La Verdad Detrás De Todo.

En algún lugar...

Pasos se escuchaban a través del inclemente clima, chapoteando, resbalando y distorsionándose en un eco seco y frío. Eran pasos apresurados. Pasos que no indicaban temor. Solo una mirada violeta resplandeció en la penumbra justo cuando los pasos se quedaron quietos, buscando un camino mejor.

-Por fin te he encontrado... cachorrillo. –Murmuró una voz en alguna parte, invisible, con la misma quietud y frialdad que un carámbano de hielo.- Y esta vez no habrá errores, no habrá confusiones.

-¡NO!

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.

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Pueblo Caelestis, cerca de las 6:00 p.m



La tormenta se había abalanzado sobre la población sin compasión y la lluvia caía cada vez más fuerte. Los relámpagos iluminaban las piedras mojadas que conformaban el suelo de las calles y su brillo fúnebre se reflejaba en los cristales de las casas pueblerinas. Un chasquido de agua se extendió como un eco por la calle. Alguien había pisado un charco mientras corría. Y no estaba solo. Parecía que un grupo entero de personas corrían con la esperanza de encontrar un refugio...mientras varios de ellos se quejaban de la locura que estaban cometiendo por una (en términos de uno de ellos) estúpida biblioteca. 



Giraron una esquina, esquivando un riachuelo que se había formado en un borde, y divisaron dos puertas más adelante, un edificio de apariencia antigua y que tenía un sencillo cartel colgante que decía "Biblioteca de Pueblo Caelestis: Las leyendas de un mundo entero." Sin pensarlo dos veces, corrieron a refugiarse en el gran telón que cubría su entrada.



Jadeos, maldiciones al aire, algún que otro ruido de tripas hambrientas y sobretodo, agradecimientos por estar al fin en un lugar seco se sucedieron en apenas dos minutos.



-Estais todos locos. –Se quejó el azabache de ojos dorados, conteniendo un estornudo. Falsa alarma.

-Tú nos has seguido, así que~ -Ruby se encogió de hombros y se apartó un poco para comprobar que sus gafas no se habían mojado con aquel diluvio.

-Pero...p-pero...a-a-¡ACHUSSS!

-Salud. –Respondió su pelirrojo amigo, más interesado en las vitrinas iluminadas del edificio que en la situación del chico.



-Ahm...¿Y por qué hemos venido aquí tan de repente? Lo más lógico habría sido ir a la casa de Cinthya, ¿no? –Platinum no tardó en mostrar lo que pensaba. Cuando los demás centraron su atención en la delicada chica, estaba guardando en su espaciosa bolsa blanca un impermeable transparente en el que no habían reparado antes. Como por arte de magia, las caras de todos se alargaron hasta casi tocar suelo, literalmente claro.



-¿C-cómo...? ¿De dónde has sacado eso? –Espetó Emerald, confuso.

-Ah, ¿Esto? –Señaló la prenda, ya doblada perfectamente dentro de la bolsa y explicó seriamente.- Pues tenía uno y como llovía mucho...eso.

-¿Y si tenías unos por qué no se lo distes a esos ancianos? –Ahora Red si que estaba hecho un lío. No, seguro que había una buena razón.

-Y lo más importante...¿¡Por qué no nos distes a nosotros!? –Semi-chilló Gold, al que ya le empezaba a hartar que sus zapatos chirriaran como si fueran de goma.



-Es que era una talla de adolescente y no creía que les iba a servir. Seguro que se mojarían incluso así. –Suspiró con deje apenado. No quería ocasionar un mal por hacer un bien. Tenía que pensar las cosas bien-bien antes de hacerlas.- Y respecto a eso, sip, también les di a Diamond y Pearl~ –Una brillante e inocente sonrisa se dibujó en sus labios y los chicos se fijaron en las dos personas que respaldaban a la chica. Los pobres solo saludaron, Dia con su habitual sonrisa dulce y Pearl con cara de "Ay, la que nos va a caer."



No hubo mucho diálogo, Sapphire cogió de la capucha a un exasperado Gold ( que casi se lanza a asfixiar al pobre rubio) y lo arrastró hasta meterlo con increíble tranquilidad en la biblioteca. Los demás la siguieron, cansados de ver tanta lluvia, humedad y frío. Cada uno, por razones personales, empezaba a odiar ligeramente las famosas tormentas veraniegas: Mucho ruido en poco tiempo.



