Empleo (Revisado)

-Tiene que ser una maldita broma...

Murmuraba el hindú a la par que Mu, tanto amable como burlonamente, ataba su mandil.

-Shaka de virgo, el más cercano a Dios, presunta reencarnación de Buda...-Seguía refunfuñando entre dientes, a lo que el aries hacia su mayor esfuerzo por no reírse. Movió la larga y desaliñada coleta que Shaka se había hecho a un lado para que dejara de entorpecer su trabajo y al ver que el rubio no se callaba soltó un sonoro suspiro.

-Basta ya de eso, Shaka... ¿o es acaso que tu condición nos llenará el estómago? -Terminó de atar el moño y lo giró por los hombros para que lo viera a la cara, regalándole una amplia y amable sonrisa. -Eres un mesero muy apuesto. -Le dijo con un tinte de burla, a lo que Shaka se sonrojó soberanamente e hizo una mueca de desagrado, dándose la media vuelta y caminando con la poca dignidad que sentía le quedaba en dirección contraria a su novio, quien rió por lo bajo con la infantil escena.

-Eres todo un caso, querido Shaka.-Susurró para sí con una sonrisa socarrona, mientras lo veía alejarse a pasos agigantados de él, después comenzó a subirse las mangas de la camisa y se dirigió a la cocina, donde le esperaban los trastes sucios.

Horas atrás...

Mu se alejó de su rubio a toda prisa, entendía el sentir de Shaka pero contrario a él, en vez de exaltarse buscaría una solución, por lo que al divisar un oportuno letrero de "Se solicita personal" en un local cercano, no dudó un minuto en preguntar de que se trataba. En realidad no le interesaba que tan malo fuera, después de todo ¿Qué podía ser más difícil, pesado o arriesgado que ser parte de la orden dorada de Athena? Decidido, entró buscando al solicitante, quien era una persona de considerable edad; Portaba un gesto amable, cabello largo que enmarcaba su afilado rostro con un flequillo tapándole justo por debajo de las cejas y un color de piel moreno claro, que hacía un bello contraste con sus ojos verde intenso.

- ¿En qué puedo ayudarlo, caballero? -Preguntó suavemente.

Mu dió un respingo, alegrándose a sobremanera por que alguien en todo este viaje por fin notara que era un hombre, a pesar de sus vestimentas.

-Vengo por el anuncio del empleo...-Dijo dejando su sorpresa de lado.

El anciano esbozó una amplia sonrisa. - ¿En serio? ¿Y, qué experiencia tienes en restaurantes muchacho? -Volteó a ver al ariano de arriba abajo sin un ápice de disimulo, a lo que Mu se sintió inmediatamente intimidado al notar que sus aptitudes estaban siendo desde ese momento medidas.

-Pues...me he cocinado toda la vida ¿Eso cuenta? -Preguntó con una tímida sonrisa, algo de pena se podía notar en su voz.

-Como lo sospechaba, jamás has trabajado...-Le sonrió con sorna, arqueando una ceja junto con ello. -Me lo dicen tus manos...

-Se equivoca, señor. -Le interrumpió el aries. Era cosa atípica de él hacerlo con sus superiores, sin embargo, debía convencerlo de lo contrario a como diera lugar y cuanto antes.

-A los 5 años se me adiestró en el arte de la herrería, he reparado armaduras de distintos materiales desde entonces. La condición de mis manos no refleja la realidad de mis habilidades...

- ¿Debo creerte, joven forastero? -Fue su turno de interrumpir al peli lavanda. -Aunque eso fuera cierto, darle trabajo a un extranjero como tú podría traerme serios problemas con las autoridades. Aunado a eso, no tienes experiencia laboral y sospecho que tampoco manera de comprobarme que tus palabras son ciertas...

El lemuriano se mantuvo impávido ante su aseveración, aunque por dentro sentía angustia de pensar que se enfrentaría a la misma situación en cada lugar a donde fuese a pedir trabajo, además de que no solo debía conseguir uno para él, sino también para Shaka...

"Shaka..."-Pensó con pesar, recordando su estado de salud que parecía empeorar a cada minuto, ¿Cómo podría trabajar así? Si necesitaba medicamento ¿Cómo iba a pagarlo? Ni siquiera tenía dinero para llevarlo al doctor...

No. No podía fallarle, ese empleo debía ser suyo, trabajaría dos turnos si era necesario...

-Señor, yo...de verdad necesito este empleo, hare lo que se requiera. ¡Aprenderé con rapidez cualquier labor que usted me encomiende! por favor...

