CAPÍTULO 30



Estábamos todos en la cafetería mientras almorzábamos, era sorprendente como todas las personas que pasaban a nuestro lado miraban a Noah descaradamente y comentaban sobre el accidente, él no les prestaba atención más sin embargo sabía que le afectaba. Ninguno del equipo había dicho o insinuado algo con respecto al accidente, era como si no supieran cuando no era así. Todo iba normal hasta que el inoportuno de Matteo preguntó.

—¿Ustedes escucharon esa mierda de canción que sonó desde la cancha?, ¿acaso estaban en prueba de sonido? —preguntó.

Mordí rápidamente la hamburguesa para así no tener que contestar e instintivamente mi mirada viajó a Noah, quien hacia de oídos sordos mientras veía su teléfono.

—Yo intenté ver que sucedía, pero habían varios guardias en las entradas —explicó Ethan bastante confundido—. Aun cuando les dije que era parte del equipo, no me dejaron pasar.

—¿Sabes algo Noah? —Aiden entró en la conversación—. Eres el capitán, seguro te dijeron algo.

Noah los miró a todos y se encogió de hombros, estaba apretando sus labios para evitar reírse y así quedar al descubierto, lo que me hizo reír a mí y mierda...todos me miraron enseguida.

—Al parecer la pequeña Walker sabe algo —intuyó la barbie.

—¿Por qué debería de saber? Juego voleibol, no futbol americano —respondí borde, mordiendo de nuevo mi hamburguesa.

—Si serán idiotas, alguien del equipo le propuso a una chica ser su novia...¿acaso no vieron el cielo? Miren —Luca nos mostró el teléfono a cada uno y debían de darme un puto Oscar, mi actuación era increíble—. Hacer esto...algo tan cursi, ¡esta completamente perdido!

—Es un completo idiota —se burló Aiden.

—¿Por qué es un idiota? —cuestioné, cruzándome de brazos—. Me parece que es una propuesta muy hermosa, significativa y sin duda alguna única...eso deja ver que aun existen los verdaderos hombres.

—Pensé que nunca lo diría, pero estoy de acuerdo con la pequeña Walker —alcé una ceja y solo asentí—. Tipos como él valen la pena, tipos como tú no.

Algunos empezaron a reírse mientras él solo fijaba su mirada en ella y juraba que la temperatura había subido estrepitosamente.

—¿Lo sientes? —me preguntó al oído Mia.

—Exacto, ellos dos...jamás lo pensé.

¿Dónde nos habíamos perdido? ¿Aiden y Charlotte? ¡Jamás se me hubiera ocurrido!

—Bueno...tengo que irme —anunció Noah, dándome una rápida mirada. ¿Eso significaba algo? —. Alison, Jayden ya se fue y me dijo que te llevara a casa, ¿vamos?

Era cierto que Jayden se había ido y faltado a su ultima clase del día, pues Olivia tenía control, pero era obvio que no le dijo nada...estaban peleados y ni siquiera se miraban.

—Claro, adiós chicos —todos se despidieron y Mia me hizo una seña para que la llamara mas tarde. Asentí.

Me acerqué a él y cuando estábamos por irnos habló rápidamente la barbie.

¿Acaso no podía morderse su lengua cada vez que pensara en dirigirle la palabra a mi novio?

Mi novio.

MI NOVIO.

Qué bien se sentía pensarlo, moriría cuando se lo dijera o el a mí.

—¿Me puedes llevar a mi también, Noah? —inhalé hondo para controlarme.

—No, Charlotte...tengo cosas que hacer —puso su mano en mi espalda y nos fuimos del lugar.

Habría deseado ver su rostro y decirle con mi mirada que había ganado yo, pero no era tan mala...no aún.

Ninguno de los dos dijo nada en el camino al estacionamiento, menos cuando nos subimos a su automóvil y empezaba a conducir. Cada uno iba ensimismado en sus pensamientos, teníamos mucho en que pensar, justo en este momento sucedían muchas cosas demasiado intensas en nuestras vidas y teníamos que buscar la mejor forma de sobrellevar todo sin que llegara afectarnos.

