Capítulo 4.

Capítulo 4:

[Dakota]

El sonido de mi móvil, logra que salga del mundo de los sueños. Joder. ¿Quién se atrevía a interrumpir mi sábado de holgazanería? ¡Iba a asesinar a quien cometía semejante osadía!

» Que te ha salido la poeta interior.  «

Ignorare eso.

» ¿Quién se atrevía a interrumpir mi sábado de holgazanería? ¡Iba a matar a quien cometía semejante osadía! «

No sería mi consciencia, sino se burlase de mí; tened piedad.

Sin abrir mis ojos, estiré mi mano hacia la mesita de noche y tanteé buscando mi móvil. Cuando dí con él, lo acerqué; descubriendo un mensaje de mi mejor amiga. Estupendo.

» ¡Esta tarde iremos a la playa! Y no aceptó un no, estas avisada Figgins. «

Resoplo sin poder evitarlo, comienzo a creer que ama conspirar en mi contra. No os imagináis las ganas que tengo de ir, nótese el entusiasmo. Vamos, era sábado; ¡sábado! Lo que más deseaba, luego de una larga semana de trabajo; era descansar y eso consistía en quedarme en casa, viendo anime o leyendo mangas. Lo que surgiera primero, pero ir a la playa no estaba en mis planes; oh por supuesto que no.

Pero estamos hablando de Shelby, quien no podía quedarse quieta y en tranquilidad. Siempre debía estar en movimiento, ¿acaso no sabía lo que era el descanso? No, no lo comprendía. Genial.

Solté un bufido al ver la hora, joder. No tendría tiempo de holgazanear y eso me ponía de malas. Confirmado, Shelly tenía ganado mi odio eterno. Salté fuera de la cama y sin demora, me dirigí al baño. Necesitaba una relajante ducha, con demasiada urgencia.

Y si disfruté de los mejores quince minutos de mi vida, bajé una vez acabé y el olor a comida llegó a mis fosas nasales; logrando que mis tripas rugieran en aprobación. Mi madre estaba elaborando un delicioso almuerzo: lasaña. Un manjar digno de los dioses, vale; para mí si lo era. Y como era de esperarse, Billy, Jake y Aarón estaban en la cocina; a la espera de la comida. Parecían unos críos, no pude evitar reír por la situación. Eso llamó su atención y en unos segundos tenía a esos tres viendo en mi dirección.

—¿Éstas son horas de levantarse, jovencita? —preguntó en mi dirección, Jake.

Puse los ojos en blanco y le enseñe mi dedo corazón. Por su parte sonrió a más no poder, pero recibió un pequeño golpe en su nuca; Aarón.

» Tu eterno salvador. «

—Déjale en paz —advirtió.

—Buenos días para ti también, niñita —me burle de Jake, mi hermano negó con su cabeza divertido por la situación.

—¿Qué tal la semana, Daqui? —quiso saber mi padre.

Ni siquiera había notado su presencia, todo por estar peleando a ese idiota sin remedio. Mi padre se encontraba sentado en la mesa, con su portátil en frente. Trabajo, supongo.

—Bien —me limitó a responder.

—¿Nada más? —inquiere mi hermano y arquea una de sus cejas, de manera interrogante.

—Sí Billy, nada más.

—¿Segura?

Me muerdo la lengua para no acabar respondiendo de mala manera, le conocía a la perfección y sí, había algo que quería saber cómo fuese.

—Ve al grano —pido, algo molesta.

Una sonrisa adorno su rostro y lo supe, vendría un sermón de no acabar. Pero el asunto era, ¿por qué? ¿Acaso he hecho algo?  ¿Había sucedido una cosa de la que yo tuviese que ver? No, no la había y estaba muy segura de ello.

—¿El viernes pasado has ido a una fiesta, no? —pregunta y cruza sus brazos sobre su pecho.

—Sí... —por un momento dudo si fue buena idea decir la verdad.

—Billy... —le advierte mi padre.

—Después de oír esto, harás el mismo planteo —le avisó, apuntándole con su dedo índice—, Creí que había quedado claro, que Christopher Holland es una mala influencia y que no puedes acercarte a él —suelta y yo me quedo boquiabierta por sus palabras. ¿Esta de broma?—. Sí, me llegaron ciertos comentarios de que en cierta fiesta tú y ese imbécil, estuvieron a solas —me mira con seriedad.

Suelto un bufido exasperado, joder. ¿En serio me haría esto?

