El Príncipe Durmiente
Era imposible que ese fuera su compañero muerto, todos habían creído que tuvo un fatídico descenso contra la misma Luna que casi acaba con Rengoku cuando éste se presentó con la las cosas ensangrentada del ex pilar buscando conocer el nombre del propietario.
—¿Tomioka? —Camino a donde el cuerpo reposaba alumbrado por los rayos del Sol, estaba igual que su último recuerdo solo que menos borroso, se agachó para analizar a detalle el cuerpo, respiraba aun —Tomioka, despierta —Movió de lado a lado al joven pero no halló signo alguna más que una expresión de molestia casi imperceptible.
Salió con algo de desespero en su andar y al momento que pudo acercó a su cuervo cerca de él para mandar un mensaje.
—Ve a la Sede, es urgente, avísale a todos que Genya y yo hemos encontrado a Tomioka Giyuu, pilar del Agua. Apresúrate —El ave partió rápido a su destino, se volvió a sumergir en el lago de hojas para comprobar que era correcto lo que sus ojos presenciaron.
Con detenimiento observo al azabache notando algunas cosas fueras de lugar: en vez del uniforme de cazadores vestía un sencillo yukata rojo acompañado por un broche sobre su cabello negro suelto que estaba más largo de lo que recordaba. Inspeccionando más notó un bulto al final de todo, moviendo las flores se dio cuenta que se trataban de los pies descalzos pero de los que parecían sobresalir parte de la flora que adornaba el lugar ¿Qué era todo eso?
Pasados unos días ya sobrevolaba el cuervo gritando por los cuatros vientos del lugar un mensaje que dejaba consternado a cualquiera que lo oyese.
—¡CAW MUICHIRO TOKITO HA ENCONTRADO A TOMIOKA GIYUU! ¡CAW, MUICHIRO TOKITO HA ENCONTRADO A TOMIOKA GIYUU! —A todos los que oían la noticia se asustaban pensando en el garrafal error del olvidadizo Muichiro, eso era imposible.
—¡Pajarraco baja aquí en ese instante!— El pilar del sonido espero hasta el mamífero se poso sobre si brazo y llegaron los demás para interrogar al mensajero —Ese mensaje, ¿A qué te refieres?
—Tokito Muichiro ha encontrado a Tomioka Giyuu en el área del pueblo de Umichite, mi amo lo ha visto con sus propios ojos y ha demandado que hagan algo —Les era raro pensar en que eso si quiera fuera posible, ¿Por qué no volvió? ¿Cómo sobrevivió contra un demonio tan poderoso? ¿Dónde se escondió?
La reunión con el Patrón no se hizo esperar, se posaron frente a él con gran respeto esperando su dictamen sobre la confusa situación, llenando el lugar de una calidez tranquilizadora, necesitaban ser guiados en esos momentos. Las niñas anuncian la presencia del líder de la Cofradía pero quien se presentó fue su hijo menor pues su padre seguía postrado en cama.
—Buenos días hijos míos, el cielo es de un hermoso azul —dijo el jovencito.
—Un gusto verlo Patrón, hemos rezado fervientemente por la salud de su padre y suya desde la última temporada que nos vimos —habló Himejima mientras daba algunas oraciones en nombre de su señor siendo correspondido por una sonrisa triste.
—Muchas gracias Himejima, me hace feliz escuchar eso. Ahora, he recibido el mismo mensaje que ustedes, mi sorpresa es grande pero no más que mi curiosidad de saber la verdad de este hecho. Es por eso que quiero mandarlos a ustedes pilares —Muy por sus adentros dudaban de esa orden, existían muchos riesgos.
》Suena precipitado, lo sé. Sin embargo existe la posibilidad de que esto sea obra de Muzan poniendo como anzuelos al Pilar caído. No quisiera más bajas innecesarias, por eso he decidido encargarles esta misión —Era cierto, la rara paz que ahora cargaba el mundo ponía los pelos de punta a la mayoría, necesitaban estar atentos —Kyojuro, Shinobu y Sanemi; ustedes serán quienes irán. Por lo que sé, Uzui, tienes una misión cerca así que si puedes ayudarlos me alegraría —terminó con una sonrisa.
Con algunas provisiones junto a ellos se despidiero ; Shinobu le encargo a las niñas de la finca algunas tareas antes de irse y les hizo prometer ayudarle a Aoi, Sanemi dejó al Pilar de la Roca dedicarle algunas oraciones, y Rengoku además de visitar a su hermanito recibió a alguien con él.
