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Marzo llegó, el mes del cumpleaños de Eren, y también con ello la visita de sus padres junto a unos familiares más.
Los Ackerman estuvieron a cargo de organizar una fiesta en el jardín de la mansión, todo con empeño y un toque de acogedor.
En ese día de celebración el castaño no le pudo hablar en todo el día al azabache, pues su familia quería saber como estaba Eren después de tantos años que no lo visitaban.
Preguntas y preguntas que no paraban.
Al llegar el siguiente día, la limpieza se hizo presente, habían algunos restos de comida y basura sobre las plantas del jardín.
Claro que Levi limpió todo, absolutamente todo.
Mientras pasaba por los pasillos barriendo escuchó la voz de los padres de su amo hablando con su hijo.
-Hijo, el contrato que tenemos con los Ackerman se está acabando, sólo te dejamos aquí en Suiza para que estés a salvo del mundo- dijo Carla
-P-pero... yo no me quiero ir de Suiza...-
El azabache se acercó a la puerta para oir mejor la conversación, grave error.
-Eren, todos los Jeager son criados en esta casa al nacer, Levi te dio clases particulares de todo para que estuvieras listo para irnos de este pueblo- se escuchó la voz de Grisha un tanto seria.
-...¿A qué te refieres con eso papá?...-
-A lo que me refiero es que no volverás a venir aquí nunca más, no vas a volver a ver a Levi...-
El corazón del alfa estaba comenzando a agrietarse, un dolor insoportable se hacía presente dentro de su pecho, se llevarían a su omega lejos.
-¡No es justo! ¡Yo no me quiero ir de aquí! ¡Me quiero quedar con Le- Eren estaba gritando pero Grisha lo paró.
-¡Te irás con nosotros quieras o no Eren, y te comprometeremos con otro alfa para que fundes la compania con él!-
El alfa salió rápidamente de allí a pasos lentos sin que nadie notara su presencia.
[...]
Habían pasado muchos meses desde que el castaño tuvo esa fuerte conversación con sus padres.
Ambos destinados todavía se llevaban bien, era todo de color de rosas entre besos, abrazos y más promesas tanto con el meñique como con un beso.
Aunque no fueron midiendo el tiempo que les quedaba.
Y el último día de estadía en aquella mansión se hizo presente con otoño, la misma estación del año en la que se conocieron.
Fueron a un pequeño lago, su lago favorito para contemplar el atardecer y darse cuantos besos quisieran.
El omega se encontraba recostado en las piernas del alfa susurrandole palabras de amor.
Pero el omega necesitaba decirle ya a su alfa de su despedida.
-Levi...- lo llamó, sus ojos chocaron -Tengo que decirte algo muy importante cariño...-
La preocupación del alfa se hizo presente, tragó grueso.
-Dime, Eren...-
El omega se le pusieron los ojos llorosos por la nostalgia que le traía la voz de su alfa, se aferró a el como si se lo iban a quitar.
-Y-yo mañana me iré de la mansión- dijo con nerviosismo -Nunca más nos volveremos a ver... cariño te voy a extrañar...-
El omega no aguantó más, soltó sus lágrimas, lágrimas de dolor por dejar al amor de su vida, no lo quería dejar, pero lamentablemente así estaba en el contrato.
El destino era cruel con la pareja destinada, ambos se aferraron del uno al otro, Eren embriagandose con el aroma a miel y nuez que tenía el alfa, y Levi dándole besos en su coronilla para que dejara de llorar.
-No me dejes Eren... Yo te amo...-
-Sabes que yo también te amo... dime Levi... ¿porque el destino es tan cruel?...-
Las lágrimas no paraban, el alfa también comenzó a llorar.
-Creo que debo dártelo...-dijo el azabache sacando de su cuello una cadena con una pequeña llave.
-Levi... ¿qué es esto?...-
-Es la llave de la mansión - dijo el alfa- si algún día vuelves... prometeme que vendrás a verme Eren... porque este será nuestro último atardecer cariño...-
El ojijade asintió con la cabeza, se acercó a los labios del alfa susurrandole una vez más palabras de amor, dándole un beso en sus labios.
Ambos hicieron esa promesa en ese lugar junto con una unión más apresadora de emociones y momentos nostálgicos.
[...]
El azabache llevó a su amante a la habitación, el alfa subiéndose encima de su omega dejándo al contrario con un lindo rojo carmín en sus mejillas y una sonrisa.
Incrementando más sus feromonas en aquella habitación, una vez más haciendo el amor.
En esa noche dijeron sus últimas palabras de amor entre ambos.
[...]
El día en que su amado se marchó, ambos no se dijeron nada, sólo se besaron por última vez, y los padres del menor se lo llevaron.
Levi sabía que hacer.
Su pecho dolía, cunado ya no había nadie en esa mansión el azabache comenzó a gritar de desesperación, gritando el nombre de su destinado desbordando más lágrimas por sus mejillas.
No aguantaba más, fue a la cocina, habían muchos utensilios, pero en ellos resaltaba un cuchillo carnicero bien afilado. Levi lo agarró, sacó una hoja de papel y comenzó a escribir una nota para su omega, al terminar la guardó en un sobre para poder dejarla en la mesa principal de la sala de la mansión.
Salió del lugar cerrando todas sus puertas, corrió hasta el lago donde hicieron su última promesa, el alfa se sentó en e pasto apoyándose en el tronco de un árbol.
Miró al cielo una vez más tenía una soga en sus manos y la comenzó a amarrar en una de las ramas gruesas de un árbol.
-Te amo... Eren... y si tu te vas... yo también lo haré...-
Esas fueron las últimas palabras del azabache para colgarse en la horca que había hecho con la soga y ayuda del cuchillo.
[...]
Los años habían pasado, más de 15 años.
Eren tenía un alfa acompañandolo junto con su pequeño hijo en brazos.
El omega tenía la llave de la mansión en sus manos, abrió la puerta, estaba ansioso de ver a Levi, su verdadero alfa.
Al entrar no había nadie, estaba todo sucio y con algo de polvo, nadie había limpiado nada.
Encontró una nota en la mesa principal.
~Para Eren~
Cariño... si lees esto anda al lago, nuestro lugar favorito, ¿te acuerdas?
Ve.
El castaño corrió rápidamente hacia el lago, estaba preocupado, sentía que algo no estaba bien.
Al llegar no vio a nadie, recorrió alrededor y allí estaba, el cuerpo del alfa en descomposición colgando en un árbol.
Eren no aguantó el dolor, su pecho dolía, dolía mucho, comenzando a soltar una vez más sus lágrimas.
Se acercó al cuerpo del alfa y había una nota en el saco de este.
~Para Eren~
Te amo cariño
En su pecho punzó más fuerte todavía...
El cuchillo carnicero estaba al lado del tronco, lo tomó con sus manos.
Miro el cuerpo del alfa y dio un pequeño beso en sus dientes para proseguir a clavar el cuchillo en su estómago, cayendo la sangre al pasto y un poco al lago.
El omega se lamentaba de no poder estar con su verdadero amor.
[...]
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Al abrir una vez más sus ojos vió el mismo escenario, el lago de las promesas, pero no estaba el cuerpo de Levi.
Iba a comenzar a llorar de nuevo pero sintió unos brazos rodeando su cintura, volteó su cabeza y allí estaba su alfa, su amado alfa.
-Bienvenido al cielo mi amor, nunca más nos separaremos- dijo dándole un beso en los labios.
- Si... nunca más nos separaremos cariño...- sonrió para una vez más darse un beso en el lago.
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Fin
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