17
Dejé mi teléfono de lado y Jungkook me sonrió ampliamente. Las bebidas estaban frente a nosotros, al igual que dos porciones de pastel.
—Entonces… ¿Es momento de investigar nuestro pasado? —preguntó con una pequeña sonrisa.
Abrí los ojos ampliamente y tomé el vaso para darle un pequeño sorbo.
—Si eso quieres. —Apoyé la bebida nuevamente sobre la mesa y lo animé con mi mano a preguntar—. Responderé las dudas que tengas.
Jungkook hizo una mueca y respiró profundamente. En su rostro había cierto deje de duda, parecía estar en un debate sobre si debía preguntar o no.
—¿Cuántas parejas has tenido? —Su voz sonó temblorosa. Parecía bastante curioso, pero a su vez angustiado.
¿Realmente quería tener una respuesta?
Incliné suavemente mi cabeza y le sonreí con ternura.
—Ninguna —respondí con honestidad—. Nunca he tenido novio oficialmente, me asusta un poco el compromiso —admití. Jungkook, ante mi respuesta, abrió ampliamente sus ojos—. Ni siquiera he tenido parejas sexuales, solo un par de encuentros con diferentes personas. Lo más estable que tuve fue con Mingyu.
Al escuchar aquel nombre, Jungkook tuvo un pequeño tic en su ojo.
—Ni siquiera fuimos novios —expliqué rápidamente—. Fue nada más una primera experiencia, pero nunca llegué a enamorarme de él. Me cuesta mucho dar muestras de amor, ya sabes… besos, abrazos y tener gestos románticos con alguien que no amo.
—Pero sí tener sexo —señaló, levantando sus cejas.
Solté un suspiro y asentí.
—En realidad, veo al sexo como algo más instintivo, mientras que las muestras de amor son algo más selectivo. Ya sabes, tener sexo puede ser algo de una sola noche, simple placer. —Me encogí de hombros—. Tomarle la mano a alguien y dormir abrazados lo siento más íntimo, muestras de amor más puras.
Jungkook me miró con una pequeña sonrisa y asintió.
—Es bonito que lo veas así. —Agachó su mirada de forma tímida—. Es decir, que con aquellos que has tenido sexo solo ha sido por puro placer. ¿Nunca significó algo más?
Negué.
—Solo sexo.
Sus tuvieron un pequeño brillo y seguido a eso preguntó:
—¿Entonces nunca has hecho el amor?
Me ahogué con mi propia saliva.
—¿El amor? ¿Qué?
Jungkook me miraba como el emoji de ojos grandes y brillantes, parecía enternecido e incluso emocionado por mis palabras.
—Solo has tenido sexo —repitió—; únicamente por placer, sin involucrar sentimientos. Eso significa que nunca has hecho el amor.
—Hacer el amor —me burlé—. Solo tú puedes convertir algo tan primitivo e instintivo como lo es la reproducción en algo romántico. Aunque si me preguntas a mí, el acto sigue siendo lo mismo ya que el sentimiento es una construcción social, la cual…
Jungkook echó su cabeza hacia atrás y soltó un suspiro lleno de frustración.
—Jimeeen —alargó para llamar mi atención.
Me tapé la boca y comencé a reírme. Él me sonrió y negó con gracia.
—Eres increíble —dijo con una gran sonrisa—. Es verdad cuando dijiste que habíamos cambiado mucho. Te has convertido en una persona tan libre y radiante. Me encanta ver eso, pero me preocupa si en algún momento me vas a salir con un trío o algo de abrir la relación. —Imitó un escalofrío mientras que yo lanzaba una carcajada—. Soy muy celoso, no podría tolerar algo así.
—¿Un trío? La verdad eso nunca lo he intentado. —Apoyé los codos sobre la mesa y mis manos sostuvieron mi rostro—. Podríamos intentarlo, ¿no? Tengo alguien en men…
—¡Ni se te ocurra! —Me señaló.
Me tapé el rostro y me empecé a reír, mientras que él comenzaba a decir rápidamente todo lo que le podría a hacer a otro alfa si se atrevía a tocarme.
—Hablo en serio cuando digo que soy muy celoso —señaló, y noté cómo sus cabellos se habían erizado ante la idea de un trío con alguien más.
