Sesión De Fotos Nocturna
Un suave golpeteo en vidrio resonaba a media noche por la habitación del albergue. Juliana intentó seguir durmiendo, pero era demasiado exasperante como para ignorarlo. Con algo de esfuerzo, se puso en pie y dejó salir un largo bostezo. Completamente despeinada, se acercó a la ventana y la abrió para quedar frente a frente con Corin. Tenían que hablar con susurros para evitar que alguien se despertara.
Juliana: ¿Qué?
Corin: Habíamos quedado en ayudar a Gama con el pokémon ese extraño, ¿recuerdas?
Juliana: Oh, ya... - Por estar recién despierta se le pasó ese detalle - ¿Cómo has subido hasta aquí?
Corin: Gama me ha dejado su Noctowl para esto.
Juliana se sentó sigilosamente en su cama y rápidamente se calzó. Por suerte, antes de acostarse sí se había acordado de su escapada nocturna, así que había dormido con su uniforme en vez de un pijama. Noa también había hecho lo mismo, pero al verla durmiendo con tanta calma Juliana se planteó si valía la pena despertarla. Mientras tanto, Corin se tomó la libertad de entrar en la habitación. Casi dio un salto del susto cuando encontró a Aroa durmiendo en una de las camas.
Corin: No me habías dicho que dormías con ella.
Juliana: ¿Y qué?
Corin: Eso complica bastante las cosas. Como se despierte, igual hace que echen a Gama del trabajo.
Juliana: Pues baja más la voz para que no pase.
Corin: Venga, despierta a tu amiga y vámonos.
Juliana: ¿Y si la dejamos durmiendo?
Corin: ¿Por qué harías eso? Ella dijo que quería venir.
Juliana: Pero eso era solo para pasar tiempo conmigo. No creo que se lo vaya a pasar bien y no tiene otro motivo para ir...
Corin: Si yo te ofreciera mi compañía y la rechazases de esa manera, me enfadaría mucho contigo. Ya la despierto yo anda.
Se acercó hasta Noa y empezó a sacudirla a un ritmo que creía exponencialmente. Juliana mientras tanto sacó de su mochila la goma del pelo que traía para situaciones como esta. Hacía ya bastante que no se la ponía; le gustaba bastante más la trenza que lleva siempre, pero ahora no tenía tiempo para eso. Se recogió el pelo en la coleta más simple que pudo y ya estaba lista para marchar. Aunque con bastante esfuerzo, Corin había conseguido despertar a Noa y la estaba ayudando a levantarse.
Juliana: ¿E-estás segura de que quieres venir?
Noa: ... Vuelve a preguntarme en un rato, que recién despierta solo quiero seguir durmiendo.
Corin: Venga, vámonos de aquí antes de que despertéis a Aroa.
Las tres salieron cuidadosamente por la ventana, apoyándose sobre el alero del albergue. Corin agarraba a las dos chicas recién despiertas para evitar algún tropiezo. Con la ayuda del Noctowl de Gama, Juliana pudo bajar sin problemas, seguida de Noa y más tarde Corin. Esta última regresó al pokémon volador a su pokeball cuando acabaron. Después de eso, las guió por la oscuridad de la noche, rodeando la villa. Se movían tan lento que tardaron bastante rato en llegar hasta las afueras. En el camino que llevaba a la Colina Manzanar, les esperaban Gama y su Growlithe.
Corin: Ten - le entregó la pokeball de Noctowl -. Ellas todavía están medio dormidas.
Gama: No importa, seguro que con el viaje se despiertan... Cuando quieras, Juliana.
Juliana: ¿Eh?
Gama: ¿Podrías sacar a tu pokemontura?
Juliana: ¡Oh, claro! Vamos, Koraidon.
El pokémon salió y todas se subieron a su lomo. Los SmartRotom de las estudiantes de Paldea ayudaban a iluminar su camino, mientras que Corin y Gama utilizaban directamente linternas. Con todo listo, Koraidon empezó a subir la colina a buen ritmo. Pronto alcanzaron el camino que llevaba a la Pradera Glicina y lo tomaron.
Corin: Creo que ya están más despiertas. Cuéntanos cómo es ese pokémon tan raro.
