13.- Un empujón al estilo Monkey.

Después de la pequeña discusión entre el capitán y la navegante, las cosas fueron... Algo incómodas.

Por el lado del hombre de goma, este se sentía liberado de todo lo que ella le hacía sentir. Pero parece que empezaba a experimentar más cosas.

Por el lado de la pelinaranja, ella no podía quitarse las palabras que le dijo su capitán, y eso la hizo sentir tan querida, tan feliz... Tan amada.

Ya estaba a punto de ser medio día, y los demás se encontraban en la cubierta del barco mientras ven a la joven pelinegra con una mochila.

Flora: Debo salir por un momento.

Los tripulantes solo la miraron confundidos por qué ella haya decidido irse, a pesar de quien sabe lo que le ocurrirá con esos de la DX.

Y no eran los únicos, el pequeño tenía una mirada preocupada hacia su amiga/hermana por verla irse sin tener capacidad de protegerse.

Pokke: ¿E-estas segura de irte? ¿No puedes quedarte más? 'Preguntó asustado'.

En eso, la pelinegra se agachó a su altura antes de poner una mano en su cabeza.

Flora: Se que te preocupas por mí, pero debo de terminar lo que mis padres aún no han hecho.

No te preocupes, conozco esta isla como la palma de mi mano. Y si Bonbon se atreve a acercarse, mi pie conocerá su entrepierna.

Ante lo dicho, el pequeño soltó unas pequeñas risas. Pero eso no le impedía dejar de preocuparse por ella.

Con ver la mirada deprimida del pequeñín, ella se dignó al darle un abrazo siendo correspondida por él.

Lamento que no puedas acompañarme, pero con esos tipos aquí es peligroso que estés cerca.

Los aldeanos no tendrán problemas, pero si ellos se enteran de que te involucre conmigo, podrían lastimarte por no seguir sus reglas.

El pequeñín no quería soltarla, pero sabía que tampoco quería obligarla a quedarse con él.

Al separarse, ella se levantó antes de dirigirse a los barandales y saltar hacia el puerto para irse.

Sanji: ¡Flora-swaaaaan! 'Llamó a la joven' ¡Porfavor, permíteme ser tu caballero de brillante armadura en tu caminata!

¡Prometo que te protegeré de todo mal en nuestro camino! 'Dijo de rodillas'.

Los demás ya lo veían sin esperanza con una gota en sus sien, y en respuesta de la joven.

Flora: Etto... Te lo agradezco mucho, Sanji-san. Pero...

La joven solo pudo poner una mano atrás de la cabeza antes de dar una incomoda sonrisa.

Prefiero hacer esto yo sola.

El cocinero se petrifico antes de destrozarse pierda por piedra y verlo arrodillado con un aura depresiva cubriendo todo su ser.

Sanji: Ah... Ya veo.

La joven decidió dejar de lado al cocinero antes de mirar a los demás y pedir solemnemente...

Flora: Porfavor, cuiden de Pokke mientras no estoy. 'Dijo en reverencia' Se que puede ser complicado, pero se los pido... Porfavor.

Aunque trate de pedirlo con todo respeto, los demás solo sonrieron respondiendole lo más obvio.

Robin: No te preocupes, nada lo tocará mientras esté con nosotros.

Nami: Puedes dejarnoslo en nuestras manos.

Los demás asintieron compartiendo la respuesta de las chicas dejando a la joven mal aliviada.

Flora: Muchas gracias, enserio. Bien, nos vemos luego 'Dijo al saltar'.

En eso, la joven fue hacia su pueblo en busca de lo faltante para su proyecto. Mientras que el cocinero lloraba a cascadas en no poder acompañarla.

Sanji: Flora-swan...

Zoro: ¡Je! Ver tu cara arrugada no tiene precio 'Dijo burlón'.

Y así, este par de idiotas vuelven a sus típicas peleas de la vida cotidiana.

A la vez, el pequeño solo podía mirar como perdía de vista a la joven antes de suspirar con preocupación y tristeza.

En eso, una mano se puso en su hombro siendo la arqueóloga quien le regala una sonrisa de consuelo.

Robin: Preocuparte todo el tiempo no la ayudará, ella es más fuerte de lo que crees. Si confías en sus palabras, ella estará bien.

Pokke: Pero... ¿Cómo estás tan segura?

