Un Camino de Dolor

Sentado sobre una roca su mirada examinaba su cuerpo secretamente, los brotes le marcaron la piel de un rojo suave, su espalda goteaba levemente con carmín, no tardarían en llegar y no dudaba en que al momento una oleada de preguntas lo azotaría. Subió sus ojos hasta el pecho donde la flor roja se acuñaba, quería arrancársela de una, era consiente de lo que aquello ocasionaría.

La mala suerte lo seguía a donde iba, sin importar que tanto escapaba siempre lo hallaba, los pasos se acercaban a su lugar, ya llegaron, tembló por un momento. Su vida durante el último par de años fue una completa mentira que con desespero se creo, tanto temía al dolor que simplemente se oculto en un nuevo mundo lejos del real. Que decepción de ser humano y cazador, debió aguantar un poco más.

--¡La maldita Luna Superior Gyomei! --Agachó más la cabeza buscando esconder la cara de la pelea pero su nombre era mencionado muchas veces, de nuevo demostró no ser digno de pertenecer al cuerpo de cazadores cuando se quedo sin hacer nada. Miro sus muñecas llenas de puntos ligeramente sangrantes, sin darse cuenta había estado arrancando cada nuevo brote.

--¿Te duele mucho? --Alzó la mirada para observar a ver a la joven de ojos morados tomando con cuidado el brazo- Los mosquitos deben ser muy molestos en estos rumbos ¿Qué te hiciste aquí Tomioka?

--...Lo siento... --Se quedaron quietos unos instantes- No recordaba que... ya sabes...demonio --Las palabras se atoraban en lo profundo de su garganta.

--Lo que dijo, sobre el Hanahaki ¿Es cierto? --Asintió, ya lo tenía claro -- ¿Puedes contármelo?

Desde que se unió a Urokodaki para entrenar supo el chico con el que pasaba los días le gustaba, la sonrisa de Sabito animaba sus mañanas después de una pesadilla con la muerte de su hermana, estaban juntos la mayoría del tiempo sino es que todo.

Listos para la prueba final se prometieron sobrevivir y convertirse en los pilares, secretamente se juró que luego de esto se le confesaría pero el destino es cruel, su amigo se sacrificó para salvarlo frente a sus ojos. Regresando con su maestro cargo con la culpa del descenso del alegre chico a la par que jóvenes pétalos se plantaban en su garganta. Se idealizo que nunca más amaría a alguien aparte de Sabito, la enfermedad no avanzó tanto en los años gracias al odio que sentía por si mismo ¿Irónico, no?

En las habituales reuniones de pilares una cara nueva se posó junto a ellos, no lo recordaba del todo, resulto ser el hijo del antiguo pilar de las llamas ¿Existía uno antes que él? No le prestaba atención a quienes eran sus compañeros realmente, su mente era ocupada por pensamientos no muy felices empero ese joven llamó de inmediato a su corazón. Al no ser alguien sociable se le complicaba entablar conversación con el de cabello flameante, sin embargo eso quedo en segundo plano cuando el que se acercaba era el otro.

Mes a mes su mundo se volvía tan brillante como lo fue alguna vez, ¡No sentía raíz alguna en sus pulmones! Creyó haber encontrado la cura a su condición, que imbécil fue.

Su desesperación y enamoramiento le cegaron completamente de su alrededor, de las sonrisas que se dedicaban el mayor de los Kamado y el Pilar, sus salidas frecuentes, las miradas cómplices, suaves toques de manos. Ninguna de las señales le llegó, eso hasta que sucedieron los acontecimientos del tren infinito; apenas el Hashira salió de rehabilitación se confesaron su amor, verlos juntos fue la gota que derramó el vaso, las flores crecieron al instante y de forma despiadada mientras analizaba los momentos de esos dos. En corto notó que le costaba usar su aliento a medida que el tiempo pasaba.