—¡Tranquilo! —solté, sin poder dejar de reír—. Nadie te pedirá eso, pero ahora yo también quiero conocer acerca de tu pasado. Es tu turno de hacer confesiones.
Aplaudí y le di un pequeño trago a mi café. Jungkook hizo su cabeza hacia atrás y comenzó a reír.
—Rápido, sin anestesia. ¿Cuántas parejas tuviste? —Él me miró y levantó dos dedos. Mi boca se formó como una pequeña «o» y abrí mis ojos ampliamente—. ¡Ya sé! Haewon y el gran adorable e increíble Yejun.
El alfa soltó una risa y se acomodó en su asiento con ansiedad.
—Esas últimas palabras me sonaron muy amargas.
Puse los ojos en blanco.
—¿Por qué? Si todos adoran al dulce Yejun. Aunque sí debo admitir, a mí me asustaba que fuera tan parecido a mí —confesé con burla.
—¿Yejun? ¿Parecido a ti? Imposible.
—¡Pero si era una mala imitación mía! —Mi voz sonó llena de indignación—. Incluso teñía su cabello de rubio y eso era molesto.
—Nah, él era rubio natural y también era más alto.
La sonrisa de mi rostro se borró. Tomé una servilleta usada, la hice bolita y se la lancé al rostro.
—Era igual y todos lo notaban —finalicé, mientras lo señalaba con mi dedo índice.
—Tal vez tenían un aire, pero no eran idénticos. —Sonrió.
—¿Cuánto tiempo estuvieron juntos?
—Un año, fue mi relación más larga.
Wow, un año entero. ¿Quién lo diría?
Me quedé en silencio y él comenzó a contar detalles que no sabía si quería saber.
—Nos conocimos en la carrera. Él empezó siendo mi amigo. Siempre bromeábamos con que éramos Batman y Robin, ya sabes, un buen equipo. Entonces empecé a tener la necesidad de sentirme querido y él siempre me decía que le pasaba lo mismo.
Qué casualidad.
—Así que lo intentamos. Descubrí que me gustaba tomar su mano y que era lindo ver películas junto a él, por un segundo pensé que… —Hizo una pausa—. Bueno, ya sabes, que las cosas iban a funcionar.
Solo dilo, pensé. Solo di que pensaste que me podías olvidar.
—Teníamos una relación muy linda, o al menos eso pensaba yo. Antes de nuestro aniversario, él decidió cortar todo. —Sonrió—. Él dijo «Te amo, pero no puedo estar con alguien que tiene su corazón dividido. Estar contigo es hermoso, Jungkook, hasta que te veo a los ojos y puedo notar que deseas estar con alguien más».
—Vaya…
Tragué saliva, nervioso. Eso sí que no lo esperaba.
—Por más que deseaba seguir el consejo de mi abuelo, me di cuenta de que era imposible para mí. Siempre estabas aquí y aquí. —Señaló primero su cabeza y luego su corazón—. Incluso cuando intentaba tener sexo con otras personas me era imposible, porque aparecías y no me parecía justo.
»Somos distintos en ese aspecto. Tú crees que el sexo es algo instintivo, pero para mí también es una muestra de amor y confianza. Te muestras en tu estado más vulnerable y, como tú dices, es un instinto reproductivo y yo no quiero tener cachorros con cualquiera.
Puse mis ojos en blanco.
—En realidad, va más allá de eso —murmuré con una mueca.
—Lo sé, sé que para ambos tiene un significado diferente, y realmente me parece curioso. No te voy a mentir, lo he intentado y fracasé. En mi mente, tú debías ser el primero y yo debía ser…
Se detuvo y yo apreté suavemente mis puños.
—Lo siento.
Él sonrió y agitó sus manos rápidamente.
—Esto no es un reclamo, ni mucho menos es para hacerte sentir culpable. No puedo obligar a los demás a tener los mismos pensamientos que yo. Ya sabes, me considero un alfa muy…
—¿Anticuado? ¿Conservador?
Jungkook me miró con severidad y yo me reí. Él sabía que estaba intentando romper el pequeño momento de tensión que se había creado.
—Creo que el término romántico me gusta más —corrigió con una sonrisa—. Cuando escuchaba a nuestros amigos hablar sobre ti y cuando comencé a notar cuánto te deseaba, me di cuenta que no quería tomar nada a la ligera. No quería hacerte sentir que solo eras algo de un rato, ni mucho menos que solo buscaba placer en ti.