Ante la pregunta, ella solo volteó a ver al resto quienes tratan de tranquilizar al par de gruñones.

Y con dar una sonrisa, no pudo evitar sentir nostalgia de alfin confiar en otras personas.

Robin: Es solo una corazonada.

El pequeñín solo ladeó la cabeza al casi no entender lo que decía.

Vamos, ve con los demás. Seguro podrás jugar algo.

El pequeño asintió antes de ir con el narizón y el reno en ver si podían hacer algo juntos.

El resto se separaron en seguir con sus quehaceres ya con terminar de calamar a esos dos.

Nami: Rayos, siempre terminan haciendo escándalo.

Luffy: Shishishi, son muy divertidos.

En cuando estaban por irse, sus manos apenas se tocaron sobresaltando a ambos.

Se miraron fijamente con un brillo en sus pupilas y con un sonrojo empezando a crecer.

Cuando volvieron en sí, vieron que sus dedos estaban muy juntos. Por ende se separaron rápidamente.

Los dos no podían quitar el rojo de sus rostros, a pesar de todo lo que se dijeron en la mañana, aún no conjeniaban del todo.

Ah, perdón...

Nami: N-no, yo lo siento.

El silencio entre ambos empezaba a ser incómodo, no sabían que decir y no se atrevían a mirarse fijamente.

*¡Aaaahhh, ¿Qué hago?! ¡Ya no se que debo hacer! ¡El me acaba de dar unas palabras muy tiernas! ¡Pero, ¿Qué le respondo?!* 'Pensó tímida'.

Luffy: *Aún no me dijo nada después de lo que le dije, ¿Qué puedo hacer? ¿Será que la estoy molestando? 'Pensó desesperado'.

Los dos estaban tan perdidos en sus pensamientos que nunca se habían fijado en que la arqueóloga los miraba graciosa ante sus reacciones.

Nami: *No sé si esto es como una confesión, pero... No puedo evitar sentirme feliz con eso*

Luffy: *¿Porqué no me dijo nada? ¿Ya no quiere que le hable de nuevo? ¡Agh, esto es peor que mi estómago!*

Con tratar de pensar que hacer o decir, sus cabezas se sentía a punto de explotar buscando una respuesta.

Y en un intento con algo de timidez, el capitán trató de entablar aunque sea una pequeña charla con la navegante.

Luffy: Amm... Nami...

Cuando ella apenas volteó a verlo, su corazón empezó a bombear locamente aún con la vergüenza en su ser.

Y con intento de salir de la situación...

Nami: ¡P-perdon, debo hacer el mapa de la isla! 'Dijo al correr a su habitación'.

Ella escapó dejando congelado de sorpresa al capitán quien comenzaba a deprimirse creyendo que hizo algo mal.

Toda la cubierta se llenó de un silencio lleno de incomodidad... Y tristeza.

Todos miraban apenados a su capitán sin saber que decir o como animarlo, esto ya pasó antes, solo que ahora es al revez.

Aunque está sería una oportunidad para el cocinero, no quisiera aprovechar ver a su amigo en ese estado, eso no sería caballeroso.

El narizón dió un paso al frente antes de tomar la palabra.

Usopp: Oye, Luffy... ¿Te encuentras bien...? 'Preguntó preocupado'.

El pelinegro no decía nada por unos seg poniendo nerviosos a todos, pero él solo volteó hacia ellos... Dando una sonrisa como normalmente hacía.

Luffy: Descuida, Usopp. Estoy muy bien.

Ante su respuesta, era muy sorprendente que por primera ver, su capitán estaba mintiendo.

Ver cómo ese chico tan inocente y fuerte este dando esa reacción así de la nada, era una nueva parte que conocían de él.

Todos volvieron ante el reinado silencio sin tener palabra alguna para él.

En eso, el cocinero se acercó hacia el con el intento de animarlo o darle al menos algo de fuerzas.

Sanji: Luffy, entiendo muy bien lo que estás pasando. No tienes que hacerte estas cosas, eres más fuerte que esto y-

Luffy: ¿De qué hablas, Sanji? 'Dijo interrumpiendolo'.

El cocinero miro el rostro de su capitán quien seguía con esa sonrisa vacía sin expresión que sus labios se sellaron de sorpresa.

