Una Disculpa Y Una Pelea

Damián: Hola, director.

Clavel: Y pensar que una lesión así es lo único que ha podido hacerte regresar...

El joven estaba tumbado sobre la camilla con su pierna derecha vendada sobre la zona de la caída. No parecía que le molestase mucho, el más preocupado era Clavel.

Damián: Tengo cosas más importantes que hacer. Solo he venido aquí por Juliana.

Clavel: A ella no le pasa nada, tú eres el que está mal.

Damián: Sí le pasa. Necesita descansar después de... tanta aventura.

Clavel: ¿Y qué ha pasado en vuestra aventura, si puede saberse?

Damián: Pregúntale a ella y déjame en paz. ¿No te lo ha dicho Mimí? Necesito reposo.

Clavel: No dudo de ella, pero un poco de charla no te hará ningún mal.

Damián: No voy a quedarme en la academia, te guste o no.

Clavel: Solo quiero ayudarte. Me preocupa que no tengas un buen futuro.

Damián: Ya he terminado mi educación obligatoria. Puedo largarme de la academia y ponerme a trabajar cuando quiera.

Clavel: ¿Y de qué vas a trabajar? Cuando yo era joven, podías conseguir un trabajo decente aún sin los estudios mínimos, pero el mundo ha cambiado mucho. Ahora existen pocos trabajos sin cualificación.

Damián: Sí, sí, ya lo sé. Me pondré a estudiar pronto.

Clavel: Siempre dices lo mismo.

Damián: ¿Y qué? ¿Vas a volver a llamar a mi madre? ¡Adelante, tal vez al décimo intento te responda!

Clavel: Lo ha hecho.

Damián: ...¿Qué?

Clavel: Ella quiere hablar contigo - el director sacó su SmartRotom y la profesora Albora apareció en la pantalla.

Albora: Hola, Damián. Ha pasado un tiempo, ¿verdad?

Damián: ...¿Cómo tienes la cara de decirme eso?

Albora: Damián, yo... Estoy preocupada por ti.

Damián: ¡No me vengas con eso ahora! ¡Llevo años sin escuchar tu voz, ¿y ahora vienes haciendo como que te importo?!

Albora: ¡C-claro que me importas! ¡Soy tu madre!

Damián: ¡Una madre cuida de su hijo, no lo abandona en una estúpida escuela como si fuese un orfanato! ¡No eres mi madre!

Albora: ...L-lo sé... Me habría gustado haberlo sido.

Damián: ¡Ibas a decirme que tengo que preocuparme en mi educación, ¿no?! ¡Pues que sepas que tuve que aprender a cocinar, a limpiar, a hacer las tareas del hogar, a cuidar de Mabostiff yo solo!

Albora: - Suspiró - Pero te di casa y nunca te ha faltado nada, ¿no es suficiente?

Damián: ¡Evidentemente no! ¡¿Tan inteligente que eres y no puedes entender algo tan simple?!

Albora: ...No, no lo entiendo. Estas cosas me superan... Pero creo que deberías dejar estar lo de Mabostiff; hay cosas que simplemente no tienen solución.

Damián: ¡Mabostiff ha sido el único que ha estado siempre conmigo; no puedo abandonarle! ¡Y menos ahora que he encontrado las especias ocultas! ¡¿Las recuerdas?! ¡Son de ese libro que tanto te gustaba! ¡No pienso parar ahora que por fin he encontrado como curarle! 

Albora: Así que las has encontrado... No te voy a llamar más, pero Clavel te dará mi nuevo número por si quieres llamarme tú a mí y hablar un poco y...

Damián: Ni te molestes, Clavel.

Clavel: Damián...

Albora: - Suspiró - Bueno, respetaré tu decisión. Solo cuídate, ¿vale? No me gustaría que arruines tu futuro. Te... Tengo que irme...

No había terminado la frase y la profesora ya había colgado. Aún así, su hijo se quedó por unos cuantos segundos más observando la pantalla. Clavel también se mantuvo en silencio, sin poder encontrar una lanza que romper a favor de Albora.

