CAPÍTULO 9
—Alison... ¡Alison!
—¡Aaaah! —grité, sobresaltándome. Estaba tan concentrada que ni puta idea de cuando Mia se había acercado a mi lado—. ¿Qué mierda contigo?, me duele.
Tenía que ser familiar del entrenador, que grito dios.
—Te estaba hablando...no prestabas atención —se encogió de hombros—. Todos ya se fueron, nuevamente somos las únicas.
—No me di cuenta —empecé a recoger todas las cosas.
—Claro, si ni siquiera prestaste atención a la clase...me pregunto si la razón tiene un nombre, ¿tal vez, Noah?
La fulminé con la mirada para que no se atreviera.
—¿No tienes algo mejor que hacer? —inquirí, el sarcasmo latente en cada palabra.
Y tenía razón, claro que estuve distraída sin poder concentrarme un cien por ciento.
¿Cómo podría no hacerlo después de lo sucedido unas horas atrás?
Mi mente no dejaba de rebobinar el momento preciso cuando Noah me llamó por mi nombre.
No nos hagas esto, Alison.
Dios, jamás me había encantado tanto mi nombre como en ese momento. Era muchísimo mejor de como imaginé que seria escucharlo.
El día de hoy había sido tan ajetreado, que ni siquiera tuve tiempo de ir a la cafetería. Llamé a Jayden para que me traerá de comer, lo encontré como la excusa perfecta para ver a Noah, pero no, él no vino con mi hermano. Las esperanzas que guardaba de verlo de nuevo, bajaron a un cincuenta por ciento, pero al menos lo vería cuando fuéramos a comer y por ese pensamiento supe que tenía que detenerme.
¿Qué rayos estaba haciendo?
Entendía que tal vez por la sencilla razón de que estuve tan interesada en él un año atrás, era evidente que me sintiera de esta forma en su presencia. ¿de qué forma? De esa forma, no me atrevería a nombrar lo que sea que él me hiciera sentir.
—No, claro que no —sonrió, fruncí mi ceño cuando percibí esa mirada tan particular de Mia cuando estaba a punto de hacer alguna travesura—. Vamos.
—¿A dónde? —pregunté con algo de temor.
—Solo vamos Alison, sé que te gustara.
Y con solo esa afirmación y mi mente gritando que no, la acompañé. Algo en mi interior me decía que no era muy buena idea ir a ciegas a donde sea que me estuviera llevando Mia, pero vamos, tenía mucha curiosidad por saber a dónde rayos iríamos.
El camino que tomamos no lo conocía para nada, en realidad aun no conocía del todo toda la universidad. Empezamos hacer planes para el fin de semana porque sí, recién era lunes, pero esto era la forma más fácil para enfrentar el resto de semana que quedaba.
—Deberíamos ir a comer al salir, ¿te parece? —preguntó, golpeando levemente mi brazo sin necesidad alguna—. No hay nadie en mi casa y odio comer sola.
—Me encantaría acompañarte, pero... —mierda como le diría—. Noah ya me hizo una invitación.
De todas las posibles reacciones que pensé, Mia Cooper reaccionó de una muy buena manera y me atrevía a decir que estaba, ¿feliz?
Chilló, dando saltos en su lugar logrando así llamar la atención de los alumnos que pasaban en ese momento. Empezó hacerme preguntas y sin poder evitarlo mas tiempo terminé por resumirle mi gusto por él en el pasado y nuestros pequeños encuentros que habíamos tenido hasta ahora.
—Eso es tan espectacular como lo son sus cuadros —fruncí mi ceño confundida.
¿Qué?
—¿Ya lo has visto sin camisa? —pregunté, totalmente confundida.
A como me dijera que se había acostado con él, juraba que la golpeaba.
—Claro, todas las personas que quieran hacerlo solo tienen que venir a este lugar —señaló la zona donde acabábamos de llegar... el campo de futbol—. Es lo mejor del día, vengo a menudo...ven vamos.
El anterior viernes que vine tome otra entrada.
¡Mierda, porque no lo supuse!
Estaba por voltearme e irme cuanto antes, pero entrelazó nuestras manos y me llevó literalmente casi arrastras hacia las gradas. El equipo de porristas también estaba ensayando, por lo que estarían Ava, Olivia y la barbie...en especial esta última.
Cuando estuvimos sentadas me atreví a ver más allá del suelo y me congelé al ver que a varios metros, todo el equipo estaba entrenando.
Todos completamente sudados.
Todos sin camisas.
Todos con espectaculares cuadros.
Todos tan sexy.
Todos con la capacidad de volverte loca y alborotar todas tus hormonas.