Tomando una decisión se dispuso a hablar con Oyakata-sama para informarle de su salida del cuerpo de cazadores pero su caminar se truncó al recordar una escena que terminó por devastarlo: Bajo uno de los tantos árboles de glicina Tanjiro se inclinó hacía Rengoku quien terminó por levantarlo de la barbilla y plantar un beso en sus labios. Eso lo destrozó.

Sin plan alguno corrió a su finca tomando lo que consideraba necesario, aunque a mitad de su plan un ataque de tos se presentó, la cantidad de sangre revuelta con pétalos le aterró pues ni con sus dos manos logró detenerla de caer al suelo dejando una mancha enorme. Lloró a mares mientras su cabeza lo golpeaba con la escena una y otra vez, tropezaba con cualquier cosa en su camino, incapaz casi de sostenerse a si mismo. En otro ataque de arcadas soltó todo de golpe y con su mejor caligrafía le dejó un escrito a Oyakata-sama explicando el porque nunca volvería a verlo aunque debió darse cuenta que con cada jadeo más liquido se derramaba sobre la hoja dejando ininteligible, ya sin tiempo huyó del lugar sin rumbo. De vez en cuando se detenía para dejar salir los pétalos mortales acumulados en su interior, al seguir con su andar su velocidad disminuía.

En una noche de Luna llena justo en medio de un paramo el demonio se presentó con intentas ganas de batalla, si iba morir que fuera ayudando al futuro prospero que les aguardaban a sus compañeros. Blandió su nichirin atacando con la tercera postura: danza de las corrientes, eso marcó el inició de la feroz batalla entre el pilar y Akaza.

Su cuerpo se desgastaba a cada movimiento, su final estaba cerca, las constantes burlas del de cabello rosa solo avivaban la flama de enojo y frustración que se consumía en su interior; encima de la colina se preparó para dar el golpe de gracia hasta que escuchó de nuevo la mención de Kyojuro y el tren. Sin poder resistir más su corazón se rompió, literalmente, en ese momento sufrió la conocida miocardiopatía de Takotsubo fusionado con las raíces apunto de perforar sus pulmones, le rogó a la muerte llevárselo de una vez para evitar el sufrimiento que se extendió por casi minutos. Cerrado sus ojos su cuerpo sucumbió al cansancio y con su último aliento alcanzo a profesar una sencilla palabra.

-...Kyojuro... --El peso del cuerpo fue tomado por la gravedad tirándolo de espaldas, sin saber porque una sensación de paz lo abrazó, respiraba sin complicaciones aunque su piel tenía una rara percepción a su impresión, su mente se nubló por completó. Se vio a si mismo en caminando en dirección a una luz, al fin iría con Sabito. Sorpresivamente lo que halló fue un tranquilo con una suave voz de fondo.

--Ya veo, Tomioka debiste contármelo, hubiese buscado una forma de ayudarte, por eso todos te odian --Le respondió con preocupación y una mirada dolida escondida en su sonrisa.

--Aunque hubiese ido contigo no habría mucho que hacer, es mi culpa --Por detrás se acercaba el Pilar del Sonido.

--El ambiente esta muy deprimente, que fastidio --Uzui se aproximo a donde los otros dos estaban --.Estás pálido, pensé que tu piel no se podía volver más blanca --Pensamientos horribles se acumulaban en su mente, si algo le hubiese llegado a suceder a Shinobu y los demás no se lo perdonaría ¡Dios Santo, casi los mata! Gerberas blancas se extendían a los pies de sus compañeros --Esto si es extravagancia

--Lo siento... De verdad lo lamento --susurró apenas audible.

--Ara Ara, gerberas blancas, si que lo sientes Tomioka-san

--Hay que llevarlo con Oyakata-sama y contarle todo --habló el más alto --. Apurémonos para evitar otro encuentro con demonios.

Asintieron iniciando el caminar, tomando delicadamente la manga de Genya el azabache le hizo un gesto para que se acercase.

--¿Todo bien señor Tomioka? --Se agacho hasta su altura para oírlo mejor.

--Es que yo... No puedo pararme --Desvió la mirada algo avergonzado.