Damián: Tú la conocías, ¿no Clavel?

Clavel: Sí, fuimos buenos amigos.

Damián: ¿Tú también la has notado rara?

Clavel: ¿A qué te refieres?

Damián: Es la primera vez que la veo preocupada por mi futuro.

Clavel: Sabes que en el fondo te quiere.

Damián: No, o al menos no más que al estúpido Libro Escarlata o que a Koraidon.

Un sonido de sorpresa no fue ahogado a tiempo, alertando a Clavel de que estaban espiando la conversación. El que no parecía alarmado era Damián.

Damián: Salir de una vez.

Clavel: Es una grave falta de respeto espiar conversaciones ajenas.

Kendra: Oh, vamos. Esto se estaba poniendo muy interesante.

Damián: ¿De verdad te parecen tan interesantes mis problemas familiares?

Kendra: ...Dicho así suena mal. 

Mimí: ¡Claro que no! Discúlpala, tiene menos tacto que un Cacturne.

Damián: Ya lo veo, ya.

Kendra: Pero si eras tú la que quería hacerlo.

Mimí: P-pero no sabía que era un tema tan privado.

Juliana: ¡Tú no te vas a librar! ¡Estábamos todos en esto! Spring, ayúdame.

El Floragato salió de su pokeball y empujó al cuarto espía contra el marco de la puerta.

Istvan: ¡Ay! ¡¿No crees que eso ha sido un poco brusco?!

Clavel: Creo que no es el momento de gritar, Istvan.

Istvan: ¡Lo siento mucho director! ¡No volverá a pasar!

Juliana: Estás gritando otra vez, ¿sabes?

Kendra: Hay que ver novatillo. Que el dire te eche la bronca no es algo que se vea todos los días.

Mimí: ¡Pero si nos la ha echado a todos por espiar!

Clavel: ¡Ya basta! Si habéis escuchado, sabréis que Damián no quiere hablar con nadie en este momento.

Istvan: Pero Mimí tiene que revisar que se esté recuperando bien.

Mimí: Supongo que puedo esperar un poco.

Kendra: ¡Si es que eres un encanto, Mimí!

Juliana: Kendra, baja el volumen.

Kendra: Perdón.

Clavel: Muchas gracias, Mimí. Ahora, vayámonos todos...

Damián: Juliana se queda.

Juliana: ¿Eh?

Clavel: Muy bien. Juliana, tu hermano también quiere hablar contigo y no parece muy contento. Luego deberías buscarlo y hablar con él.

Juliana: - Pensando - ¡¿Encima se enfada él?! ¡Yo soy la que está enfadada!

Clavel: Supongo que no vas a contarme que ha pasado, ¿verdad?... Juliana, mi deber como director es ayudar a mis alumnos y no me gustaría nada que Florian termine odiándote. No cuesta nada que habléis un poco, ¿no crees?

Juliana: No se preocupe, hablaré con él.

Clavel: Me alegra oírlo. Bueno, descansad los dos, debéis haber tenido una búsqueda del tesoro muy ajetreada.

Juliana: - Pensando - Ni te imaginas.

Con Clavel y los profesores abandonando la habitación, solo quedaban Juliana y Damián allí. Nuestra protagonista se sentó en el borde de la camilla con mucho cuidado de no apoyarse en la pierna de Damián.

Juliana: S-Siento no haber venido antes... Estaba muy cansada y tenía muchas cosas en la cabeza. Ni siquiera he ido a hablar con Koraidon, Nieve y Leo...

Damián: Te traje ayer.

Juliana: Y-Ya... He descansado mucho. ¿Tú cómo estás?

Damián: Cojo.

Juliana: Pero con unas muletas debería de estar solucionado, ¿por qué sigues en la enfermería?

Damián: Para qué tú puedas quedarte en mi habitación mientras cambian la cerradura de la tuya, y supongo que Mimí quiere tener a alguien con quien hablar, porque no se calla ni debajo del agua. ¿Sabías que quiere dar clases de medicina pero no pudo pasar la prueba necesaria?