El anciano, cuyo rostro sereno y gentil se había mantenido a lo largo de su plática, se conmovió por la desesperación contenida que para él fue perceptible en cada palabra y gesto del aries. Como todo sabio, lo había estado probando todo el tiempo y Mu superó las expectativas con creces.

-De acuerdo. -Sonrió. -El empleo es tuyo... ¿Cómo es que te llamas?

-Mu. -Sonrió con entusiasmo. -Me llamó Mu. Es un placer señor, en verdad se lo agradezco mucho. -Hizo una reverencia, conteniendo lo más posible su entusiasmo para no perder la seriedad ante su "jefe" quien tan solo lo vio divertido por ser tan formal para su corta edad.

El locatario no pudo evitar que el curioso nombre del joven le llamara la atención, su apariencia en sí le parecía sospechosa, aun así, entendía dentro de su vasta experiencia y sabiduría, el por qué de las ropas. Pero el nombre, aun en estos tiempos modernos donde parecía que la gente se buscaba lo más atípico para llamar a sus hijos, le causaba ruido...

-Empezaré de inmediato si así lo requiere, tan solo debo reunirme con mi compañero que me espera afuera...-Dijo Mu, sacándolo de sus pensamientos.

-Tráelo acá, probablemente tenga algo para el también...si cumple con el perfil, claro está. -Mantuvo la amable sonrisa.

-Si hay alguien calificado para hacer cualquier cosa...-Habló sin poder ocultar el entusiasmo en su voz. -...ese seguramente es él. -El lemuriano sonrió dulcemente sin poder evitarlo; podía ser muy bueno en permanecer estoico ante la adversidad y pensar fríamente en situaciones difíciles, pero cuando se trataba de sus sentimientos por Shaka, era tan transparente como el agua. Esto de ningún modo paso desapercibido por el locatario, quien esbozó casi una imperceptible sonrisa de lado.

-Sin embargo...-El tono de voz de Mu disminuyó considerablemente a la par que clavaba la vista al suelo con pesar. -Me temo que él ahora no se encuentra del todo bien...-Esto último fue apenas audible por el mayor, pues el tibetano había pensado más bien en voz alta.

El anciano de pronto se puso serio, gesto notado por el ariano. -Anda por él entonces. -Le dijo con sequedad, a lo que Mu tan solo asintió con la cabeza, dirigiéndose a la entrada en búsqueda de su rubio.

Cual fuera su sorpresa que al abrir la puerta se toparía con él de frente...

...O...

-¿Tienes Sangak aún?-Preguntó una de las jóvenes que Shaka atendía, el rubio asintió con la cabeza y lo anotó en su block de escritura con rapidez.

-¡Eres zurdo!-Mencionó la joven con inusitado entusiasmo, a lo que el rubio arqueó una ceja y alzó la vista para verle.-Los zurdos me parecen sumamente interesantes...-Le dijo mientras recargaba ambos codos sobre la mesa y posaba su rostro por sobre sus manos, viéndolo a los ojos con una intensidad que Shaka tan solo había encontrado en los de Mu. Ese pensamiento lo puso inevitablemente nervioso, cosa que su rostro no pudo ocultar; el pobre aun no dominaba las expresiones de sus ojos abiertos.

-¡Lo siento!-Rió la joven por lo bajo.-Pensé en voz alta...-Dijo sonriéndole con notable coquetería.

El rubio dio un paso hacia atrás y sintió su corazón salírsele del pecho cuando escuchó un plato romperse a sus espaldas.

-¡Limpieza!-Gritaron desde la cocina, a lo que Shaka ni siquiera se molestó en disculparse con la joven y se alejó de ella a zancadas, entrando apresuradamente a donde el plato había caído. Una vez dentro, se puso de espaldas contra la pared, soltando un suspiro contenido y pasando una mano peinando sus mechones de cabello sueltos repetidamente.

...O...

1 hora antes...

- ¿Y tú eres...? –Dijo el anciano, mirando al virgo con los ojos entre cerrados y una media sonrisa.

-Shaka. -Contestó el hindú, analizando a aquel hombre de manera disimulada, sin estar seguro de si confiaba en él o no por su simple primera impresión.

-Mi nombre es Salim, siéntense muchachos. -Les señalo dos sillas, mientras él mismo tomaba asiento frente a ellos, poniendo ambos codos sobre la mesa y recargando después su rostro en ambas palmas. -Supongo que desean una explicación...