Mi corazón comenzó a latir rápidamente.
—Nunca me has hecho sentir incómodo —admití con un hilo de voz—. Es más, eres con el único que puedo sentirme completamente seguro.
Él inclinó su rostro y sonrió, enternecido. Se llevó una mano al pecho y dijo:
—No sabes lo feliz que me hace escuchar eso.
—Igual, si quieres, puedes faltarme el respeto —solté con una sonrisa—. No me molestaría en absoluto que lo hicieras.
Jungkook se cubrió el rostro y comenzó a reírse.
—¡Park Jimin! ¿Qué clase de comentarios son esos? —preguntó con una mezcla de dulzura y vergüenza.
Le sonreí y fui capturado por el momento. Era verdad que habíamos cambiado, pero quizás él no tanto. Durante años, construí una imagen del alfa que estaba muy distorsionada de la realidad.
Jungkook era un alfa pícaro y bastante impulsivo, pero no dejaba de ser dulce y suficientemente consciente de sus acciones. Me sentí culpable por manchar su imagen, incluso cuando fue aún peor en mi cabeza.
—Sé que nos tomará tiempo el volver a conocernos. —¿En serio lo crees?—. Pero deseo que sea así, ya sabes, lento y seguro. Que no nos apresuremos y nos tomemos el tiempo de disfrutar cada segundo uno al lado del otro.
—¿El plan no era conocernos durante unas semanas, casarnos y tener cachorritos? —pregunté con una pequeña sonrisa.
Jungkook levantó su dedo índice e inmediatamente corrigió:
—Cachorritas, vamos a tener tres nenas. Anya, Rona y Yanmi —soltó con una sonrisa.
Abrí mis ojos, sorprendido.
—Wow, tus planes sí que se verían saboteados si viene un niño.
—Tengo nombres en ese caso, pero estoy seguro de que serán nenas. Las soñé y todo.
Solté una carcajada y no pude evitar estirar mis manos para tomar las suyas. Fue un pequeño gesto que me salió, algo que nunca había intentado hacer con alguien más y él lo notó. Inmediatamente dio un pequeño apretón y llevó mis manos a su boca para depositar un pequeño beso.
—Lento pero seguro, ¿sí? —preguntó con una sonrisa.
—Haré mi mayor esfuerzo —respondí—, pero no creo que lento y seguro sea lo nuestro.
Jungkook se encogió de hombros y me sonrió.
—Solo dejemos que las cosas fluyan y todo llegará en su momento adecuado.
No le respondí, pero estaba seguro de que él sabía que estaba de acuerdo con él.
Jungkook y yo hablamos durante un par de horas, hasta que varias llamadas comenzaron a llegarnos a ambos.
Él atendió con preocupación, ya que la insistencia no era normal.
—¿Mamá? ¿Qué pasó? Tengo trece llamadas perdidas —dijo con el ceño fruncido, mientras levantaba su mano para llamar al mozo—. Oh, entiendo. De acuerdo, ya vamos para allá.
Colgó y me miró con una pequeña sonrisa incómoda.
—¿Pasó algo malo? —pregunté, y él negó para luego sacar su billetera y dejar dinero sobre la mesa.
—Mi abuela vino de visita y parece que quiere vernos —comentó con tranquilidad.
Yo asentí y me levanté, busqué algo de dinero y se lo ofrecí. Como era de esperar, él se negó.
—La próxima invitas tú —dijo, estirando su mano hacia mi cabello para acariciarlo delicadamente.
Quise negarme, pero fui completamente atrapado por el gesto tan dulce que tuvo. Así que solo lo seguí y caminamos de regreso a casa. Hablamos bastante, sobre nuestras carreras y amistades.
—Eunwoo es lo más cercano que tengo a un mejor amigo. No estudiamos lo mismo, pero lo conocí en una fiesta y nos dimos cuenta que teníamos muchas cosas en común. Es muy bueno, pero es muy chismoso —comentó, riéndose.
Yo abrí mis ojos ampliamente y lo miré con una sonrisa llena de gracia.
—Sungwoon es igual, te descuidas y muy posiblemente haya investigado a toda la universidad. —Suspiré y no pude evitar reír—. Él dice que no es su culpa y que el chisme lo busca.
Jungkook me empujó suavemente con su cuerpo.