Juliana: Sería increíble tenerla de profesora, con lo simpática que es.

Damián: Hoy sí tienes ganas de hablar, ¿eh?

Juliana: No mucho, solo quiero dormir. ¿Por qué lo dices?

Damián: ¡Cuando quise hablar contigo, no solo no me escuchaste, me amenazaste con hacerme bajar una montaña con la pierna rota; cuando Anán quiso hablar contigo para aclarar la situación, te hiciste la sorda y le atacaste! ¡Por no mencionar lo que le hiciste a tu hermano; no lo conoceré, pero sé que no se merecía todo lo que le dijiste!

Juliana: P-pero...

Damián: ¡Pero nada, Juliana! ¡Es muy fácil venir ahora muy tranquila y esperar que el resto también hagamos como que no pasó nada! ¡El único motivo de que ahora se pueda hablar contigo es que ya descargaste tu rabia contra todo lo que se te puso en frente!

Juliana: T-tienes razón... L-Lo siento mucho...

Damián: Que no vuelva a pasar, ¿entendido?

Juliana: V-vale.

Damián: Y discúlpate también con tu hermano.

Juliana: - Pensando - No, es él quien se tiene que disculpar conmigo por no haberme ayudado. 

Damián: No vas a hacerlo, ¿verdad?

Juliana: ...Él tiene que ayudarme con esto, es mi hermano. ¿Cuándo podremos ir a por la siguiente especia oculta?

Damián: En un mes debería de estar bastante mejor. Y sé más discreta la próxima vez que quieras cambiar de tema, Juliana.

Juliana: ¿J-Juliana? ¿N-No me llamabas July?

Damián: Sí, pero vas a tener que volver a ganarte mi confianza después de lo del otro día, Juliana.

Juliana: Por lo menos no lo digas con ese tonito.

Damián: Pero si no he dicho nada malo, Juliana. Ahora que lo pienso, se me olvidó darte tu medalla.

Juliana: ¿Qué medalla?

Damián: Tu premio por derrotar a Bombirdier, el Terror Volador. Ya te di una por Klawf, ¿no lo recuerdas, Juliana?

Juliana: ¡Oh, es verdad!

Damián: Está en mi mochila, en mi habitación. Ya tienes las llaves, así que no habrá problema.

Juliana: M-muchas gracias por el detalle.

Damián: De nada, Juliana.

Juliana: En serio, deja de usar ese tonito, le has quitado lo bonito al momento.

Damián: Je, je. Bueno, creo que ya va siendo hora de que te vayas; tendrás que hablar con tu hermano.

Juliana: No tengo que disculparme de nada con él.

Damián: Puede que haya aceptado ayudarte. Según Clavel, él te estaba buscando para hablar. ¿Y qué hay con Koraidon, Nieve y el Litleo?

Juliana: Leo, el Litleo se llama Leo.

Damián: Lo que importa es que llevan sin verte desde ayer y además es justo después de que te pusieras como te pusiste.

Juliana: Iba a ir con ellos justo después de visitarte de todas formas.

Damián: Y habla con Florian también.

Juliana: No.

Damián: No seas así, Juliana. Él solo quería entender la situación y tú le gritaste.

Juliana: Muy bien, hablaré con él, pero quiero que hagas algo a cambio.

Damián: Dímelo y lo pienso.

Juliana: Quiero que empieces a estudiar.

Damián: ...¿Por qué?

Juliana: Sé que la profesora no lo ha hecho bien como madre, pero tiene razón en que ahora mismo no tienes un futuro prometedor. N-No me gustaría que acabaras en la calle o pluriempleado. Está bien que sigamos buscando las especias ocultas para Mabostiff, pero deberías preocuparte un poco más por ti mismo. Aún estás a tiempo de pasar de curso.

Damián: - Suspiró - Con la pierna así, no puedo hacer muchas cosas, así que me parece bien.

Juliana: ¡Genial!