Al verlo de esa forma, no pudo evitar deprimirse ante no poder ayudarlo como podría hacer.

En serio, me siento bien. Además, esto no es culpa de Nami, fuí yo quien metió la pata.

A parte del rubio, todos se sentían demasiado apenados por no poder ayudar a su capitán que no tenían palabra alguna.

Si me necesitan, estaré en la cabeza del Sunny.

El hombre de goma se encaminaba hacia la cabeza del león llevando toda la tristeza bajo esa falsa expresión enmascarada.

Usopp: Luffy...

Esto ya era un desastre, la navegante no le dirige la mirada, el capitán se destruye por dentro. Esto podría ir de mal en peor si no hacen algo.

Y ahora... ¿Qué hacemos...?

Todos estaban sin espíritu, unos apartaban la mirada, otros miraban el suelo... La incomodidad estaba demasiado presente.

Pero para el Vice-capitan, era como un juego de niños... Pero demasiado infantil para él.

Zoro: Solo somos unos simples piratas, no tenemos que hacer este tipo de cosas. Solo es una gran perdida de tiempo.

Todos miraron al espadachín con algo de enojo, pero eso era un punto por más grosero que suene en realidad.

Aunque conociendo al rubio, no tardaría en empezar a enfadarse a tal grado de crujir los dientes.

Sanji: ¿Dijiste... Pérdida... De tiempo...?

Y con todo el odio de su ser, fue corriendo hacia el peliverde con verdaderas intenciones de matarlo esta vez.

¡¿Quién te creés que eres para hablar como si nada, idiota?!

Antes de encestarle una patada, el espadachín logro bloquearla con la espada enfundada listo para desenvainar en cualquier momento.

Usopp: ¡O-oye, Sanji!

Sanji: ¡Solo eres un estúpido cabeza de musgo que no sabe nada más que cortar cosas! ¡No digas esas cosas tan a la ligera!

Zoro: ¿Entonces me culpas a mí? Es Luffy quien se metió en estás tonterías, jamás debió de hacer esto en primer lugar.

Sanji: ¡Cállate! ¡No sabes nada de lo que es sentirte así de destrozado! Viniendo de tí, seguro que jamás sentiste esto, ¿No es así?

Ante sus palabras, el peliverde recordó a su primera amiga y rival de la infancia, sobre todo aquella promesa.

Y el día en el que ella se fue... Era la primera vez que sus sentimientos salieron de su ser.

Con ello, su enojo empezó a crecer poco a poco a tal grado de mostrar una mirada siniestra.

Zoro: Infeliz... No sabes nada sobre mí.

Sanji: Pues desde que te conozco... No parece que me equivoque.

Ambos se miraban con toda la rabia en su ser, estaban listos para definitivamente quitarse a ese "estorbo" de encima.

Todos los miraban aterrorizados sin saber que hacer, si intentan entrometerse, acabarían muertos en seg.

Pero ella no se quedaría de brazos cruzados.

Robin: Suficiente.

Los tripulantes y el par miraron a la arqueóloga quien tenía una presencia que dió un escalofrío a ambos monstruos.

Los dos se están comportando como niños, si deciden hacer está clase de tonterías, entonces háganlo en otra aparte.

Zoro, talvez esto no te llame la atención, pero tampoco significa que hables con demasiada vulgaridad.

Sanji, se que esto te afecta como a Luffy, pero tener que insultar de esa forma es demasiado, hasta para tí.

Ambos mentalizaron el regaño de la arqueóloga, su actitud y comportamiento era demasiado infantil hasta llegar a una pelea.

Se separaron del otro con más tranquilidad, pero eso no quitaría que se odiarian hasta la muerte.

Por el momento, hay que dejarlos está vez. Talvez los confunda, pero quizás sea una oportunidad de que se desenvuelvan así mismos.

Los demás la miraron confundidos, ¿Qué querría decir con eso de "desenvolver"? Nadie le entendía el sentido a ello.

Usopp: ¿Qué quieres decir? 'Preguntó confundido'.

Lo único que ella podía responder es...

Robin: Solo el tiempo lo dirá 'Dijo al ir bajo la sombrilla'.

Aún se encontraban sin entender lo dicho, pero decidieron dejarlo por el momento en seguir con sus actividades.

Mientras en la habitación de las chicas.