Gama: Muchas lo llaman la Luna Carmesí, un pokémon corpulento cuyo rostro está tapado por una mascara de turba que apenas deja entrever una luna de color rojo como la sangre - lo contaba como si estuviera narrando un relato, intentando emocionar a sus compañeros.
Corin: ¡Pero eso no tiene nada que ver con el ogro!
Gama: ¿Cómo que no? Es grande y corpulento, como un ogro, y hasta tiene la máscara.
Corin: ¡Pero las máscaras del ogro no eran tan cutres! ¡Y eso de una luna roja tampoco tiene que ver con la leyenda!
Gama: Bueno, desde que se escribió la leyenda del ogro habrá pasado mucho tiempo, démosle el beneficio de la duda.
Corin dejó salir un largo suspiro, ya era demasiado tarde para volver a casa. Casi a punto de abandonar la pradera, tomaron un camino que subía por la ladera de la montaña.
Corin: ¡Te he dicho que no es por ahí!
Juliana: Deja de gritar. Es para después planear y llegar antes... ¿Sabes algo más de esa Luna Carmesí? Podría sernos útil para encontrarlo o si la cosa se pone fea.
Gama: Estoy casi segura de que es una forma extraña de Ursaluna.
Juliana: ¿Y eso qué es?
Gama: Es una evolución prácticamente extinta de Ursaring. Incluso en su época, era casi imposible encontrar uno. Vi una foto de la Luna Carmesí y eran prácticamente idénticos, aunque estaba muy borrosa. Su máscara está hecha de turba, así que seguramente conservará el tipo tierra. Los pocos que se han encontrado con él, sacaron una foto y huyeron. Nosotros vamos a hacer lo mismo.
Noa: ¿Y si no sale bien?
Gama: Tengo que sacarla bien a la primera, ese es el problema. Bueno, y la niebla, pero tranquilas que mi Noctowl conoce despejar para momentos así.
Noa: ¿Y no sería más fácil ir cualquier otro día cuando no haya lluvia?
Gama: Solo se le ha visto en noches con niebla, así que no podíamos arriesgarnos.
Corin: Hay que tener cuidado. El Soto Sempiterno es un lugar muy tranquilo, pero los pokémon del bosque están... ¿Cómo decirlo? Conectados. Viven en perfecto equilibrio y se encargan de mantener el ecosistema, así que más os vale comportaros. Como molestéis a algún pokémon, os tendréis que enfrentar a toda la fauna vosotras solas.
Juliana: ¿Tú no nos ayudarías?
Corin: Eres mi compañera, pero no voy a dejar que perturbes un lugar tan tranquilo solo porque sí. Si el bosque te ataca, te lo habrás buscado primero.
Noa: No te preocupes, Juliana, si la cosa sale mal, siempre tenemos a Koraidon para escapar.
Gama: Yo aún así haría caso a Corin.
Después de subir un rato por la ladera de la montaña, fueron de cabeza contra un precipicio. Koraidon al borde dio un gran salto y desplegó sus alas para planear por encima de una zona rocosa. Pequeños pilares de piedra emergían de la tierra, pero ellas estaban volando muy por encima.
Corin: Por aquí está el tercer cartel.
Juliana: No vamos a ir ahora.
Corin: Ya lo sé, solo era por decir algo.
Noa: O-oye, Gama, ¿cuál es el plan?
Gama: Dijiste que tenías un Umbreon, ¿no?
Noa: Sí. Su luz es tenue y nos puede ayudar a ser más sigilosos.
Corin: Con una luz tenue no vamos a ver nada y los pokémon nos notarán a kilómetros. Es mejor utilizar las linternas.
Gama: Tiene sentido, pero no puedo sacar una foto mientras sujeto una linterna. Voy a necesitar que me iluminéis bien.
Juliana: Pues yo estoy con Noa. Podría haber pokémon muy sensibles a la luz que se sentirían amenazados si les encendemos una linterna en la cara.
Corin: No creo, en el bosque hay varios Luxio como el tuyo y creo que también Volbeat e Ilumisse, así que ya están más que acostumbrados a luces nocturnas.
Gama: ¡Perfecto! Los Volbeat e Ilumisse nos pueden ayudar a ver.