—Tal vez deberíamos presentarlos, ¿no?
Negué rápidamente.
—No sería un negocio para nosotros. Nuestros secretos serían revelados de inmediato.
—¿Y qué tanto escondes, Park Jimin? —preguntó, elevando una ceja.
Tenía sus manos en los bolsillos y una sonrisa bastante dulce. Su nariz estaba levemente sonrojada por el sol y sus ojos brillaban con encanto.
Jungkook es tan hermoso que parece de otro mundo.
—Secretos muy oscuros —bromeé y él me sonrió tímidamente—. Quiero saber más de ti, cuéntame, ¿por qué sigues en Seúl?
Respiró profundamente y soltó todo el aire contenido.
Quería y necesitaba saber todo de él. Pasé demasiado tiempo con una imagen bastante distorsionada de él, deseaba conocer al verdadero Jungkook.
—No hay muchas razones; sin darme cuenta, comencé a planificar mi vida en la capital. Terminé la carrera mucho antes de lo que pensaba y, de golpe, me encontré trabajando en un restaurante muy aclamado.
Recordé lo que le había comentado a la señora Song la noche anterior, así que decidí preguntar:
—¿Es verdad que deseas abrir un restaurante?
Asintió.
—Está en mis planes. Me gustaría abrir uno, ya sabes, donde todos alaben no solo la comida, sino también los postres. —Se rio—. Debo admitir que pensé en capturarte por medio de una pastelería, pero no sabía si iba a funcionar.
Solté una risa y agaché mi mirada tímidamente.
—Un restaurante suena bien, muy posiblemente sea tu cliente frecuente.
Jungkook me sonrió ampliamente.
—Entonces, un restaurante será. —Me señaló—. Igual, debes saber que era cierto lo que le conté a la señora Song, me encantaría que tú lleves a cabo la construcción del lugar.
Le sonreí ampliamente y me reí.
—¿Hablas en serio? —pregunté en un susurro.
—¡Claro! Así que debes terminar ese proyecto, así empezamos a hacer negocios. Planeo pagarte con muchos besos y abrazos.
—Te va a salir mucho más caro que besos y abrazos. Tal vez una noche y arreglamos.
Me empujó y yo solté una carcajada.
—No me hagas propuestas indecentes, pervertido.
—¡Llorón! ¿Y así quieres cachorritas? ¿Cómo planeas hacerlas? ¡¿Por telepatía?!
—¿Quieres que tengamos una cachorrita? Porque si es así no me molestaría empezar.
Me detuve y lo miré, esperando ver alguna pizca de humor en su rostro, pero él parecía estar hablando muy en serio.
—¡Jungkook! Apenas tenemos veintidós años —solté exaltado y él se rio.
—¿Recuerdas que cuando éramos chicos yo solía mentir con mi edad solo para ser mayor que tú? Taehyung siempre me decía que era muy enano y pequeño para protegerte, entonces yo mentía y decía que era más grande que tú.
Sonreí.
—Lo recuerdo, hasta me decías que te dijera hyung. Eso sí era extraño —confesé con gracia—. Pero ahora si quieres puedo decírtelo. —Pasé la lengua por mis labios y levanté mis cejas de manera juguetona.
La cara de Jungkook cambió de inmediato y sus mejillas se sonrojaron. Me dio un empujón nuevamente y yo solté una carcajada ante su timidez.
—¡Deja de decir esas cosas! No vas a profanar este cuerpo dulce y puro.
Chasqueé mi lengua y puse los ojos en blanco.
—El que va a querer profanar mi cuerpo eres tú, solo espera unos días más y me estarás persiguiendo.
Jungkook arrugó el ceño y negó como si estuviera diciendo algo terrible.
—Ya lo veremos —dijo, sonriéndome—. Quizás seas tú el que me persiga
Me encogí de hombros, y no pude evitar pensar que existían muchas posibilidades de que ocurriera eso.
Durante el resto del camino, nos las pasamos jugando. Jungkook solía ponerse muy tímido ante los comentarios que llegaban a ser subidos de tono, y eso se había convertido en algo divertido de hacer para mí.
Qué problema va a ser cuando decida corresponder esos comentarios.