Vemos en la cuna a la bebita quien jugaba con sus juguetes tranquilamente.

Pero en la habitación, también se escuchaba los quejidos de su madre con la cara en la almohada mirándola entre confusión/curiosidad.

Nami: ¡Soy una tonta, tonta! ¡Tonta! Ahora pensará que huí de él por enojo. Que idiota soy 'Dijo frustrada'.

Pero, ¿Qué puedo decirle? Después de lo de esta mañana... No puedo pensar con claridad.

La joven madre yacía perdida en un revuelto de sus sentimientos con algo de vergüenza, escuchar a su capitán decirle cosas así...

La sorprendieron a tal grado de alejarse de él, cosa que ella no quería hacer, pero su cuerpo reaccionaba por si solo.

En eso, se acercó a la cuna para cargar  a su bebé y estar juntas en la cama.

¿Puedes creerlo? No creí que en verdad tendría esa clase sentimientos hacia mí. Aún me cuesta creerlo, pero... Me gustó mucho.

La bebita no entendía la mirada avergonzada de su madre, así que se levantó de pie en la cama para estirar sus manitas a las mejillas de ella.

La pelinaranja no sabía lo que estaba haciendo, hasta que su hija dió una pequeña sonrisa mientras gimoteaba con querer hacerla reír.

Ver la expresión en ella, le recordó las veces que su capitán le sonreía. En eso, ella respondió al gesto llena de ternura.

Realmente era la plena imagen de su padre, si el hombre de goma la hacía reír con sus tonterías, ella ya era una máquina de ánimo.

Con ver al pelinegro reflejado en ella, su corazón se aceleraba, y sus pensamientos se hacían más notorios y firmes antes de levantarse.

¿Sabes qué? Debo dar el intento. No sé si él trataría de hacer algo parecido, pero no puedo quedarme sentada sin hacer nada.

La joven madre levantó a su bebé en brazos para darle besitos en su carita haciendo que ella riera sintiendo cosquillas de amor.

Gracias, linda. Eres una pequeña y adorable genio 'Dijo al bajarla'.

La pelinaranja se dirigió a su escritorio con objetivo de pensar algo que los ayude a ella y su capitán.

Mientras la pequeña, la miraba algo confundida pero también aburrida. Quería llamar su atención para poder jugar, pero ella no le entendió bien.

Así que uso sus piernitas para tratar de tocar el suelo al bajar de la cama, por suerte, no estaba tan alto para su pequeño tamaño.

Comenzó a caminar con los brazos extendidos hacia su madre con algo de dificultad, hasta que su juguete se cayó rodando por el suelo.

Cuando fue a tomarlo, su mirada se fijó en la puerta con curiosidad de saber que hacer con eso.

Sus ojitos brillaron con saber que era esa puerta, incluso dejo su juguete para comenzar a acercarse.

Al estar frente a la puerta, se fijó que se veía algo del cielo por una rejilla llenando más su curiosidad.

En eso, puso sus manitas en la puerta comenzando a empujar con su fuerza de bebé que hasta puso un puchero con todo su esfuerzo.

Cómo era de esperar de la hija del hijo del peor criminal del mundo y nieto del un Marino legendario, su fuerza sin duda era algo que heredaba.

Al lograr abrirla, los rayos del sol iluminaron el cielo junto al oleado mar haciendo que sus ojitos brillen maravillados.

Ya había salido afuera al estar en el cesto, pero su madre era tan sobreprotectora que incluso la cubría del sol.

Sin perder tiempo, ella se encaminó fuera de la habitación llena de energía. Por sorpresa o suerte, su madre no la escuchó para nada.

La bebita avanzaba pasito a pasito, bien suavecito sin saber bien a dónde va, pero su ánimo la hacía seguir adelante.

De repente, un aroma se formó por la cubierta llamando la atención de la pequeña a fijarse en la puerta de la cocina apenas abierta.

Se acercó a la puerta para sentir ese aroma aún más fuerte que la hizo babear a cascadas como su padre y comenzar a abrirla.

Al hacerlo, se fijó en el cocinero quien hacia sus clásicos cócteles para las féminas con todo su gusto.

La bebé no sabía que era ese baso lleno de crema, dulce con un trozo de fruta... Pero su babita caía sin parar.

