Prologo

De nuevo estaba allí, en ese gran campo de flores, ¿Cómo es que había llegado a eso? Caminaba entre los cientos de flores que descansaban en el suave pasto, eran tan bellas; tonos azules, blancas como la nieve, algunas rosadas, otras moradas, una más bella que la otra.

Detuvo sus pasos cuando al fin estuvo frente al gran ovillo de arboles, ¿Quién diría que una Luna Demoniaca se encontraría en un lugar así? Admiró un poco más los sauces antes de colarse entre las ramas con movimientos a bien aprendidos hasta llegar al centro.

Los rayos de la noche se colaban entre las ramas haciendo más mágico el lugar. Situado entre otras tantas flores un bello cuerpo descansaba plácidamente en aquel lugar, casi completamente cubierto, su cara demostraba una inmensa belleza y tranquilidad. La piel pálida se distinguía entre los lirios rojos que rodeaba la figura. Cualquiera que lo viese pensaría que esta dormido, y se podría decir que así era.

—Hola, lamento mucho la tardanza, Giyuu —Somriente se acercó al joven— Te he traído un regalo, es un broche; cuando lo vi pensé en tus ojosn—Con delicadeza coloco el accesorio sobre el lado derecho del cabello —Sigues igual de lindo desde aquella vez.

Se pregunto tantas veces cómo es que terminó sintiéndose así, con la necesidad de estar al lado de la persona que se recostaba tranquilo del mundo pero su mente le contestaba casi al instante con un recuerdo.

De por pura casualidad fue ese encuentro, regresaba de otra fallida búsqueda para su amo,  estaba fastidiado, primero, no logró asesinar al pilar de la flama, segundo, el dolor de cabeza llamado Douma no había dejado de molestar todo el tiempo que estuvo en la reunión siendo reprimido por su desempeño en el tren. Para acabar, las estúpidas flores en su garganta no habían hecho más que hacerle perder los estribos. Maldito pilar. Maldito Kyojuro. Odiaba que le causará esa enfermedad.

En medio de sus pensamientos una presencia fuerte le saco de su cabeza para obligarlo a observar alrededor, sin mucho esfuerzo dio con un hombre frente a él: cabellos negros como la oscuridad, ojos azules, piel pálida, mejillas sonrojadas y fuertes jadeos. Comer una presa antes de volver no le haría mal.

¿Qué tenemos aquí? Mala suerte para ti chico —Mirando con más detenimiento observo la nichiri que portaba —¿Eres un cazador? Mejor aun, me ayudaras a desquitarme —Con un ataque rápido busco dar con su pecho pero se sorprendió con el hecho de haber sido bloqueado con facilidad.

El cazador tampoco se quedo sin hacer nada, reconoció a la Luna Demoniaca y sin tiempo que perder se posiciono, ataco con tantas posturas. Akaza lo evitaba, debía reconocer que era un digno oponente pero seguía siendo un humano y él una Luna Creciente.

—Quiero sabes tu nombre, anda, dímelo y puede que te de piedad —Sus movimientos eran gráciles y delicados, una técnica sorprendente pero le extrañaba su personalidad tan silenciosa —.Eres muy callado, al menos Kyojuro me daba alguna respuesta —Eso pareció enfurecer más a su enemigo pues vio que su mirada cambio por un segundo y sus ataques eran más fuertes. No diría que le estaba costando pero si que le quitaba muy poco terreno.

—Si que eres callado pero yo amo hablar así que no pararé de preguntar por tu nombre, Pilar —Se acercó a él para darle un puñetazo limpio— Y si es necesario lo sacaré a la fuerza.

Escucho una fuerte tos, viéndolo por unos minutos se sorprendió por encontrar pétalos ensangrentados sobre ese vacío campo haciéndolo detenerse al instante con sorpresa.

"Hanahaki"

A cada minuto aparecían más y más: desbordaba lagrimas, jadeos excesivos llenos de dolor, uno que por alguna razón pudo entender. Con esfuerzo el azabache se levanto y blandió una vez más el arma, la pelea siguió pero se notaba que en cualquier momento ese chico se desplomaría, era de admirar sin duda. Ya sobre una colina ambos se miraron desafiantes. Listos para dar otro golpe.

—Me alegra haberte hallado pilar, amaría recordar a alguien con resistencia a esa enfermedad, es triste que no pueda ver todo tu potencial —Lo notaba cansado, listo a desfallecer —. Esas flores dificultan tu respiración ¿no? Puede que hayas sido hasta más fuerte que Kyojuro.

El cazador de rodillas con fuerza tomaba su boca y pecho tratando de encubrir el dolor; Akaza se acercó interesado, el sufrimiento le era un gran espectáculo, noto los pétalos y hasta sintió las irregularidades de los latidos del contrincante. Pronto se desmayaría seguramente. Un pequeño susurro le obligó a tomarlo en brazos.

Frente a sus ojos presenció como las flores brotaban sin detenimiento, decidió que iba a hacer algo. Con un corte dejó caer gotas de su sangre sobre las mortales plantas, las cuales salían del cuerpo sin dañar al hombre.

Sí, algo parecido había sido su primer encuentro con Tomioka, un encuentro que lo marco permanente y lo mantuvo encadenado.







¡Hasta aquí el capítulo! La verdad aun me faltan editar varias cosas pero creo que va bien la historia. Espero que les guste y que tengan un lindo día.

Su autora se va, ¡Bye¡
Dato de La Era Taisho

♡Aunque Tomioka hubiese querido él no podría decirle su nombre a Akaza debido a que apenas abrir la boca habrían caído decenas de pétalos.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top