—Maldita sea —murmuré al verlos, jamás había tenido vistas tan espectaculares—. ¿Acaso hay alguno que no este tan caliente?
—No amiga, no lo hay —respondió a mi lado, tan atónita y anhelante como yo.
¿Por qué de repente hacia calor? ¡tenía muchísimo calor!
Estaba tan concentrada viendo alguno de ellos, que me había olvidado por completo que Noah estaría en ese lugar... ¡sin camisa!
Lo busqué entre ellos, logrando encontrarlo por el grito de su entrenador.
—¡Maldita sea Anderson! ¡Era justo lo que quería! —sentía sus gritos a mi lado. Anoté mentalmente jamás tenerlo a mi lado.
Cuando mis ojos lo enfocaron, agradecí estar sentada porque de lo contrario era cien por ciento seguro que me caería de cara. Ok, pero el cuerpo de Noah parecía esculpido a mano, cada detalle, cada centímetro, cada musculo... ¡CADA COSA!
¿Cómo podría tener ese cuerpo tan mortal?
Baje la mirada lentamente y cuando divise su V, apreté mis muslos como reacción.
—Creo que debemos irnos —susurré sin aliento. No podía seguir comiéndolo con la mirada o tendría sueños eróticos donde el era el protagonista.
—Oh amiga, ninguna de las dos quiere irse...déjame fantasear un rato más —apretó sus labios deseosa.
—Vamos no ya, no quiero imaginarme a ninguno de ellos desnudo.
Noah desn... ¡mierda!
—¡Oh, pero miren quienes están aquí! —cuando el entrenador fijo su mirada en nosotras, quise que me cayera un rayo para que acabara con mi agonía—. ¡Si son Cooper y Walker!
¿Cómo en el mundo ese señor sabía quién era yo? No, no, no ¿Cómo nos había reconocido desde tan larga distancia?
Todos, absolutamente todos en el maldito campo fijaron su vista en nosotras dos.
¿Qué como me sentía?
Iba a excavar un túnel directo al triangulo de las bermudas para ahogarme en cuanto llegara y no dejar rastro alguno.
—Mierda —susurramos al unísono.
—¡Vengan!
—¿Es una orden? —pregunté.
—Si no vamos el vendrá y no será nada bueno.
Nos levantamos rápidamente y bajamos las gradas. Antes de llegar a ellos estaban las porristas, por lo que saludé a Olivia y Ava, quienes sonrieron y susurraron que tenían algo verdaderamente importante que decirme. Pensé que Mia saludaría a la barbie, eran primas, pero por una extraña razón que desconocía no lo hizo... ¿se llevaban mal? Era lo mas probable.
Estuve mucho tiempo en clases de modelaje, no porque quisiera ser una modelo, solo me gustaba ensayar, quería mejorar mi postura y la forma tan desastrosa en que caminaba, para mi buena suerte lo había logrado y para la mala suerte de los hombres, era algo que los distraía.
—¡Oh mierda Anderson! —gritó el entrenador al ver como tacleaban a Noah—. ¡Ten tu vista en el balón, no en el sexy caminar de Walker!
Era un tomate andante, aun mas cuando todos en el equipo empezaban a silbar, claramente el rostro de mi hermano les daba a entender lo molesto que se encontraba, pero eso no fue un impedimento para seguir molestando al capitán y de paso a mí.
—Usted dirá, entrenador —dijo Mia en cuanto nos acercamos a su lado.
Estaba atenta a cualquier posible grito para tapar mis oídos, no pretendía romperme el tímpano por su culpa.
—Entraras nuevamente al equipo de voleibol Cooper y tú Alison, tu hermano me habló que estuviste en uno en tu anterior universidad...averigüé y resulta que eras la capitana, además me dieron muy buenas referencias tuyas —aw, podía hablar como alguien normal si se lo proponía—. Las necesito en el equipo.
Me quedé callada por varios segundos, no sabia que responder. No quería entrar pues me quitaría tiempo, pero necesitaba ejercitarme y que mejor manera que hacer algo que me gustaba.
—Ya era hora —suspiró a mi lado.
¿Estaba en el equipo? ¿Qué habría pasado para que se saliera o la sacaran?
El entrenador me miró esperando mi confirmación y asentí levemente.
—Bien, demuéstrame de que estas hecha Walker y te pondré de capitana.
Esperen un momento. Detengan todo.
—¿Usted es el entrenador? —intenté que el susto no fuera tan evidente.
—¿Hay algún problema con eso? —se cruzó de brazos.