De repente, algo le tocó el hombro llamando su atención antes de salir de la puerta para fijarse que una mano estaba a su lado.

La bebé lo miro con confusión/curiosidad que estiró sus brazos con intención de tocarlo, pero la mano desapareció entre pétalos rosados.

Eso la dejo más confundida que hizo sus ojos aguarse a punto de llorar, pero el toqueteo volvería a llamarla para ver un camino de manos.

Al verlas, la bebé se emocionó tanto que comenzó a seguir las manos, cuando desaparecía una trataba de conseguir la otra.

A este punto ya estaba comenzando a reír, le divertía estar jugando a las traes con unas misteriosas manos que desaparecían y aparecían.

Al tener la última de frente, saltó con intento de agarrarla hasta que desapareció.

Pero cuando estaba por caer, un par de manos la atraparon dejándola confundida hasta levantarla.

¿¿??: Ara, Ara...

Ante lo escuchado, la pequeña levantó la mirada para ver la sonrisa de la arqueóloga.

¿Qué hace aquí una princesita tan sola?

La bebé la miraba a la pelinegra con curiosidad, pero miró más a los lados en busca de lo que quería atrapar.

Ah, ¿Buscas algo con que jugar?

En eso, ella creo una mano Hana Hana para alegría de la bebé quien tomó los dedos y moverlas sin parar entre risas.

[risa] Si que te pareces a capitán-san en todo sentido. Eres tan graciosa y animada.

Para ser una bebé, me sorprende que no te asusten mis poderes.

La pequeña dejo la mano para mirar a la pelinegra quien tenía sus ojos en el mar con nostalgia.

¿Quieres que te diga un secreto? Al principio, tus padres y tíos me tenían miedo cuando los conocí 'Susurró graciosa'.

Al principio no confiaban en mí, eso era porque pertenecía a un grupo criminal. Pero si no fuera por tu padre, no estaría aquí.

Además de él, tu madre también es alguien que me tendió la mano con el tiempo. Desde eso, fue cuando comencé a confiar en ellos.

La bebé abrazó la mano mientras su atención se fijaba en las palabras de la arqueóloga con mucha curiosidad.

Tu madre es una de las grandes amigas que nunca tuve, tenerla a ella como amiga es como un sueño hecho realidad que siempre atesorare.

Puede que sea algo gruñona, pero a fin de cuentas es alguien que apreciaré siempre. Su amistad es uno de mis más grandes tesoros.

Aún no se expresa como se debe, pero te aseguro que eso cambiará y recordar estos días los harán reír todo el tiempo.

La bebé no llegaba a entender bien todo lo que dijo, pero la imagen de sus padres riendo juntos le hizo una pequeña sonrisa.

La arqueóloga le correspondió haciéndole cosquillas en su pancita para que gimoteara de risa.

Cuando ella tomo su taza para beber, se enteró de que estaba vacía sin notarlo por entretenerse con la bebé.

Vaya, tendré que rellenarlo.

En eso, se levantó de su asiento para dejar a la pequeña en su silla quien la miraba extrañada.

Espérame aquí, ¿Sí? No tardo 'Dijo al ir a la cocina'.

La bebé solo dió un puchero de mala gana por detener su juego, así que se bajó de la silla sin problemas buscando algo con que jugar.

Al volver a su andar, se fijó en las escaleras que bajaban hasta la cubierta mirándolas con curiosidad.

Se le hacía extraño que el piso se divida en varias partes para ir abajo, así que ignoró los escalones para acercarse a las barandas.

Al levantar la mirada, por instinto quiso tocar la punta de la cima, pero era tan pequeña que no lo alcanzaba, ni siquiera sabía saltar.

Por un momento quiso quejarse entre llantos, pero se fijó en la silla de la arqueóloga por un instante antes de tener un pequeño brillo en sus ojitos.

Se acercó a la silla para empujarla hacia las barandas y pegarlas juntas antes de subir sobre la silla y llegar a la punta para sentarse.

La bebé gimoteo en victoria, pero sintió que su cuerpo se deslizaba por el barandal cuesta abajo a gran velocidad, pero riendo a carcajadas.

Cuando llegó al final, la velocidad la impulsó por el aire quedando suspendida en el cielo antes de comenzar a caer sin dejar de reír.

