Capítulo 20: La invitación
-Entonces, a ver si me he enterado bien -dijo Gloria tomando un sorbo de su café-. Te has enrollado con Ares, no una, sino dos veces y no te arrepientes de ninguna -asentí-. Y hoy te has levantado en su cama con un dolor de cabeza horroroso y te has escapado porque no podías plantarle cara -asentí otra vez-. Y para colmo no es la primera vez que lo haces porque la primera vez que le besaste, le evitaste una semana entera y solo te dignaste a hablar con él porque Petrari te dijo que podías volver a bailar y a ti te dio un ataque de ansiedad.
-Exacto.
-Joder... Pues sí que me he perdido cosas -otro sorbo.
Sí, había huido de nuevo. Y sí, me acordaba de todo lo que había pasado porque, sí, Thor me había emborrachado, pero no tanto como para no acordarme de nada. Ojalá no haberlo hecho, pero...
-Yo no me estoy enterando de nada -dijo Vicky por primera vez.
Me reí. Vicky, la hermana menor de Gloria y mi senior en el mundo del baile, (Mi maestra. Mi referente. La mujer a la que más admiraba artísticamente hablando y personalmente casi que también) había venido a pasar unos días con Gloria.
Ella se estaba hospedando en un hotel del pueblo y estaba a punto de casarse, cuestión número dos por la cual estaba allí. Gloria estaba planeando su boda.
Por la mañana cuando llamé a Gloria, no sabía que Vicky estaba allí porque a esta mujer se le olvidan muchas cosas, entre ellas decirme que su hermana estaba en el mismo pueblo que yo y que estaba planificando su boda.
Total, que cuando llamé a Gloria en pánico por lo que había pasado esa noche con Ares, me citó en una cafetería al lado de la playa y me sorprendió con la presencia de su hermana.
-Que se ha enrollado con el guitarrista y le ha molado -resumió Gloria.
-¡Ahora entiendo! -dijo Vicky sonriente, también bebió de su taza con el ceño fruncido- ¿Y eso es malo?
-No debería, pero sus padres la han mandado a enrollarse con el hijo mayor de mis jefes para salvar la empresa de los Stallone.
-¿Y cómo enrollarse con el chulo de playa ese le va a venir bien a la empresa?
-¡Oh Dios, Vicky! Hay que explicártelo todo -se quejó Gloria-. Porque la madre del chico ha muerto y ha heredado mucha parte del negocio, por lo tanto, si Atenea es su novia, no se va a poder negar a firmar un contrato con los Stallone porque estaría muy muy mal visto.
-¿Por qué? -volvió a cuestionar Vicky.
-Porque la empresa de los Stallone es muy importante en la industria y la prensa ya sabe que el chulo de playa y Atenea están enrollados. Un rechazo del tipo contrato supondría un escándalo que los Mikkelsen no estarían dispuestos a aguantar.
-¿Y a ti te gusta el chulo de playa?
-¡Tú no te enteras de nada o qué! Que a ella le gusta el guitarrista.
-Oye, que yo no he dicho que me guste -intervine.
-Bueno, si te enrollas con alguien y luego vuelves a enrollarte con esa persona una segunda vez y si pasase una tercera, no te negarías... Un poco te tiene que gustar -dijo Vicky.
Respiré hondo y bebí yo también un sorbo del café que me era tan necesario por la resaca tan innecesaria que tenía. De todas formas, seguía sin creerme que Thor hubiese sido capaz de mentirme con lo del alcohol. ¿Qué sentido tenía? Ninguno, no lo tenía.
Y encima me había enrollado con Ares borracha. Y él me lo había dicho, que me iba a arrepentir, y, aunque me parecía fatal que se hubiese enrollado conmigo estando borracha... Creo que me habría sentado peor que me hubiese rechazado.
Entonces, ¿Me gustaba Ares? ¡Oh sí! Me gustaba tanto que podría reventar en cualquier momento.
-Sí -dije finalmente-, me gusta Ares.
