CAPÍTULO 17



—¿Qué te dijo el entrenador, Alison? —preguntó Jay.

Estábamos cenando los cuatro, Noah, Jayden, mamá y yo. Había sido un día realmente largo, pero me gustaba que estuviéramos juntos, hace mucho no lo hacíamos y era bueno aparentar ser una familia feliz de vez en cuando.

Bebí un poco de agua y respondí.

—Mañana empiezo los entrenamientos —este sonrió grandemente. Siempre era el mas animado cuando jugaba, lo amaba.

—¿Cómo? ¿ya entraras al equipo? —quiso saber Madison, estaba sorprendida y era normal, no tenía idea que lo retomaría—. No lo sabía.

Y como iba a saberlo si no nos veíamos. Era lo primero que había prometido cuando llegamos aquí y en el primer momento se había olvidado de absolutamente todo.

¿Cómo debería sentirme al respecto?

Hace un año lo intenté, simulé sanar heridas, perdoné, pero ella no ponía de su parte.

—Lo sabrías si mantuvieras aquí —dije secamente, llevándome el ultimo trozo de carne a mi boca.

—Alison —advirtió Jayden, pero me encogí de hombros.

¿Acaso decía algo que no era?

—Tranquilo cariño —agarró su mano y la apretó—. ¿Cómo les fue a ustedes dos?, ¿entrenando duro?

Y así de simple te saltabas un tema. Estaba huyendo, estaba escondiendo algo y no sabía el qué, pero lo averiguaría.

—Lo de siempre mamá.

Aunque no lo demostrara sabía que él al igual que yo estaba enojado con ella, pero no se lo hacia saber...siempre callaba y se guardaba todos los sentimientos. Me preocupaba que hiciera eso y aun no sabía cual era su manera para desestresarse...por qué todos tenemos una, ¿no?

—Sí, los equipos que enfrentaremos son muy buenos así que debemos de ser aun mas buenos de lo que somos —habló por primera vez Noah desde que nos sentamos aquí.

Que Noah estuviera mas bueno de lo que ya era...imposible —pensé.

Sabía que había estado dándome miradas furtivas en la comida, pero no era capaz todavía de verlo a la cara sin sonrojarme y aun estaba el hecho de que mi madre nos había pillado en la cocina.

Mañana hablaría con ella, le explicaría. No quería que pensamientos errados la acompañaran.

—Ganarán...son los mejores —su celular sonó y rápidamente se levantó—. Debo irme, tengo un compromiso.

¿Qué?

—¿A las siete de la noche? —pregunté confundida—. ¿También trabajas en la noche mamá?, ¿hay algo que no sepamos aun?

Desvió su mirada a un lado y suspiró, negando levemente.

—No Alison, pero estoy joven y tengo derecho a divertirme... ¿o acaso no puedo?

¿Divertirse? ¿con quien lo haría? Tan rápido había forjado amistades cuando ella era todo lo contrario.

—Claro que puedes mamá —agregó, amonestándome con su mirada, pero no me retractaría si era eso que pensaba Jayden—. Nosotros también vamos de salida, nos reuniremos en casa de Ava...te podemos dejar a tu destino.

¿Casa de Ava? ¿Por qué no sabia de eso?

—Perfecto entonces, vamos.

—No iré, tengo algunos trabajos, quiero hacerlos y después descansaré, mañana tengo un día agitado...que se diviertan —me levanté de la mesa y justo antes de salir de la habitación en que nos encontrábamos, pude escuchar como claramente Noah se excusaba para no ir, poniendo mis pelos de punta al saber que estaríamos solos en casa.

—Yo tampoco iré Jayden, quedé muy cansado después del entrenamiento y le prometí a mamá que la llamaría.

Volteé a verlo de inmediato, dándome con la sorpresa de que ya Noah me estaba viendo, no podía descifrar que tipo de mirada era, pero era claro que hacía estragos en mi cuerpo y mi madre empezaba a notar lo que sea que había entre los dos.