Ambos se sentaron inmediatamente, afirmando con el gesto su interés. -Dijo que corríamos peligro...-Comenzó Mu, quien era probablemente el más curioso de los dos pues la impresión que el hombre había manifestado al descubrir su raza le había dejado un sentimiento ambiguo, y si algo molestaba al ariano era la incertidumbre.

-Son viajeros, y por lo que puedo ver, unos vagamente informados de la situación de este país. -Aseveró-Adivino que...-Volteó a ver a Shaka con algo de recelo, a lo que el virgo permaneció impávido, mas se puso inmediatamente en alerta. -planean llegar a la India...

Ninguno se sorprendió, eran conjeturas bastante evidentes después de conocer un poco sobre sus orígenes y necesidades. El anciano volteó a ver a Mu con ojos inquisitivos. - ¿Por qué no se teletransportan allá? -El lemuriano comprendió con ello que ese hombre estaba más que informado sobre las cosas de las que su estirpe era capaz, por lo que no le vio caso a ocultarle la verdad. -He decidido despojarme de mis poderes, señor.

- ¡Cosa más boba! -Le sonrió. -Pero no voy a juzgarte ni pretendo que cambies de parecer, joven Mu. Sin embargo, si has decidido ese camino, al menos intenta hacerlo menos escabroso.

En esta ocasión Mu no pudo ocultar su sorpresa ante lo que parecía ser un regaño amable, lo cual a aquel hombre le causo gracia. -No te preocupes, voy a ayudarte, después de todo...

Lo que sucedió a continuación dejo a ambos caballeros sin aliento, aquel hombre llevó las delgadas y arrugadas manos a su frente, retirando el denso flequillo para descubrir que bajo de él no solo carecía de cejas, sino que en su lugar tenía unas tikas moradas, señal inequívoca de que era descendiente de la gente de Mu.

-...entre nosotros debemos apoyarnos ¿No lo crees?

Mu seguía helado. Shion le hablo muy poco y fue muy escueto en su explicación sobre sus orígenes y las comunidades lemurianas remanentes. El pequeño peli lila se cansó de cuestionarle al respecto y obtener siempre respuestas forzadas y monótonas, así que dejo el asunto por lo sano. Por lo cual ver a otro lemuriano delante de él le ocasiono tanto alegría como curiosidad y si, quizá un tanto de histeria, cosa que fue evidente para Salim.

-Entiendo tu desconcierto muchacho, eres demasiado joven y por ello no conoces aún varias cosas de nosotros, incluso yo que soy viejo hasta para nuestra raza, me considero ignorante. Nuestros antepasados han sido un tanto herméticos, queriendo proteger con ello a los pocos que quedamos supongo...

Mu no terminaba de entender bien todo aquello y no podía evitar recordar a Shion con cada palabra, pues aquel hombre se asemejaba mucho a su antiguo maestro...sobre todo por esa manera tan intrigante de hablar que en vez de resolver sus dudas lo enredaba más.

-Pero bueno, eso por ahora no tiene importancia. -Sonrió, a lo que Mu no pudo ocultar su gesto de decepción al ver que con ello el tema se daba por terminado. –Solo hay un par de cosas que necesitan saber para que no se metan en problemas. -Volteó a ver a ambos alternadamente, para después fijar sus ojos en el rubio que se había mantenido en absoluto silencio.- Shaka, evita en la medida de lo posible hablar, tu acento es muy marcado y la gente de la india no es bien vista por los musulmanes...

-"Justo cuando empezaba a acostumbrarme a usar mis cinco sentidos"-Pensó el rubio mientras asentía levemente con la cabeza de mala gana.

-De cualquier modo, no pareces ser alguien que hable mucho.-Sonrió el moreno, a lo que Shaka inclinó levemente la cabeza hacia atrás y frunció el ceño, no sintiéndose muy cómodo con la manera tan confianzuda del iraní para dirigirse a él.-En cuanto a ti, Mu. –Se giró para verle.-Tu condición lemuriana desde hoy puede ser tu salvación o tu perdición...-El mencionado arqueó una "ceja" mirando al mayor confundido. –La homosexualidad en el Islam es una falta muy grave...

Ambos caballeros dieron un respingo y abrieron los ojos como platos, a la par que sentían la sangre subírseles hasta la coronilla por la vergüenza que los invadió al ser descifrados tan hábilmente por el mayor. Comenzaron a balbucear cosas inaudibles que Salim adivinó eran excusas tontas y negaciones desesperadas por lo que rió afablemente.