Al entrar, un gran espacio silencioso y bien ordenado dio la bienvenia al conjunto de jóvenes héroes. Decenas de estanterías de madera con miles de libros de todos los colores y tamaños descansaban en diferentes partes del salón, muy bien enfiladas y sin nada fuera de lugar. El suelo, con baldosas azules y blancas, dibujaban formas romboidales en los espacios para la lectura, dónde se reunían alargadas mesas blancas con focos de color esmeralda. En el techo, una lámpara sencilla, pero a la vez delicada, iluminaba toda la estancia, siendo ayudada por pequeños focos que alumbraban las esquinas más alejadas. 



Finalmente unas escaleras con bordes de cobre a un lado, subían al "piso" de arriba que más bien se podía considerar un balcón que se acercaba a unas estanterías de aspecto más alto y centenario. Las paredes blancas con algunos adornos en espiral suscitaban cierta relajación, por no mencionar que el complejo entero estaba tontamente vacío a esas horas y con el mal tiempo de afuera. La bibliotecaria los recibió con una sonrisa extrañada.



-Buenas tardes, ¿Se les ofrece algo? –Preguntó educadamente.

-A parte de unas toallas, no, gracias~

-¡GOLD! –El mencionado recibió un golpe en la cabeza por parte de la chica súper seria y no tardó en quejarse.- ¿Es que no tienes remedio?

-¡Auch, qué estaba pensando!

-¡Pues piensas muy alto!

-Ni un día normal...-Susurró Silver, cruzado de brazos y negando con la cabeza. La pobre bibliotecaria, más joven de lo que esperaban a decir verdad, solo miraba al curioso par de jóvenes un poco contrariada. Por suerte, alguien sí iba en serio.

-¿Nos podría decir dónde o en qué libro podemos encontrar las leyendas antiguas de Sinnoh? –Se acercó Green al mostrador y la mujer empezó a cavilar su petición.

-¿Leyendas de Sinnoh...? Sí, creo que encontrararan lo que buscan en la sección D-17.

-¿Y esa es...? –Sapphire suplicaba una explicación, ¡Allí había millones de secciones a su parecer! Nunca encontrarían la adecuada y...¡No quería morir en un lugar así!

-Ah, cierto. –Se disculpó un poco avergonzada, moviendo unos mechones de su cabello avellana detrás de su oreja.- Pasillo central, derecha, vuelta a la derecha y en una salita de lectura que encontrareis, la estantería de enfrente.

-Perfectamente claro...-Susurró irónicamente Gold. Al momento, un pisotón se hizo presente y ambos tuvieron que disimular una sonrisa cortés.

-M-muchas gracias señora.

-Vamos, creo que yo sé por dónde está. –Ruby movió el brazo para que el resto lo siguiera y Platinum también tomó la delantera. Se sentía como en casa. Los demás los siguieron de cerca.

-¿A Ruby-senpai le gusta leer? –Inquirió curiosa la pelinegra.



-¡Por supuesto! –Sonrió, con una mano en el pecho.- Si hoy encuentro un buen ejemplar de costura, sin duda será un gran día. O tal vez de concursos, un maestro tiene que estar siempre a la vanguardia. –Presumió abiertamente pero Platinum no le dio mucha importancia y siguió admirando las estanterías que iban dejando atrás.

-In miistri tiini qui istir siimpri i li vinguirdi...

-¿Celosa~? –De la nada, Blue apareció por detrás de la buscadora, con los brazos cruzados a la espalda y una sonrisa reveladora. De verdad, a veces su senpai le daba un miedo aterrador.

-¿A-ah? –Sapphire reaccionó un poco tarde y casi salta como un gato sobre las estanterías de libros.- ¿Yo? ¡Ni en sueños! ¡Es que es un presumido!

-¡¡¡PSSSST!!! –Se escuchó al fondo y rápidamente enmudeció.

-En fin~ -Aminoró un poco el paso para volver a estar al ritmo de Green y Red, sus amigos inseparables.- ¿Te ha llamado la atención esa leyenda de los ancianos, eh?