--Oh, no se preocupe, yo le ayudo --Sacado una pequeña navaja cortaba a tajos los tallos que presionaban las piernas del mayor.

--¡Ustedes dos no se queden atrás!

--¡No Uzui-sama, ya vamos! Casi terminó --Unos últimos navajazos liberaron las piernas --Ahí esta.

--Muchas gracias Genya, por todo --Le dedicó una sonrisa pequeña haciendo que ahora fuera él quien moviera el rostro.

--No es para tanto --dijo nervioso.

--Tienes un buen manejo con las armas y puntería excelente, ninguna de los disparos me dio. Eso es de admirar --

-¿De verdad crees eso? --Asintió --Muchas gracias señor Tomioka, significa mucho viniendo de un pilar aunque mejor nos apresuramos o nos dejan atrás.

--¿Falta mucho para llegar? Me muero de hambre --mencionó con fingida molestia

--Traigo algo de comida, para no tener que detenernos --le respondió Shinobu. 

--Señor Tomioka, ¿Desea algo de comer? --Extendió su mano con un poco de comida.

--No gracias Genya, come tú --declinó de forma educada la oferta.

--¿Seguro? Se ve pálido aun, Nemi ¿Es normal? --Sanemi se avergonzó por el tonto apodo.

--Te he dicho que no me digas así --Se volteo para mirar bien a quien se refería --Pareces muerto viviente.

--¡Hermano!

--Es la verdad, déjame ver --Revisándolo mejor si estaba pálido --Oye imbécil, ¿A ti que te pasa? --Tomioka pensó un poco

-Sanemi esta es mi tez- No parecía muy contento por su respuesta- Supongo que algo de luz no hará daño. Se dirigió a donde alumbraban algunos rayos parándose directamente en ellos, de hecho se sentía mucho mejor --Creo que no te equivocaste, felicidades.

-Claro que no lo hice, quédate ahí unos minutos, si te desmayas no te cargaré --El ambiente era algo tenso aprovecharon para descansar de la larga caminata; por su lado, Muichiro observaba detenidamente a Tomioka, se quitó el haori para absorber más calor, el detalle que captó la atención del más joven fue en su pecho. La flor roja se cerraba y ocultaba dando paso a una distinta, similar en forma pero diferente en color siendo ésta de un azul vibrante.

"Escuche que ya despertó el Lirio Azul y no podía esperar a verlo..."

-Mierda --Rengoku le reprimió por el lenguaje pero no le dio importancia- Tomioka, esa flor...

-Ah esto --Lucía apenado, buscó su haori pero sin esperar se lo quitó de las manos.- Yo... Es solo un...

-Lirio Azul --Le interrumpió interceptando la atención de los demás.

-Sí, lo es --¿Debería contarles? Vio al niño acercarse y por inercia dio un paso atrás- Es muy frágil.

-Giyuu, necesitas tenernos confianza y contarnos lo que sea para poder protegerte adecuadamente- No, si hacían eso morirían, cada persona con la que estuvo murió por lo mismo.

--Ayúdanos a ayudarte --Rengoku sonaba más preocupado que los demás.

--Yo... --Soltó un largo suspiro, debe hacerlo --No se porque pero esta es la única flor que no salió del todo de mi interior. Las raíces están muy enterradas... Si searranca puede quw muera --Se quedaron estupefactos, no entendía como pero era consiente de esa posibilidad.

-¿Morir?- Asintió.

-Además --Ojala no se arrepienta, subió las mangas del yukata mostrando puntos que de lejos se confundían por pecas pero de cerca se veía claramente como retoños --Trato de controlarlo, nunca lo había hecho despierto. Solo me imaginaba la planta que quería y aparecía frente a mi, no es como si pudiera ver el exterior.

-Debes cuidarte Tomioka -- Solo dijo eso y se volteó, el rubio estaba extrañamente distante.

--"Eres un idiota, ¿Cómo no iba a estar incómodo, después de lo que dijo Akaza?" --pensó.