-Tranquilos, tranquilos.-Dijo entre risas.-A pesar de que yo soy musulmán por parte de mi padre, mi madre quien era lemuriana, me inculcó un profundo respeto por mis semejantes. Lo que ustedes hagan con su vida me tiene sin cuidado.- Manifestó con amable parsimonia, lo cual ayudo a calmar a los jóvenes inmediatamente, aun que no por ello era menos bochornoso.

-Ahora, gracias a que tú al parecer eres un lemuriano puro, posees facciones muy finas...rayando incluso en lo femeninas, Mu.-El mencionado desvió la mirada y se sonrojó un poco, lo cual aun seguía divirtiendo a Shaka.-Eso, muy a tu pesar, es una ventaja para ustedes. Por lo menos podrán andar por la calle con normalidad, ya que además Shaka de ninguna manera es un hindú convencional.-Sonrió, y ahora fue el turno del rubio ojos azules y tez bronceada de dar un respingo.

-Mi padre era británico.-Se apresuró a decir de manera inexpresiva, a lo que Mu giró la cabeza para verle, extrañado a más no poder. Reparó en ese momento de que en realidad ninguno de los dos se había contado mucho de sus orígenes, mas bien, sabían lo mismo sobre ellos que cualquiera de sus ex compañeros de armas. Ese pensamiento le cayó al ariano como un balde de agua fría ¿Qué tanto conocía a Shaka en realidad...? Comenzó a atacarse él mismo con preguntas sobre su rubio ¿Conocía su color favorito? ¿La comida que más le gustaba? ¿Sus peores temores...?

Se quedó en blanco, cosa que el virgo pudo notar al verle por el rabillo del ojo, pues tenía la mirada perdida y una cara de desconcierto que preocupo al rubio de inmediato. Mu estaba tan inmerso en su revelación que incluso dejo de escuchar a Salim.

-Bueno, entonces como Mu no ha reprochado al respecto el será el lava platos, eso te convierte a ti en el mesero Shaka, solo trata de hablar lo menos posible con los clientes por favor...

-Perdone... ¿Me pareció escuchar que dijo que sería mesero?-Preguntó el rubio sin poder ocultar la indignación en su voz.

-Tienes unos oídos privilegiados, Shaka.-Se burló el anciano, a lo que el mencionado frunció el ceño. Mu, quien había salido de sus pensamientos tan pronto escucho la voz de su oji azul se le acercó lo suficiente para susurrarle al oído.-Shaka, no estamos en condición de despreciar nada, lo entiendes ¿cierto?

El rubio refunfuño cosas inaudibles en hindi aun con el ceño fruncido antes de admitir que Mu tenía razón y resignarse.

...O...

-Me debes una...-Le dijo Mu una vez vio al rubio entrar a la cocina, el mencionado lavaba un plato de manera bastante efusiva sin despegarle la vista al mismo.

-Mu, si sigues lavando así ese plato le tumbaras el color...o le harás un agujero...

Silencio.

-Mu, enserio, basta... ¿Qué te sucede?

El lemuriano seguía con su labor, sin siquiera atreverse a ver a Shaka a los ojos, quien sin pensársela dos veces se paró por detrás del peli lavanda y lo rodeó con sus brazos por los hombros, tomándole ambas manos con las suyas para que se detuviera.

-Ya es suficiente Mu.-Le susurró al oído, a la par que lo hacía soltar lentamente el plato en el fregadero.

-¿No necesitarás tus brazos para barrer el suelo Shaka?-Preguntó en un tono inexpresivo, sin voltear a verle. Esto le hizo al rubio hervir la sangre, por lo que le tomó fuertemente por los hombros y de un movimiento rápido lo giró para que lo viera de frente.

-Déjate de cosas y ve al grano aries.-Los zafiros miraban con intensidad a las esmeraldas, bailando de un lado a otro a medida que se prolongaba el contacto.-Las indirectas no funcionan conmigo, si algo te molesta dímelo a la cara.

Los ojos de Mu se abrieron como platos ante la reacción de su hindú, Shaka por su parte aflojó el firme agarre a los hombros de su obstinado novio después de ver su cara de asombro (y un tanto de miedo) más lo mantuvo sujeto lo suficientemente fuerte como para que no escapara. Para la sorpresa del virgo, los ojos del aries se cristalizaron, el remordimiento que sintió por ello lo hizo querer abrazarlo con fuerza y olvidar todo el asunto, pero sabía que debía mantener su postura...