-¿Ya has ido a molestar a los otros? –Preguntó revolviéndole el pelo, a lo que ella solo bufó como una niña pequeña.- Me parece sospechoso por varias razones, pero solo es para asegurarse. No pasaremos mucho tiempo.

-Espero...Porque tengo hambre. –Red se abrazó el estómago.

-¿No será que te preocupa Yellow? –La pregunta la hicieron los dos, el castaño y la oji-azul. Se miraron dos segundos y después volvieron a mirar a su amigo, esperando una respuesta. Sí, era muy obvio.

-V-vaya...quizás sea eso jeje...-Tartamudeó alegremente el chico y los tres sonrieron. "No tiene remedio."



Pero era verdad. Estaba preocupado por la rubia. "Vamos Red, se recorrió medio Kanto para buscarte, devolverte a Pikachu y acabo por enfrentarse a Lance. Y por si fuera poco...la comandante más temible del Team Rocket huyó porque la pelea duraría mucho aquella vez en el Bosque Verde. Está en su elemento, no seas tan paranoico". Quizá no era la mejor forma de auto-convencerse pero le daba igual.



Siguieron caminando hasta que, siguiendo al par de coordinadores, giraron la segunda esquina a la derecha y una salita amplia con tres o cuatro mesas anchas en el centro se abrió hacia ellos. Unos más impresionados que otros, fueron dejando sus cosas con cuidado encima de las mesas y sillas, admirando a ratos lo grande que lucía el lugar desde dentro. Era realmente engañoso el aspecto de tienda pequeña y vieja que tenía exteriormente. El oji-verde del grupo se colocó una mano en la barbilla y observó la estantería del frente en detalle. Por su parte, el comilón de todos ellos tuvo que hacer un sacrificio para poder entrar...y seguía teniendo hambre. 



-Tal vez si cada uno coge el que más le llame la atención y busca esa leyenda nos podremos ir más rápido. –Sugirió Blue, poniéndose de puntillas para alcanzar un libro de tapa blanca. Cuando lo tuvo entre sus manos, lo ojeó con rapidez.- Me preocupa White y el chico.

- Buena idea. –Respondió su compañero imitando la acción de la chica en el otro estante, pero ojeaba el volumen con más lentitud.



-A ver, a ver, a ver...Parad el carro. –Insistió el azabache de gorra, contrariado. Definitivamente, aquello lo estaba confundiendo cada vez más, ¿Desde cuando era tan importante un libro para ellos? Así de la nada. Y tras escuchar algo que parece más una anécdota o un cuento de hadas que una interesante leyenda.- No entiendo, ¿Qué tiene de especial ese "preciado" libro que buscamos?



-¡Sí! ¡Tengo hambre~!- Reclamó el pelinegro y se volvió a escuchar a la bibliotecaria lejos de allí.- Okay...Tengo hambre...

-A ver...Toma, pero no manches mucho, ¿Vale? –Platinum le tendió con una tierna sonrisa un bollo de vainilla que había comprado para desués en la cafetería de antes. Diamond no tardó en sentirse mal por su amiga, era suyo después de todo. Y no tenía derecho a quitárselo.

-Pero, señorita, es suyo...No puedo aceptarlo.



-No pasa nada, en serio. –Insistió ella, pero Diamond podía resultar...un poco terco a veces. No daba su brazo a torcer.- Sigh...Okay, lo partimos. –Acto seguido, la chica cogió la mitad del dulce y lo comió rápidamente para que nadie se enterara. A Dia no le dió tiempo a decir que no y se lo comió de un bocado también, causando las risas de la morena de ojos aplatinados.



-Menudo par...Si od regañan no es mi culpa, ¿eh? –Advirtió medio en broma, Pearl que se había sentado en una mesa.



-Tiene de especial...Que puede que hayamos dado con una inesperada pista del paradero de nuestro ladrón. –Explicó Green, fijando la vista en el nuevo libro que llevaba en manos y caminando hacia la mesa más cercana. Y si tenemos un poco de suerte...Tengo la sospecha de que esa leyenda conecta directamente con los planes de ese ladrón y sus razones para robar nuestras Pokedex. Nuestro "vínculo". –Depositó el libro en la mesa y miró a sus amigos con seriedad.- Tenemos que estar un paso delante del enemigo o no tendremos oportunidad, ya lo hemos comprobado.