—Pensé que querías que tuviera más amigos, aparte de Shelly —le recuerdo.

—Es lo que más deseo, pero no de ese chico problemático —me espeta.

—¡Cielos, Billy! ¿Podrías no juzgarle? ¡No le conoces! No sabes que le ha pasado, para que sea de ese modo; ¿vale?  —empezaba a molestarme, él más que nadie sabía lo que pensaba de juzgar a alguien, sin conocerle. Pero que va, a mi hermano le encantaba hacerlo; demonios.

—Te lo advierto Billy Preston Figgins, no sigas  —intervino mi madre, sabiendo como acabaría esta discusión—. Dakota ya es mayorcita y sabe lo que le conviene y lo que no. Y en todo caso, déjale que se de la cabeza contra la pared; le ayudará en el futuro —dijo, dando por zanjada la conversación.

—Pero... —intenta protestar.

—Preston, cierra la boca —le espeta y no puedo evitar reír por ello.

Mi madre sabía cómo poner en su lugar a mi hermano, claro que sí. Por su parte Billy soltó un bufido enfurruñado y se sentó en un taburete de la isla de la cocina. Idiota. ¿Qué más daba si había estado hablando con Chris? No me pareció que tuviese una mala intención, vale; al principio estuve a la defensiva. Sí, soy una imbécil. Pero estaba más que acostumbrada a que si alguien se acercaba a mí, solo era para burlarse. Así que supuse que haría lo mismo y me equivoque. Se interesó en lo que hacía y me halago, algo que me sorprendió.

» Nunca juzgues a un libro por su cubierta. «

Lo sé, no debí suponer que se burlaría solo porque el resto lo haga. Estuve mal y lo aceptó. Suelto un suspiro, deseaba matar a Billy. Por su culpa, mi padre no dejaba de observarme y lo conocía bien; tarde o temprano deberé escuchar un sermón de su parte. Sé lo que piensa de él o porque piensa de ese modo. Sí, no ha dado la mejor de las impresiones y muchos conocen  todas las peleas y líos en los que se ha metido.

Soy de las que cree que hay algún motivo para ello, no intento justificar su comportamiento; por supuesto que no. Pero no siempre fue el chico problemas, todo se fue en picada hace dos años atrás o eso he escuchado. Repitió su último año escolar y fue ahí donde compartí algunas clases con él. No llegué a conocerle, sabéis porque. Sí, mi poco entusiasmó social y que pasaba más tiempo entre libros; que con personas.

—Venga a poner las mesa, vosotros tres —habló mi madre -sacándome de mi ensimismamiento- a mi hermano y los chicos.

Los tres bufaron y comenzaron a protestar, diciendo que eso debía hacerlo yo. A lo que mi madre les regaló una de sus miradas de: “os toca a vosotros y se acabó la discusión. ” No pude evitar reír por ello, a lo que recibí una mirada de advertencia.

Me hice la tonta y me límite a revisar mis redes sociales.

(...)

Observo el reflejo que me devuelve el espejo y no puedo evitar sonreír. Me gustaba como me quedaba aquel vestido veraniego, era de mis favoritos y de los que más usaba en esta época. Debajo llevaba mi traje de baño y ya hasta había arreglado mi bolso con todo lo necesario. Solo me tocaba esperar a que Shelly llegase por mí, por lo que me tiré sobre mi cama, reproduciendo en mi móvil una canción al azar.

El sonido de una bocina me alerta que esta aquí, tomó mi bolso y demás, para luego salir de mi habitación. Bajo las escaleras y grito desde la puerta de entrada:

—¡Voy a pasar la tarde con Shelly! —aviso y salgo disparada hacia el auto de mi mejor amiga.

Una vez dentro del vehículo, me abrocho el cinturón de seguridad y emprendemos viaje hacia la playa más cercana. La radio nos hace compañia, mientras mi amiga me comenta que esta saliendo con alguien, que con mucha seguridad ni conocía. O quizá sí, pero nunca haya prestado atención a ello. Continúo contándome lo maravilloso que era, que nunca había salido con un chico como él. Si me llegó a enterar que le hace daño, soy capaz de matarlo.

Por mi mejor amiga, haré cualquier cosa.

—Allí hay un lugar —avisé, mientras ella estacionaba donde señale.

Teníamos suerte de que no había mucha gente y lo agradecí enormemente. Me daba algo de vergüenza que me vieran en traje de baño, no preguntéis porque; ni yo lo sabía con exactitud. Y no es porque me falte confianza, no era eso.