-Es curioso como tuve que enterarme por alguien más que eres zurdo...-Dijo por lo bajo, como pensando en voz alta. Shaka lo vio contrariado, pues ignoraba todas las divagaciones que el lemuriano había tenido con anterioridad sobre la solidez de su relación y que lo tenían ahora muy asustado y confundido; aunado a eso, el hecho de que esa muchacha le coqueteara tan abiertamente y el rubio fuese incapaz de hacer algo al respecto no hacía más que incrementar su inseguridad.

-Mu...-Dijo suavemente para después limpiar con su dedo índice lo que parecía ser la primera lagrima que el tibetano pensaba derramar, le tomó después por la barbilla y le dio un fugaz beso en los labios.-Debo volver, por favor deja de pensar estupideces en mi ausencia.-Le sonrió y después, con su cosmos levanto los trozos del plato roto arrojándolos a la basura.

-¡Shaka!-Exclamó Mu sorprendido y un tanto indignado.

-Ups...-Shaka se encogió de hombros y le sonrió con sorna, para después salir de la cocina.

Mu sonrió ligeramente de lado con los ojos gachos.- ¿Como iba a notar que eres zurdo...si solías hacer las cosas con tu cosmos todo el tiempo?-Suspiró, sintiéndose muy inmaduro a comparación de Shaka, quien con sutileza había logrado calmar sus demonios internos.

En eso el ruido de la puerta abriéndose de nueva cuenta lo sacó de sus pensamientos, Shaka traía cargando un alterón de platos sucios haciendo malabares con ellos para que no cayeran ante la mirada inquisitiva de Mu, quien lo vio correr después por un trapo que estaba sobre la barra, aun luchando contra la gravedad. El tibetano sonrió de oreja a oreja ante la visión de su rubio trabajando tan arduamente, muy a pesar de todo lo que se había quejado horas atrás.

Este al sentirse observado volteó hacia su fuente de turbación, quien le contemplaba con adoración infinita mientras una enternecida sonrisa se formaba en su labios.

-Te amo.

El ruido de los platos rompiéndose se escuchó hasta la calle.

...O...

-Era sin lugar a dudas el cosmos de Shaka, mas ¿Qué estarían haciendo él y Mu en un lugar como este?

-Bueno, querido amigo, el despliegue de cosmos fue demasiado corto, lo cual me hace dudar de que en realidad estemos en la dirección correcta...Sin embargo, la única manera de saberlo, es entrando.-Le sonrió a la par que colocaba su mano en la perilla de aquel restaurante, al abrir la puerta la campanilla sonó anunciando la llegada de un nuevo cliente por lo que Shaka alzó la vista, más se congeló en su lugar al notar de quienes se trataban.

-Pe...pero ¿Qué significa esto?-Alcanzó a balbucear.- ¿Qué hacen ustedes aquí?

El castaño le sonrió con sorna.-Muchacho yo soy el que debería preguntarte eso a ti, ¡Mírate!-Soltó la carcajada, mientras su acompañante se acercaba a la escena a paso lento, quedándose al instante frío cuando notó también la presencia (y ocupación) de su ex compañero de armas.

-¡Esto se merece un trago!-Dijo un tanto alto con una enorme sonrisa.-Anda Shaka, ¿Qué esperas? Las bebidas no se servirán solas...y con eso, trae a Mu también.

El rubio lo vio fijo, cerrando después los ojos y riendo de manera un tanto sombría.-Enseguida...Dohko-Dijo mientras caminaba hacia la cocina.

-¡Si le escupes a mi vaso lo sabré!-Le grito haciendo que el rubio se frenara en seco aun de espaldas a él, casi perdiendo el equilibrio por la impresión de sus palabras. Optó por no decir nada en su defensa y seguir su camino, de pronto el pensamiento de que a Mu la noticia le alegraría el día lo hizo sentir un vuelco en el estomago, pues después de lo que había pasado momentos atrás bien le hacía falta distraerse...

Quizá así le dirigiría la palabra al menos...

...O...

Aldebarán volteó a ver al castaño incrédulo.-Dohko, ¿No deberíamos...?

El antiguo maestro se colocó ambos brazos por detrás de la cabeza.-Tranquilo Alde, solo lo molestare un poco, después de todo, si queremos que nos ayuden no podemos hacerlos enfadar.

El tauro negó con la cabeza divertido. Haber aceptado la oferta de Dohko le parecía a cada paso la mejor decisión que pudo tomar.

Continuará...

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top