CAPÍTULO 31
Me había quedado hasta muy tarde esperando a Noah, tanto así que creo que cogería un resfriado por tener la ventana abierta hasta altas horas de la fría noche.
¿Cómo podría alguien dejar esperando a su reciente novia?, se suponía que los primeros meses eran los más mieles y habíamos empezado mal, o tal vez tenía que suceder, tal vez aun no era el tiempo para el sexo...¡mierda no sabía nada y era muy frustrante!
Mi hermano y Olivia habían ido a dormir a casa de Ava, por lo que estaba sola. Era el momento perfecto para que me diera como quisiera y si era posible por toda la casa, sin restricciones, habíamos podido gemir sin limitaciones de volumen, pero todo se había quedado en palabras.
Gracias a Dios no tenía clases hoy, lo que significaba que estaría con mi mal humor encerrada para evitar querer asesinar a cualquier persona que se me cruce en el camino.
Fruncí mi ceño al escuchar nuevamente aquel ruido, dejé la pereza y me levanté de la cama, fui hasta al baño para vaciar mi llena vejiga y vi con nostalgia el pequeño paraíso que poseía completamente depilado.
—Otro día será —susurré.
Después de lavarme el rostro y cepillarme, salí. No tenía miedo de que fuera un ladrón, creía que era Olivia y estuve segura cuando me acercaba a la cocina y el rico olor a tocino frito inundó mis fosas nasales.
—Definitivamente quiero que vivas con nosotros, amaría despertarme con este olor cada mañana —confesé en un gemido cuando entraba a la cocina—. Noah.
Exclamé sorprendida.
¿Qué mierda?, ¿Qué hacía aquí?, ¡Alto! Lo más importante era...¿Cómo había entrado?
—Para mí sería un placer, Alison —guiño el ojo.
Tenía la sonrisa de jugador plasmada en su rostro y claro que no dejaría que esa puta sonrisa suya que me descolocaba y mojaba mis bragas me afectara, aunque por dentro ya lo estaba...no necesitaba saberlo.
—¿Qué haces aquí?, ¿Cómo entraste?, ¿sabes de algo que se llama vergüenza? —inquirí, cruzándome de brazos.
—Hola mi amor, buenos días —seguía con su maldita sonrisa y para empeorarlo me había dicho " mi amor"
¿Cómo rayos seguían de pie o como aun, no había ido corriendo a sus brazos?
Se le llama dignidad, estúpida —amonestó mi yo interior.
—Aun espero una respuesta, Anderson —dije.
Dejó el cucharon en la sartén y vino hasta mí, lo detuve antes de que se acercara e invadiera todo mi espacio personal.
—Supe que había sido Charlotte quien habló y a su vez amenazó al señor Lee. Por esa razón él filtro la información y dijo todas esas cosas, quería contártelo ayer, pero no encontré el momento y no quería arruinar el día tan hermoso que teníamos —agarró mis manos soltándolas—. Cuando estuve por volver, Charlotte fue a mi casa con sus padres, querían que supiéramos que estaban conmigo y me apoyarían en esta situación por la que pasaba, pero la confronté en frente delante de todos y fue un caos total, fui con una periodista a la casa del señor Lee para dar una entrevista inédita, él vive a una hora y se nos fue toda la madrugada preparando todo para que hoy mismo saliera a la luz, hace poco llegué nuevamente y lo único que pensé fue en verte y tal vez correr con suerte de que me perdonaras si te preparaba un rico desayuno.
Algo que estaba aprendiendo de Noah Anderson, era que jamás haría algo que me fuera a dañar y si pasaba, tenía una muy buena y creíble excusa, tenía que aprender a no pensar y suponer cosas sin antes escucharlo.
—Es claro que no puedo enojarme contigo, Noah y es frustrante —susurré—. Lo siento por ofenderte de todas las maneras posibles en mi mente y pensar que me habías dejado plantada...que simplemente no...