Noa: Y la luz de Umbreon podría confundirse con uno.
Tras un rato de planeo, aterrizaron prácticamente en el punto en el que terminaba el Elíseo Baldío. Continuaron hasta llegar a un camino que ascendía hasta unos campos mucho más verdes. Siguieron su camino bordeando un río muy profundo.
Noa: Por cierto, de separarse para buscar más rápido nada. Eso siempre sale mal.
Gama: Claro, claro. Necesito estar ahí cuando lo encontremos para sacarle una foto.
Juliana: ¿Te has acordado de quitarle el flash? Porque menudo fogonazo nos metiste a nosotras.
Gama: No lo sé, deja que lo mire - agarró su cámara con las dos manos, sujetando la linterna con la boca, mientras Koraidon saltaba al río para continuar su camino a nado; en cuanto terminó volvió a agarrar la linterna con la mano para poder hablar -. Ah, pues lo tenía puesto. Menos mal que me has avisado. Muchas gracias.
Juliana: De nada. Oaah... - dejó salir un largo bostezo; aunque ya estaba más despierta, quería volver al albergue cuanto antes - Oye, Corin, ¿te importaría mañana dejarme descansar en tu casa si no he dormido suficiente?
Corin: Mi casa no es un hotel.
Juliana: Vamos, por favor...
Corin: ¿Y cómo se supone que nos vamos a quitar de encima a Aroa?
Noa: Si queréis yo puedo distraerla un par de horas.
Juliana: ¿Ha-harías eso por mí?
Noa: Pues claro. No sería la primera vez que me quedo despierta hasta tarde y al día siguiente madrugo...
Juliana: ¡Muchas gracias, Noa! - Giró con su cintura todo lo que pudo para darle un abrazo.
Noa: No es nada. La próxima vez que quedemos, no me levantes pronto para compensar.
Corin: ¡Shhh! Ya casi hemos llegado. Apagad las luces.
Con linternas y teléfonos apagados, la luz de las estrellas y la luna llena era lo único que les guiaba. No podían ver con claridad, pero Koraidon se las apañaba un poco mejor y enocontró la cascada en la que acababa el río. Se dejó caer, para justo después desplegar sus alas. Planearon suavemente hasta aterrizar en medio del bosque. Si ya era difícil ver, el follaje les tapaba la ayuda estelar; apenas se podían distinguir algunos lejanos puntos luminosos. En el mismo instante en el que tocaron el suelo, Noa sacó a Umbreon, cuyos anillos iluminaban poco, pero suficiente para reconfortarla. Un fino velo de niebla les cubría, pero Noctowl rápidamente la disipó con el movimiento despejar. Gama también sacó a su fiel Growlithe para que les hiciera compañía. Las cuatro bajaron de la pokemontura y empezaron a moverse en silencio mientras consideraban sus opciones entre susurros.
Gama: No os imagináis la ilusión que me hace poder fotografiar a un pokémon como este. Venga, Corin, llévanos al corazón del bosque.
Corin: ¿De verdad crees que yo sé por donde se va al interior del bosque?
Gama: Bueno, eres de por aquí...
Corin: Si a ti te soltaran en un bosque aleatorio de tu región, ¿sabrías moverte por ahí? ¿A qué no?
Por estar distraída, estuvo a punto de pisar a un pequeño pokémon, pero consiguió verlo justo antes y pudo dar un paso atrás.
Corin: ¿Un Mimikyu? No sabía que por aquí habían.
Gama: ¡Ala, qué pokémon más chulo! Es como un Pikachu mal hecho. ¡Ven que te haga una foto!
Corin: ¡No grites!
Mimikyu: Kyuuu...
La fotógrafa, con cámara en mano, se acercó hasta el pokémon, que solo la observaba en completo silencio. Lo único que hizo fue sacarle una foto y darle palmaditas en la cabeza.
Mimikyu: ¡Mimi!
Sin decir nada más, el tipo fantasma se retiró y pudieron seguir su camino. Cada cierto tiempo, Noctowl tenía que volver a utilizar despejar porque la niebla era cada vez más densa. Desde las ramas de los árboles, varios Hoothoot las miraban completamente callados. Entre las brillantes luces de los Volbeat e Ilumisse, otras de un color azulado consiguieron imcomodarlas bastante, sobre todo a las estudiantes de Paldea.
