18
Estamos en un gran aprieto, pensé.
Me volteé a mirar a Jungkook y, con una sola mirada, nos entendimos completamente. Él se paró a mi lado y cruzó su brazo por mis hombros. Una sonrisa se le formó en el rostro y no pude evitar reírme con nerviosismo.
—¿Quién arruinó la sorpresa? —preguntó en dirección a su abuela. Ambos teníamos la misma persona en mente, posiblemente la señora Song haya comentado sobre nuestro (falso) noviazgo.
—YangSun me contó que fueron a visitarla —contó, encantada—. Ah, me llamó ayer a la noche y no pude aguantar la emoción. Vine a darles mis bendiciones, no saben lo feliz que me hace escuchar algo así.
Sonreímos de la misma manera y ella se acercó para abrazarnos. En medio de esa muestra de cariño, decidí mirar a nuestras familias y me encontré con rostros que denotaban sorpresa y confusión.
—Oh, ahora me cierra todo —soltó Soobin con ojos bien abiertos—. El otro día estaban encerrados en la cocina, dándose de comer en la boca. —La emoción de su voz demostraba la veracidad de sus palabras—. Como si fuera poco, Jungkook le limpió la boca y Jimin después le chupó el dedo. Fue extraño.
Yoongi tenía un semblante horrorizado, mientras que Hoseok se veía en una gran encrucijada.
Ante el relato del menor de los Jeon, Jungkook sonrió e inclinó suavemente su cabeza.
—Ah, sí, solemos hacer eso —dijo, tratando de no sonar nervioso.
—Pero… —Hoseok quiso hablar, pero fue interrumpido por una de las hermanas de Jungkook.
—Por eso mismo se quedaron durmiendo en la playa —recordó Jihyo, mientras nos señalaba—. Durante los primeros días, ellos se durmieron a las orillas del mar y cuando me desperté temprano para sacar a Bam, ellos estaban abrazados. ¡¿Cómo no nos dimos cuenta?!
Taehyung abrió su boca, luego la cerró, nos miró extrañados y dijo:
—Pero ayer tú… —Me señaló—. Es decir, yo te escuché…
—Peleas de pareja —interrumpí, riéndome—. Nada muy grave. Lo solucionamos rápidamente.
—Sí, pero me dijiste que…
—Te dije que lo amaba —le recordé, con ojos bien abiertos—. ¿Cómo no voy a amarlo si somos novios?
El castaño chasqueó su lengua y asintió.
—Buen punto —dijo, mientras miraba a sus hermanos—. Son novios.
—Es que tiene sentido. El otro día, Jungkook no fue a la cena y se quedó junto a Jimin —comentó Namjoon, mientras se acomodaba sus gafas—. ¿Por qué se quedaría si no fueran algo?
¿En serio veían aquellos momentos como una muestra de cariño e interés? En la mayoría de ellos peleábamos o intentábamos solucionar un conflicto que nos persiguió por años, pero todos lo interpretaban de otra manera.
Sonreí y apoyé mi cabeza en el hombro de Jungkook.
Tal vez ven algo que nosotros no podemos.
Miré a mis padres y estos parecían tener alegría, pero también dudas con respecto a lo que contábamos. Les sonreí y ellos soltaron un suspiro, ambos al mismo tiempo.
—Bueno, preparen las cosas que vamos a comer todos juntos. La abuela invita —dijo la mujer con una sonrisa.
Mi madre fue la primera en acercarse a mí, su manos terminaron tomando mi rostro y me sonrió.
—¿Hace cuánto? ¿Por qué no me comentaste nada? —interrogó con voz cálida.
—Era una sorpresa —respondí bajito—. Jungkook y yo planeábamos decirlo un poquito más adelante.
—No me parece justo. Soy tu madre, debería haber sido la primera en enterarse.
Sonreí y realmente deseé contarle todo, no me gustaba engañarla, pero en lo más profundo de mi ser esperaba que nuestra mentira se volviera realidad pronto.
La cena con la abuela fue cancelada. Una tormenta de verano amenazaba a Busan y, por esa misma razón, se decidió dejarla para dentro de unos días.
—Taehyung y Seokjin son unos inconscientes —murmuró Jungkook, preocupado. Tomó una almohada y me miró, suspirando—. Salir con amenazas de tormenta no me parece muy prudente.
—Dijeron que tenían reservado el hotel, no creo que vayan a estar saliendo —conté—. Hay que darles privacidad, Seokjin me dijo que tenían mucho de qué hablar.