Muchos apretaron los puños, gruñeron para sí mismos. Lo que decía el mayor era cierto. Era un enemigo poderoso, con un plan misterioso y unas intenciones oscuras, todo lleno de incógnitas sin respuestas. Necesitaban resolver eso antes de un posible enfrentamiento...que no tardaría en llegar. Todos ellos lo sabían aunque intentaban negarlo.



Pero, ¡Venga ya! No podían ponerse melodramáticos, ¡Ellos eran los Pokedex Holders! Y al igual que muchos peligros atrás, superarían este misterio. Pokemon salvajes muy poderosos que atacan sin compasión, ataques a infraestructuras e inocentes, un clima de lo más extraño y un robo del que no tenían ni la más mínima señal de seguimiento. Todo eso y más, iban a resolverlo. Iban a lograrlo.



-Manos a la obra~ -Crys se sacudió las manos y sorió para dar ánimos a los otros. En cuanto la peli-azul empezó a acumular libros y más libros en sus brazos y a dejarlos en "su" esquina de la mesa, justo debajo del flexo verde, los demás se miraron entre ellos y asintieron también. Se había dado la señal de salida.



-Supongo que no puede ser tan malo...-Gold suspiró y también cogió unos cuantos vólumenes, sentándose enfrente de Crystal y ojeando con un interés que iría desintegrándose a cada cinco minutos. Sapphire también se animó a ayudar aunque no estaba en su "elemento" y se subió a las estanterías como "buena ciudadana modelo" que era.



-Ajá...Estos dos me gustan. –Asintió decidida la castaña, encaramada al estante más alto de todos.- ¡Ruby, píllalos!

-Sapph, no puedes subirte a los muebles cuando te de la gana, y menos si no son tuyos. No es correcto. –Comentó el coordinador desde abajo, con los ojos cerrados y su dedo índice acompañando cada una de sus palabras.- Por otra parte...¿Qué dec-?

¡PUUM! Demasiado lento Ruby~

Ambos libron cayeron sobre la cabeza del chico con gran estruendo, dejándolo medio sentado en el suelo y con un buen golpe. Se frotó la parte lastimada con insistencia pero se disponía a quejarse cuando...



-¡YAY! ¡He caído sobre blando, qué milagro! –El pobre Ruby había sido aplastado por la famosa buscadora de Hoenn. La chica, creyendo que no había nadie abajo, saltó de su antigua posición y aterrizó elegantemente...sobre la espala del muchacho. Auch, eso ha debido de doler...y MUCHO.

-Ayayayay...¿Ves por qué lo decía...? –Llamen a una ambulancia, el princesa se nos desmayó.

-¿Uh? –En cuanto Sapphire se dio cuenta de que había hecho, no tardó dos segundos en saltar como un erizo y se disculpó varias veces con él por no mirar por dónde iba. Lo ayudo a levantarse y prometió portarse bien el resto el tiempo...difícil lo veía.

-Me gusta este.

-Es totalmente negro, tío. –Contestó el oji-dorado sin expresión. Emerald ayudaba a Crystal un poco más atrás a llevar una buena pila de libros.

-Por eso. –Silver se encogió de hombros y comenzó a leer las hojas de en medio con atención, apoyado en el borde de la mesa.



-Si tú lo dices. –Imitó la acción de su amigo y continuó viendo por encima lo suyo. A los dos minutos a más tardar, el criador ya estaba jugueteando con un bolígrafo encima de su boca. Taaaan predecible. Pearl rodó los ojos y siguió caminando junto a Diamond y Platinum, todos ellos llevando varios libros en brazos. Tuvo que hacer un poco de esfuerzo para no chocarse con nada.

-Esto...¿Señorita? ¿No cree que nos hemos pasado?



-¿Ahm? –La morena asomó la cabeza por la pila de colores. Un libro en la punta se tambaleó y casi cae al suelo de no ser por Diamond que lo cogió antes de que tocara la dura superficie. Suspiró aliviado y ayudó a sus amigos a dejar los objetos encima de una mesa redonda para tres que habían escogido previamente.- Fiuu...Quizás tengas razón. –Sonrió nerviosa.- Gracias, Dia.