Nos apeamos del auto y caminamos hacia la playa. Hacía un día estupendo para ello, sería un día más que disfrutable. Tiré mi bolso sobre la arena, una vez que encontramos un lugar donde acomodarnos. Me quité el vestido, quedando en traje de baño.

Me senté sobre mi toalla -una vez la acomode-, mientras Shelly colocaba la sombrilla.

—Me encanta esta época del año —dice—. Es cuando ves demasiados chicos mostrando sus abdominales perfectos —ríe y yo niego por sus palabras.

—Vaya novedad —me burló suyo.

—¡Oh, vamos! ¿Dirás que no disfrutas esta época?

—¿Quieres la verdad o una mentira?

Pone sus ojos en blanco, molesta por mi contestación.

—Mejor no quiero saberlo.

Reí sin poder evitarlo y me dispuse a sacar el bloqueador solar de mi bolso.

—Iré a darme un chapuzón, ¿vienes?

—No, por el momento me gustaría disfrutar de la arena.

—Aburrida.

—Pesada.

Niega divertida y me enseña su dedo corazón. Se levanta de su lugar y camina hacia la orilla, para luego entrar en el agua.

Me recuesto sobre mi toalla, mientras saco los auriculares y el móvil. Una vez los colocó en mis orejas, buscó en mi lista de reproducción algo con lo que poder deleitarme. Le doy reproducir a Poison de VAV  y sin poder evitarlo tarareo la canción.

No era muy fan de venir a la playa, prefería quedarme en casa y meterme en la piscina. Pero con Shelly eso era imposible, a ella si le gustaba socializar con el mundo. Que distintas podíamos ser, pero aún así éramos mejores amigas.

Aún no había logrado meterla en mi mundo friki, no del todo. Pero ya lo lograría, iríamos a la misma Universidad; así que tendré tiempo de sobra.

Siento que alguien toca mi hombro derecho y abro mis ojos -que no sabía en que momento los había cerrado- encontrándome con Shelly, junto a un chico. Quito los auriculares y espero a que nos presente.

—Daqui, él es Austin; es de quien te hable —dice y sonríe. ¿En que momento se vieron?

¡Alto ahí! Creo que le he visto en algún lado, ¿pero donde? Joder, ya sé. ¡Es amigo de Chris! Demonios, ¿en serio? De todos los tíos que hay en el insti y en esta ciudad, ¿debía fijarse en él? No me malinterpreten, pero os aseguró que he sido protagonista de alguna broma suya. Porque vamos, es amigo del imbécil de Kendall también y sabemos cómo ama molestarme.

—¿Qué tal? —pregunta Austin y sonríe de manera amigable. ¿Haré bien fiandome suyo?

Puedes darle el beneficio de la duda.

No perdería nada, la verdad.

—Todo perfecto —me limitó a responder, que tampoco me apetecía entablar una conversación en este momento.

Que aún estoy flipando, de verdad; no me la creo.

—¿Te molesta que se quede con nosotras? —más que una pregunta, fue una súplica por parte de Shelly.

Odio que me ponga en una situación así, más cuando se suponía que era una tarde de chicas. Ambos me miran, de manera expectante por mi respuesta.

Si me niego, Shelly se enfadará; pero si aceptó tendré su amor y agradecimiento eternamente. ¿Y que pesaría más en una balanza? Suelto un suspiro y me digno a responder:

—No es ninguna molestia que se quede —acabo aceptando y les regalo una sonrisa, que va; ha sido más bien una mueca bastante espeluznante.

Shelly chilla y me abraza, que sí; ya me he ganado todo su amor. Austin sonríe y se tumba junto a mi amiga. Ellos hablan de manera animada, de algo que ignoro completamente.

Buscó en mi bolso uno de mis mangas que me he traído y me vuelvo a colocar los auriculares. Suena With me de Sum 41 y sin poder evitarlo tarareo la canción. Me concentró tanto en la lectura y en la música, que hasta que siento que alguien me choca un hombro; no noto que tengo a alguien a mi lado. Pero debo admitir que no fue brusco, más bien de manera juguetona.

Mis ojos se abren ante la sorpresa de verle, esto debía ser una broma. Chris me sonríe de manera angelical y yo me quito los auriculares.

—¿Cúando has llegado? —quiero saber.

—Hace unos segundos, lo habrías notado; sino fuera porque estabas metida dentro de esa historieta —se mofa mío.

—Manga, es un manga Holland —le recuerdo.