Jungkook abrió sus ojos de manera exagerada y soltó una risa llena de incredulidad.
—No creo que vayan a hablar precisamente. —Suspiró—. Lo bueno es que esta noche podrás dormir aquí, yo mañana intentaré convencer a Taehyung que duerma conmigo en la sala. No quiero que estés incómodo.
Le sonreí y negué.
—Déjalo, si quiere dormir con Seokjin está bien. No me molesta. —Miré mis manos y comencé a jugar con ellas con timidez. Estaba tratando de reunir la valentía para pedirle que se quede junto a mí esa noche—. No hace falta que esta noche duermas en el sofá —solté de golpe—. Aquí hay un lugar de sobra.
—¿A tu lado? —preguntó, con voz suave. Levanté mi cabeza y lo miré, no dudé en asentir en respuesta. Él se rio—. ¿Es necesario el puchero?
Ni siquiera me había dado cuenta de que estaba haciendo uno, pero nuevamente asentí.
—Es que quiero que te quedes a dormir aquí conmigo. —Me levanté y me acerqué a él. Me paré de puntitas de pie y crucé mis brazos por sus hombros—. No me dejes aquí solo.
—Tan lindo y tierno —susurró, mientras bajaba su mirada a mis labios—. Pero ¿te parece que es correcto dormir juntos?
—De niños siempre lo hicimos, ¿cuál sería la diferencia ahora? —pregunté, frunciendo el ceño.
Las manos del alfa fueron a parar a mi cintura y me abrazó con delicadeza.
—Justamente esa sería la diferencia, que ya no somos niños. Somos adultos.
—No haremos nada malo. Yoongi y Hoseok dormirán en la cama vecina, no hay razón para preocuparse —expliqué rápidamente y él se rio.
—No me parece correcto, dijimos que íbamos a ir lento. Dormir juntos no me parece ir lento.
Me quedé mirándolo a los ojos y fruncí el ceño. Últimamente, no podía dejar de cuestionarme si realmente quería ir lento con Jungkook. Una parte de mí deseaba dejar de perder el tiempo y aprovechar cada segundo que tenía con él.
Quería tomar su mano, dormir abrazados y besarlo hasta cansarme. No voy a negar que ese sentimiento era extraño para mí, pero tampoco podía ignorarlo.
«Bésalo, bésalo, bésalo», susurraba una pequeña vocecita en mi cabeza.
Hice un pequeño berrinche y él soltó una carcajada.
—¡Jungkook! Todos piensan que somos novios, sería extraño si no dormimos juntos. —Me estiré y le hice caso a esa suave voz. Quise darle un beso en los labios, pero él decidió cometer el error de levantar su cuello y mi beso terminó en su barbilla.
Solté un suspiro lleno de frustración.
—Dijimos lento —repitió.
—Es que ya no sé si quiero ir lento —admití y lo empujé suavemente.
Me había molestado su rechazo, pero no iba a decirlo. Así que me volteé y decidí caminar hasta la cama.
Jungkook me atrapó rápidamente y, en un susurro, me preguntó:
—¿Qué cambió? No han pasado muchas horas desde que me dijiste eso.
Me quedé quieto y respiré profundamente.
No sabía qué había cambiado, pero quería saltarme toda la parte en la que hablábamos y tratábamos de conocer detalles. Sentía que de esa manera perdíamos tiempo, pero ¿cómo se lo explicaba?
—No lo sé, pero no quiero seguir estancado en la fase en la cual nunca avancé —murmuré con un puchero.
Quería encontrar las palabras correctas para explicarle lo que sentía en ese momento; decirle que tenía miedo de cometer errores y perderlo nuevamente. Quería abrir mi corazón y explicarle que lo había esperado por tanto tiempo que ya no quería seguir reprimiendo lo que sentía.
Pero, una vez más, me quedé en silencio.
Jungkook me hizo voltear y me miró a los ojos.
—Y yo no quiero que por apresurarnos terminemos cometiendo errores. Esto va más allá de las fases, recién ayer pudimos solucionar nuestros conflictos.
—Para todos estamos de novios. Podríamos ahorrarnos la mentira si nos olvidáramos del «lento y seguro».
Echó su cabeza para atrás y se rio, enternecido.
—Si tenemos esa mentalidad, vamos a terminar con cachorritas antes de tiempo —avisó, elevando una ceja. Me encogí de hombros y él nuevamente me tomó de la cintura.
Me acercó a él y pegó su frente con la mía. Cerré mis ojos y por un segundo pensé que iba a decir algo sumamente profundo.