- No hay de qué. –Le devolvió su típica sonrisa, acompañada de un ligero sonrojo, y se sentó a leer ... un libro de cocina.

-Pero...¡DIAMOND! ¡ESO NO ES UN LIBRO DE LEYENDAS! ¡Es para cocinar!

-Ya, es que como Crystal-senpai dijo que cogiéramos el que más nos gustará...ues este me lamó mucho la atención.- Respondió inocentemente, con una expresión seria y cansada. El rubio suspiró al escuchar de nuevo a la bibliotecaria y suspiró pesadamente.

-Esto va a ir para largo...



Mientras tanto, en casa de Cynhia...



-¿Ya se encuentra mejor?

-Sí, muchas gracias Black. Ahora ya estoy más tranquila.



El par de castaños se encontraba en la sencilla cocina que tenía la casa de paredes blancas, sentados uno a cada lado de la mesa de madera que había en el centro. Dos taza de chocolate tibio con nubecitas reposaban entre sus manos. Después de la estresante "pesadilla" de la chica, al Campeón de Teselia no se le había ocurrido otro cosa que intentar que se distrajera un poco viendo la tele. Pero la tormenta no tuvo compasión en fastiiarles el plan y White tuvo una mejor idea: el chocolate siempre era una solución viable a todo.



-Espero que los demás estén bien. –Sususrró él, echando un rápido vistazo a la ventana. Las gotas de lluvia resbalaban por el cristal lentamente, casi agónicamente, hasta el final de su trayecto. Un relámpago lo sorprendió y volvió a mirar a su compañera, que removía la bebida con la mirada perdida en las nubes rosadas que flotaban en ella.- Tierra llamando a White, ¿Sigues con nosotros?



-¿Ah? Uh...Lo siento. –Sonrió nerviosamente y bebió un sorbo.- ¿Está rico, verdad?

-Ya lo creo, después de muchísimo tiempo solo tomando café, esto es el verdadero paraíso.- Bromeó levantando la taza como si fuera un brindis. White se contagió de su alegría e imitó el gesto sin apuros.

- Tienes razón, quizás unas vacaciones más seguidas no estarían nada mal jaja~



Black asintió, divertido, y pasaron el resto del rato en silencio, bebiendo tranquilamente ese delicioso aperitivo que habían preparado. Por un instante, la sonrisa de ambos desapareció, cada uno preocupándose por una cosa en particular. La oji-azul dándole vueltas al retrato de aquella mujer. Se le hacía familiar pero a la vez...no tenía una idea concreta. Y Black, preguntándose sobre el origen de esos extraños sueños que estaba teniendo últimamente su amiga y jefa, siempre acompañas por una ligera fiebre que daba la lata por un buen rato. Como para no preocuparse. 



Y sobre todo se preguntaba si debían hacer caso a algo como eso. Al fin y al cabo era una simple pesadilla. Horrible, pero no salía de ahí. Aún así, sabía por experiencia propia que las cosas imposibles podían volverse posibles en un suspiro...en el momento más inesperado. Te atrapan y ya no te dejan escapar. Es un bucle vicioso.



-¿Sabes? Me acabo de acordar de algo. –White dejó su taza en el fregadero.- Recuerdo que cuando te estuve buscando siempre pensaba en una cosa, "Las cosas pueden cambiar tan rápido...en un abrir y cerrar de ojos, puedes ganarlo todo o perderlo todo."



-Creí que acordamos que no hablaríamos más del tema...-Black bajó la cabeza. Sus puños, ocultos por la tapiceria de la silla, estaban cerrados para mostrar que ese recuerdo solo le traía dolor. Dolor más que por él mismo, por las personas que sufrieron su ausencia. Ausencia con la que no podía hacer nada desde su encierro.



¿Una confesión? Él nunca pidió ser el Héroe de la Verdad...

-Es cierto. Pero me he dado cuenta de que huir de los problemas no es la mejor forma de solucionarlos. Y mucho menos de que cicatrice la herida.

-Presi...-Al levantar la vista, el muchacho comprobó con sus propios ojos marrones como la mirada de su amiga se volvía poco a poco cristalina como la mísmisima lluvia. Estaba lloviendo en su corazón.