Juliana: ¿Q-qué es eso?
Corin: No lo sé. Tiene que ser algún pokémon nocturno. No les prestéis mucha atención.
Noa: Es difícil. ¿Se están acercando?... ¡Se están acercando! ¡Umbreon, en guardia!
El tipo siniestro flexionó sus patas en posición de ataque, dejando ver sus colmillos más que nada para intimidar.
Corin: ¡¿Qué parte de no atacar a los pokémon del bosque no has entendido?! ¡¿Por qué tengo que repetirlo todo tres o cuatro veces para que os entre en esa cabecita vuestra?!
Juliana: Baja la voz.
Aún con las palabras de Corin, Umbreon se mantuvo en una posición ofensiva por si la situación lo requería. Las luces, al ver al pokémon de Noa, se mantuvieron a cierta distancia. Después de unos segundos, Umbreon se relajó, dejando que las llamas azules de unos Litwick y Lampent se acercaran a ellos. No parecían agresivos, pero Umbreon les había asustado. Al final, cada grupo siguió su camino por lados distintos.
Según iban avanzando en el bosque, iban encontrando bastantes Phantump que les observaban con curiosidad infantil. Después de un rato de caminar entre la oscuridad, Juliana se tropezó con las raíces de un árbol. La caída no fue grave, solo sirvió para hacer reír un poco a Corin, pero estaba segura de que eso antes no estaba allí. Cuando levantó la vista para ver el árbol, le devolvió la mirada un enorme ojo rojo en su interior. No parecía especialmente contento. Juliana pensó que podía atacarla en cualquier momento, y Spring lo notó desde su pokeball, así que salió con las garras desplegadas, lista para el ataque al más mínimo movimiento del Trevenant. Sin embargo, el sonido del clic de una cámara los distrajo antes de que se desatara el enfrentamiento.
Gama: Perdón, no he podido evitarlo. Pocas veces puedo ver pokémon como estos.
Corin: ¿Es la primera vez que ves un Trevenant?
Trevenant: Nan, ve...
El sonido parecía más que nada un quejido. Hizo un gesto con la mano para que se fueran antes de cerrar su único ojo y empezar a dormir.
Corin: Controla a tu pokémon, que casi ataca al Trevenant.
Juliana: Spring, ya sabes que no puedes amenazar a los pokémon de aquí. Podrías meternos en un buen lío.
Spring: Meows...
Las cuatro pudieron continuar su camino con relativa tranquilidad. Continuaron su camino y se encontraron con una cueva cuya entrada estaba bloqueada por un Snorlax, pero no le dieron mucha importancia y continuaron su camino. Terminaron llegando a un pequeño lago en el que nadaban unos Wooper y Basculin, además de los Surskit que se deslizaban por la superficie del agua.
Corin: Creo que hemos vuelto a dónde empezamos. Esa cascada de ahí es la de los Campos Pirinísticos, donde estábamos antes.
Juliana: Pues damos la vuelta enton...
De repente escuchó un ruido extraño detrás de ella. Eran muchos zumbidos superpuestos unos sobre otros. Cuando se giró, quedó paralizada de la impresión. Más de una docena de ojos rojos la observaban cubiertos por la niebla. Su mirada era muy feroz, suficiente para ponerla en alerta. Aunque ya había enfrentado a bestias enormes antes, no podía evitar sentirse bastante intimidada.
Juliana: Me da a mí que estos no traen buenas intenciones. ¿Atacamos ya?
Corin: Ni se te ocurra.
Gama también estaba bastante preocupada, pero eso no le impidió sacarle una foto a aquellos ojos. Después, su Noctowl voló hasta estar frente a ellos y utilizó despejar, revelando que se trataba de un grupo de Masquerain. Los "ojos" rojos que habían estado viendo eran en realidad las alas de este pokémon.
Gama: Uf, menudo susto me han dado. Los Masquerain no suelen ser agresivos, podemos continuar.