Noah y yo solos. Sin interrupciones.

¿Qué podría pasar? ¿las cosas se descontrolarían? ¿Qué?

—Esta bien, nos vemos más tarde —escuché como jay hablaba antes de perderme por el pasillo y correr por las escaleras para llegar a mi habitación.

—Mierda —susurré en cuanto estuve segura—. ¿Por qué Noah? ¿por qué?

Llevé mi mano a mi pecho, sintiendo el rápido latir de mi corazón y quise llorar, estaba latiendo, estaba sintiendo, el gusto se estaba yendo por otros rumbos, ya no era un simple crush, todo estaba pasando tan rápido que no sabía que hacer.

No podía olvidar lo que me hicieron, no podía olvidar mi promesa, no podía hacerle esto a mi hermano.

No podía.

Inhalé hondo y me senté en mi escritorio para hacer todo lo que tenía pendiente, el tener la mente ocupada me ayudaría a no pensar en que Noah y yo estábamos solos bajo el mismo techo, ¡porque claramente no podría creerlo!

Me sumergí entre palabras y poco a poco empecé adelantar todo, dos horas después sin ningún tipo de interrupción había acabado con mis deberes. En ese momento empezó mi martirio, no dejaba de mirar la puerta pensando en que momento esta se abriría y él entraría, pero, si no lo había hecho hasta ahora que me hacía pensar que vendría...tal vez si estaba cansado y tenía que hablar con su mamá, tal vez debería dejar de suponer cosas que solo eran verdad en mi alocada mente.

Movía mi pierna una y otra vez mientras el tiempo pasaba, era tiempo perdido y quería hablar con él, ¿de qué? no tenía la menor idea, pero quería verlo, escucharlo.

No haría mal a nadie si habláramos un poco...solo un poco.

Me levanté decidida de la silla y corrí para abrir la puerta. Un gemido de asombró salió al ver que detrás de ella estaba él, estaba por tocar.

¿Tampoco había aguantado? ¿quería estar conmigo?

—¿No estas cansado? —fue lo primero que pregunté, quería dar una respuesta a la cantidad de preguntas que pasaban por mi mente.

Había momentos como este en que era valiente, tan valiente como para preguntar todas mis dudas y saciarme en sus respuestas.

—Solo un poco —susurró, su voz estaba ronca y me ponía los pelos de punta.

—¿Tienes que hablar con tu madre?

¿Podía una mirada volverse mas intensa e incluso cambiar el color de los ojos a un tono más oscuro? Porque acababa de pasar con él.

—Lo hice en la mañana.

No, no era una respuesta cualquiera, ¡claro que no! ¡era una confirmación! ¡confirmación! Había mentido para estar conmigo a solas, sin nadie que nos pueda descubrir, sin interrupciones, solo los dos.

Sentía que se estaba arriesgando tanto, pero, ¿con que fin? ¿para qué? ¿valía la pena?, ¿también tenía yo que arriesgarme?

—¿Ibas a tocar? —inquirí.

No aguantaría más tiempo mirándolo, sabía que estaba sonrojada hasta las uñas, pero era lo menos importante ahora. En el aire se respiraba cierta tensión, pero estaba lejos de ser una sexual.

—Pensé que saldrías e irías a la sala...al ver que no viniste quise venir a ti.

Dios, había dicho ya muchas veces lo hermoso que era Noah, pero su corazón, sus pensamientos, su ser era algo loco e increíblemente sensible, cariñoso, amoroso.

Empezaba a tener miedo, era difícil conocer hombres como Noah Anderson y llegaba momentos como estos donde pensaba que todo era una ilusión.

—¿Por qué me dices todas esas cosas? —supliqué sin aliento, sin fuerzas, no las tenía cuando estaba él junto conmigo porque sencillamente él era mis fuerzas, lo quisiera o no admitir.

