UN AÑO DESPUES.

—¡Vamos, mueve el puto culo!

—AAAAH —me levanté de un salto con el corazón a mil, volteé a mirar como una loca quien había osado en levantarme, dándome de cara con que era la muy idiota de Mia—. ¿Qué te pasa?, por dios quedaré sorda. ¡idiota!

Agarré un tarro de agua que siempre tenía en mi mesa de al lado cuando tenía mis noches intensas y se lo tiré sin pensar, dándole directo en el estómago.

—¡Maldita, mi bebé no nacido! —chilló.

—La próxima vez irá a tu perfecta cara —amenacé, levantándome y caminando hacia el baño. Tenía que bañarme y quitarme este sudor de encima.

—¿Puedes al menos taparte? —cuestionó a mis espaldas—. No quiero tener que ver lo enrojecidas que están tus nalgas, por tu noche de sexo... Mierda, ¿En qué momento perdiste el pudor?

—En el mismo momento que tú...creo.

Entré a la regadera rápidamente, viendo de reojo como Mia entraba y se sentaba en el inodoro.

Ok, eso solo significaba que tenía algo muy importante para decirme, tanto que no podía esperar a que me bañara.

—¿Dónde está Bryant? —pregunté, no estaba cuando desperté.

—Se tuvo que ir, había una urgencia y tenía que ir atenderla. Me dijo que te dijera que le escribieras para acordar a donde irían.

—Ok.

Sé que todos se están preguntando...¿Quién era Bryant y que era para mí?

Una respuesta muy complicada, pero sencilla a su vez.

Conocí a Bryan en un bar cuando llevábamos tres mes en reino unido, congeniamos muy bien, pero eso fue todo... no quería conocer personas y mucho menos salir en citas, hasta que dos meses después volvimos a coincidir en el mismo bar y esta vez no pude negarme a no darle mi número telefónico, así que intercambiamos números, duramos tres meses hablando por chat y al cuarto mes acepté las salidas improvisadas debido a su ajustado horario como cirujano y estudiante de cardiología, al igual que al mío como estudiante universitaria tratando de ser la numero uno.

Cada vez seguíamos viéndonos más, empezaba a disfrutar de su compañía y su humor, pero en cuanto dio a conocer sus intenciones de tener una relación, le tuve que explicar que no estaba buscando nada amoroso y que jamás lo encontraría conmigo, así que estaba en todo el derecho de irse por la misma puerta por la que había entrado, pero no lo hizo y ahí es donde me encantaba su madurez, y es que no por nada tenía veintiocho años de experiencias totales. Aceptó mis condiciones y nos convertimos en algo como...amigos con derecho a tener relaciones sexuales cada vez que alguno quiera, de eso ya tres meses donde he disfrutado el placer del sexo de unas maneras increíbles...es muy bueno en la cama y he aprendido demasiado, que puedo decir, soy una excelente alumna.

Así que en ocasiones dormía en nuestro apartamento o yo en el suyo, no era todo el tiempo, ambos manteníamos muy ocupados y nuestros ocasionales encuentros ayudaban como una manera para desestresarnos.

—Sabes que ya entramos a vacaciones y... —Empecé a echarme los productos para el cabello mientras la escuchaba—. No pretendo pasarlas acá en reino unido, volveré a new york, estaré la mitad de ellas con mi familia y la otra con los chicos...los extraño y han planeado unos planes que te mueres.

—¿Era eso? —pregunté—. Pensé que era delicado o con más importancia.

—¿Es enserio, Alison? —cuestionó.

—Mia, te dije en cuanto llegamos que eres libre de irte a visitar a tu familia o a los chicos o hasta Noah... no me molestaré por algo como eso.

Empecé a enjuagar rápidamente mi cabello, ahora que recordaba tenía una llamada en la tarde pendiente con Jayden y si no estaba mal, ya pasaba mas del medio día, lo que seria en nueva york las ocho de la mañana si lo cálculos no me fallaban.