Noctowl y Umbreon seguían haciendo de guía para el grupo mientras se adentraban en las profundidades del bosque. Un rato más tarde, dejaron de ver prácticamente pokémon; incluso las luces de los Volbeat e Ilumisse se alejaban según ellos se acercaban, dejándolos completamente solos. La tensión empezó a apoderarse de Juliana, así que sacó a Spring para sentirse más segura.
Corin: Como vuelva a intentar atacar a un pokémon del bosque, la vamos a tener.
Juliana: No te preocupes, se va a comportar.
Gama: Estamos cerca, ¡lo presiento!
Noa: Pues yo presiento que solo era un mito...
La cortina de niebla frente a ellas era bastante más densa que lo que habían visto antes. Parecía que habían colocado una nube de tormenta en mitad del bosque.
Noa: Esto no pinta bien. Parece que vamos a entrar a un jefe.
Gama: Tú tranquila. Noctowl, haz lo tuyo.
Con un fuerte aleteo de sus alas, apartó toda la niebla que tenían en frente. Esperaban encontrar más árboles, pero se llevaron una ingrata sorpresa. Entre dos gruesos troncos bastante alejados, se extendía una red de hilos que funcionaba a modo de pared. Más allá de ella, unos Spinarak las observaban temblando. A sus lados, otras redes estaban levantadas bloqueándoles el paso.
Juliana: ¡Es una trampa!
Cuando dio la vuelta para escapar, pudo ver como un bicho rojo que desconocía cerraba la última red por el lugar del que habían venido ellas, quedando el pokémon dentro.
Corin: ¿Un Ariados? Sabía que había por aquí, pero nunca había visto algo así...
Noa: Spring, corta la telaraña para que podamos escapar, por favor.
Corin: ¡No! Los Spinarak y Ariados impregnan sus hilos con veneno. Si intenta cortarlos acabará envenenada, y ni siquiera sabemos si podría cortarlos.
Noa: ¿Y-y si las quemamos?
Corin: Los pokémon del bosque podrían sentirse amenazados si ven tanto fuego.
Noa: ¡¿Pues entonces qué hacemos?!
Juliana: No os preocupéis, tengo al pokémon perfecto para esto. ¡Adelante, Zany!
El Zangoose desplegó sus garras y se acercó lentamente a la red más cercana.
Corin: ¡¿Pero tú has escuchado algo de lo que te he dicho?! ¡Qué son venenosos!
Juliana: La habilidad de Zany es inmunidad, no puede ser envenenado. No es la primera vez que me enfrento a trampas venenosas.
Al ver como se acercaba a las redes decidido a cortarlas, Ariados rápidamente corrió para interponerse entre el Zangoose y la red. Sin saber que hacer, Zany se giró para mirar a su entrenadora, esperando indicaciones.
Juliana: Corin, ese Ariados no nos va a dejar salir de aquí por las buenas. Vamos a tener que atacar.
Gama: Espera, tengo una idea. Pequeñín, es tu turno.
El Growlithe la miró bastante asustado, pero al final se puso firme y fue hasta el Ariados con el semblante más intimidante que podía poner. Zany se apartó para que se colocara frente a frente con el tejedor, y entonces Growlithe utilizó rugido. Ariados retrocedió asustado, pero las propias redes le impedían huir, así que fue hasta una esquina más alejada posible.
Juliana: ¡Genial! Venga, Zany, sácanos de aquí.
El felino lanzó una cuchillada directamente contra la red. Aunque consiguió cortar bastantes hilos, no fue suficiente para quitar la pared y su garra terminó enredada dentro. Con algo de esfuerzo y unas pequeñas brasas de Growlithe que se extinguieron rápidamente, consiguió liberarse, para después volver a intentar cortar la red sin éxito.
Juliana: Esto va a llevar un rato. Son tan resistentes como las de un Spidops.
Corin: ¿Un qué?
Juliana: Un pokémon de Paldea que también hace redes.
Noa: O-oye, ¿por qué el Ariados está volviendo?
Gama: Se le habrá pasado el susto del rugido. Como cuando vuelves a sacar a un pokémon que antes había recibido un rugido.
Corin: No importa, solo tenemos que repetirlo...
