-Los mejores caballos después de Sleipner. –Thor observó a las bestias que el hombre había sacado del establo y asintió con satisfacción. Servirían.

-Prepara dos. Las necesitamos con urgencia.

-Sí, mi señor.

Su Padre había accedido a la empresa no sin poner algo de resistencia. Le había molestado que solo fuesen ellos, pero confió en él cuando le dijo que, si llegaban con un ejército, Loki trataría de matarlos a todos. Era mejor una avanzada pacífica.
Después de todo, su hermano tampoco parecía planear nada. Habían pasado ya dos días, y normalmente para ese momento ya tendrían a los problemas en la puerta de Asgard.
También había hablado con los líderes de las demás razas con las que se era capaz de razonar y todos habían dicho que no sabían nada del asunto pero los habían autorizado a visitar sus mundos para tratar de encontrarlo.

Después estaban Muspelheim y Jotunheim, que habían agregado que se les permitiría deambular libremente mientras no representasen una amenaza. Lo que en lenguaje de amienemigo significaba que intentarían provocarlos continuamente.

Thor resopló mientras se sentaba en un tronco junto al establo. Se arrepentía de haber metido a los tres guerreros en esto. Prefería ir solo. Temía que su hermano interpretase la presencia de sus acompañantes como una amenaza. Y por dentro, deseaba ser él quien lo convenciera de regresar.

También deseaba llevárselo a la cama y follárselo tan duro que no volvería a caminar en un tiempo como castigo por preocuparlo. Pero eso claramente no pasaría.

Así que se contentaría con simplemente llevarlo de vuelta al castillo.

Sus guerreros se acercaron al lugar. Estaban cargados con alforjas y armas, listos para seguirlo. La situación le daba dolor de cabeza.

-Estamos listos, Thor. –Hogun dejó caer la alforja frente a él. –A dónde iremos primero?

-A Vanaheim. Yo iré a- Fandral lo cortó.

-"Yo iré"? Qué quieres decir con eso?

-Que ustedes irán juntos y Yo no. Eso es todo.

-Qué? Por qué? –Ladró Volstagg.

-Porque lo he decidido así.

-No. –El Severo clavó en él su mirada. –Iremos en parejas. O accederé a la petición de tu Padre de llevar un ejército. –Thor se puso de pie y comenzó a caminar de un lado a otro.

-Loki es impulsivo y desconfiado, si nos ve a todos creerá que hemos ido a destruirlo y nos atacará. Si voy solo-

-Y si lo encontramos antes que tú?

-Se quedan al margen y me avisan. Seré yo quien habla con él.

-Eso es estúpido. –Dijo Fandral, cruzándose de brazos. –Si vamos en parejas estaremos todos más seguros y aún así podemos llamarte si es que lo encontramos.

-Pero-

-Thor. No te dejaremos solo.

Bien. De acuerdo. No iba a poder zafarse de ningún modo. Aceptó la situación con un resoplido y los tres guerreros intercambiaron una mirada socarrona. El chico de los establos regresó con los caballos, y los cuatro fueron al encuentro de Heimdall.

Finalmente, Volstagg y Fandral irían a Muspelheim, Nidavellir y Vanaheim, y Hougun y él a Midgard, Alfheim y Svartalfheim.

-Iremos a Jotunheim. Ustedes no se preocupen. –Volstagg montó su caballo.

-No, creo que nosotros deberíamos ir. Después de todo, es probable que Loki esté allí. –Respondió Thor.

-Qué tal si terminan con los tres mundos que ya se asignaron antes de preocuparse por Jotunheim? – Todos miraron a Heimdall.

-Es un buen punto. –Fandral se encogió de hombros.

-Estoy bien con eso. –Añadió Hogun.

-Bien. Heimdall. –El guardián del Bifröst asintió y abrió el camino que unía Asgard con los demás reinos. –Recuerden, si lo encuentran, vuelven aquí. No quiero problemas.

Tras el asentimiento de sus guerreros, Thor y Hogun entraron en el haz de energía. Un parpadeo después, estaban en Midgard.

-Deberíamos avisar a Jane que estamos aquí? –Preguntó El Severo. Thor negó.