—Shh —su dedo me calló de inmediato—. Ni siquiera lo digas Alison —exclamó muy serio, mientras hacía que entrelazara mis manos en sus caderas, para después tocar suavemente mi rostro—. Tenía que hacerlo y solucionar todo para que no haya nada que nos pueda interrumpir mas adelante, lo hice pensando en el futuro...pero no quiere decir que no quería deleitarme en ti, ¿me entiendes? —asentí rápidamente—. Aun mientras solucionaba todo...tu fuiste lo único que ocupo mi mente, lo único.
—Solo bésame ya, Noah.
Estaba sin aliento y no aguantaría un segundo más, cuando nuestros labios se tocaron y nuestras lenguas se encontraron perdí la razón de todo, me sentí mareada, en un éxtasis del que no quería salir, sentía hormigueo por todo mi cuerpo y como un fuego empezaba acrecentarse en mi zona abdominal. Cuando el beso empezaba a tonarse más íntimo, me detuve, escuchando un gruñido de su parte.
—Hay algo que no estoy perdonando desde que llegué aquí y es el desayuno...lo que hiciste huele muy rico —me separé y fui a sentarme con toda la inocencia que cargaba encima.
—Claro, tendremos todo el tiempo del mundo para lo otro —asintió varias veces.
[...]
—Estaba muy rico, cocinas delicioso Noah —dije sinceramente. Había recogido los platos y había vuelto con él, quien no dejaba de mirarme fijamente—. No sigas haciéndolo.
—¿El que? —preguntó distraído.
—El mirarme de esa manera —se inclinó un poco.
—¿De qué manera?
—Tú sabes de lo que hablo, Noah —respondí entre risas, a este paso me pondría completamente roja—. Para.
—¿Por qué? —cuestionó, apoyando sus codos sobre la mesa—. ¿Por qué debería dejarte de mirar como lo más hermoso y preciado de este mundo?
Ya podían recoger mi cadáver, justo ahora mi corazón se detuvo.
No fue por el simple hecho de sus palabras lo que me hicieron casi llorar, sino la forma en su mirar, nadie jamás lo había hecho como él lo estaba haciendo.
¿Había una manera para oprimir y ralentizar los sentimientos?, ¿Cómo se hacía?
¿Estaba mal que mis sentimientos hacia Noah crecieran conforme a los minutos que pasaba a su lado?, ¿era bueno? Porque me sentía demasiado expuesta y me aterraba que alguien entrara tan rápido y se adueñara de mi corazón.
—Si dices cosas como esas, no podre evitar no amarte —confesé, sintiendo como mis lagrimas bajaban rápidamente—. Y me aterra que me suceda lo mismo.
Él se levantó rápidamente y me abrazó.
—¿Qué te sucedió, Alison? —preguntó en un susurró.
En otro momento tal vez no le hubiera comentado, pero estaba vulnerable.
—Me enamoraron, se llevaron todas mis primeras veces, me llevaron al cielo y me bajaron de la manera más horrible de todas —expliqué tranquilamente, aunque había dejado una marca en mi...lo había aprendido a superar con muchas terapias—. Todo fue una apuesta, el capitán de futbol de mi escuela aceptó la apuesta mas vil de todas, enamorar a la pequeña Walker, enamorar a la intocable Alison, enamorarla... de eso a no querer tener una relación con algún jugador y menos capitán.
—Soy un jugador y el capitán —Asentí rápidamente.
—Lo sé, pero también sé que jamás serias capaz de hacerme algo como eso —asintió de inmediato—. Eres diferente y sé que jamás me volverá a suceder.
—Jamás, Alison —me dio un pequeño beso y se separó—. Y... no lo estoy evitando, no evito amarte porque, aunque no lo quisiera, es el partido a seguir y es inevitable no jugarlo. Sin que tu lo sepas, cada día me fascina algo nuevo tuyo y cada día estoy deseando con fervor que seas por siempre parte de mi vida.
VOTEN Y COMENTEN
Para los que han leído mis otros libros, saben que amo el drama y todas mis novelas tienen que tenerlo, espero esten preparados para todo lo que pronto vendrá para Noah y Alison, no se lo imaginan. LOS AMO.
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