-Pues normal -dijo Gloria-. Y si besa tan bien como su padre, doblemente normal.
Abrí los ojos como platos y miré a Vicky que se encogió de hombros.
-Su padre está buenísimo -corroboró-. No me puedo creer que te enrollases con él en la universidad.
-¿Que hiciste qué?
-Sí, tuve un rollo con Eros -dijo Gloria orgullosa-. Y creo que fueron los mejores polvos de mi vida. Por no hablar de cómo besaba...
-¿Ares qué tal besa? -me preguntó Vicky mientras Gloria seguía pensando en Eros Hunter.
-Pues... -es como subir al cielo- bien.
-Besa de puta madre -rió Gloria-, te has puesto roja.
-¿Y está tan bueno como su padre? -Gloria asintió.
-Incluso mejor.
-¿Es eso posible?
-Enseñaselo, A
Las miré con el ceño fruncido, mientras sacaba mi móvil del bolsillo. Tenía varias llamadas perdidas suyas y un mensaje que me obligué a responder. No quería preocuparle.
Ares: Morenita, tenemos que hablar, vale?
Atenea: Está bien, Aresito.
Ares: Has contestado! Pensaba que no lo harías, tampoco quería excederme escribiéndote, sabes? Pero me alegro de que estés bien.
Si es que era un cielo cuando quería
Atenea: Perdona por no haberte contestado. Me he levantado confundida y necesitaba salir. Ahora estoy con Gloria y Vicky.
Ares: Vicky? A la que admiras, adoras y a la que hemos visto bailar como ochocientas veces porque, según tú, sería lo que mejor vería en mi vida y lo mejor que he visto en mi vida eres tú?
Sonreí. ¿Por qué Ares era capaz de, aún teniendo cosas que hablar muy serias, seguir diciéndome ese tipo de comentarios?
-Está hablando con él -informó Gloria.
Levanté la vista del móvil y me las encontré a las dos sonriendo.
-Yo... Yo no...
-Dios... Te gusta y mucho, nena. Anda, enseñamelé de una vez.
Antes de meterme a la galería, tenía que despedirme de Ares
Atenea: Esa misma jajaja
Atenea: ahora te tengo que dejar, Aresito. Me reclaman
Ares: Ok, morenita
Atenea: Llego para comer
Ares: Para comerme?
Atenea: PARA COMER, TONTO
Ares: Jo
Ares: Bueno, lo acepto, pero que sepas que me ofende muchísimo.
Ares: Voy a preparar tu comida favorita, te apetece?
Atenea: Siempre me van a apetecer una costillas al horno con salsa barbacoa.
Ares: Oído cocina
Atenea: Eres una amor
Ares: Solo contigo.
Atenea: Que suerte tengo
Atenea: Adiós, Aresito.
Ares: Adiós, morenita.
-¡Eh! -Gloria me quitó el móvil de las manos y no pudo evitar leer la conversación que tenía abierta con Ares- ¿Pero tú estás leyendo esto, Vicky?
-Ojalá Marco me hubiese tratado así cuando nos conocimos.
-¡Te vas a casar con tu pareja de baile! -dije alzando la voz más de lo normal y ella asintió.
-Pero ese no es el tema ahora. Quiero fotos de "Aresito".
Gloria le tocó el hombro y le enseñó mi móvil. Vicky se lo arrebató de las manos.
-¿¡Todo esto te estás comiendo, Atenea!? Pero si está de toma pan y moja.
Gloria fue pasando fotos y fotos. La verdad es que me dio un poco igual porque en mi galería no tenía más que fotos de mi persona, de Romi, del grupo o de Ares que me obligaba a hacerle fotos cada vez que salíamos.
-Mira qué monis salís aquí -Gloria giró el móvil en mi dirección.
Era un selfie sentados en la mesa de algún restaurante de comida rápida y nos mirábamos el uno al otro con una sonrisita. "Partner in Crime" ponía en una esquinita, era una de las fotos que Ares había subido a su Instagram a lo largo de las vacaciones.