Umbreon se mantuvo relajado, no quería asustar más al Ariados e incitarlo a empezar un combate. Eso le salió en contra cuando el tipo bicho empezó a correr hasta el grupo. Llegó a apoyar sus patas delanteras en las piernas de Juliana y Corin, pero Spring le agarró con fuerza la protuberancia de su tórax para evitar que se moviera más. Además, colocó sus garras justo en la nuca del pokémon, tan cerca que hasta podía sentirlas.
Juliana: - Pensando - ¿Éste quiere que le ataquemos o qué? No lo entiendo.
Sus colmillos estaban bien abiertos. La pierna de Corin temblaba como un flan entre ellos. A Ariados solo le hacía falta un minúsculo movimiento para inyectar su veneno en la pierna. No podía evitar estar asustada. Tampoco podía defenderse. Solo podía rezar para que aquel pokémon no le hiciera nada. La impotencia pronto se transformó en rabia. Apretaba los puños con tanta fuerza que podía sentir como se clavaba las uñas. Una mirada felina era su única arma para intimidar al pokémon. Le dejaba claro que si le llegaba a atacar, se aseguraría de que él acabase peor.
Pasaron así unos segundos. Y después unos minutos. Mientras tanto, Zany seguía cortando la red que les bloqueaba el paso. Frenó su tarea, casi completada, en seco cuando vio una luz roja a lo lejos.
Juliana: N-no te preocupes, solo es un Masquerain.
Continuaron un par de minutos más. Y luego una decena de minutos más. Y siguieron así por lo que pareció una eternidad. Zany ya había terminado con la red hace rato, pero la situación les impedía huir. Lentamente, Ariados volvió a poner todas sus patas en el suelo. Spring tiró un poco de la protuberancia de su tórax para alejarlo rápidamente. Aún con todo, el tipo bicho se mantuvo en una posición combativa, pero a una distancia lo bastante segura como para poder reaccionar.
Corin: ¡Ahora! - Aprovechando que se había quitado de encima suya, sacó a Vulpix y este abrasó al Ariados con lanzallamas.
Noa: ¡¿Qué haces?!
Juliana: - Pensando - De haberlo sabido habría dejado que Spring se encargara.
Corin: ¡Está claro que los pokémon del bosque no nos quieren aquí y yo no aguanto ni un minuto más! ¡Nos vamos ahora mis...!
De repente, la tierra se abrió debajo de Vulpix, levantándolo bastantes metros del suelo con un golpe de tierra viva.
Corin: ¡Vulpix!
La entrenadora se movió para atrapar a su pokémon, pero no contaba con toda la altura que había alcanzado, incluso por encima de sus árboles. Corin consiguió agarrarla, pero la fuerza fue suficiente para tirarla al suelo.
Gama: ¡Hay que irnos ya!
Juliana ayudó a Corin a ponerse en pie y después fue a agarrar la pokeball de Koraidon, pero una sensación desagradable le recorrió todo el cuerpo, dejándola completamente inmóvil. Noa y Gama, que habían salido corriendo, sintieron lo mismo, frenando en seco, incapaces de huir.
Juliana: ¿Q-qué es esto?
Corin: No lo entiendo... - Miró en varias direcciones hasta encontrar al otro lado de la red a un Dusclop acompañado de unos Duskull, mirándolas fijamente con sus brillantes ojos rojos - ¡Oh, mierda! ¡Han utilizado mal de ojo! ¡No podemos escapar!
Gama: ¡Pequeñín, ven conmigo!
Growlithe, corrió aterrorizado hasta los brazos de su entrenadora. Noctowl descendió hasta el suelo y, con bastante preocupación, señaló con su ala a la apertura que había creado Zany. El Zangoose retrocedió bastante, teniendo en frente a una figura enorme. Era mucho más grande que cualquiera de ellos, y una máscara de barro le tapaba el ojo derecho. Su otro rojo relucía con un resplandor esmeralda que contrastaba con la luz carmesí del símbolo lunar que tenía en la frente.
Noa: ¡Ya lo tenemos!
Juliana: No sé si eso es bueno o malo...
Corin: ¡Pues evidentemente malo! ¡¿No habéis visto la situación en la que estamos?!
Noa: ¡Tal vez si alguien no hubiera atacado al Ariados!