Estas acciones por su parte solo me confundían mas al respecto.

¿Cómo dos personas que jamás se habían visto podrían tener tanta química en tan poco tiempo? ¿Cómo?

—¿Por qué no hacerlo? —refutó, alzando una ceja y recostándose en el marco de la puerta.

Se me sería difícil no recordar la imagen que había ante mis ojos.

Si él estaba arriesgando mucho también lo haría yo.

—¿Quieres entrar? —señalé el interior y vi sorpresa en su rostro por breves segundos.

No respondió al instante, parecía meditar la pregunta e imaginarse todos los escenarios posibles, porque si en unos de ellos llegaba Jayden y lo encontrara en mi cuarto, no había excusa ni nada en el mundo que nos salvara.

—¿Quieres que lo haga? —soltó tiempo después.

Me inquietaba la forma en que me miraba y me regañaba cuando terminaba desviando mi mirada al no soportarla.

—Sí —sonreí, agarrando su mano y tirándolo hacia dentro—. No mentía cuando decía que descansaría.

¿Es enserio Alison? Acabas de decirle que entre y sales con que estas cansada. Si serás idiota —me reprochó mi subconsciente.

Tú eres yo, imbécil... ¡si soy una imbécil!

—Puedo irme si quieres —sugirió, negué levemente—. ¿Entonces que quieres hacer?

¿Qué quería hacer? Era una pregunta que podría desviarse del sano camino. Tal vez quería amarrarlo, besarlo, tantas cosas que me gustaría hacer pero claramente no lo diría.

—Conocerte, quiero conocerte más —fui hasta mi cama y me recosté en el respaldar—. Ven vamos, siéntate a mi lado y cuéntame.

No respondió por varios segundos que fueron eternos para mí. Pensé que tal vez había cruzado la raya y de paso, que haya malinterpretaba todo con él, pero cuando se quitó sus zapatos supe que todo era real.

—¿Qué quieres saber? —preguntó minutos después.

Quería saber todo sobre él.

—Charlotte, ¿Por qué? —aparentemente era una persona valiente cuando de temas importantes se trataba, no se podría esperar menos de alguien que constantemente estaba pasando vergüenza.

—¿Por qué, ¿qué? —lo miré de soslayo y tenía su ceño se fruncido.

—Estar un día separados y al otro agarrados de mano por toda la universidad, creo que como yo hay mucha personas que no los entienden y...me gustaría entenderte.

Agradecí que ambos miráramos al frente, decir esto viéndolo a los ojos se me sería imposible.

Sentí como inhalaba hondo y soltaba todo el aire de golpe.

—Fuimos novios, sí...pero hace mucho que lo dejamos, bueno que yo lo deje.

Ahora la del ceño fruncido era evidentemente yo. No entendía lo que había querido decir, ¿Qué significaba?

—No puedo entenderlo —susurré.

Este tema en especial era muy riesgoso para mí, pero quería saber todo, entenderlo, saber que entre ellos no había nada, tal vez si lo sabía mis sentimientos resurgirían, pero eso significaría problemas. Era una persona que cuando amaba, lo hacía con intensidad, entregaba todo y al final si se llegaba acabar, terminaba sin nada, completamente vacía y con un desastre que me costaría ordenar.

—Terminé con Charlotte, pero ella guarda un secreto que no puede salir a la luz o dañaría la imagen de mi padre, esto podría afectar a toda mi familia y sus negocios —explicó suavemente, no percibí ningún tipo de sentimiento de rencor o angustia—. Cuando nos has visto agarrados de la mano es porque así lo pide.

¿Entonces ella lo manejaba a su antojo? ¿estaba siendo amenazado por esa barbie hueca?

—¿Te tiene amenazado? —pregunté.

—Ella me hizo un favor, solo se lo devuelvo, pero todo acabó...estoy en la espera de que revele mi secreto.