-No quiero preocuparla. –Mintió. –Después de todo, si Loki de verdad no está planeando nada, no habrá ningún problema.

-Y a los demás?

Si... Quizás tampoco fuese una buena idea que ellos lo supieran, pero... Se enterarían tarde o temprano y prefería que fuese por él...

-Vamos.

La torre sede de los Vengadores no era difícil de encontrar. La enorme mole destacaba entre el resto de los pequeños edificios a su alrededor como el castillo de su Padre en Asgard.
La puerta se abrió en cuanto se acercaron, y la voz de la secretaria invisible de Stark resonó en el lugar.

-Bienvenido, Señor Thor. El señor Stark se encuentra en el taller. Por favor, prosiga al elevador.

El dios del trueno observó al confundido Hogun con diversión antes de mostrarle el camino. Encerrados en la pequeña caja metálica, hicieron todo el camino hasta los talleres. En cuanto las puertas volvieron a abrirse, Friday volvió a hablar.

-Señor Stark, el Señor Thor se encuentra aquí. –La voz de Tony resonó en el lugar.

-Beach boy! No te esperaba!

El rubio puso los ojos en blanco antes de salir del ascensor y buscar a su interlocutor con la mirada. Stark se encontraba soldando las piezas de uno de sus trajes.

-Yo tampoco pensaba venir.

-Entonces que te trae por aquí a ti y a... –Levantó la vista de su trabajo y observó a Hogun con el ceño fruncido. –Mr. Grumpy aquí presente. –Hogun lo fulminó con la mirada.

-Loki se fue. –Ahora eso sí que llamó la atención de Iron Man. Tony dejó en la mesa el artilugio que estaba manejando, se quitó las gafas y lo miró a los ojos.

-Tu hermano loco? –Thor asintió con un suspiro. –Cómo que se fue? A dónde se fue?

-Eso es lo que no sabemos. Simplemente desapareció de un día al siguiente. –Miró alrededor al percatarse de que Banner no estaba allí pululando. –Dónde están todos?

-Friday, dile. –Stark se sentó en su ordenador y comenzó a teclear a la velocidad de la luz.

-La señorita Natasha Romanoff y el señor Bruce Banner están pasando tiempo de calidad en las Maldivas, el señor Steve Rogers y el señor Barnes están entrenando en Central Park-

-Friday, Strange, dime dónde está Strange.

-El doctor Strange se encuentra fuera de rango, señor Stark.

-Fuera de rango? –Varios mapas y vistas satelitales ocupaban la pantalla del ordenador.

-El doctor Strange se fue hace una semana a otra dimensión, Señor.

-Dijo cuanto tardaría?

-No específico, Señor.

-Bueno, mierda. Es el único que puede encontrar al psicópata de tu hermano. Ninguna ciudad ha reportado incidentes o ataques o... Friday, llama a todos, diles que traigan sus traseros aquí.

-Si, Señor.

-Stark, no, no hace falta. Ni siquiera sabemos si Loki está aquí.

-Por eso mismo! –Tony se frotó el puente de la nariz. –Debemos estar preparados. Por dios, no puedo lidiar con él de nuevo... Friday.

-Si, Señor?

-Deja un mensaje en el móvil de Strange. Explícale que el loco de los cuernos está suelto por ahí sin supervisión y que necesitamos que haga su cosa mágica para encontrarlo.

-A la orden, Señor. –Tony volvió a dirigirse a Thor.

-Entonces qué hacemos mientras tanto?

-Tú? No lo sé. Yo tengo otros mundos en los que buscar a Loki.

-De acuerdo. En cuanto Strange aparezca haré que lo encuentre. Y si pasa algo antes de eso, te lo haré saber. De algún modo. Necesitas conseguir un celular...

No le gustaba la idea de que los vengadores estuviesen reuniéndose para planear cazar a su hermano como a un animal, pero agradecía no tener que recorrer todo Midgard por su cuenta.

Cuando el rayo de luz de Bifröst los dejó en Svartalfheim, la oscuridad reinante pareció observarlos fijamente.

Esta vez iban a tardar un poquitito más en terminar...