—¿Cuánto tiempo, Noah? —pregunté de repente, siendo incapaz de seguir reteniendo la pregunta.

—No entiendo —su ceño se frunció y aprovechó el semáforo en rojo para verme rápidamente.

—Cuanto tiempo estarán así con Jayden...enfadados —expliqué—. No son buenos para estar enojados el uno con el otro.

—Jamás había sucedido, así que supongo que no sabemos cómo actuar —resopló y asintió—. El tiempo necesario... creo.

—Necesito que estén bien, porque de lo contrario cuando sepa lo nuestro empeorará.

No dijo nada, solo asintió.

Lo notaba algo distraído y parecía que le preocupara algo, si aun no me lo decía era porque seguro buscaba el momento para hacerlo.

Mi celular timbró y en cuanto leí su nombre, contesté.

—Hola, señor Green —Saludé ansiosa.

—Hola Alison, espero todo vaya bien.

—Sí, Sí. Espero lo mismo para usted también —ni siquiera dejé que respondiera, pregunté rápidamente—. ¿Hay alguna novedad?

—Pude hablar con algunos miembros de la directiva, expliqué todo como me dijiste e incluso hice que nuevamente revisaran la solicitud de Noah Anderson.

—Está bien, ¿Qué dijeron?

Noah aparcó y me señaló para que saliera, asentí.

—En cuanto el tema este aclarado, podrán seguir con las negociaciones e incluso piensan ofrecerla más, puede que también hayan visto su último partido y hayan quedados fascinados.

—¡Gracias! ¡Gracias! Te llamaré más tarde, necesito decirle.

—Está bien mi niña, cuídate.

Colgué y corrí hacia Noah, dando un salto para subir a su espalda.

—¡Lo logramos! ¡Lo logramos! —grité efusiva, mientras besaba su cuello sin parar, haciéndolo reír de inmediato.

Me bajé y se volteó confundido.

—¿De que hablas?

—Solo necesitas aclarar todo, que se sepa que no fue tu culpa y volverán con las negociaciones y esta vez con mejores condiciones, vieron tu ultimo partido y quedaron fascinados, Noah —traté de explicar lo mejor que podía.

—Mierda, Alison...gracias —agarró mi rostro y se agachó para besarme—. No sabes cuanto significa esto para mí.

—Lo sé, por eso haría hasta lo imposible para que entres al equipo de tus sueños —susurré, aferrándome a su cuello.

—Que suerte de que seas mi novia, mía y de nadie más.

¿Qué, que fue ese chorro? Ni idea, tal vez una embarazada haya roto fuente.

—Tuya Noah, solamente tuya y de nadie mas —me alzó de repente y abrió la puerta, estando a dentro sus besos me atacaron con ferocidad.

¿Qué era el autocontrol?, ¿Qué era el cerebro?

Mis manos empezaron desesperadamente a pasarse entre sus cabellos. Había leído que esto era algo que simplemente los volvía locos y eso quería, quería que Noah Anderson enloqueciera y les diera rienda suelta a sus mas perversos pensamientos.

Tener sexo el primer día de novios, ¿acaso era legal?

—¡Creo que la ecografía quedó en el carro! —escuchamos el grito de Olivia e inmediatamente volteamos a mirar a nuestro lado, ella estaba entre la puerta y Jayden...nos había salvado otra vez.

—Mierda —susurró enojado y me bajo, empezando acomodar mi camiseta y después la suya.

—Deberías irte —el pesar en mi voz se notaba, era lo que menos quería que hiciera.

Él asintió y se agachó para susurrarme, lo que haría que esta mujer tuviera una cita a profundidad con la afeitadora.

—Deja tu ventana abierta, volveré para terminar lo que empezamos. 


VOTEN Y COMENTEN. 

LOS AMO. 

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