—Escuche que vas a una misión — Recargado en la puerta un joven de ojos rojizos se asomo a la habitación del Pilar —Por favor, regresa a salvo ¿Puedes? —Rengoku vio con ternura al menor, se acercó y deposito un tierno beso en su frente, Tanjiro levantó la mirada para darle un casto beso en los labios.
—Te prometo que volveré —Iniciando su andar decidió detenerse a medio camino y con su voz estruendosa dijo en tono burlón —¡Esta vez me aseguraré de no perderé el otro ojo! —Dio una última risa para marcharse definitivamente a lado de sus compañeros y amigos.
[•]
Con suavidad acaricio el rostro de su... amado, sí, creía que aunque fuera solo en su mente tenía derecho a llamarlo así. Recién podó unos pequeños brotes que amenazaban en cubrir el bello rostro apacigüe, debido a contratiempos no pudo visitarlo hasta esa misma noche donde la Luna en su más alto punto alumbraba de forma magistral al chico.
—Tomioka, he vuelto tras tanto, ese hombre me mantuvo ocupado un buen rato pero para ser sincero ya ansiaba verte. Después de tanto tuve un sueño, uno donde tu y yo comíamos juntos en un lugar parecido a este. Eso me hizo preguntarme cuál sería tu comida favorita, no seré el mejor cocinero pero te aseguro que no sabría mal.
Se acostó a su lado admirándolo de cerca, un sentimiento de nostalgia lo invadió sin supuesta razón y palabras que sin saber porque causaron un rastro de dolor en él.
》 Podríamos ver los fuegos artificiales juntos —El sentimiento se hizo tan fuerte que solo pudo pensar en abrazarlo.
Las lágrimas de Akaza se derramaban involuntariamente sobre su acompañante, con un agarre ligeramente más fuerte pedía que despertada en algún momento, ¿Por qué le era dolorosamente familiar la escena? Quería arrancar de lleno el sufrimiento pero de alguna forma deseaba recordarlo. A su alrededor las flores tomaron un brillo sutil aunque visible, que lo consolaba en su pesar.
—No se como lo haces Tomioka pero cada noche recuerdo porque... Te quiero —No era las palabras que dictaba su corazón a gritos, se rio de si mismo, enfrentaría a cualquier pilar sin miedo pero no lograba decir esa mísera frase —Te prometo que hallaré la forma de despertarte y te llevaré conmigo para vivir juntos —la idea de ir por las calles agarrados de las manos le emocionaba.
》Iremos a festivales, buscaré un lugar hermoso para que con la bendición de él hagamos recuerdos nuevos, y por mi ser te aseguró que veremos las estrellas fuera de este árbol —Con cuidado depositó un beso en el dorso de la mano, a pesar de no hablar para nada las flores transmitían exactamente lo que quería, siempre iluminadas ante su presencia y apagadas a su ida.
El amanecer se acercaba de forma inminente a a la vuelta de la esquina, con algo de dolor se despidió del chico, a medida que se iba notaba como todas las flores del campo se apagaban algo tristes, le grita que volverá sin duda, la flora se levanta casi con una sonrisa, sin duda era la parte más mágica de todo. De una u otra forma sabía que el azabache esperaría hasta oír su voz y eso lo alegraba en gran medida.
[•]
Llegados al pueblo Genya ya esperaba a todos con algo de comida, el lugar mantenía esa vibra alegre y mágica de la que siempre se caracterizaba, era obvio que ningún demonio atacó ese lugar. Eso hizo pensar a uno que otro sobre el cómo sería su vida si Muzan no hubiera ocurrido, si la tragedia no los golpeará.
—Apresúrate chico, hay que comprobar lo que nos dijeron —Genya le asintió a Uzui y comenzó su recorrido hacía lugar.
—El señor Tokito se adelantó pero ya debe estar en el lugar —Cuando llegaron no creían que existiera una vista así, el mismo paraíso estaba frente a sus narices, no dudaban que en cualquier momento apareciera alguien para avisarles que era el cielo lo que pisaban. Sobre la colina Tokito no dejaba de mirar los árboles pensando quién y por qué razón alguien haría eso, ¿Un demonio?
—Este lugar si que es fascinante, me gusta —Muichiro reaccionó a la voz del pilar del sonido volteándose para darles la bienvenida —, ahora ¿Dónde dices que esta Tomioka? —Señaló al montón de árboles consternando a algunos.