Y debajo de ella se encontraban el tirador, el reno y el pequeñín quienes se aburrían por no poder pescar nada.

Los tres suspiraron que ya estaban a punto de tirar la toalla con casi todas sus carnadas agotadas.

Usopp: ¿Pudieron picar algo?

Chopper y Pokke: No... 'Dijeron aburridos'.

Usopp: Si, yo tampoco.

Volvieron a suspirar dando una última oportunidad a las cañas, mientras la bebé se acercaba más y más a chocar contra ellos.

En eso, la red del narizón empezó a moverse a tal grado de casi tirarlo al mar mientras comenzó a tirar con todo su esfuerzo.

¡Alfin, tengo algo!

Chopper: ¿En serio?

Pokke: ¿Creés que sea uno grande?

Al dar un gran tirón, se enteró que lo que mordió su anzuelo... Era un tiburón muy grande haciendo gritar en pánico a los tres.

Usopp: ¡Kyaaa, un tiburón!

Pokke: ¡Nos va a comer!

Cuando el pez dejó la cuerda, ya se acercaba a tratar de tragarse a los tres haciéndolos gritar en pánico.

En un intento desesperado, el reno tomó una de sus píldoras antes de meterla en su boca.

Chopper: ¡Rumble! 'Dijo al masticar'.

En eso, el pelaje del reno creció protegiendo al narizón y el pequeño haciendo que el tiburón muerda el pelaje dejándolo confundido.

¡Punto de Defensa!

El pequeño miró la técnica sorprendido con estrellas en sus ojos, a la vez que el narizón suspiró de alivio de salvar su trasero.

En eso, la bebé aterrizó sobre el pelaje sin daño alguno antes de rebotar y suspenderse en el aire nuevamente...

Y para sorpresa de algunos, ella seguía riendo como si nada. Literalmente la valentía fue otra parte heredada sin falta.

Y por supuesto, en el mástil se ve al espadachín nuevamente roncando como siempre con tranquilidad.

Pero eso terminaría cuando la bebé caía tan rápido que chocó contra él haciéndolo despertar con los ojos fuera de sus cuencas.

Y cuando estaba por desquitarse...

Zoro: ¡Oe, ¿Qué es lo qué-?!

Se fijó que la bebé aterrizó sobre su estómago mientras aplaudía y reía sin parar confundiendolo sin entender bien que sucedía.

¿Tú otravez? ¿Acaso querías matarme?

La bebé seguía riendo antes de quedar cara a cara con el espadachín quien comenzaba a incomodarse... Y ella volviera a reír confundiendolo más.

¿Qué es lo que quieres?

En eso, la bebé miró hacia arriba ante la brillante estrella solar levantando su manito deseando tocarlo, pero no funcionaba.

El peliverde miró donde observaba la pequeña tratando de saber que era lo que quería.

Y aunque no sabía bien que era, volvió a mirarla para preguntar...

¿Quieres subir?

Al decirlo, la pequeña lo miró con sus ojos brillantes confirmando las sospechas del espadachín.

Entonces, vemos al peliverde saltar por el mástil con la bebé en sus hombros hasta llegar a la punta teniendo una gran vista del mar.

La bebé se sentía maravillada ante la gran brisa del viento, el oleaje del mar y el brillo del sol.

Ella levantó las manos esperando alcanzar esa gran estrella, pero al ver sus manos vacías, se deprimió sin éxito.

No te amargues tan fácil, nadie puede conseguir lo que quiere como si nada. No como yo al enfrentar al mejor espadachín del mundo.

La bebé dejo su depresión mirando con interés al espadachín al escuchar la palabra "enfrentar".

Sabes, cuando creí poder ganar contra alguien muy reconocido y temido por el mundo, pensé que cumplirá mi sueño y mi promesa muy fácil...

Pero me dí cuenta que... Aún estoy muy lejos de ese nivel, por eso me siento muy... Débil.

Para ser honesto, creí que ya era mi fin. Pensé que le fallé a mi palabra, y jamás me lo perdonaría.

La pequeña se recostó en la cabeza del peliverde dándole una pequeña sonrisa a este antes de continuar.

Cuando conocí a Luffy, creí que era un estúpido que quería darme órdenes solo por liberarme y reclutandome a su tripulación.

Por un instante pensé en matarlo y seguir mi propio camino, pero debo admitir... Que su instinto de capitán me cerró la boca.