Damián: Tampoco creo que hagan falta muchos estudios para ser cocinero, pero bueno. En fin, antes de que te vayas, tengo que pedirte una cosa más.

Juliana: Muy bien, pero me tendrás que hacer otro favor.

Damián: ¿Recuerdas que te estoy dejando mi habitación?

Juliana: Vale, vale, solo bromeaba.

Damián: Necesito que cuides de Mabostiff.

Juliana: ¡Pues claro que cuidaré de él! Eso no tienes ni que pedírmelo, Damián. ¿Pero no sería mejor que se encargara Mimí?

Damián: Lo de Mabostiff no tiene cura, ya lo sabes. Lo único que necesita es alguien que lo ayude a lavarse y comer, y que le de un poco de aire fresco.

Juliana: Eso puedo hacerlo, no te preocupes.

Damián: Muchas gracias. 

Juliana: N-no tienes porque dármelas.

Damián: Bueno, tu hermano te está esperando, deberías de ir a verle.

Juliana: Vale. Recupérate pronto.

Damián: ...Lo intentaré.

Cómo Florian no estaría en un aula en aquel momento, eso descartaba la mayor parte de la escuela. El primer destino de Juliana y Spring fue el comedor, no porque creyera que él estaba allí, sino porque la chica llevaba dos días sin comer más que un par de bayas que Damián le dejó en la habitación. Cuando ya estaba saciada, se dirigió a donde era más probable que estuviese su hermano.

Juliana: Un obseso de los combates como él seguramente estará en el Área Recreativa, ¿no crees?

Spring: ¡Flo-ga!

Justo después de salir del ascensor que la llevó a lo más alto de la academia, fue recibida con un imprevisto empujón que la terminó tirando al suelo. Después de eso, su pokémon empezó a lamerle la cara con cariño.

Juliana: Yo también me alegro de verte, Koraidon. Siento no haber venido antes, necesitaba descansar después de todo lo que pasó.

Miró a sus alrededores, y no encontró a ninguna persona, estarían todos en clase. Koraidon hizo un gesto con la cabeza para que le siguiera y la guio por el Área Recreativa hasta llegar a un banco alejado de todos, el lugar en el que ella y Noa solían pasar los recreos mientras estudiaban en la academia. Nieve evidentemente estaba durmiendo y Leo jugaba con una manzana. Pero había alguien más en aquel banco.

Florian: Hola.

Juliana: Hola.

Juliana: - Pensando - Está mucho más serio que de costumbre. Ya hay que tener poca vergüenza para enfadarse conmigo por pedirle ayuda en algo como esto.

Florian: Dijiste que no hablarías conmigo hasta que tuviera la medalla.

Juliana: ¿La tienes?

Florian: Sí, depende de ti que te la dé.

Juliana: Florian, escúchame...

Florian: ¡No! Hoy me vas a escuchar tú a mí. Arrasar con todo no es una opción, y menos cuando ni siquiera sabes si ha sido el Team Star quien ha secuestrado a Sprigatito. Te guste o no, hay buena gente en el Team Star.

Juliana: ¿Y tú qué sabrás?

Florian: Bueno, me he hecho amigo de Melo.

Juliana: ¡¿Cómo?!

Florian: Es justo lo opuesto a ti: Ella siempre está insultando y gritando, pero cuando la conoces es una persona muy agradable; tú siempre tan dulce y tímida en el exterior y después arrasas con todo lo que no te conviene y quieres arrastrarnos a los demás contigo.

Juliana: ¡Pero eres mi hermano! ¡Deberías de haberme ayudado!

Florian: ¡¿Y por ser tu hermano tengo que acatar ordenes sin cuestionar nada?!

Juliana: ¡¿Por qué ibas a cuestionarme?! ¡¿Es que no confías en mí?!

Florian: No es que no confíe en ti, solo quería entender mejor la situación. Tenía la sensación de que había algo más detrás del Team Star y acabó siendo verdad. Ellos solo quieren acabar con el acoso, Juliana, no tienen a Sprigatito.

Juliana: Lo sé.