Corin: ¡No es momento de echar culpas! ¡Tenemos que salir de aquí primero!
Gama: Bueno, ya que estamos - agarró su cámara y empezó a moverse para encontrar un buen ángulo.
Juliana: Creo que no es el momento de sacar fotos, Gama.
Gama: Eso es para lo que hemos venido. Si no lo hago, no habrá valido de nada.
Noa: ¡¿Cómo podéis estar tan tranquilas?! ¡¿No habéis visto ese monstruo?!
Gama: Yo estoy más preocupada por que la foto salga bien.
Juliana: Sinceramente, me he enfrentado a pokémon más grandes y agresivos antes. Al lado de Colmilargo, no es tan intimidante.
Ursaluna caminó por el agujero en la red que había hecho Zany, quedando frente a frente con este. Lo primero que hizo el Zangoose fue mirar a su entrenadora en busca de aprobación y en cuanto recibió un asentimiento se lanzó al ataque. Con un puntapié directo a la pierna consiguió reducir la velocidad de su enemigo, pero este contraatacó con una tierra viva mucho más poderosa que su ataque supereficaz. En vez de continuar con la batalla, Ursaluna le dio la espalda a Zany y continuó avanzando con pasos firmes. El Zangoose gruñía de la rabia, listo para su siguiente ataque.
Juliana: ¡Zany, ven aquí!
El pokémon no entendía muy bien el porqué hasta que vio a Spring hacerle un pulgar hacia arriba. Mientras él iba hacia el grupo, Ursaluna se acercaba lentamente al Ariados. Este apenas se movía con todo su cuerpo marcado con quemaduras. La Luna Carmesí lo tomó gentilmente con sus brazos y lo levantó hasta dejarlo a la altura de su cabeza.
Ursaring: Ursa...
De entre las copas de los árboles, apareció un Noctowl salvaje que se llevó al Ariados malherido fuera de la zona de combate. La atención de la Luna Carmesí volvió a las entrenadoras, más específicamente a uno de sus pokémon que se acercaba con una mano sujetando una flor y con la otra oculta en su espalda. Haciendo gala de sus dotes como maga, Spring hizo "desaparecer" la bomba con sus espejos. Ursaluna no parecía muy sorprendido, solo se preparó para recibir el ataque, casi como si pudiera verlo. Pero eso no impidió que el golpe fuera crítico, golpeándole de lleno en la cara y consiguiendo que retrocediera varios pasos. Aunque era evidente que el ataque le había afectado, no le había hecho tanto daño como Juliana esperaba. Justo después, el rugido de Ursaluna resonó por todo el bosque mientras el símbolo de su frente empezó a brillar. Encima de él apareció una luna roja gigante, cubierta con una neblina que parecía nubes. Juliana observaba aterrorizada ese ataque mientras le daba de beber un líquido rosa a Zany. Cuando el cielo se despejó, toda la luz rojiza descendió a modo de rayo contra Spring. El ataque cubría por completo a la Meowscarada, y la empujó violentamente contra el suelo, arrastrándola y haciendo que diera varias vueltas hasta acabar enredada en una de las paredes de hilos venenosos, más que incapaz de continuar con la pelea.
Juliana quedó durante unos segundos en shock tras lo sucedido. Cuando consiguió despertar del trance, salió corriendo hacia su pokémon mientras rebuscaba en su mochila.
Juliana: ¡No, no, no, no, otra vez no!
En cuanto llegó, examinó a su pokémon desde una distancia prudente. Suspiró aliviada al ver que sus heridas no eran tan graves como las que recibió Nieve de su enfrentamiento contra Colmilargo. Aún así, estaba inconsciente y en un estado grave. Intentar hacer que siguiera peleando podría ser muy perjudicial para su salud. Procurando no tocar ningún hilo, Juliana le dio una baya meloc para librarla de un posible envenenamiento y la regresó a su pokeball para descansar.
Una vez segura de que su pokémon estaba bien, regresó con el resto. Estaba enfadada por lo que habían hecho a su pokémon. Estaba enfadada de que todos sus combates acabaran con daños severos. Estaba mostrando toda su determinación en una mirada afilada, de depredadora. Si no podía huir, su única alternativa era pelear.
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