Él me dió la libertad de hacer lo que quería aún si no estoy de acuerdo con él, desde ese instante... Me prometí a mi mismo... No fallarle a su palabra.

El peliverde miraba el paisaje nostálgico con recordar esos viejos días donde vivió su primer duelo perdido... Y dar una nueva promesa.

Flashback.

Teniendo la hoja levantaba entre lágrimas ante la presencia de Ojos de Halcón y la sorpresa de su capitán antes de gritar a los cuatro vientos...

Zoro: ¡Prometo que yo... No volveré a perder...! ¡¿Algún problema con eso... Rey Pirata?!

Y con una sonrisa, el hombre de goma le contesta satisfecho...

Luffy: Ninguno.

Presente.

La sonrisa del espadachín no sé borraba de su rostro al recordar esos grandes tiempos, eso estará bien guardado en su memoria.

Si tú encuentras a compañeros así... Asegúrate de molestarlos todo el tiempo y así estarán juntos siempre. Créeme, tu papá lo logró conmigo.

En eso, tomó a la bebé para estar frente a frente antes de darle una pequeña sonrisa pero sin quitar su cara de cascarrabias.

Y además, creo que tú eres la primera, ¿Sabes?

La bebé ladeó la cabeza sin entender bien lo que decía, hasta que sintió que él empezó a acariciar su cabecita confundiendola antes de decir...

Eres la primera mocosa...  A la que tolero sin fastidiarme.

La pequeña se había quedado mirando fijamente al peliverde quien volvió a incomodarse sin hacer nada por unos seg.

Pero sus pensamientos serían callados cuando la bebé puso sus manitas en sus mejillas y juntar sus frentes a la vez que cerraban los ojos.

Ante él, esto era otro ataque sorpresa de afecto que lo dejaba desconcertado sorbe que hacer ahora.

Hasta que la bebé abrió los ojos antes de darle una tierna sonrisita que al parecer lo ablandó... Al menos un poco por así decirlo.

Ya parecía que está vez, el peliverde sería quien comenzaba a encariñarse de alguien como una simple mocosa moja pañales.

Y aunque sería la burla de todos si lo supieran, ya no le importaría... Aunque eso no ayudaría a su orgullo, pero eso es otra cosa.

De repente, sintió un toque en su nariz siendo la bebé quien puso sus manitas sobre este... Hasta apretarlo con fuerza.

El peliverde gimió adolorido ante el agarre de la bebita mientras que está comenzaba a reír con una gran y adorable sonrisa.

Empezó a tirar de ella con tal de que lo soltará, pero ella se aferraba tan bien a él que no le sorprendió al ser hija de un monstruo como Luffy.

Y cuando alfin pudo liberarse, su nariz estaba muy roja que hasta bombeaba pareciendo un chichón siendo pura comedia para la bebé.

Aunque eso...

¡Hasta aquí! Eres una bodoque muy fastidiosa, ¿Sabes? 'Dijo bajando del mástil'.

Era lo que derramó el vaso.

Mientras el hombre de goma.

Este se quedó mirando al mar sin muchos ánimos ni energías, solo suspiraba y suspiraba lleno de depresión.

Era la primera vez que se sentía afectado cuando la navegante lo ignoraba, mucho más que cuando se enojaba al ver que la secuestraban.

Estaba tan perdido que su mente era de blanco puro de no pensar en nada, hasta que unos gruñidos se escuchaban cerca.

¡Oe, Luffy! 'Llamó a su capitán'.

Este volteo para ver a su mano derecha bajar del mástil con su hija en brazos confundiendolo por un momento.

Cuando el peliverde se acercó, puso a la pequeña en los brazos de su capitán de tan mala gana que lo dejó extrañado por un momento.

Encárgate tú, ella solo quiere matarme.

Luffy: ¿Eh? ¿Qué pasó? ¿Y porque te cubres la nariz?

Y este en lugar de responder, solo apartó la mirada sin decir más de lo necesario.

Zoro: Olvida eso, solo aleja a esa demente de mí.

En respuesta de la bebé, ella resopló antes de darle un bocinazo con la lengua haciendo gruñir al espadachín a punto de querer estrujarla.