-Yo...N-noquiero que vuelva a pasar lo mismo. –Las lágrimas por fin cediero y rebalaron por sus mejillas con gran rapidez.- No quiero que de un segundo a otro, alguno de nosotros salga herido. No quiero que nadie quede encerrado en una prisión de la que no pueda escapar fácilmente. No quiero que más personas sufran por alguien importante. No quiero...perderos a ninguno. Ya perdí a un amigo...no quiero volver a pasar por eso.



Las palabras de la chica comenzaron a fallar y de la nada, sintió un calor muy agradable que le infundía ánimos. Al abrir los ojos, dos brazos la rodeaban con cuidado y apoyo y la cabeza de su amigo e apoyaba en su hombro con un poco de presión. Como si compartieran el sentimiento que la chica había expresado segundos antes. Como si estuvieran conectados por ese recuerdo. Un lazo inquebrantable de apoyo y afinidad.



Escapó del shock lentamente y sin dudarlo dos veces, correspondió el abrazo con decisión, compartiendo los mimos pensamientos en el mismo corto espacio de tiempo. Era fantástico.

-Tenía que hacerlo...pero no ha sido muy buena idea, ¿eh? –Una sonrisa de lado se dibujó en sus labios y se secó una lágrima fugitiva como si nada hubiera pasado. Black rió ligeramente.

-Ha sido una idea pésima. Pero me ha recordado que nunca te di las gracias por tomarte tantas molestias. Pasó tanto tiempo...creo que si tú no hubieras creído en lo imposible nadie más lo habría hecho. Habría permanecido dentro del orbe por una buena temporada...Gracias. De verdad.

-¡Oye! Ni que fueras una carga o algo así. –La castaña le asestó un golpe amistoso en el brazo. Después, su mirada se volvió un poco más nostálgica.- No fue una molestia. Lo hice porque quería volver a verte.




Un incómodo silencio se extendió en el aire. Black se sorprendió por las palabras de la chica y en consecuencia, abrió un poco más los ojos. La castaña seguía con la mirada en el suelo, pero en cuanto ambos decidieron buscar la mirada del otro para intentar averiguar que se le estaba pasando por la mente en ese preciso instante, evadieron de nuevo el contacto visual y carraspearon para romper el silencio que envolvía la sala. Solo las gotitas de lluvia en el cristal se dignaban a interrumpir el momento, seguidas de un estruendoso trueno.



-Coff, coff...Esto...¿Qué te parece si terminamos juntos esa presentación que tenías pendiente? –Empezó el Campeón de Teselia.- Quiero decir, así terminaremos antes y podrías tener más tiempo libre cuando los demás regresen. Solo es una idea...-Se rascó la nuca, sin saber muy bien si su intento de diluir la incómoda situación había funcionado.

Sin embargo, White se lo tomó muy bien.

-¡Me parece bien! –Exclamó, contenta.



Ordenaron un poco las cosas y subieron a la primera planta con dos tazas nuevas de chocolate caliente. Black se había auto-declarado adicto a ese "postre". El tiempo pasaba y el ambiente de risas, bromas y trabajo en equipo era lo único que se podía respirar en la habitación de la castaña, que compartía con otras dos compañeras. Oh, eso y el delicioso aroma del chocolate. No era el estereotipo habitual de trabajo, pero...¿Qué mas daba?



-¿Y si le ponemos esta portada?

-¡Quiero que mi compañía sea original, pero no tanto! –Reclamó White entre risas.

-¿Eso es un sí?

-¡Por supuesto que no!

-Bueno, a lo mejor si ayudo con esto...-El castaño intentó aportar un poco modificando el título de la presentación e la Compañía BW, pero si saber cómo ni por qué, una diapositiva desapareció de la nada. Parecía aburrida. Sí...desde luego había hecho un favor a la humanidad...pero no a su autoestima.- Uy, pues no, la tecnología no es lo mío~

-¡BLACK, que estamos en números rojos!

-¿¿Otra vez?? –Saltó de la silla como un muelle.- ¿¡Pero es que no podemos tener un respiro!? Ugh~ -Bajó la cabeza dramáticamente, deseando desmayarse ahí y en ese preciso instante.

