21. jk's pov
Miré a Jimin por la ventana. No pude evitar sonreír al notar que jugaba en la piscina junto a mis sobrinos.
Su cabello estaba mojado y pegado a su rostro, su espalda estaba comenzando a enrojecer a causa del sol. Se veía tierno y feliz jugando, me encantaba verlo así.
—Así que… quieres tener sexo con Jimin.
Y el momento tierno acabó.
Me volteé a mirar a Taehyung y le sonreí de forma incómoda. ¿Cómo iba a responder a esa pregunta?
Mi hermano sonrió y levantó sus cejas de manera juguetona, cosa que me hizo revolver el estómago.
Esto es una pésima idea, dijo una parte de mí.
—Bueno, no sé si para decirlo tan así. Más bien… —Tragué saliva—. Diría que es para estar preparado. Ya sabes…
—No, no sé —interrumpió con una sonrisa.
Claramente toda la situación le parecía divertida, y cómo no, si su hermanito virgen había recurrido a él en busca de consejos.
¡Tan patético tengo que ser!
—Es que no quiero hacerlo pasar un mal momento —admití con pena. Tomé asiento en la cama que estaba frente a él y suspiré—. Tampoco deseo que él tome las riendas de toda la situación. Quiero que sea algo memorable, pero no sé cómo hacerlo.
—¿Nunca has visto una porno? —preguntó.
Mis ojos se abrieron de par en par y negué, aterrorizado ante aquella pregunta.
—¿Qué clase de pregunta es esa? ¡Claro que no!
Taehyung se rio y luego se encogió de hombros.
—Está bien. Igualmente te iba a decir que trates de olvidar lo que has visto, porque el sexo no funciona de esa manera. —Suspiró—. Suele ser más caótico.
—¿Caótico? —Arrugué la nariz y, segundos después, negué—. Es no quiero tener sexo con Jimin; yo quiero hacer el amor con él.
Un puchero se plantó en el rostro de mi hermano.
—Eres tan tierno e ingenuo. Realmente detesto romperte las ilusiones, pero… Jungkookie, es lo mismo.
Y aquí vamos de nuevo…
—No, no es lo mismo. Hacer el amor va más allá del placer, tiene sentimientos de por medio y, por eso mismo, es más profundo.
Taehyung puso los ojos en blanco.
—Qué sentimental eres, pero de acuerdo. Si eso quieres creer, está bien. —Levantó sus dos manos en señal de rendición—. ¿Estás planeando hacer el amor con Jimin?
Ah, eso sonaba mejor.
Sentí mis mejillas arder y no pude evitar sonreír.
Hacerle el amor a Jimin… Era como un sueño para mí.
Me encogí de hombros, avergonzado.
—Sí, eso es lo que quiero.
Mi hermano mayor aplaudió.
—Bueno, ¿estás buscando consejos? Pues, aquí te van.
Tomó aire y comenzó a soltar oraciones, las cuales no tenían sentido alguno para mí. Él decía cosas como:
«Relájate. No estés duro porque vas a terminar todo adolorido».
«Prepara a Jimin y no seas bruto, imbécil. Debes cuidarlo».
—¿Preparar a Jimin? —repetí—. ¿Es darle una charla o algo así?
Taehyung se me quedó mirando fijamente. Algo me decía que estaba esperando que me riera y le dijera que era una broma.
Eso nunca pasó.
—¿Hablas en serio?
—¡Claro que hablo en serio! —solté, elevando la voz—. Hermano, recuerda que nunca en mi vida he tenido sexo.
—Sí, pero eso no significa que debas ser un idiota.
Me agarré la cabeza.
—¡No sé para qué recurrí a ti!
—Eso mismo me pregunto. ¿Por qué no le preguntas a Namjoon? —interrogó con el ceño fruncido—. Para mí es extraño darte la charla.
—¡Porque es más extraño que mi cuñado me la dé! —Me recorrió un escalofrío—. No quiero que me dé tips el tipo que está con mi hermana mayor.
Taehyung abrió la boca y segundos después hizo una mueca de asco.
—Buen punto. —Respiró profundamente—. Preparar a Jimin significa adaptarlo para la penetración. Sólo debes… ¡Por la luna, no me mires así! ¡Parece que se te van a salir los ojos! —soltó, escandalizado.
Ni siquiera necesitaba tener una cámara para ver mi rostro en ese momento porque, de alguna manera, me imaginaba cómo debía estar.
—Sigue… —murmuré con un nudo en la garganta.
Él se tapó el rostro.
—Esto es tan vergonzoso; deberías saberlo.
Me encogí de hombros y él continuó:
—Solo debes asegurarte de usar lubricante, y antes de usar tu pene, ya sabes… —Levantó su mano y me enseñó sus dedos. Imité el movimiento—. Eso… pero en su trasero.
Los bajé rápidamente y me avergoncé de inmediato. La conversación era mucho peor de lo que había imaginado, y debo admitir que me molestaba un poco que mi hermano mayor estuviera hablando del cuerpo de Jimin.
¿Soy un idiota por eso?
Taehyung continuó:
—Imagina que su trasero es como una manzana que estás a punto de comer. Mientras más rápido la acabes, menos la vas a disfrutar.
Pestañeé, confundido.
—¿Qué significa eso? —pregunté con el ceño fruncido.
—Que no debes ser un hormonal y acabar tan rápido. —Me dio un pequeño golpe en el hombro—. Es tu primera vez, seguro vas a estar con las energías por la estratosfera y eso muy posiblemente te haga acabar muy rápido.
Abrí mi boca. No sabía cómo preguntarle a qué se refería con acabar. Gracias a la luna, él me entendió y, por tercera vez en veinte minutos, puso los ojos en blanco.
—Llegar al orgasmo, Jungkook, eso significa acabar.
—Ahhh… —Tragué saliva—. Pensé que era bueno acabar rápido. ¿No significa que hice bien todo?
—¡No! —soltó, exaltado—. A los omegas les cuesta más llegar al orgasmo, así que intenta ir a su ritmo. No sé, dale besos en las patas o acaricia sus axilas si es necesario. ¡Pero ve a su ritmo!
¿Besar sus patas?
¿Acariciar sus axilas?
¿Eso es algo que les gusta a los omegas?
—¿Algo más aparte de eso? —pregunté con el ceño fruncido.
Con cada segundo que pasaba, menos atractiva se me hacía la idea.
—Usa protección si no quieres bendición —cantó—. El gorrito debe ser tu prioridad. ¿Ya los has comprado?
Negué.
—¿Y a qué esperas? —preguntó, elevando una ceja.
—Estoy esperando saber cómo se compran. ¿Hay algún código secreto en la farmacia? ¿Debo pedir algo en especifico? Ya sabes, pedir una Coca Cola con mucho hielo o algo así.
—¿Qué? —Su rostro parecía indignado—. Yo siempre supe que eras bobo, pero no imaginé que tanto. ¡Por favor, Jungkook! Solo debes pedir preservativos.
—¡Qué vergüenza! ¿No me puedes prestar los tuyos?
Taehyung agarró una almohada y me golpeó.
—¡Eres un adulto, por favor!
Me reí, aunque en realidad quería llorar. Toda esta conversación me hacía poner nervioso, y algo me decía que las cosas no iban a salir como yo esperaba.
Taehyung habló conmigo por —aproximadamente— una hora, en donde me dio consejos que sonaban bastante mal. Si hubiese tenido idea de lo que hablaba, muy posiblemente lo hubiese cuestionado. Pero como él era el de la experiencia, decidí permanecer en silencio y memorizar cada uno de sus consejos.
Solo esperaba no cagarla.
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