CAPÍTULO 36
Después de esa pequeña conversación Noah se fue y yo lo hice media hora después, tenía que arreglar nuevamente el desastre de allá abajo y refrescarme, iba a toda, había apostado mis mejores cartas y esperaba coronar esta noche.
Jayden no supo en ningún momento que me iría, pero le deje una nota y eso tenía que bastar, sabía que mañana debíamos hablar como hermanos y adultos que éramos sobre mi relación con su mejor amigo, en algún tiempo atrás hubiera evitado todo esto, pero estaba tan enamorada de Noah que me enfrentaría a todos por nuestra relación.
Era impresionante como una persona podía cambiar de pensar en tan poco tiempo.
Decir que estaba nerviosa era poco, pareciera como si lo que sucedería allí dentro fuera mi primera vez, pero en realidad no lo era, aunque lo sentía de esa forma...mi primera vez con un hombre que realmente me amaba y del que estaba totalmente enamorada y perdida. Estuve varios minutos en la entrada sin llegar a tocar, mi respiración estaba agitada y empezaba acobardarme cuando la puerta se abrió de repente.
—¿Alison? —preguntó confundido—. ¿Cuánto llevas ahí?
Mi mente se nubló y no supe que decir. No quería pasar más vergüenzas en su presencia, ya había sido suficiente.
—Acabe de llegar —me felicité por no titubear—. Ya estaba por tocar.
Si Noah le preguntaba al guardia de seguridad estaba acabada o peor aún, si el guardia le avisó inmediatamente al yo entrar a su mansión. Definitivamente estas cosas solo me sucedían a mí.
—Ok amor, entra no quiero que te resfríes —asentí.
—¿Tus padres están? —pregunté—. ¿Saben que yo estoy aquí?
Era la primera vez que entraba a la enorme casa de los Anderson y si antes pensaba que Noah tenía dinero, confirmaba que era aún más de lo que llegué a pensar. Mi familia tenía dinero y todo gracias a mi padre, pues era el que mas ganaba gracias a su cadena de hoteles cinco estrellas, así que sí...éramos millonarios, pero la familia Anderson era otra cosa aparte.
—Mamá esta de guardia y mi padre en un viaje de negocios —respondió simple, guiándome hacia las escaleras—. Y no, no lo saben...no es como les interese quienes entran cuando no están. Confían en mí.
—¿Me quieres decir que es costumbre tuya traer a mujeres? —traté de entender, deteniéndome para voltearlo a ver—. Explícate.
—Amor lo siento, no quise hacerte pensar algo como eso —se excusó mientras sus manos me rodeaban—. No hay ningún problema en que te quedes a dormir, es más podrías vivir con nosotros si lo deseas.
—No viviré en la casa de tus padres —me separé y continué subiendo—. Quiero mi propia casa, nuestra casa.
Mierda, ya pensando en el futuro en tu primer mes de relación...
—Tendremos todo el tiempo del mundo para construirla según nuestros gustos.
Solo asentí y dejé que me guiara hacia su habitación, tenía muchas ideas en mi mente de cómo podría ser, pero jamás se me pasó por la cabeza esto que veía.
—¿Quiénes de tus amigos han entrado a tu habitación? —pregunté mirándolo de soslayo.
—Solo Jayden —asentí—. ¿Por qué?
—Jamás me imaginé que tuvieras tu habitación así... —señalé, era totalmente negra, exceptuando el techo y el piso de madera que eran de color blanco y gris, aparte tenía toda una pared con cuadros de super héroes y de las leyendas del futbol americano—. Pensé que habría mas colores vivos, pero es perfecta así.
—Me encanta, me tranquiliza.
—Eso es bueno.
Terminé por entrar mientras detallaba cada cosa que en ella había, esto era su lugar mas privado y era bueno estar aquí.
—Eres la primera, Walker —me volteé a mirarlo un poco confundida.
—¿Qué?
—Eres la primer mujer aparte de mi madre que entra en esta habitación, soy muy selectivo y no quería que cualquier chica invadiera mi privacidad y estuviera en mi...ya sabes, lugar —maldita sea estaba nervioso—. Tú eres esa chica que me ha hecho pensar en futuro con alguien a mi lado, teniendo un hermoso anillo en su dedo y siendo felices...sé que no será fácil, pero...te amo Alison, te amo como jamás he amado a nadie y...lo quiero todo contigo...todo.
Inhalé hondo, tenía que respirar y procurar no desmayarme en este momento tan importante para nosotros.
¿Qué se debía de hacer?, ¿Cómo debería de reaccionar?, ¿Qué debería de decir, cuando las palabras no eran suficiente para expresar mis sentimientos?
—Te amo Noah, te amo como jamás he amado a nadie y como jamás amaré a alguien. Mi corazón te pertenecía incluso antes de saberlo, eres mi todo amor —me abalancé hacia él y lo besé con tanto sentimiento, que ambos empezamos a llorar.