—¿Y bien, qué esperamos? Podemos estos árboles —Con su katana en mano Sanemi lanzó un ataque rápido antes de que alguien pudiera detenerlo causando un corte profundo —¿Pero qué carajos? —Lo que parecía algún tipo de sangre escurría de la herida.
—Detente Shinazugawa, no sabemos si esto es obra de un demonio, si nos apresuramos podríamos correr el riesgo de alertarlo y poner en peligro a la gente de la aldea —le regañó Shinobu molesta.
—Yo entré por arriba —mencionó casual Tokito, llevando las miradas a su persona —Solo hay que seguir el cerezo, espero que todos quepan —De un salto de dirigió a la abertura que utilizó la última vez que entró, algunos dudaban en seguirlo pero el primero en animarse fue Renogku.
—¡Si hay un cerezo, es enorme aquí adentro! Aunque es algo rebuscado, ¡Pero todo bien! —Dudosos subían entre las ramas buscando las flores rosas entre el frondoso fondo verde. Cuando el rubio mencionó que el lugar era grande no se esperaban el tamaño, los ocho pilares cabrían en una rama sin problemas. Fueron bajando con cuidados y atentos de cada movimiento del ambiente, Sanemi le ordenó a Genya quedarse afuera y vigilar si había peligro lo quería lejos.
—No puede ser —con los ojos bien abiertos veían la silueta tapada de flores, Shinobu se acercó más, perpleja por la mueca de dolor y lágrimas que acompañaban el rostro de quien reconoció como Giyuu — Sí es él.
—Imposible, se supone que había muerto, el maldito de Akaza lo mató — Como si pudiera escucharlos a la mención del nombre la mueca se relajó y la cantidad de lágrimas disminuyeron.
—Voy a revisar sus signos vitales, alguno de ustedes busque cualquier cosa que nos diga que es el verdadero Tomioka — Kocho se apresuró a revisar la respiración y latidos, eran tan tranquilos, nada irregular. Pensó que si fuera obra de un demonio no tendría la capacidad de aguantar el Sol aunque era mejor prevenir que lamentar.
—No sé que haya para reconocerlo, no es como si alguien lo conociera después de todo —Sanemi estaba algo frustrado, ¿Con que se supone que reconocerían al muerto no muerto?
—Parece reaccionar a ciertas cosas — Kocho se quedo pensando en algo que ayudará al pilar, por un momento se le ocurrió algunas frases, no había nada que perder —Hey Tomioka, no recordaba cuanto te odiaban los demás hasta que vi tu rostro —Un pequeño titubeo de su labio y un ceño fruncido se dibujó exitosamente en el otro.
》Aunque solo porque nos preocupamos por ti te compraremos Salmón con daikon ¿Te gusta la idea? —¡Eso! Se notaba su esfuerzo por despertar! Con minutos que pasaban Rengoku se dio cuenta que las flores crecían buscando el cuerpo inerte en el suelo, que poco a poco desistía de sus intentos.
—No me gusta nada esto, creo que si es algún arte demoniaco —Desenvainó su nichiri y cortó los tallos recién crecidos.
—Son las flores, no estoy seguro pero simulan algún tipo de calmante — Muichiro se pasó un buen tiempo vigilando el cuerpo, las flores de adentro le daban una sensación distinta.
—Si es así significa que hay una que controla todo —Sin nada que perder se pusieron manos a la obra en buscar, si lo que decía el más joven era cierto entonces esa flor necesitaba hallarse.
—¿Será esta Shinobu? —Sobre el área del corazón residía una flor muy particular, de tonos azules y pétalos similares a patas de araña. Sin embargo, su instinto gritaba "Error"
—No Uzui, si yo quisiera poner algo importante no lo haría tan evidente, sigamos buscando.—
—¡Shinobu! ¿Puedes venir? —La chica se acercó al pilar de la flama quien señalaba algo— Puede que solo sea mi vista jugándome una mala pasada pero hay algo oculto cerca del punto hichu*— Sí, se veía a duras penas aunque prestando cada vez más atención notó lo que era.
—¡Eres un genio Rengoku, encontraste la flor!— Trató de levantar el cuerpo sin éxito, se sentía como si algo jalada hacía abajo —Ja, no quieren dejar libre a Tomioka, que mal que no vinimos a discutir
》Las flores no nos lo dejarán nada fácil, hay que ser rápidos y precisos. Por eso haremos esto: Uzui, Sanemi levantará el cuerpo de Tomioka, ocupamos que cortes de forma veloz las enredaderas, cuando eso ocurra Shinazurawa tienes que irte a los más alto. Yo los seguiré por detras. Muichiro y Rengoku se encargan de que no lo vuelvan a atar en el suelo ¿Están de acuerdo? —Con sonidos de afirmación estaban listos en su lugar, no iba a ser tan difícil ¿cierto?