—Es lo mismo.

—No, no lo es.

—Que sí.

—Que no, pesado.

—Como digas.

No puedo evitar reír por ello y nos quedamos viendo unos segundos, que se me hacen eternos. Él rompe el contacto, cuando su mano viaja hacia mí y coloca un mechón de mi cabello detrás de mi oreja. Siento al rubor subir a mis mejillas y volteo mi rostro. Mierda.

Le oigo reír por mi reacción y en mi fuero interno me regaño por haberlo hecho. Idiota. ¿Se está burlando de mí?

—¿Y que manga estas leyendo? —quiere saber.

Me vuelvo hacia él y noto la curiosidad en su rostro, de verdad le interesa saber. Suspiro sin poder evitarlo, pocos se interesaban realmente en lo que tenía para decir y él; era distinto.

—Se llama Given, es una historia bastante triste y a la vez bonita —le digo—. Hay música, romance bl —expliqué.

—Me gusta la parte donde hay música —sonríe y os juro que su sonrisa comienza a agradarme, demasiado.

—He olvidado que tienes una banda.

—Mi padre cree que pierdo el tiempo con ello.

Mi ceño se frunce por sus recientes palabras.

—Espero que el día que tu banda sea famosa, no venga lloriqueando y arrepentido por haberte dicho eso —me sincero.

Suelta una pequeña risa y baja su mirada hacia sus manos, que juegan con la arena.

—¿Crees que lo lograremos? —pude sentir la angustia en su voz.

Me encojo de hombros.

—¿Por qué no podríais? No os he oído, pero quienes sí lo han hecho; te aseguró que saben que váis a llegar lejos y no exagero —le regalo una radiante sonrisa, intentando animarle.

—Gracias.

—¿Por qué?

—Por esas palabras de aliento, es lo que necesitaba.

Muerdo la parte interna de mi mejilla, jamás pensé que Christopher Holland me daría las gracias a mí; la pringada del insti.

» Me agrada. «

Que novedad.

—¿Puedo preguntar algo? —pregunta y yo dejó los comentarios de mí consciencia, a un lado.

—Ya has hecho una, pero sí; hazla —me mofó suyo.

Niega divertido por mi respuesta y luego veo como acerca su mano a mi hombro derecho y lo acaricia suavemente; donde tengo un pequeño tatuaje.

—¿Qué significa? —había curiosidad pura en voz.

—Es la marca de un gremio de magos, para ser exactos; de Fairy Tail —le cuento—. Es de un manga y anime que me gusta mucho, por ello decidí hacerme este tatuaje junto a mis hermanos. Ya que los miembros de un gremio son familia, es una tontería el significado —suelto una risita tímida, ya que temo que piense que soy más rarita aún.

—Me gusta —admite—. Y me gusta aún más, después de saber que significa para tí —me quedo viéndole, sin dar crédito a lo que acabó de oír. ¿Aun sigo dormida? ¿Es esto un sueño? ¿Pronto despertaré y esto jamás sucedió?

—Sois muy monos —nos interrumpe, Shelly y sonríe de oreja a oreja.

Había olvidado que estaban aquí, joder. Han presenciado todo, que vergüenza. Austin y ella se miran, con ello se dicen algo y no sé porque me da mala espina.

—Iremos por unas bebidas, ¿queréis algo? —pregunta Austin, levantándose de su lugar y ayudando a Shelly.

Niego, mientras que Chris les pide un refresco de lo que sea. Y es así, como nos quedamos a solas. Cierro mis ojos un momento, las manos me sudaban un poco; estaba de los putos nervios.

Chris agarra el auricular libre y se lo lleva a su oreja, mueve su cabeza en un gesto de aprobación. Se estaba reproduciendo It's You de Henry. Uno de mis asiáticos favoritos y esta canción la amaba con el alma. Y que él la escuchará y aprobará, me alegraba.

Y así continuamos el resto de la tarde, compartiendo música y hablando del manga que tenía allí.

Sin darme cuenta, él comenzaba a caerme bien; mucho más de lo que hubiera imaginado.

(...)

¡Perdonen la tardanza! Aquí os dejo el capítulo 4 y en multimedia la portada oficial!!! 💕 Espero os guste el capítulo, estuve a punto se borrarlo y comenzarlo de cero, porque no me convencía. Espero que a vosotros sí.

Gracias por el aguante y disculpen la tardanza.

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En fin, espero sus comentarios y estrellitas ❤

Os ama.

—Vicky—

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