A mitad del camino, él me abrazó por la espalda y comenzó a contarme sobre cómo soñaba que fuera su restaurante. Sus brazos rodeaban mi cintura y era un tanto incómodo caminar, pero había algo en ese gesto, en ese momento tan cariñoso e íntimo, que me hizo quedarme en silencio.
—Yo me encargaré de que sea así e incluso mejor —prometí en voz baja y pude sentir cómo sonreía.
Dejó un beso rápido en mi mejilla y se separó de mí.
—No espero menos de ti.
Llegamos a casa.
Al entrar, vimos a todos en la sala, esperándonos. Me di cuenta de lo gigante que eran nuestras familias estando juntas —y eso que faltaban integrantes—. Todos nos miraban de diferentes maneras: había rostros llenos de sorpresa, otros de confusión y varias expresiones que fueron difíciles de descifrar.
Algo estaba pasando.
La abuela Jeon estaba sentada en medio, a su derecha estaba Taehyung, agarrando su brazo y restregando su rostro en él; no era sorpresa que amaba ser el nene de su abuela, y ahora su semblante parecía bastante molesto.
A su izquierda, estaba el menor de los Jeon, Soobin, quien nos miraba con ojos amplios y la boca levemente abierta.
—¡Por fin llegaron! —soltó la mujer de cabellos blancos.
La belleza de la abuela de Jungkook era de no creer. A sus setenta y siete años, la mujer seguía manteniendo su vitalidad y juventud. Era tan alta como Jungkook, su cabello era blanco y largo; ojos grandes y redondos, pero de un color verde intenso que te lograban intimidar.
—Noona —soltó Jungkook con una sonrisa. Se acercó a ella y la abrazó con delicadeza. La omega le correspondió y le dio un beso en la frente—. No sabía que ibas a venir.
—Nadie lo sabía, de hecho —agregó Hyejin—. Fue pura sorpresa.
—Es que los extrañaba tanto a todos —dijo, con una sonrisa, la mujer, luego me miró y abrió sus brazos—. Mi hermoso Jiminie, eres el calco de mi Bonhwa.
Me acerqué a ella y la abracé con una sonrisa.
La abuela Jeon era la mejor amiga de mi abuelo omega, Bonhwa. Junto a la señora Song, mantenían una amistad de años y eran muy unidos los tres. Por eso, al verme, siempre decían que les recordaba a mi abuelo, ya que soy el más parecido a él de todos sus nietos.
—Jungkookie nunca fue tonto —dijo con una sonrisa, mientras acariciaba mi cabello.
—Abuela, ¿te vas a quedar a dormir? ¿Quieres que vayamos de compras? —preguntó Taehyung, tratando de llamar la atención de la omega.
Ella inmediatamente se volteó a mirarlo.
—Por supuesto, bebé, más tarde vamos a comprar. Y claro que me voy a quedar, así que vayan vaciando alguna habitación.
Todos comenzaron a murmurar entre sí. Apenas nos habíamos acomodado y ahora íbamos a tener que hacerlo nuevamente.
La mujer me agarró el rostro y lo analizó con detenimiento. Cuando finalizó, sonrió encantada y dijo:
—Siempre supe que tú serías el que portaría nuestra genética.
Me ahogué.
—¿Qué? —solté, aterrado.
El aroma de Jungkook llegó a mis fosas nasales, era una mezcla de confusión, emoción y miedo. Estaba tan extrañado como yo.
—Un pajarito me contó que ya están de novios. —Llevó las manos a su pecho y en su rostro se vio la emoción—. Si mis amigos y amado estuvieran aquí para ver esto, esto sería una verdadera fiesta.
Sentí cómo se me salía el alma del cuerpo.
—Sí, a mí también me lo contó un pajerito —apoyó Taehyung.
La omega se volteó a mirarlo.
—Pajarito, Taehyung. Pajarito.
—¿Y qué dije yo? —preguntó, confundido.
Ignoré aquella situación —en otro contexto me hubiese parecido muy cómica— y miré a Jungkook. Él estaba tan pálido como yo, estaba seguro de que aquellas palabras lo habían golpeado al igual que a mí.
Ambos pensamos lo mismo. Nuestra mentira había llegado muy lejos y ahora toda nuestra familia creía que teníamos algo.
¿Qué íbamos a hacer? Se suponía que iríamos lento.
De golpe, las palabras de Jungkook llegaron a mi mente:
«Evitemos romper el corazón de otro abuelito».
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