Bueno, al menos había sido bonito. Mientras duró, claro está.




o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o



Mientras tanto, los ánimos en la biblioteca no habían aumentado de tono. Más bien, la fata de buenas noticias y de algo que de verdad tuviera que ver con lo que necesitaban encontrar, había cansado a más de uno. Pero se mantenían en sus trece. Ese libro tenía que estar en alguna parte, por mi antiguo y roto que estuviera. Green, por su parte, solo deseaba que esa leyenda hubiera sobrevivido al tiempo o que nadie se lo hubiera llevado prestado precisamente en ese momento de crisis para los Dex Holders.



El ojiverde terminó de ojear la última página de una recopilación de historias que, por el título, había dado por hecho que encontraría lo que buscaba pero terminó siendo otro rotundo fracaso. Por si fuera poco, Blue se estaba frustrando porque sus dotes de astucia no la ayudaban a no aburrirse cada vez más con relatos que empezaba a saberse de memoria y Gold...Bueno, Gold había dejado a tarea hace tiempo. Ahora, su objetivo principal era lograr pasase lo que pasase, a toda costa, que el lápiz que mantenía encima de su boca no se cayera.



-Esto no está funcionando. –Comentó Ruby dejando otra pila de libros gruesos justo al lado de él. La mesa se tambaleó y la preciada actividad del criador, se fue al garete.

-Aww...Estaba a punto de batir mi récord~ -Se quejó, hechandose hacia atrás en la silla y suspirando.- Que aburrido~

-Si hicieras algo por una vez en tu vida...-El coordinador entornó los ojos y se cruzó de brazos. Por su parte, Silver aprobó la moción con un pulgar en alto, cosa que desbordó el vaso de la poca paciencia del moreno.

-¿Ah, sí? ¿¡Ahora sí que comentas, eh!? ¡Mientras tanto ni una palabra!

-Psst, estamos en una biblioteca energúmeno. –Puntualizó con calma el pelirrojo, sin el más mínimo signo de atención ante su nervioso amigo.- Compórtate.

Antes de que una batalla campal se desatará en pleno centro de tan silencioso (bueno, ahora ya no) lugar, Red, Ruby, Sapphire y Crystal se acercaron al par de chicos para intentar calmar los ánimos y entre el bullicio de las protestas de frío, de aburrimiento y las reclamaciones por encontrar otra manera de ir un paso adelante en los planes del maldito ladrón, una voz se alzó. Lo curioso es que la voz era reconocida como una de las más calmadas y tiernas del grupo. Tal alarido, los sorprendió tanto viniendo de esa persona, que dejaron inmediatamente de hablar, de moverse incluso, y miraron en dirección al chico. Sus ojos de un azul diamantino y sus puños cerrados a la altura del pecho, denotaban su determinación.



-¡¡¡BAAAAAASTAAAAAA YA!!!

Solo un libro cayó al suelo produciendo un golpe seco que rompió el congelado momento.

-¿Diamond...? –Dijo con un hilo de voz Sapphire, sorprendida. El chico de la gorra jadeaba por el esfuerzo que tuvo que hacer para detener a sus compañeros. Suspiró, recuperando el aliento y comunicó con más calma lo que tan importante era para él. -Creo...creo que lo he encontrado.

-¿¿Qué?? -La interrogación grupal resonó como un eco y el grupo se acercó al chico sin poder dar crédito a lo que veían. Platinum, que estaba su lado y que también intentó poner fin a la estúpida discusión sin resultados, sostenía entre sus brazos un par de hojas amarillentas, carcomidas por los bordes y escritas en tinta. Tenían un aspecto tan delicado...que parecía que al más mínimo contacto, todo el pergamino se haría añicos.



-¿C-cómo lo has encontrado? -Insistió Pearl. Para él, no tenía ni un poco de sentido. Es decir, su amigo solo había estado leyendo libros de cocina, ¿Cómo era posible que hubiera hallado algo que ni diez personas juntas habían logrado, centrándose en el tema? No es que no se alegrara. Por supuesto que no. Sabía que Diamond tenía un instinto especial para sacar una solución en el momento adecuado y en el tiempo preciso. Esta vez no era una excepción y eso lo hacía estar muy orgulloso de su amigo de la infancia.

