dedo, ensanchándolo y arrancando un fuerte suspiró de la pálida boca.
Cesó entonces el acto, retirando con delicadeza sus dedos de la cavidad recibiendo un quejido-reclamo de Mu, tomó su propio miembro con una mano y acaricio el contrario con él, estimulándose con la humedad, palpitaciones y calor del aries.
-Mi amor, no aguanto ya, quiero poseerte...-Dijo frotándose con más fuerza contra su lemuriano, quien no dijo nada tan solo se limitó a seguir gimiendo. Shaka entonces acarició con la punta de su miembro la virgen entrada, humedeciéndolo con su propia lubricación, sensación que hizo a Mu retorcerse en su sitio.
-Dioses Mu...-Gruño nuevamente, apretando sus parpados con fuerza a medida que la punta de su miembro entraba milímetro a milímetro, no iba a apresurar las cosas, sin preguntarlo le había quedado bastante claro que esta era la primera vez que su tibetano se entregaba a alguien, por ello se había dedicado a prepararle para que sintiera el menor dolor posible.
El mencionado se aferró por los hombros al semidiós, apretando tanto parpados como dientes al sentir como era invadido por el grueso miembro de su rubio, sorprendentemente y muy contrario a lo que él creía, la penetración no estaba resultando dolorosa.
-¿Estás bien?-Le preguntó Shaka una vez entró por completo, el ariano quien ahora se encontraba abrazándole por la cintura con las piernas tan solo asintió con la cabeza tímidamente, a lo que el oji azul le sonrió con ternura, inclinándose para darle un dulce beso en el cuello.
-Voy a moverme.-Le advirtió, sujetándose por las afiladas caderas y dando la primera estocada, que arrancó un fuerte gemido de la boca de su amado.
-Sha...ka...-Dijo con un hilo de voz, sus mejillas estaban completamente rojas, sus ojos entrecerrados se veían nublados por la lujuria y los cabellos lavandas que enmarcaban su rostro se movían con violencia a medida que Shaka lo movía para penetrarle con mas y mas profundidad. El tener a su hindú dentro de él era demasiado bello y placentero, la manera en la que le tomaba entre sus brazos mientras lo hacía suyo lo llenaba de una extraña felicidad y paz, sin contar que de a poco todo a su alrededor comenzaba a volverse borroso y sentía dentro de sí crecer algo que no sabría explicar con exactitud.
Por su parte Shaka se sentía deliciosamente presionado por las estrechas paredes de su lemuriano, el calor y la humedad que envolvían su miembro lo estaban excitando como nunca antes y de algún modo por vez primera comprendió lo que era hacer el amor. Se sujeto de la parte baja de las rodillas de su ariano para penetrarlo con aun más fuerza, moviéndose frenéticamente a medida que la excitación y el placer se apoderaban de él.
-¡Argh Mu!-Gimió, lanzando la cabeza hacia atrás y embistiéndolo con más fuerza.
-¡Mi amor! Aaaa ¡Siento que...! ¡Shaka! -Mu sintió los inicios del orgasmo apoderarse de su ser, por lo que miró a su rubio aterrado, buscando desesperadamente en él algo de dirección.
-Tan solo, déjalo ir, Mu...-Le ordenó, sintiéndose tremendamente excitado por la inexperiencia de su lemuriano y orgulloso de ser el responsable de provocarle tan placenteras sensaciones por primera vez. Entendiendo que estaba a nada de alcanzar el orgasmo, le tomó una pierna arrojándosela sobre del hombro, penetrándolo con más profundidad a lo que un gemido sofocado y fuerte abandonó la boca ajena, la cual dejó entre abierta y puso los ojos casi en blanco por el placer.
Shaka aceleró sus estocadas al ver aquella reacción en su peli lavanda.-Vamos mi amor, no aguanto más...- Soltó en un quejido, sintiendo su cuerpo estremecerse a medida que el orgasmo le alcanzaba.
-¡Shaa...kaa...!-Mu contrajo sus pupilas, apretó los dedos de los pies y su boca tembló ligeramente a la par que expulsaba el semen de su cuerpo con fuerza. Sintió todo su cuerpo sacudirse por la sensación, mientras sus paredes apretaban rítmicamente el miembro del rubio que aun se encontraba dentro de él.
-¡Mu! ¡Dioses! Argh...-El semidiós sintió como aquel líquido era arrojado con violencia de su cuerpo y tembló ligeramente al terminar por completo dentro de su lemuriano. Agotado, se dejó caer sobre de él, abrazándole con ternura y cansancio.
-Te amo.-Le dijo débilmente. Al estar recostado en su pecho pudo sentir como el corazón del aries se aceleró aun más.
El lemuriano estaba tan cansado que lo único que atinó a hacer fue sonreír por escuchar a Shaka decirle aquello, el sabia que lo amaba, aun que no lo ponía en palabras todas sus acciones se lo decian; tan solo debía darle oportunidad de entender sus sentimientos. Besó entonces la rubia cabecilla que le quedaba justo por debajo de su mentón y le rodeó con sus brazos, recargando su mejilla sobre de ella y cerrando los ojos.
-También te amo, Shaka.
A los pocos minutos ambos caballeros se quedaron profundamente dormidos en el suelo de la torre de Jamir, olvidándose por completo de todo lo demás.
...O...
-Me temo que pasaremos la noche aquí.-Dijo Dohko mirando al sol ponerse, de pronto una sonrisa socarrona se dibujo en su rostro y se giró para ver a su compañero.-Supongo que Shaka y Mu arreglaron sus diferencias después de todo, sino, Shaka ya hubiera regresado...
Aldebarán se sonrojo por la frescura de las palabras de Dohko, si bien era algo obvio que esos dos estaban saliendo, le costaba trabajo pensar en su mejor amigo en cualquier tipo de situación con el ex guardián de la sexta casa.
"No debes preocuparte, mi querido Shion, cumpliré mi promesa así me lleve toda esta vida..."
Continuará...
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