-Hay que avanzar antes de que la noche nos alcance- Reanudaron su andar hacía una casa de acogida cercana, de ida habían descansado ahí por lo que era una buena opción por las glicinas; la gran puerta se abrió dejándolos pasar. La anciana les entrego ropa y les indico los baños.

Hace tanto que no se deba un baño caliente, extrañaba eso sin duda, cerca estaba el baño común de los hombres pero la verdad deseaba estar solo en esos momentos.

-Aun cuando lo salvamos sigue siendo un engreído de mierda --escuchó decir al Pilar del viento.

-Nemi, no diga eso, puede escucharlo

-Es la verdad, si Shinobu estuviera aquí diría algo como que por eso todos lo odian --le refuto el mayor.

Unas ondas se formaban en la bañera, no recordó dar permiso alguno a esas lágrimas de salir como si nada; ellos tenían razón, con su mano trataba de silenciar los sollozos próximos a escucharse sino era discreto. De sus extremidades rosas malvas se asomaban, si las veían lo descubrirían. Sin pensar en las consecuencias comenzó a tomarlas desde el talló y arrancarlas brutalmente dejando a su paso un rastro de sangre que manchó el agua. ¿Por qué no se detenían?

--"Haz que paren Giyuu"--se decía a si mismo. El ardor incremento pero eso no lo detuvo en su tarea. Oh no, el agua. Con terror observó el color, eso era malo, muy malo. Su cuerpo entero sufrió un escalofrió y como si su vida dependiese de eso Tomioka vació el agua, se puso la bata entregada por la dueña con tal de adelantarse al cuarto, no cenó ni nada por el estilo, se acostó en el futón quieto simulando dormir.

La plática pasó del baño al comedor, preguntaron por él así que alguien fue a buscarlo encontrándolo en esa posición.

-Esta dormido --les mencionó el rubio.

-A la mierda con él, seguramente piensa que estamos muy debajo de su nivel para comer con nosotros --Mentira, él no era quien para acompalarlos

Aguantó más sollozos penosos, la misma picazón de antes se presentó dándole a entender que más flores aparecerían y sin piedad por su persona se concentro en arrancarlas, se perdió en sus pensamientos que dejó de oír lo que decían.

-¡No digas esas cosas, Tomioka es una gran persona! ¡Él no pidió nada de esto!

-Rengoku, con todo respeto, para ti la mayoría de la gente es buena --contradijo Uzui

-Shinazugawa déjate de quejar, puede que sea la clave para derrotar a Muzan --le regaño la chica.

-No lo regodees tanto Shinobu, ahora tenemos a una Luna Superior detrás de nosotros --Tomo un poco del sake con fastidio. Si de por si Tomioka ya era presumido no se lo imaginaba ahora.

[•]

Levantándose sigilosamente camino hacía el pequeño jardín, sus ojos estaban hinchados de tanto llorar, pronto se le pasaría, ya tenía experiencia en eso; con la Luna en un alto punto recordó las noches donde soñó conocer al hombre que lo cuidaba a pesar de todo, ahora no era más que una pesadilla, miró expectante el delicado lirio, si se lo sacaba ahí y ahora Muzan no obtendría lo que quería y liberaría a sus compañeros de una carga como él. ¿Dolería? Rezaba porque no, creyó haber sufrido lo suficiente. Con su mano derecha presionó la planta con fuerza.

"Cuídate Giyuu, te amo con todo mi corazón"

El recuerdo de su hermana azotó su mente, ella había dado todo por él ¿Y así se lo pagaba? Que ingrato de su parte, respiro para calmarse y disfrutar de la Luna, el sueño se había ido hace mucho, durmió dos años era obvio que no estaría cansado. Entre los bolsillos halló el accesorio que traía puesto al momento de abrir los ojos, lo apretó en su pecho para dejarlo donde antes, si iba a ir con ellos no sería una carga.

¿Cómo estan todos? Espero que les este gustando esta historia porque a mi sí.

Aquí abajo les dejaré algunos datos de hoy.

Significado de las flores:

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