Es difícil encontrar a la persona correcta en el momento correcto, es muy difícil y el que ambos lo encontráramos, era simplemente perfecto.
No podía con mis emociones, el saber que tenía al amor de mi vida era sorprendente y aterrador, pero amaba todo lo que causaba en mí y no veía una vida sin él a mi lado, no lo hacia y ni siquiera podría intentarlo.
La ropa cada vez fue desapareciendo y cuando menos lo pensé, ya tenía a Noah encima de mi estando a punto de penetrarme. Nuestras miradas conectaron y no fue necesario palabras para hacerle saber que estaba lista, mi mirada lo decía todo y entró en mí y un nuevo sentimiento me sobrecogió.
Quería pasar todas las noches junto a él, quería que recorriera mi cuerpo, que me adorara y lo amara como solo él sabía hacerlo, porque era justo lo que haría con él.
Todo era tan intenso y el escuchar los gemidos de Noah solo hacían que mi orgasmo se acercara cada vez mas rápido. Una debilidad de toda mujer era esa y siempre lo sería, los hombres que gimieran y simplemente no se guardaran ese sonido maravilloso para ellos.
Cada vez más me estaba acercando y cuando sus movimientos empezaron a ser veloces, sus gemidos y maldiciones aumentar y su rostro a contraerse, fue el detonante para venirme, no aguante, era mucha estimulación y había sido el mejor orgasmo hasta ahora, porque con él sabía que vendrían más, Noah prolongó mi orgasmo hasta que el tuvo el suyo y simplemente fue demoledor y malditamente rico.
—Qui...quiero otra...ronda —anuncié sonriente, sacándole una carcajada de inmediato.
—Es-estamos en medio tiempo —anunció, mirándome algo preocupado.
Esta vez fui yo la que se largó a reír, admitía que Noah había hecho gran parte del trabajo, pero en el segundo tiempo sería el equipo que lideraría.
[...]
Empecé a sentir varios besos en todo mi rostro, lo que me molestó en sobremanera. Odiaba que me despertaran, algo sagrado para mi era dormir y siempre lo disfrutaba tanto como podía, pero imágenes de la noche anterior llegaron y un estúpido suspiro salió de mí, era Noah así que podría pasárselo por hoy.
Abrí lentamente mis ojos hasta que pude enfocarlo, ya se había duchado y tenía una hermosa sonrisa en el rostro.
¿Por qué era tan hermoso?
—Todos los que te vean hoy en la practica sabrán que tuviste una noche muy movida —dije con voz ronca, mientras acariciaba su brazo.
—¿Por qué? —susurró, sin poder contener su maldita y hermosa sonrisa.
—No dejas de sonreír —me encogí de hombros—. Además, tus ojos...tienen un brillo inusual. Exacto, tuviste sexo.
Ahora si que lo había visto, su rostro completamente rojo.
¡Noah sonrojado tendría que ser un pecado!
—¿Qué mas puedo hacer?, ¿Cómo debería de estar si dormí por primera vez con mi hermosa novia? —inquirió levantándose y yendo hasta la mesa de noche.
¡Mierda me había traído el desayuno!
—No había dormido también en mucho tiempo. Gracias amor —agarré la bandeja y esperé a que se sentara a mi lado para empezar a desayunar—. Lo siento si huelo mal, aun no me ducho.
¿Qué putas?
—Me gusta tu olor —expresó despreocupado y empezamos a comer.
—En la tarde hablaré con Jayden —anuncié, era un tema que no habíamos tocado y debíamos hacerlo—. Quiero que, por favor, seas el sereno y no hagas nada que haga que se enojen entre los dos...no quiero que estén peleados.
No me respondió de inmediato, tenía su mirada perdida como si pensara en algo hasta que volteó a verme y asintió lentamente.
—Todo saldrá bien, no te preocupes —beso mis labios dejándome con más ganas de probarlos—. ¿Y si nos vamos a vivir juntos?, no quiero tener que dormir solo nuevamente...¿Qué te parece?
Lo miré atónita sin creerlo, ¿hablaba enserio?, ¿Cómo podría proponerme algo como eso así tan...de repente?
—Noah —susurré, sin saber que decir—. ¿Es enserio?, ¿hablas enserio?
—¿Por qué no lo sería? —frunció su ceño—. Estoy en mi último año de carrera, en un par de semanas empezaremos a legalizar todo para el empresa que construiremos desde cero con los chicos, tengo el suficiente dinero ahorrado para darte todo y que no te preocupes mientras terminar tu carrera...¿Qué tenemos que esperar?
Mierda, hablaba enserio.
—Todo suena muy hermoso, divino la verdad y claro que me encantaría vivir contigo, pero...es un tema delicado y...—toda esperanza abandonó su rostro—. Debemos buscar sin prisa un buen lugar, que nos sintamos en casa.
Entrelazamos nuestras manos y empezamos a reírnos, era una locura, pero era nuestra locura, nuestro amor y a la mierda lo que pensaran todos, nadie podría separarnos.
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