Florian: ...¿Qué sabes: qué ellos quieren acabar con el acoso escolar o qué no tienen a Sprigatito?

Juliana: Las dos.

Florian: ¿Desde cuándo?

Juliana: Ayer.

Florian: ¿Y aún quieres acabar con el Team Star?

Juliana: Sí.

Florian: No lo entiendo.

Juliana: No tienes porqué entenderlo.

Florian: Sí si quieres la medalla del Escuadrón Schedar. Me ha costado mucho conseguirla y sería una pena que se la devolviese sin más, ¿no crees?

Juliana: Casiopea tiene a Sprigatito, me lo devolverá si disuelvo el Team Star.

Florian: Podría estar mintiéndote.

Juliana: ¡Ya lo sé, pero es todo lo que puedo hacer! ¡Ayer nos reunimos Anán, Noa, Istvan y yo para hablar y avanzamos bastante, pero no estamos ni cerca de desenmascararlo! ¡No sabemos nada!

Florian: Pero tampoco hay nada que te asegure que te lo devolverá. Mira, lo mejor que puedes hacer...

Juliana: ¡Sé que es lo mejor que puedo hacer y es acabar con el Team Star!

Florian: ¿Lo ves? No se puede hablar contigo. Paso de seguir perdiendo el tiempo así, me voy.

Juliana: Primero dame la medalla o...

Florian: ¿O qué? 

Juliana: ¡No te voy a hacer nada, pero es lo que haría un buen hermano!

Florian: ¿Crees que soy un mal hermano? ¿Tú que me llamaste cobarde, patético, egoísta, fraude y muchas cosas más y que me has gritado por, literalmente, cuestionarme lo que me dices?

Juliana: ¿Me vas a comparar unos insultos vacíos con negarte a ayudarme a salvar a Sprigatito de Casiopea?

Florian: No eran insultos vacíos, lo decías muy en serio. Además, fuiste a donde duele. Y no me he negado a ayudarte, solo te he dicho que no voy a colaborar en la disolución del Team Star.

Juliana: ¡Es la única manera!

Florian: No lo es. Noa y tú no sois idiotas, seguro que se os habría ocurrido algo.

Juliana: Por lo menos dame la medalla.

Florian: ¿Sabes? Aún estoy un poco resentido sobre lo que dijiste.

Juliana: Dame la medalla y no te molestaré más.

Florian: - Le dio la espalda e ignoró lo que ella decía - Sinceramente, lo que más me molestó fue la parte en la que dijiste que era un entrenador terrible y que hasta tú podrías ser mejor. Se te ha subido a la cabeza haber ganado contra Anán y tendré que ser yo quien te devuelva a la realidad. Gáname en un combate normal y la medalla del Escuadrón Schedar será toda tuya.

Juliana: Me parece bien. No te tengo miedo.

Florian: Deberías. Prepárate para ver la diferencia entre alguien que no combate casi nunca y alguien que disfruta de mejorar con sus pokémon.

Juliana: ¡Chicos, prepararos!

Spring y Leo se colocaron a sus lados, pero Nieve tenía intenciones completamente distintas. El Meowth se dio la vuelta y se fue corriendo a encontrar otro sitio en el que dormir.

Juliana: ¡Vuelve, Nieve, no me hagas esto ahora!

Florian: Supongo que él no combatirá hoy.

Juliana: ¡Será un dos contra dos entonces!

Florian: Nah, eso sería muy fácil. Yo solo usaré un pokémon.

Juliana: Esa arrogancia te saldrá cara.

Florian: No te preocupes por eso, sé cuando tengo que combatir con todo, y ahora no es el momento.

Spring fue el primero en acercarse a pelear y el pokémon que eligió Florian fue su recién evolucionado Kilowattrel, sorprendiendo a Juliana.

Juliana: ¿Te lo han regalado? 

Florian: Nos conocimos de casualidad hace unos días y evolucionó esta mañana. Es el pokémon con el que menos tiempo he pasado y aún no nos compenetramos del todo bien, pero confío en que te ganará. Kilowattrel, no te contengas.