—¿Es muy grave? —quise saber, empezando con la curiosidad latente en mí.

¿Qué secreto podría tener Noah? No me podía llegar a imaginar absolutamente nada.

—Sí, pero lo he ido arreglando con el tiempo —se giró hacia mi lado—. ¿Lo siguen intentando con Mason?

También me giré hacia su lado para verlo mejor, ¿Qué mierda acababa de decir?

¿Intentándolo con Mason? ¿Cuándo si quiera pensé en hacerlo?

—¿Por qué preguntas algo como eso? —había sonado un poco brusca.

Inmediatamente apartó su mirada de mi y ¡mierda! ¿enserio estaba sucediendo algo como eso? No podía creer lo que mis ojos estaban presenciando.

Noah Anderson estaba sonrojado, avergonzado y era lo más bello que había visto jamás. Mis dedos picaban por querer tocar su rostro.

—Lo siento, solo...debido a lo que decía tu mensaje, quería saber como iban las cosas.

Y de nuevo ese mensaje. Mensaje que no tenía ni puta idea de lo que contenía y empezaba a exasperarme.

—¿Qué mensaje, Noah? —cuestioné cansada de esa situación—. Muéstrame el supuesto mensaje que escribí.

Sacó su teléfono, entró a su chat y me lo extendió. Lo leí cuanto antes, sorprendiéndome con cada palabra que leía y cuando vi el número telefónico, quise reírme.

—Noah, en primer lugar, este no es mi número telefónico —entré a sus contactos y agregué mi verdadero número—. Este es mi número, jamás diría algo como eso y Mason solo es un amigo, no lo veo como nada más.

Sus ojos brillaron y una pequeña sonrisa apareció en sus labios.

—Entonces debo buscar el autor de este malentendido —susurró, asintiendo para él mismo.

Yo ya tenía el autor, la barbie...tenía que ser ella, nadie más.

—¿Por qué no me mostraste el mensaje desde el principio? —pregunté, un poco molesta. Mierda nos habíamos ahorrado tantas cosas—. Si lo hubieras hecho no...

—Nos hubiéramos peleado —terminó por mí, aun había vergüenza en su rostro—. Siento que perdí mucho tiempo valioso al estar molesto con la situación.

—Lo hiciste —afirmé, me acerqué mas a él y recosté mi cabeza en su hombro—. Pero lo importante es qué harás ahora.

Diablos, cuando estaba con él tenía mucha paz, me sentía en confianza para hablar sobre cualquier tema e incluso de mis sentimientos, él me daba esa confianza y empezaba a gustarme, me gustaba sentirme así con él...tan íntimos, tan amigos, tan... ¡TAN!

—Por lo pronto, descansemos un rato —pasó su mano por mi cintura y morí para volver a revivir y disfrutar su tacto.

—Y si llega mi madre o en el peor de los casos, ¿y si es Jayden? —dije con un poco de angustia, aunque en realidad era lo último que me importaba en este momento.

¿Cómo era estar entre los brazos de Anderson Noah?

Era estar flotando en la mismísima galaxia mientras te deleitabas con la vista. Claro que no sabrían como se sentía, así que envídienme.

—Jayden se quedará a dormir con Olivia y tu con tu mamá...no tendremos problema alguno —estaba por levantarme para preguntarle, pero me detuvo—. Mañana te explicaré.

Asentí, aferrándome a su camisa. En ese momento supe dos cosas...

El corazón de Noah latía tan rápido, que llegué a pensar que se estaba muriendo, pero cuando posé mi mano sobre mi pecho, cuando percibí que estaba igual o peor, supe que estaban en sincronía y un nuevo sentimiento desbloqueado me sobrecogió.

—No me sueltes —dije adormilada.

—Nunca Walker, no lo haré nunca.

Y con esa promesa susurrada al oído me dormí, sin saber todo lo que los siguientes días, semanas y meses nos traería. 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top