Mierda, dormí mucho y no era menos. Habíamos llegado de la fiesta sobre las cuatro y a las ocho recién descansamos...

—Lo que trato de decirte es que vengas conmigo —soltó.

No dije nada, terminé de bañarme, agarré una toalla para mi cabello y otra para mi cuerpo y salí del baño con ella. Busqué algo decente para la llamada y empecé a vestirme, todo bajo la atenta mirada de Mia.

—¿Qué mierda contigo, Alison? —cuestionó—. Te has perdido de tanto sucesos importantes, más adelante te arrepentirás.

—Estaría arrepentida si no me hubieras insistido para venir acá —era momento de explicar todo lo que estaba sucediendo—. Ha sido una de las decisiones mas acertadas en mi vida, amo Oxford, disfruto cada clase y es un sueño todo lo que estoy viviendo, tanto así que me gusta Reino unido y tal vez quiera radicarme aquí, así que solo estoy viviendo mi vida, a mi ritmo, sin que me importe la vida de las personas que quiero.

—¿Y por eso tienes que dejar de ir a la graduación de tu hermano?, ¿al nacimiento de tu sobrina?, ¿es enserio?

—Era muy reciente para volver, pero conocí a mi sobrina un mes después, así que no me perdí de mucho —me excusé, amaba con locura a Sofia. Era la luz de mis ojos—. No me sentía preparada para volver, ahora sí, pero...no quiero hacerlo, ese el problema, no quiero volver... no aun, tal vez cuando termine la carrera.

—Sabes que Noah esta viviendo en Florida, ¿verdad? —negué levemente—. Así que no hay manera en que lo veas, además no ha confirmado su participación en las vacaciones por la sencilla razón que su agenda esta a full.

—Mia, no sé nada de Noah y quiero que siga así —pedí, para que se callara. Sabía que ella estaba enterada de todos los por menores de su vida, pero no tenía interés en saber y volver a revivir viejos sentimientos que tenía quemados y ocultados en los mas profundo de mi corazón.

—Lo sé —se encogió de hombros—. Es por eso que no te avise que se encuentra en estos momentos aquí, en Inglaterra por cuestiones de trabajo.

Dejé el pantalón a medias y volteé a mirarla nuevamente, esta vez con cara de...si me estas tomando el pelo te mato.

—Ok, espero le vaya muy bien —respondí desinteresada, pero una mierda.

Había sentido un vacío enorme en mi estómago, tanto que temí fuera absorbida por el.

—Fue justo lo que pensé que dirías, así que hoy me veré con él... tiene una reunión importante y me pidió que lo acompañara, no pude negarme.

—Perfecto.

Terminé de arreglarme y empecé a buscar mi teléfono.

—Preguntó por ti —confesó a mis espaldas, me detuve unos segundos, pero volví con mi búsqueda hasta que lo encontré—. Y le dije que estabas con alguien.

—Te agradecería que la próxima vez que Anderson pregunte por mí, no le comentes nada de mi vida y mucho menos de mi vida privada.

Ambas nos quedamos mirando fijamente por varios segundos, hasta que empezó a reírse de repente.

—Mierda, tenías que haber visto tu cara...¿por qué no grabe esto? Amo joderte —se abalanzó hacia mi y empecé a gritar—. Es mentira, no preguntó por ti y mucho menos le dije que estabas en una relación sexual con un sexy cirujano.

—Que bien que no se te soltara esa lengua que tienes —amenacé, jalando su cabello para que se quitara.

—No lo haría, porque si quiere saber algo de ti, ¿por qué no decírtelo cara a cara? —la tiré de un empujón.

—¿Qué quieres decir?

—La universidad invitó a Noah y a otros chicos celebritos para dar un pequeño curso a diferentes grupos y en uno de ellos estamos nosotros, pero si tienes suerte...no nos tocaría con él. 

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