Capítulo 10
Thor golpeó en la cara a la bestia que se le venía encima, arrojándolo por los aires. A su lado, Hogun desenterró su morningstar de la cabeza de otra de aquellas cosas. Se habían metido por error en un nido de aquellos... Perros demonio... Y ahora tenían que pelear por el refugio.
-No creo que Loki esté aquí. –Gruñó Hogun mientras giraba sobre sus talones para repeler a otro perro.
Thor gruñó por toda respuesta.
Un rayo que brotó de Mjolnir impactó en dos de aquellas cosas, asustando a los que quedaban. Con llantos de sumisión, los heridos se levantaron y renguearon o se arrastraron hacia las sombras, siguiendo los pasos de sus camaradas. Los guerreros respiraron con alivio.
-Cuánto tiempo llevamos aquí? –En las tinieblas continuas, era imposible de saber. -Días? Tal vez una semana? –Hogun arrastró uno de los cadáveres fuera de la cueva y regresó por el otro. –De verdad quieres quedarte aquí más tiempo? Siento que me volveré loco si no veo el sol...
-Entonces vete.
-Podríamos tardar meses, Thor.
-Bien. Vete. –Gruñó antes de masajease las sienes. Llevaba días sin lograr conciliar el sueño, y cuando lograba hacerlo, las pesadillas terminaban por despertarlo.
-Thor... -Hogun se puso frente a él. –Estás bien?
-Perfectamente. –Mintió. Tomó uno de los animales muertos de la pata y se lo cargó al hombro antes de dirigirse a la entrada de la cueva. Su compañero lo siguió.
-Thor. –El dios arrojó el cuerpo al suelo y volteó de golpe. Gritó.
-Qué? Qué quieres? –Hogun, frente a él, permaneció estoico.
-Creo que deberíamos volver a Asgard. –Dijo con tono calmado. –La oscuridad te está afectando.
-Nada me está afectando. –O tal vez sí, pero no pensaba admitirlo. Solo podía pensar en Loki y en su bienestar. Él no importaba.
-De verdad, Thor. Aquí hay maldad en el aire. Te está trastocando. No puedes seguir así.
-Estoy perfectamente. -Hogun lo miró fijo a los ojos. Un momento después, soltó:
-Qué tienes con Loki? –Thor se atragantó.
-Es mi hermano y debo encontrarlo. –El guerrero no pareció convencido con la explicación.
-Sí, lo es. Pero hasta ahora no ha pasado nada. Y tú pareces más que dispuesto a buscar en cada rincón de los nueve mundos en lugar de esperar a que regrese. Acompañado de un ejército que quiera matarnos, posiblemente. Nunca habías hecho algo así y no soy estúpido. Volstagg y Fandrall vivirán en un baúl cerrado, pero no yo. He visto las miradas que le lanzas cuando crees que nadie mira.
Thor contuvo la respiración. El corazón le batía tan fuerte en los oídos que debía concentrarse para escuchar al Severo, el velo de la falta de sueño, que hacía que todo se viese borroso aumentó considerablemente. El Severo giró sobre sus talones para levantar la leña que había caído descuidadamente junto a la entrada cuando comenzó la pelea y continuó hablando dándole la espalda.
-Ya no hablas de Jane. Y crees que eres muy serio, pero tu cara cambió cuando pregunté si debíamos hablarle al llegar a Midgard. Thor... -El fuego encendió y Hogun volteó a verlo con un suspiro. –Sientes algo por Loki?
-Qué te importa? –Escupió Thor, fuera de sí. –Este es MI problema, si estás buscando excusas para-
-No estoy buscando excusas para nada. Es más, creo que estoy tratando de que tú dejes de inventar excusas. –Se cargó el atado de madera al hombro y lo miró compasivamente. –Thor... Soy uno de tus mejores amigos.
-No. Tengo. Nada. Que. Admitir. –Avanzó hasta quedar frente a él y le clavó el dedo índice en el pecho amenazadoramente. –Y si pretendes seguir con tus estupideces, les pondré fin aquí y ahora.
-De verdad estás dispuesto a llegar a eso? –Hogun le sostuvo la mirada y habló fríamente.
Thor fue el primero en desviar la vista.
Qué demonios le pasaba? Por qué se estaba volviendo en contra de su amigo, por todos los cielos!? Se pasó las manos por el rostro. Hogun tenía razón. La oscuridad lo estaba afectando. Alzó la vista.
-Hogun, yo...
-Está bien, Thor. –Le palmeó el hombro. –Sé quién eres. Estaré contigo no importa qué. –Le dedicó una media sonrisa. –Ahora toma las alforjas y vayamos adentro, pongamos algo de comida en nuestros estómagos. Tenemos mucho territorio que explorar aún, y no va a hacerse solo.
Conteniendo las lágrimas, Thor cargó las alforjas en su espalda y lo siguió al interior. El aroma a vegetales y carne seca no tardó en llenar el aire, sobreponiéndose incluso al de la sangre de las cosas que habían matado y dándole una sensación de hogar que realmente necesitaba.
Luego de cenar, se arrebujó en las pieles junto a las brasas. Tal vez esta noche si lograse descansar. Los ronquidos de su compañero no tardaron en oírse. Sonrió antes de ponerse de pie y salir. Necesitaba un momento.
Solo en la entrada de la cueva, el Dios del trueno se frotó la cara.
<<Sientes algo por Loki?>>
Mierda, si. Sí sentía algo por Loki.
Era muy probable que lo hubiese amado durante toda su maldita vida, pero estaba muy ciego como para verlo y muy asustado como para admitirlo.
Y, demonios, lo quería a su lado. Lo quería en su cama, gimiendo su nombre.
Tenía que encontrarlo. Pronto.
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