-Hacía un montón que no veía a Ares -dijo Vicky, volviendo a coger mi móvil y a pasar fotos-. Hacéis bonita pareja.
-Es un fuckboy -informé.
-No lo es -dijo Gloria-. Lo era. Ahora solo tiene pinta de fuckboy, pero te trata como a una reina y, por lo que veo -miró mi móvil de reojo- Solo tiene ojos para ti.
-¡Qué va a tener solo ojos para mí!
-Los ojos no mienten, A. Nunca.
-No sabes de lo que hablas. No nos has visto interactuar en persona desde principios de verano y...
-Los ojos no mienten -me interrumpió.
-¿Por qué no te lo traes a la boda? -preguntó Vicky.
-Pero si no me habías invitado -me reí.
-¿No? Pues yo venía a hacerlo, lo prometo. Tengo tu invitación y todo.
La sacó de su bolso y me la pasó por encima de la mesa. Ponía mi nombre y el de Ares. Entonces la miré con una ceja alzada.
-Tenías pensado desde el principio invitarnos a los dos.
-Gloria me dijo que estaba contigo y, además, también he invitado a su familia.
-¿Has invitado a los padres de Ares?
-¡Por supuesto! No podía desperdiciar la oportunidad de ver a Eros Hunter en traje y por lo que veo, tampoco me haría mal ver a Ares Hunter -alcé aún más la ceja-. Gloria fue la que lo presentó en casa, a mí no me culpes por tener un crush con el hombre que me regaló mis primeras punteras.
-¿Fue el padre de Ares? -ella asintió-. ¿y van a venir también a la boda? -volvió a asentir-. Y... ¿Van a venir mis padres también?
Negó.
-Han rechazado la invitación.
-¿Y los padres de Ares van a venir y los míos no?
Eso nunca había pasado. Nuestros padres siempre estaban en un mismo sentir. Si viajaban, viajaban a la vez. Si descansaban, lo hacían a la vez. Hunter y Stallone eran uno solo... A no ser qué...
-Están pasando por un mal momento en su amistad -dijo Gloria leyendo mis pensamientos-. Creo que en el fin, de hecho. Y los Hunter están pensando en dejar la empresa y centrarse en sus negocios secundarios que no ameritan tanta atención y son una gran fuente de ingresos. Ya tienen dinero de sobra por una buena temporada, quieren respirar y también pasar más tiempo sus hijos.
Y por eso mi madre había estado mucho más insistente con Thor últimamente. Porque estaban a punto de perder más de la mitad de la empresa. Apreté la mandíbula.
-Pero tú no te preocupes por eso -repuso-, mejor céntrate en el tío buenorro que te está esperando en casa para comer (o ser comida) y ya.
-Como si fuese tan sencillo.
-Olvidate del factor chulito de playa por un momento -dijo Vicky-. Ven a mi boda y a la despedida también. Veniros dos semanas. No van a estar ni el chulito de playa ni prensa que te pueda ver, nena. Todo es en un pueblo perdido por el interior de la isla. Así podrás barajar si el guitarrista buenorro tiene material de novio y si estás dispuesta a soportar el riesgo por él.
Gloria le dio la razón. Gloria que había accedido a que viniese a Ibiza para conquistar a Thor.
-A mis padres no les hará gracia que pase dos semanas lejos del "chulo de playa".
-Que les jodan o ¿Es que acaso a ti te hizo gracia enterarte de que te habían mentido a ti y a todo el mundo durante tres años?
No les había reclamado nada a mis padres aún, pero sí sé lo había contado a Gloria. Y Gloria no estaba nada contenta con ese asunto. Había tenido una reacción casi igual o peor que Ares y eso era mucho decir, por eso no me extrañó nada que me animase a desafiarles. Y Vicky estaba de acuerdo con ella.
-Tengo ensayo con Petrari ahora -dije levantándome de la mesa.