Kilowattrel empezó usando viento afín, aumentando la velocidad de su bando y cargándose de electricidad gracias a su habilidad, energía eólica; mientras que Spring se limitó a atacar con mordisco. Un poderoso aire afilado dejó a Spring muy dañada, pero logró asestar otro mordisco que dejó a Kilowattrel también bastante herido. Un aire afilado más derrotó a Spring, pero Juliana aún tenía a Leo para pelear.

Juliana: Tienes suerte de que Kilowattrel sea hembra.

Florian: ¿Tu Litleo tiene rivalidad? Bueno, de todas formas el resultado va a ser el mismo.

Antes de que Leo tuviera oportunidad de hacer nada, una bola voltio lo golpeó de lleno, derrotándolo al instante. El poder del movimiento fue tal que estampó a Leo contra el suelo y lo arrastró varios metros. Juliana observaba perpleja a Kilowattrel quien regresó al suelo triunfante.

Juliana: ¿Q-qué ha pasado?

Florian: Que he ganado, eso ha pasado.

Juliana: ¿Y ese ataque?

Florian: - Suspiró - ¿En serio te lo tengo que explicar? Bola voltio hace más daño cuanto mayor sea la velocidad de quien lo use respecto a quien lo reciba. Teniendo en cuenta el viento afín, calculo que la potencia sería más o menos 120. Si a eso le sumas el STAB y la carga por la habilidad de Kilowattrel, llegas a un movimiento de 360 de potencia; eso es bastante más que explosión.

Juliana: ...Oh.

Florian: Mira a ver que Litleo esté bien. Ha sido un buen golpe.

La hermana cayó en cuenta de eso y rápidamente sacó su mochila para tratar a su pokémon. Por su parte, el hermano sacó la medalla de su bolsillo y Kilowattrel voló para dejarla caer en la mochila de Juliana, quitándose un enorme peso de encima. Florian había fallado en hablar con su hermana, no tenía más motivos para estar allí, así que simplemente empezó a caminar hacia el ascensor.

Florian: Espero que Litleo esté bien...

Kilowattrel: ¿Kilo?

Florian: Ese golpe va a dejar marca por un tiempo - su pokémon le observaba con algo de pena -. No te preocupes, la culpa no es tuya. Quería quitarle las ganas de atacar al Team Star humillándola, pero no pensé que ese ataque final fuera a causar tanto daño... 

???: Ya ha terminado todo.

Florian: Sí, ya puedes salir.

Melo: - Saliendo de detrás de una planta de tomates - ¿Cómo se te ocurre hacerme esperar aquí, idiota?

Florian: Clavel me ha pedido que te vigile mientras estás en la escuela, ¿recuerdas?

Melo: Pues no lo haces muy bien, podría haberme ido en cualquier momento.

Florian: Necesitaba hablar con ella y una pequeña riña del director era un precio que estaba dispuesto a pagar. ¿Cuánto has escuchado?

Melo: Casi todo. Deberíais gritar menos cuando habléis de estas cosas.

Florian: Espero que no tengamos que hablar de nada parecido.

Melo: También es verdad. Sabía que eras orgulloso, pero no pensé que lo que más te doliera de todo lo que te dije fuera que ella era mejor entrenadora que tú.

Florian: No fue eso lo que más me dolió.

Melo: ¿Y qué fue?

Florian: Lo de que solo me importan los pokémon que son fuertes. Quaxwell, Clodsire, Charcadet, Kilowattrel; tú los has visto combatir con toda esa pasión, ¿crees que son los ojos de pokémon de alguien a quien solo le importan por su fuerza?

Melo: Tú también querías a ese Sprigatito, ¿verdad?

Florian: Evidentemente. Creo que a Juliana se le olvida que yo también me he criado con él. Me gustaría poder salvarlo, pero ese tal Casiopea no es de fiar y arrasar con todo no ayudará en nada.

Melo: ...Supongo que no eres tan idiota como pareces.

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