—No, ninguno —negué, llevando mi mirada a los chicos quienes terminaban con el entrenamiento.
Claro que lo había.
¡Terminaría con problemas auditivos! ¡tendría pesadillas con su voz! ¡Aggg!
—¡Anderson mueve tu trasero para acá! —me sobresalté en mi sitio por el grito tan de repente que salió de su garganta.
Aun cuando estaba atenta no pude preverlo y cubrirme.
—Mierda —susurré, no aguantaría ni una semana a su lado y menos como mi entrenador.
Noah corrió hacia nosotros y fue inevitable no ponerme nerviosa al recordar lo que sucedió entre nosotros horas atrás, además estaba sin camisa.
—Coach —su voz estaba agitada y tenia unos ligeros moretones en su abdomen.
Retiré mi mirada de ese lugar y me di de bruces con Mia, quien me había pillado mirándolo.
—Cállate —amenacé, sabiendo que era capaz de decir un comentario fuera de lugar.
—Desoxidaras a Walker, necesito que para el lunes esta mujer este tan pulida...que pueda volar al tocar el maldito balón —Noah me miró con una sonrisa—. ¿Podrás hacerlo?
—De lo por hecho, coach.
¿Podría dejar de mirarme así? ¡me intimidaba a niveles estratosféricos!
—Bueno Walker, veremos de que estas hecha.
Con un asentimiento se despidió, dejándonos a los tres solos.
Noah me entrenaría, así que pasaríamos tiempo juntos...¡era lo mejor del día!
—Hola Noah —sonrió Mia.
—Hola Milis, espero estes bien —también le sonrió amistosamente y supe de inmediato que estos dos eran buenos amigos.
Noah no era de sonreír de esa forma a todo ser que lo saludara, mas bien era reservado.
¡Dios, si ella hablaría con él sobre nuestra conversación acabaría con ella!
—¡Hola hermanita! —Jayden me abrazo fuertemente y grité, al saber que solo lo hacia para ensuciarme.
—¡Suéltame! ¡Suéltame! ¡hueles horrible!
Me soltó entre risas, cuando mis pies tocaron nuevamente el suelo, varios amigos de Jayden ya estaban a nuestro lado.
¿Qué era esto un Harén?
—Noah, iremos a jugar a los bolos... ¿te unes? —preguntó Ethan.
—Lo siento ya hice planes, los acompañaré para la próxima.
Esos planes tenían nombre y era el mío ¿no?
—¿Planes? —preguntó mi hermano un poco confundido—. ¿Qué planes?
Sentía que si movía un musculo de mi cuerpo, sabrían que yo era esos planes. Por alguna extraña razón todos estaban atento a lo que él diría, no entendía por qué.
—Por dios Jayden, sabes que solo ere tú en mi vida —canturreó, lo que hizo que todos rieran de inmediato.
—¡Jayden y sus putos celos! —exclamó Aiden—. Que Noah vaya con su plan, nosotros iremos a divertirnos. ¿vienen chicas?
—Claro —respondió Mia de inmediato. La tensión sexual que se sentía cuando estos dos estaban juntos era innegable.
¿Tenia que responder?
Sentía la mirada de Noah tan fuerte, que fue inevitable no voltearlo a ver por unos segundos, estaba serio y sus ojos trataban de hablarme.
Mia podía esperar con Aiden.
—Nosotras no podemos, tenemos mucho trabajo...adiós.
La agarré del brazo, ahora yo arrastrándola fuera del campus. No podía responder otra pregunta más o temía que metiera la pata.
—Te mataré —sentenció, evidentemente molesta porque seguro le habia cortado el rollo de hoy.
—Tienes que ayudarme, tengo que ir con Noah...te pagaré con un fin de semana en mi casa, los chicos por lo general siempre van.
—Y por eso es que te amo —me besó exageradamente mi mejilla—. Eres la mejor.
—Si, si, claro.
Cuando pasábamos por el lado de las porristas, fue imposible no escuchar como la barbie hablaba un poco alto su gran acontecimiento que tendría fecha en los mese siguientes.
—Claro que volvimos con Noah, incluso le escuché hablar a mi padre que él está pensando pedirme matrimonio en la final del torneo. Tengo el mejor novio del mundo.
Mi corazón se detuvo al escucharla.
¿Qué?
—Soñar despierta empieza afectarte, Hoffman —comentó Mia tan alto, que los chicos que empezaban a venir en nuestra dirección pudieron escuchar—. Noah ya tiene novia y claramente no eres tú, deja de engañar a las personas.
—¡Noah tiene nueva novia!
Mierda.
VOTEN Y COMENTEN
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top