-Piénsalo, ¿Vale? -dijo Vicky y yo asentí.
Pero antes de darme la vuelta, no me aguanté la curiosidad y le pregunté a Gloria:
-¿Tú te has acostado con mi padre?
-Tu padre siempre ha sido un soso, Atenea.
Y con eso me decía todo: un rotundo no.
•••
De nuevo llegaba a casa exhausta tras un entrenamiento de cinco horas con Petrari que no había tenido ni una gota de piedad conmigo por mi resaca, más bien, me había echado la bronca y dado en la cabeza con su abanico.
También le había comentado lo de la boda de Vicky, de la cual ya estaba al tanto y decía que si pensaba escaquearme de entrenamiento durante dos semanas estaba muy equivocada. Yo me había reído.
Más bien temía que Petrari no hubiese sido invitada, yo ir y perderme dos semanas de ensayo.
Aunque aún no tenía claro si quería marcharme de aquel pueblo por dos semanas y retar a mis padres.
-¡Estoy en casa, Aresito! -dije entrando en la cocina y dejando mi bolsa de entrenamiento en el porche.
Rápido el olor a costillas con salsa barbacoa inundó mis fosas nasales y mi cuerpo se movió solo hacia el horno. Tenían una pinta increíble y ya estaban listas.
-Hola, morenita -dijo Ares detrás de mí y me plantó un beso en la mejilla-. Te veo especialmente preciosa en el día de hoy.
Me di la vuelta y le puse mala cara.
-Pero... Si estoy peor que ayer. ¿Has visto estas ojeras? ¿Y esta cara de haber dormido nada y menos?
-Cierto, tendrías que haberte quedado más tiempo dormida en mi pecho.
Y lo bien que había dormido ahí...
-Igualmente, tenía ensayo con Petrari temprano y ha sido benevolente al dejarme una hora para desayunar con Vicky y Gloria. Pero los abanicazos por la resaca no me los ha quitado nadie.
Él se rió y se quedó con la sonrisa cuando me dijo:
-Benevolente habría sido despertarme con un beso de buenos días, mimarte un rato en la cama y verte salir de casa con esas leggins tan apretaditas. Pero decidiste ser cruel e irte sin más.
-Eres tonto.
-Y tú mala -hizo un puchero y me obligó a estrujarle las mejillas-. Oye...
Había llegado el momento.
-Tenemos una conversación pendiente.
Intenté sonreír, pero estuve casi segura de que se vio como una mueca. Él me hizo un gesto para que le siguiese. Salimos al porche y nos sentamos en la escaleritas.
-Lo primero, quiero contarte todo lo que sucedió anoche.
-Me acuerdo de todo Aresito -él volvió su cuerpo hacia mí-. Y sigo sin arrepentirme.
-Perdón por haberte seguido los besos, pero... Fue demasiado para mí.
-¿Yo fui demasiado para ti?
-Siempre eres demasiado para mí. Me cuesta mantener la cabeza fría contigo, morenita y eso es... Abrumador.
Le miré de reojo. Parecía realmente cohibido por el asunto. Cómo si de verdad le fuese difícil controlarse conmigo.
-Creo que me pasa lo mismo -dije por fin.
Esta vez abrió los ojos como platos.
-¿Qué?
-Que me pasa lo mismo, pero estoy con Thor y...
-Ya sé lo de Thor -esta vez fui yo la que abrió los ojos como platos-. Eres una borracha muy parlanchina.
¡Qué bien! Justo de esa parte no me acordaba.
-¿Qué te dije exactamente?
-Me diste a entender que tus padres te obligaban a acostarte con Thor por mantener a flote la empresa. Y mi hermana me lo confirmó.
-Oh, mierda... No quería involucrarte en esto.
Pero por dentro me quitaba otro peso más de encima.
-¿Me lo quieres contar todo?