Pero se rio y dijo:
—No voy a dormir contigo.
—¡Jungkook! —solté con molestia y quise empujarlo, pero él no me dejó alejarme.
Llevó su mano a mi nuca y unió nuestros labios en un beso. Me agarró por sorpresa; debo admitir que esperaba ser yo el que lo besara primero, pero no fue así. Golpeé su pecho en medio de un berrinche, pero finalmente terminé cediendo.
Mi cuerpo se relajó y mi corazón estaba alterado por sus dulces labios.
¿Cuánto tiempo había esperado por esto?
Lo abracé por los hombros y profundicé aquel beso. No fue como los dos primeros robados, este fue más dulce e íntimo, y lo más importante, yo estaba consciente.
Sus dedos se clavaban en mi piel y los míos buscaban enredarse en su cabello.
—Tenemos que conocernos, ¿recuerdas?
—Tenemos toda una vida para eso. —Dejé otro beso y otro más. Luego junté nuestras frentes y susurré sobre su boca—: No te hagas el difícil, sé que quieres.
—Tú y yo tendremos problemas si seguimos así. —Unió nuestros labios nuevamente y con un mínimo de esfuerzo me levantó del piso—. Eres de temer, Park Jimin.
Un suspiro se me escapó. No quería abrir los ojos porque tenía terror de que al hacerlo no fuera él quien me sostuviera. Escondí mi rostro en su cuello y lo escuché reír.
Lo olfateé y clavé mis dedos en sus hombros. Me sentí nuevamente un niño, aferrado al chico que tanto le gusta y que no sabe cómo decírselo. ¿Qué pasaría si abriera mi corazón y alguien decidiera irrumpir nuevamente en nuestras vidas?
No soportaría perderlo nuevamente.
Por favor, Jungkook, no me sueltes.
—Piojito, me vas a tener que soltar.
—No quiero —respondí.
—Tenemos que bajar. Nos están esperando.
Buscó mi mejilla y me dejó un beso bastante ruidoso. Me bajé y sus manos buscaron mi rostro.
Nunca me imaginé en una situación así. Las muestras de amor, para mí, no eran algo común, y ahora me encontraba buscando sus caricias y besos. ¿Qué loco, no?
Mi primer amor estaba frente a mí, acariciando suavemente mis mejillas. Sus ojos brillaban intensamente y la pequeña sonrisa que había en su rostro era solamente para mí. Sonreí y me dio un pequeño último beso. Y pensar que esto para mí era un sueño imposible.
Se alejó y cuando se volteó nos encontramos con Yoongi. Él nos miraba de brazos cruzados y con una ceja levantada.
—Sigo viéndolo y sigo sin creerlo.
Jungkook se volteó a verme y yo le sonreí.
—¿Es porque somos tan lindos juntos que no lo puedes creer? —pregunté con una sonrisa.
Mi hermano arrugó su nariz.
—Nah, es porque a mí no me toman de idiota. Ustedes están mintiendo. Ahora, la pregunta es ¿por qué lo están haciendo?
—No mentimos —contesté, frunciendo el ceño—. Solo… —Mi voz tembló.
No sabía qué responder, me había tomado por sorpresa.
—¿En qué momento, Jimin? —Mi hermano se acercó a mí y me analizó con la mirada—. ¿Otra vez me mentiste?
Negué rápidamente y, esta vez, Jungkook decidió contestar.
—No estamos de novios, pero lo estaremos en un futuro. Es lo mismo. No queríamos que nadie lo supiera, pero la señora Song se nos adelantó. —Se encogió de hombros.
Asentí de acuerdo y mi hermano puso los ojos en blanco.
—Es por la abuela, ¿no? —preguntó.
Ah, maldito e inteligente.
—No vayas a decir nada, no queremos romperle el corazón —pedí, entre lloriqueos.
—No creo que la mentira sea una solución.
—Se nos fue de las manos, Yoongi. No planeábamos que se enterara, ni siquiera era una mentira para ella —aclaró Jungkook—. Todo era para traerle una alegría a la señora Song.
—Realmente no esperábamos que le comentara a Noona —apoyé con un puchero.
Yoongi levantó sus cejas e hizo una mueca.
—Solo intenten que no los descubran. Den gracias que a Hopa lo engañan fácil y que los otros dos están tan metidos en sus problemas que a ustedes los ignoran.
Asentimos y Yoongi se hizo a un lado para dejarnos pasar.
Si había a alguien en esta familia al que nunca podríamos mentirle, es al omega frente a nosotros. Él siempre va a estar un paso delante nuestro.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top