Sanemi no está a gusto con la idea de llevar él al durmiente pero se posicionó, usando bastante fuerza logró separar lo más posible el cuerpo del suelo y el platinado se apresuró a cortar los tallos. Casi al instante salieron más buscando a su dueño, se alejó y subió dando algunas miradas abajo. Las plantas se ponían más agresivas de lo imaginado, el color era opaco y grandes espinas crecieron.
—No les gustó que quitarás a Tomioka de ahí —Si fuera por él le gritaría por usar su típico tono burlón en esa situación, suerte que el esquivar algunas de esas ataduras lo distraía —¿Por qué no se acaban?
—¿Me lo preguntas a mi? La que sabe de esto eres... Carajo —Una de esas largas lianas se juntaba de algunas pequeñas que sobresalían de la planta baja de los pies del azabache, la fuerza con la que jalaban era señal de que no cederían — Mierda, ¿no se rinden eh? — Muichiro saltó a su lado y se encargó de cubrirles la espalda en el recorrido.
—Aquí estaremos a salvó por ahora, necesito que lo voltees —En la parte de la nuca jóvenes flores de almendro cubiertas protectoramente por claveles resaltaban en la pálida piel —Sin duda esas deben ser las causantes de todo esto.
—Entonces deshazte de ellas de una buena vez.
—No es tan fácil, es un punto vital en el Sistema Nervioso, podría hacer una incisión en la parte posterior del cuello pero es arriesgado. Traje algunas herramientas, puede que haya algo que me ayude pero primero hay que salir de aquí —Poniéndolo sobre su espalda el de cabellos blancos inicio el andar.
La salida no era lejos, llegarían en poco, eso sí no se dieran cuenta que los mismos árboles iban cerrando el paso, se juntaban sobre ellos como si de comerlos quisieran.
Shinobu cortó rama por rama hasta notar el mismo líquido cayendo, sus oídos captaron un ligero gimoteo. Volteando a su compañero dio con que sus ojos dejaban caer a mares lágrimas, se veía adolorido, mucho. Ojalá fuera una broma.
—Shinazurawa hay que volver, no podemos atacar los árboles —dijo apresurada.
—¿Y por qué no? Esa cosa no parece ser venenosa ni de un demonio... A menos que... — Se quedó callado ¿En verdad era posible que...?
—Temo que sí, debe estar muy arraigado con esto sobre todo, quizás si lo regresamos abajo calmemos las cosas aquí.
—¿Qué hay de la incisión? —cuestionó el Pilar.
—Ponlo de cara al suelo, veré como me las arreglo, ahora hay que bajar —En tierra firme no era mucho mejor las cosas, el Pilar había vuelto en ayuda de sus amigos, las plantas actuaban de manera más errática y agresiva que antes. Vieron llegar al par con prisa.
—Posiciónalo donde estaba, hagamos esto —Dicho y hecho, con el cuerpo puesto las atacantes se alejaron de todos para ir tomando el cuerpo, un par de raíces —pertenecientes a los árboles— con lentitud trataban de voltearlo bica arriba, sin embargo los otros no sé los dejaban tan fácil.
—Alguien deme su espada, acabaré esto de raíz —La operación prosiguió, cortó cada clavel que le impedía acercarse al punto hichu, en extremo cuidado fue realizando un corte lo suficientemente profundo para vislumbrar la raíz de la planta. Le consternaba la forma en que su compañero se retorcía por el dolor causado pero no había nada que hacer, así que con sumo cuidado fue sacando la flor.
Teniéndola al fin en el exterior la dejó a un lado y tomando un pañuelo que le proporciono el pilar del sonido vendo la herida, con un cuidado que se le da a la porcelana depósito de regreso a su estado original el cuerpo esperando ver resultados.
El ambiente se tranquilizó, un silencio se formó, miraban con expectativa que haya funcionado.
—Vamos Tomioka-san, tienes que despertar —le habló Shinobu.
—¿Tomioka? —Pronunció en tono suave Rengoku.
Y como por arte de magia un par de canicas del tono del mar se abrieron paso entre la luz.
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