-Bueno...Es gracioso jeje~ -Sonrió, rascándose la nuca.- Estaba leyendo la receta del pie de limón cuando estas hojas cayeron al suelo. Creí que no eran importantes, perl aún así, se las enseñé a la señorita y...¡Resultaron ser la leyenda que buscábamos!

-Es toda una suerte. -Sonrió Platinum, depositando las hojas una al lado de la otra encima de una mesa redonda para que todos las vieran. Después, junto las manos e inspeccionó la primera hoja. Arqueo una ceja y se llevo el dedo índice a los labios.

-¿Ocurre algo? - Preguntó Green, extrañado por el repentino silencio de la chica, que no se paraba sus ojos de las letras. Letras que más bien parecían dibujos encriptados que había hecho un niño de seis años en un instante de aburrimiento supremo. - ¿Que tipo de lenguaje es ese?

-Uhm... Sin duda se trata de lenguaje Umown. El tratado está en buen estado y el tiempo no ha hecho estragos con la tinta...

-Esos ancianos dijeron que era un libro  un poco viejo, pero no tanto. - Se extrañó Blue. -  ¿Esto quiere decir... Que hemos dado con una de las primeras ediciones?

-No sería del todo descabellado. - Dijo pensativo su compañero de ojos verdes, situándose a su lado. - Después de todo, estaba perdido en el lugar menos sospechado... Lo que me da qué pensar... ¿No es demasiada coincidencia? Digo, estas hojas estaban escondidas donde nadie que buscará en el sitio adecuado, lo fuera a encontrar. Ni siquiera nosotros lo habríamos hecho aunque pasáramos días, leyendo toda esta sección, si no fuera por Diamond y su gusto por la cocina.

-No es para tanto... - Sonrió nervioso el mencionado, rascándose una mejilla. No estaba demasiado acostumbrado a los halagos y de todas maneras, había sido simple Coincidencia que lo encontrará así de fácil. Al menos, eso pensaba él. - Pero, lo que no me cuadra es... ¿Que hacía ahí? Todo aquí esta perfectamente ordenado, no puede haber sido un error. Puede... - Su mirada brillante se nubla por una sombra de seriedad. - ¿Creéis que haya sido cosa de alguien?

-Esconder algo valioso para que otros ladrones no sigan la pista... ¡Ajaja!¡Eso es un truco muy viejo, pequeña alimaña! - Todos se giraron lentamente para ver como la castaña de sombrero blanco, había aprendido como parecer que sus ojos ardieran en fuego. - Pero con esos jueguecitos no me ganarás, no señor jeje~ Prepárate.

-Ahm... ¿Blue? ¿No crees que te estas tomando esto demasiado en serio? - Hasta a Red, el Campeón de la Liga de Kanto, le daba miedo su compañera cuando se ponía de ese modo. Realmente Blue era muy competitiva... Y daba miedo, al mismo tiempo.

-Bien, entonces... - Green miro seriamente el pergamino y se lo entrego de vuelta a Platinum. -  Alguien no quería que encontráramos esto... No me extraña que haya desaparecido la edición más nueva. Nos estamos enfrentando a alguien muy meticuloso y calculador. - Gruño para si. - Pero no contaba con que somos tan especiales y desorganizados. - Una muy pequeña sonrisa se dibujo en su rostro.

Por una vez, el no ser tan perfectos como todos creían, les había ayudado mucho.

-Si, si, muy bien ~ - Gold hizo ademanes de repetición con las manos. -  Pero la pregunta que todos queremos oír respuesta es... ¿¡Puedes leerlo, si o no!?

-Ahm... Supongo que sí. - Asintió la morena, un tanto nerviosa por la presión que residía sobre sus hombros. Un peso pesado... Que con el apoyo de dos manos conocidas en sus hombros se aligero increíblemente. Diamond y Pearl estaban allí para confirmarle que ella era 'la conocedora' y podía con todo. - Claro que puedo.

La sonrisa determinada de la chica iluminó un poco los ánimos del peculiar grupo de héroes, que estaban a un solo paso de descubrir la verdad detrás de tanto misterio...

¿Estarán preparados?

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Lo siento, no pude evitar dejarlos un poco en ascuas :3 Espero que les haya gustado y siento tanta espera.

¿Se han dado cuenta de la nueva portada? <3

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