Lo hice, le conté desde lo que me dijeron mis padres antes de irnos, hasta los últimos besos que me había dado con Thor y que no me habían gustado. De todo lo que había pasado, de que me enrollé con él el mismo día que nos besamos y que había intentado acostarse conmigo varias veces y que no lo había conseguido. Le conté los "Te quiero" de mis padres y que todo el futuro del negocio estaba sobre mis hombros. Le conté que haría eso y mucho más por oír a mis padres decir que me querían. Y le dije:
-No sé qué hacer contigo.
-¿Conmigo?
-Exacto, contigo.
-Pues yo tengo muy claro qué quiero hacer contigo.
-¿Y qué es?
-Besarte. Y mucho. Hasta que te olvides de todo.
Giré mi cuerpo para ver a Ares, que no había dejado de mirarme en toda la charla. Miré su sonrisa de niño y como movía la pierna un tanto nervioso en busca de una respuesta.
-No podemos besarnos.
-Lo sé y no me parece nada justo porque me gustas. Me gustas mucho, Atenea y Thor no te merece, deja que te diga.
-Tampoco es mal chico...
-Ayer te emborrachó sin tu permiso y además, ¿sabes que se acuesta con...?
-Sí, sé que se acuesta con otras.
Lo supe la noche anterior y claro que habían habido indicios anteriormente, pero los había negado con ganas para convencerme de que Thor era lo mejor para mí, porque estaba obligada a estar con él. Pero no lo era.
Le había pillado enrollándose con una camarera en el club de playa anoche y, encima, esa misma camarera había estado en el barco el día que me había encontrado con Petrari. ¿Problema con el catering? No, se había estado tirando a una mientras yo sonreía a las cámaras y lo había aceptado, porque ¿Qué otra opción tenía? Mis padres estaban al pie del cañón, listos para darme de lado si no hacía lo que ellos decían.
-¿Y si lo sabes por qué estás con él?
-Por lo de mis padres.
-Pero te está engañando.
-Pero eso no es lo que importa.
-Te pasea como un trofeo.
-Porque ese es mi papel en esta novela. Ser la novia trofeo de Thor. La ex bailarina hija de multimillonarios... Suena bien, ¿Verdad? Y él habla y yo escucho lo que dice. Y él me dice bonita como si tuviese algún significado especial, pero no lo tiene. Está vacío. Y yo me tengo que aguantar.
-¿Y qué ganas tú con eso?
-El amor de mis padres.
Era simple, todo lo que hacía, lo hacía por ellos.
-Y ¿Crees que te van a empezar a querer porque le abras las piernas a un niño rico cuando no te han querido nunca?
Negué con la cabeza efusivamente.
-Eso suena muy mal, Ares.
-Suena exactamente como lo que es.
-Mis padres me... Mis padres me quieren.
-Si te quisiesen no estarías aquí.
-¡Estamos castigados!
-No lo estamos, Atenea. Todo ha sido una tapadera y lo sabes. Te están manipulando y lo sabes desde el principio.
-No te has ido a Grecia y Alemania. Yo no he tenido un verano con Román, tranquilo y tengo que hacer... Lo de Thor. Estoy aquí contigo, ¡Es un maldito castigo, Ares!
Él me miró de hito a hito. Eso era una discusión y yo no me quedé callada:
-Comprendo que no entiendas lo que es que tus padres no te hayan dicho te quiero nunca.
-Mis padres...
-Tus padres te han llamado todos los días desde que estamos aquí, Ares -la voz se me empezó a romper-. Tus padres te contestan a los putos mensajes. Tus padres se han preocupado por ti. Te han dado una educación, puedes limpiar, cocinar. Porque buscaron un buen plan porque sabían que no podrían estar ahí para cuidarte... Ellos te dicen "Te quiero todos los días"
-Mis padres me abandonaron, Atenea. No lo pintes como si fuese algo bonito.
-Y ahora se están jubilando antes de tiempo, solo para compensar todo lo demás.
-Ya no será lo mismo.