Ella solo comenzó a reír mientras aplaudía con tanta inocencia que el peliverde no hizo más que suspirar y negar con la cabeza antes de irse.

Maldición, si no fueras tan juguetona juro que yo... Agh, ¿Para qué me molesto? 'Susurró para su mismo'.

La bebita miraba a su tío irse sin dejar de dar sus carcajaditas de lo divertido que es molestarlo.

Hasta que su posición se giró a ver el mar siendo su padre quien volvía a hacer lo mismo como si ella no estubiera aquí.

Por un momento, la bebé pensó que su padre estaba admirando el mar, pero al levantarse se fijó que en sus ojos había poco brillo.

No sabía que hacer, ni siquiera lo que pasa, aunque parece saber que algo malo en el pasaba.

En eso, el capitán solo volvió a suspirar al recargar su cabeza en la mano mientras hablaba consigo mismo.

Luffy: No sé que hice mal, solo le dije lo que pensaba. Pero parece que la hice enojar... Otravez.

Agh, no lo entiendo. Mi estómago alfin dejo de hacer esos ruidos extraños. Pero... Quiero volver a sentirlo.

La pequeña seguía confundida con lo que decía su padre. No pudo hacer más que ladear la cabeza sin saber que hacer.

Hasta que su atención se fijó en tres aves volando sorbe ellos siendo dos aves mayores y una pequeña.

Cuando los vio, su cabecita diviso a ella junto a sus padres pasando el tiempo juntos felices haciéndola emocionar ante ello.

Así que llamaba a su padre moviendo su cabeza haciendo que este la mirara aún con tristeza sin expresión.

Ella estiró los brazos apuntando a las aves para que los viera y vea lo mismo que ella vio en su mente.

Pero el hombre de goma solo se fijó en su hija apuntando al cielo haciéndolo divisar a la navegante con la misma sonrisa y ese brillante rostro.

Ante ello, su corazón volvió a palpitar sorprendiendolo  haciéndolo levantarse rápidamente confundiendo a su hija ante su acción.

El palpitar no dejaba de sonar en su pecho con mentalizar a la navegante y las veces que el y ella se encontraban juntos después de un combate.

En eso, recordaba la vez que el fue a enfrentar al "León Dorado" dando el hecho de que no dejaría que ella se separará de él antes de vencerlo.

En esa ocasión, no pensaba en nada más que la seguridad de ella, su estado, especialmente su regreso con todos... Con él.

Ante ello, solo pudo formar una sonrisa en sus labios antes de mirar a su hija y cargarla en lo más alto confundiendola aún más.

Luna... ¡Gracias! Me hiciste ver muchas cosas sobre tu mamá... Ahora lo sé... ¡Se como arreglar esto!

En eso, salto del león para bajar y correr confundiendo al resto quien lo miraba extrañado.

Cuando el capitán vio a la arqueóloga, se acercó a ella antes de pedirle una cosita.

Robin, ¿Podrías cuidarla por mi? Tengo algo que hacer. Adiós 'Dijo al dejar a Luna con ella'.

La bebé no comprendía para nada lo que su padre hacia, pero para la pelinegra... Era algo que ya la tenía impaciente.

El capitán avanzaba a su habitación mientras llamaba a los chicos para que vengan con el confundiendolos aún más.

Pero además eso, ya solo faltaba una cosa... Y ellos ya tenían esa respuesta...

*Está vez, se cómo arreglarlo*

En cuanto a la pelinaranja, se podía decir que compartía ese mismo objetivo con su capitán con todas sus ideas listas.

Nami: *Esta vez, se cómo hacerlo*

Ambos comenzaron con algunos tropiezos, pero se levantaban poco a poco y se acercaban por el mismo sendero.

Ya pasaron por mucho al empezar está familia, pero ya era el momento. Solo les quedaba un último paso final.

Luffy y Nami: *¡Está vez... Se lo diré todo!* 'Pensaron decididos'.

Dónde los corazones... Se encontrarán... Y finalmente... Se volverán uno solo...

CONTINUARÁ.

Woof, alfin. Solo un cap más chicos, uno más. Después de tanto relleno, alfin llegó el momento que yo y ustedes estaban esperando, espero que les encante este relato como a mi. No olviden dar su voto y comentar a su gusto.
Bueno, sin nada más que escribir.

HASTA LA PRÓXIMA.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top