-Yo haría lo que fuese. Escúchame. -estaba llorando y no quería-. Lo que fuese para que mis padres quisieran recuper el tiempo conmigo. Y perdóname si quiero intentar hacer cosas por ellos para que me quieran o si quiero complacerlos, pero no quiero reclamarles nada y terminar de perder mi relación con ellos. Perdóname por ser tan tonta de pensar que si le abro las piernas a un niño rico, ellos me van a querer más.
-Eso no es lo que te mereces.
-Y según tú, ¿Qué me merezco?
-Te mereces que te traten con devoción y cariño, Atenea. Te mereces seguir a tu corazón y hacer todo lo que desees. Te mereces cumplir tus sueños. Te mereces cada milésima de amor que este mundo pueda ofrecerte. Te mereces a unos padres con los que no tengas que ganarte nada porque el amor de un padre debería de ser incondicional. Te mereces a un chico que no te engañe, que lo de todo por ti, que respete tus tiempos y tus decisiones, que te quiera comer a besos a todas horas y que te haga sentir como la reina que eres. Te mereces cada minuto de mi tiempo y cada noche que paso pensando en ti. Y quizá te parezca muy poco comparado con todo lo demás, pero me mereces a mí.
-No me pareces poco.
-Pero no soy suficiente como para arriesgarte por mí, lo entiendo, Atenea. Lo respeto, pero creo que lo que estás haciendo no te hará feliz. Porque tú no quieres a Thor, tú no quieres dejar de bailar, tú no quieres estudiar ADE y Derecho.
-Yo sí quiero estudiar...
-¡No me mientas, joder! -Ares también lloraba y se me partió el corazón en dos. Estaba llorando por mí-. No soy tonto, he visto como actualizabas la página de la universidad en la sección de Ciencias... No quieres nada de la vida que tus padres te ofrecen y ¿Sabes lo peor? Que aunque hagas todo eso, ellos nunca te van a querer. Y deberías de tenerlo en cuenta y no sé si decirte esto va a servir de algo, pero... Yo realmente quiero verte feliz, tan feliz como tú me haces a mí.
Y sin decir ni una sola palabra más, Ares se levantó apartándose las lágrimas con rabia de la cara. Y yo me quedé allí en las escaleras llorando durante un buen rato.
Hasta que mi móvil sonó. Era mi madre.
-Hola mamá... -dije entre sollozos.
-¿Estás con Thor?
-No... No estoy con Thor.
-Entonces te llamo luego.
-Mamá -la llamé antes de que cortase-. No me siento bien...
-Déjate de tonterías Atenea. Avísame cuando estés con Thor y te llamo, si no, nada. Ya sabes lo ocupados que estamos.
-Te quiero mamá...
-Adiós.
Y cortó. Y cuando alejé el teléfono de mi oreja mi mano temblaba. Cerré los ojos y seguí intentando contener las lágrimas. Y sonreí. Eso no acaba de pasar. Mi madre estaba agobiada. Eso solo era... Solo era fruto del estrés. Intenté calmar mi respiración y el dolor inmenso de mi pecho. Quería frenar las lágrimas que caían sin control.
Mis piernas temblaban cuando me puse de pie y cogí mi bolsa de entrenamiento. Mis dientes castañeaban por lo fría que me había quedado. Y mis manos dudaron al escribir en la invitación a la boda de Vicky, mi propuesta a Ares.
Seguí temblando cuando llegué a su puerta cerrada. Cuando pasé la invitación por la rendija de debajo y toqué dos veces, porque a la tercera la puerta se abría y él estaba allí.
Con los ojos y la nariz roja de llorar, con el pecho subiendo y bajando porque él tampoco era capaz de manejar su respiración. Con la tarjeta en la mano y una sonrisa en la cara cuando dijo con la voz completamente rota:
-Dos semanas juntos suena de maravilla.
Yo he llorado, no sé vosotros, pero yo he llorado.
¿Y Ahora qué? ¿qué va a pasar?
Lo descubriremos... Más pronto que tarde yo digo.
Un besito (o cuatro)
_Dreams&Roses_
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